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miércoles, 20 de mayo de 2009

Hay que quemar la barca de Caronte


Le comentaba a un lector que en esta ocasión la opción de VOTO EN BLANCO no sirve, porque es una protesta menor, que viene a decir que se apoya el sistema democrático pero no a quienes lo representan, pero en nuestro país la batalla por la representación está resuelta por qué todos los partidos políticos son iguales, y se benefician de la situación. Más utilidad tiene el VOTO NULO, porque es un corte de manga manifiesto al montaje electoral de unas elecciones que se aventuran democráticas cuando son una pantomima de un robo organizado, que divide este país en dos castas, los políticos, con todos los derechos y privilegios, y los ciudadanos que sostienen a los primeros, mientras estos les acosan y coaccionan.

La ABSTENCIÓN, sin embargo, tiene más significado, y como la coherencia es un grado en el gradiente de la credibilidad, reproduzco a continuación un artículo que escribí el seis de julio de 1990, cuando todavía no existía internet, y era un poco más –sólo un poco más- romántico de lo que ahora soy y que fue publicado en la prensa, también se puede comprobar lo poco que han cambiado las cosas en la política durante estos veinte años, se titulaba “Elogio de la Abstención” y decía así:

“La abstención es el silencio de los demócratas, actitud vital crítica y positiva, posición plural de resistencia y rebeldía, dignidad en la ausencia, fuerza motivadora indispensable que instiga el desarrollo político del sistema."

Quien voluntariamente decide no participar en los juegos electorales seudofolclóricos, discrimina y distingue, por supuesto. Y elige lo que no hay en el ambiente político, lo que no le ofrece nadie, porque demanda lo inexistente, y es precisamente, su condición democrática la que le impide aceptar determinadas artimañas y trampas, que algunos utilizan insidiosamente hasta desvirtuar el proceso legitimador de las urnas, con el fin de que prevalezcan resultados favorables a sus propios intereses

Políticos hay que reducen la ciudadanía a masa electoral, la voluntad popular y soberanía a porcentaje, la política a miseria y la razón a pesetas. Ciudadanos hay que les retiran la confianza y dejan de consumir productos nocivos para su ética, refugiándose en la paciencia de lo negativo. La ambición vehemente de aquellos, provoca la indiferencia solemne de éstos.

La democracia es una cuestión de fe, cuando las acciones políticas exceden la información disponible de los ciudadanos, es decir, cuando van más allá de lo que se permite conocer. La abstención es entonces lugar común para escépticos e incrédulos, conversos del desencanto, en espera de que la realidad sustituya definitivamente a la apariencia

La democracia es un conflicto de intereses y las urnas, su campo de batalla. Los partidos políticos y su legión de votantes confiados, ocupan la fortaleza del poder y se pertrechan en la propaganda, la omnipresencia en los medios y el derroche de dinero común; y suelen vencer, sin convencer, por mínima diferencia en ocasiones a quienes enarbolan la abstención, como símbolo de su inconformidad e insumisión a lo existente. Conflicto ancestral entre seguridad-dependencia que proporciona el ser para otro y la libertad-independencia del ser para sí mismo.

La abstención, en fin, es el derecho y el deber de los demócratas cuando se sienten defraudados por quienes les gobiernan y no representados por quienes pretenden sustituirles”. Amplíese por tanto el adagio: “un hombre, un voto, o una abstención”. La democracia es un patrimonio colectivo, no el patrimonio de un determinado colectivo”.

Estas son las razones por las que promuevo, hoy, como ayer, la abstención ante el espectáculo insoportable que están dando los políticos en este país. Y en esta ocasión, por qué la abstención es la única forma de quemar la barca de Caronte, que conduce nuestra patria hacia su muerte. Y si el barquero está dentro, mucho mejor. Ni una oportunidad para quienes nos lo han arrebatado todo –pasado, presente y futuro-, algún día debía ocurrir, y ahora es un buen momento, antes de que la opresión nos devuelva la ira, como ocurrió en otros tiempos .


Erasmo de Salinas

Tras la cortina política

Los buenos prestidigitadores saben desviar la atención de la audiencia hacia el lugar en el que no ocurre nada, mientras ponen en práctica su habilidad, pero hay otros que hacen lo contrario, provocan una situación inevitable para seguir haciendo su juego mientras tanto.

Con la noticia del año que hoy ha aparecido en Ciudadanos en la Red se confirma que el Presidente del Gobierno es de los últimos. ¿Cuántos periodistas en este país han pensado que la auténtica máscara de sus acciones es la política?. Creo que ninguno.

