Debido a su gran interés, reproducimos íntegramente el Manifiesto que, dirigido al Presidente de la Generalidad de Cataluña, acaba de hacer público la Asociación por la Tolerancia por el Día Internacional de la Lengua Materna.
MANIFIESTO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA LENGUA MATERNA
“Por el derecho a la escolarización en castellano y en catalán en Cataluña”
Molt Hoble. President
de la Generalitat de Catalunya
La UNESCO proclamó el 21 de febrero de 1999 Día Internacional de la Lengua Materna, y desde 2004, la Asociación por la Tolerancia ha escogido este día para reivindicar, en actos públicos, ante las autoridades educativas y responsables de política lingüística de la Generalitat, el derecho a la educación en lengua materna.
La UNESCO apoya la enseñanza en la lengua materna como medio de mejorar la calidad de la educación, basándose en los conocimientos y la experiencia de los educandos y los docentes. Recomienda, pues, que se extienda el empleo de la lengua materna en la enseñanza hasta el grado más avanzado posible, dando instrucciones muy precisas:
Todo alumno deberá comenzar sus cursos escolares en la lengua materna.
Para la alfabetización de adultos, se debe emplear su lengua materna, pasando luego a una segunda lengua si así lo desean y si pueden hacerlo.
Si en una localidad determinada hay diversas lenguas, la escuela deberá encontrar la manera de organizar grupos de instrucción por lengua materna.
Cuando no sea posible evitar la formación de grupos mixtos, la instrucción se deberá dar en la lengua menos difícil para la mayoría de los alumnos, y se tratará de ayudar especialmente a quienes no hablen esa lengua.
La alfabetización sólo puede ser mantenida si hay una provisión adecuada de material de lectura para adolescentes, adultos y niños en edad escolar y, tanto para entretenimiento como para estudio, se debe promover la producción y difusión de materiales didácticos en las lenguas maternas.
Por lo que respecta a la capacitación de docentes y la enseñanza en la lengua materna: “deberían incluirse, desde un principio, en cada etapa del planeamiento de la educación, disposiciones relativas a la formación y el perfeccionamiento profesional de un número suficiente de educadores nacionales plenamente capacitados y calificados capaces de impartir la enseñanza en la lengua materna”.
Lo que nunca ha supuesto la UNESCO es que pueda darse la situación que una lengua materna en equilibrio numérico (más o menos) respecto a otra con la que comparte territorio, que además es oficial y común a todo el país, pueda encontrarse excluida como lengua de instrucción. Solamente encuentra justificación (que no es el caso del español aquí) para no usar una lengua materna como vehicular cuando:
se dispone de pocos materiales didácticos en esa lengua,
el gran número de lenguas puede hacer que sea realmente muy difícil impartir la educación en todas las lenguas maternas,
puede haber una carencia de profesores debidamente capacitados,
puede haber una resistencia a la escolarización en la lengua materna por parte de los alumnos, los padres de familia y los profesores.
La Asociación por la Tolerancia constata que:
1.- Es una obviedad que la filosofía de la UNESCO es contraria a los procesos de inmersión no voluntarios, aunque nuestros representantes no tengan pudor al invocar su nombre para respaldar una política que contraviene claramente sus recomendaciones. El caso es que en Cataluña, durante los años de dictadura, se esgrimieron todos esos argumentos contra la inmersión en español o castellano como muy perjudicial para los niños catalanohablantes. Pero desde hace 25 años, que asumieron las competencias necesarias, la filosofía de nuestros responsables políticos autonómicos parece haber experimentado un giro de 180º. Ahora, la inmersión en catalán es de lo más beneficiosa para todos y hasta sirve para aprender español con la misma competencia que los que lo utilizan como lengua vehicular en otras zonas de España. Evidentemente, ocultan los datos del último informe PISA (2003). El rendimiento escolar entre los castellanohablantes de Cataluña es mucho peor que el de los catalanohablantes: 27 puntos menos en Ciencias, 24 en Lengua, 32 en Matemáticas y 33 en resolución de problemas; diferencias que se incrementan significativamente en el caso de las chicas, que llegan a 44 puntos menos en la resolución de problemas. Parecería razonable que a la luz de esa evaluación externa, bastante objetiva y contrastada, de prestigio internacional, se abandonara el sectarismo lingüístico, del que no se libran, ni siquiera por razones humanitarias, los niños con discapacidad cerebral o los sordos.
2.- Han sustituido la lengua materna por la “propia de Cataluña”. Con ello, han dejado sin derechos a los ciudadanos y los han transferido a la nación. A la ya abierta discriminación lingüística le llaman integración y cohesión social. A veces, contra toda evidencia, la niegan; otras, la justifican como medida necesaria para evitar la “muerte del catalán”, a pesar de que en el informe sobre el estado de lenguas en el mundo, el director general de la UNESCO dice que el catalán, “a pesar de que algunos lo ven potencialmente en peligro, está siendo progresivamente reforzado”.
