En la sección de ilustres ciudadanos le hemos reservado un lugar al vecino de Lazkao, Emilio Gutiérrez, hijo del ex-edil socialista Lucio Gutiérrez Peláez, y harto de ver como los asesinos de ETA siempre se salen con la suya contra los ciudadanos de a pie.
Las reacciones se están produciendo en estos instantes, pero está claro que Emilio le ha dado un golpe al sistema en el talón de Aquiles. Queda ridículo contemplar al lehendakari Ibarretxe diciendo que reacciones como las de Emilio son las que incitan a la violencia, cuando ante las de los etarras se calla y mira para otro lado.
Pero también es importante la reacción en el seno del PSOE, o de la izquierda, que harta del diálogo buenista con los terroristas de su líder Zapatero se siente avergonzada de tanta afrenta sin reacción, con la exclusiva intención de mantenerse en el poder. Javier Nart ha dicho que le gustaría defender a Emilio Gutierrez en los tribunales, y Basagoiti ha dicho lo mismo, esa transversalidad española en la defensa del ciudadano que asume el protagonismo al que la historia le ha arrojado es muy español.
Y Belloch, el alcalde de Zaragoza, se ha posicionado claramente en la comprensión de lo que ha hecho este ciudadano –el crimen del Corona de Aragón no se le va de la memoria- y Luis del Olmo, ha dicho que es cojonudo.
Y mira por donde, los hechos ha ocurrido en Guipúzcoa, el lugar donde el terrorismo de ETA ha campado entre “odones” y hedones del posibilismo. Las herriko-ratas han llenado de dianas el pueblo con el nombre del macero.
Y en este singular frenesí de las corrupciones inacabadas, un español, Emilio Gutiérrez, nos ha devuelto a la normalidad en un instante, porque todos los españoles de bien, que somos muchos, somos autores de los mazazos. Que cuando se trata de comendadores corruptos y acabar con los hijos de puta que nos amenazan a todos, los españoles nos convertimos en un inmenso Fuenteovejuna.
Le van a llover ayudas a este chaval, pero si le falta alguna, aquí estamos los de Ciudadanos en la Red para lo que necesite, a su servicio, que es de honor reconocer al héroe su hazaña. Hace años, posiblemente desde Adolfo Suárez, que un español no unía tanto a los españoles, al bies, en la Constitución, sin ideología política y eso requiere respeto, admiración y ensalzamiento.
Erasmo de Salinas
Las reacciones se están produciendo en estos instantes, pero está claro que Emilio le ha dado un golpe al sistema en el talón de Aquiles. Queda ridículo contemplar al lehendakari Ibarretxe diciendo que reacciones como las de Emilio son las que incitan a la violencia, cuando ante las de los etarras se calla y mira para otro lado.
Pero también es importante la reacción en el seno del PSOE, o de la izquierda, que harta del diálogo buenista con los terroristas de su líder Zapatero se siente avergonzada de tanta afrenta sin reacción, con la exclusiva intención de mantenerse en el poder. Javier Nart ha dicho que le gustaría defender a Emilio Gutierrez en los tribunales, y Basagoiti ha dicho lo mismo, esa transversalidad española en la defensa del ciudadano que asume el protagonismo al que la historia le ha arrojado es muy español.
Y Belloch, el alcalde de Zaragoza, se ha posicionado claramente en la comprensión de lo que ha hecho este ciudadano –el crimen del Corona de Aragón no se le va de la memoria- y Luis del Olmo, ha dicho que es cojonudo.
Y mira por donde, los hechos ha ocurrido en Guipúzcoa, el lugar donde el terrorismo de ETA ha campado entre “odones” y hedones del posibilismo. Las herriko-ratas han llenado de dianas el pueblo con el nombre del macero.
Y en este singular frenesí de las corrupciones inacabadas, un español, Emilio Gutiérrez, nos ha devuelto a la normalidad en un instante, porque todos los españoles de bien, que somos muchos, somos autores de los mazazos. Que cuando se trata de comendadores corruptos y acabar con los hijos de puta que nos amenazan a todos, los españoles nos convertimos en un inmenso Fuenteovejuna.
Le van a llover ayudas a este chaval, pero si le falta alguna, aquí estamos los de Ciudadanos en la Red para lo que necesite, a su servicio, que es de honor reconocer al héroe su hazaña. Hace años, posiblemente desde Adolfo Suárez, que un español no unía tanto a los españoles, al bies, en la Constitución, sin ideología política y eso requiere respeto, admiración y ensalzamiento.
Erasmo de Salinas