3.- El hecho de que las autoridades educativas ignoren sistemática y deliberadamente que el castellano es lengua materna de un porcentaje muy alto de escolares de Cataluña y no hayan facilitado la educación en este idioma en las primeras etapas escolares, con incumplimiento grave (hasta la entrada en vigor del Estatuto de 2006) de la propia normativa catalana, ya ha sido objeto de sentencias condenatorias del TSJC y de reproche de instituciones como el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de la ONU, y la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI), que han instado al Gobierno español a que ponga los medios necesarios para corregir la discriminación que sufren los niños castellanohablantes en la Comunidad autónoma de Cataluña. Ahora, con la entrada en vigor del nuevo Estatuto, la situación se agrava porque su articulado no contempla ni siquiera la primera educación en lengua materna.
4.- El castellano es erradicado como lengua docente y queda reducido al escuálido reducto de la asignatura de esta lengua, recibiendo un tratamiento inferior al de la lengua extranjera. Hemos tenido ocasión de comprobar cómo nuestros gobernantes han desplegado una actividad inusitada (con el consiguiente gasto de recursos humanos y económicos) para impedir que en primaria se dé una tercera hora de español. Lo consideran como un ataque a Cataluña; como una injerencia del gobierno central en las competencias autonómicas. Como si su propia postura no fuera un ataque contra la libertad y un profundo desprecio hacia un segmento muy relevante de la población, parte de cuyos impuestos utilizan para cambiarles su lengua. Se rasgan las vestiduras como si la ofensa fuera en sentido contrario y así no sienten la más mínima obligación de dar explicaciones por una política que ellos saben que es agresiva e injusta.
5.- El tratamiento discriminatorio se extiende también a las denominadas aulas de acogida, en las que los alumnos extranjeros son inmersionados en lengua catalana –no en la castellana o española, a pesar de tener ésta la condición de lengua oficial del Estado y de ser una de las pocas lenguas internacionales.
6.- Nuestros máximos gobernantes piden la oficialidad del árabe en Ceuta y Melilla, y la del catalán en el este de Aragón, al tiempo que regatean una hora de español aquí y le cambian –de facto– su estatus de lengua oficial.
7.- No exponen ni una sola razón de orden práctico o moral para no tratar en pie de igualdad las dos lenguas oficiales. No es cuestión de presupuesto porque países mucho más modestos que el nuestro, como Senegal, con zonas donde conviven hasta 23 lenguas, respetan –con auténtica satisfacción de la UNESCO– la escolarización en lengua materna. En todo el país se enseña a niños en las mayoritarias wolof, pular, serer, dyola, mandingo y soninke, aunque el francés se vaya introduciendo gradualmente. Pero, además, nosotros ya pasamos por esa fase al principio de la democracia, cuando se incorporó el catalán como lengua vehicular. La escuela equilibradamente bilingüe es posible. Puede que después de tanta intoxicación a la ciudadanía sobre las maldades de mantener el español como lengua vehicular, haya demanda de escuelas públicas exclusivamente en catalán. También esa opción sería atendible, siempre y cuando paralelamente hubiera escuelas exclusivamente en español en proporción a la demanda, respetando el principio de igualdad.
8.- El argumento de que la separación de aulas significa división de la sociedad se cae por la contundencia de los hechos. Junto a la escuela pública, existen escuelas religiosas, institutos extranjeros, y escuelas privadas. En un mismo centro, existe la separación de aulas por opción de lengua extranjera, por ciencias y letras, por nivel académico, etc. Y no pasa nada. Pero, además, tenemos el ejemplo relevante de Finlandia, de enorme cohesión social, que tiene escuelas monolingües en finlandés, monolingües en sueco, y las escrupulosamente bilingües, dependiendo de la composición ligüística de los municipios. Y pasa algo extraordinario: el informe Pisa lo destaca como el país con mejores resultados académicos. Parece que el anteponer los derechos de sus ciudadanos y la calidad de su educación a cuestiones identitarias –una lengua, una nación– es una buena inversión.
9.- En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta importante que los poderes públicos promuevan la igualdad de derechos y deberes y la convivencia armoniosa dentro del pluralismo existente. Las políticas que favorecen la inclusión y la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz.
10.- El bilingüismo no es un problema que resolver, sino un patrimonio que conservar. El individuo, en un territorio oficial y socialmente bilingüe, tiene derecho, reconocido en nuestra Constitución, a utilizar la lengua que le convenga, o desee, sin que eso tenga que interpretarse como alta traición al conjunto. Según la UNESCO, los poderes han de preservar a cada persona la posibilidad de hablar su propia lengua, como forma prioritaria de expresión, a lo largo de toda su vida.
Por todo ello, la AT valora que mantener la discriminación, para supuestamente compensar agravios históricos, es llamar al conflicto, y que privar de la enseñanza de una lengua oficial que, además, es considerada como la segunda más importante en el mundo constituye un atropello para muchos y un fraude para todos.
Consecuentemente, SOLICITA AL GOBIERNO DE CATALUÑA, en la persona de su Presidente, que:
No imponga, ni restrinja, ni margine, ni excluya, ni penalice ningún uso lingüístico.
Que se sume a las corrientes pedagógicas actuales y corrija cuanto antes las leyes que obstaculizan el ejercicio del derecho a ser educado en lengua materna.
En Barcelona, a 21 de febrero de 2007
Atentamente,
Marita Rodríguez, Presidenta de la Asociación por la Tolerancia.