Al PSOE no le interesa la ideología desde que Felipe González abandonó el Gobierno por el dedo que le señalaba como la máxima autoridad en la trama del GAL, Mister X, como hoy insinúa Rafael Vera en el diario El Mundo. En realidad, durante su último gobierno, tal vez ya en el penúltimo, es cuando se produce la organización de una red de negocios para financiar el PSOE, vinculados a FILESA, MALESA y otras muchas empresas tapadera. En ese mismo instante, el PSOE abandona la ideología y la política para entregarse a los brazos del poder económico. ¿De qué sirve la ideología, la política si no nos procura bienestar personal?. Alrededor del PSOE se crean imperios económicos y grandes pelotazos, como todo el mundo que vivió esa época podrá recordar y quien no la vivió, puede consultar las hemerotecas para enterarse.

Luego vino el PP, también surgieron algunos negocios paralelos para financiación de su partido, pero posiblemente en mucha menor escala, o al menos no fueron descubiertas, si hubo también grandes pelotazos, pero nunca se encontró una red organizada de corrupción como el PSOE, o supieron ocultarla mejor a los medios de comunicación, o sencillamente no la hubo.

La estrategia de asalto al poder del PSOE se urdió con tiempo, movilizando las masas en el caso del Nunca Mais, acusando al PP de fascista, aislándolo en el poder en compañía de los partidos nacionalistas, hasta la fecha 11 de Marzo de 2004, cuando el mayor atentado terrorista ocurrido en la historia de Europa ocurrió en Madrid, encontrándose como autores materiales del mismo a un minero jubilado por una esquizofrenia paranoide, y unos musulmanes que terminaron sus días volando el piso de Leganés que habitaban. Los demás autores, como en fechas recientes ha revelado El Mundo, no está claro siquiera que participaran en el atentado, y en fechas recientes algunos de los peritos químicos independientes han considerado tras el informe que uno de ellos ha presentado, que los Tedax les tomaron el pelo, y no les permitieron investigar de forma paralela el caso, porque habían desaparecido las pruebas principales. No se conoce la organización de la estrategia milimetrada, que originó la tragedia, ni los autores intelectuales que la pensaron. Al contrario de lo que ocurre en otros atentado similares en otras latitudes, donde se conoce perfectamente toda la organización del crimen desde sus primeros pasos hasta el final.

Llama poderosamente la atención que en nuestro país, acostumbrado durante décadas a la presencia del terrorismo de ETA, se hayan cometido en el caso del 11-M errores de bulto, que no se cometen de forma habitual en otros casos. Hay muchas cosas sin explicar en el caso del 11-M.

La consecuencia inmediata del asesinato de 192 personas y las lesiones de diversa consideración en más de 1.400, fue que el PSOE triunfó en las elecciones tres días después, urdiendo una campaña de intoxicación –como se comprobó más tarde- contra el PP que estaba en el gobierno, recibiendo información en el partido de altos cargos del Ministerio del Interior, a espaldas del ministro, al igual que ahora iba a ocurrir con la Ertzainza y el PNV en el País Vasco, que hace que algunos se rasguen las vestiduras.

Me permitirán haber sido prolijo en la descripción de los hechos de lo que se conoce del 11-M, porque se relaciona directamente con lo que expondré a continuación.

A fecha actual, la inmensa mayoría de los españoles aborrece la política de Zapatero, salvo los que obtienen ventajas, que son precisamente a quienes más se escucha, gracias a los medios de comunicación afines al gobierno.

No es gratuito el aborrecimiento, pues se fundamenta en cambios políticos radicales que han transformado la realidad auténtica de nuestro país en un espectáculo político: con la ley de violencia de género, con la memoria histórica, con la subvención permanente de organizaciones afines al PSOE, con la tolerancia con los desmanes nacionalistas, con la conformación de un ejército al servicio de los intereses pacifistas, con la inversión social que nos endeudará por varias generaciones, con el mantenimiento de una estructura sindical en la que los sindicatos de clase se han convertido en apoyo permanente del Gobierno con más de cuatro millones de parados, con la creación de un pesebre electoral por medio de la implantación de trabajos ficticios, con la persecución permanente de la oposición del PP, tratando de derribar sus feudos de Madrid y Valencia, con el caso Gürtel, que si ha sido un foco de corrupción, que todavía no ha sido juzgado, ya ha sido sentenciado y condenado desde el Gobierno, intoxicando a la opinión pública, añadir por último la urdida desmembración de España, el incumplimiento de la Constitución, y la mofa del Rey.

¿Realmente se pueden hacer las cosas de una forma tan estridente, sino es para provocar a los contrarios, a todos los que no son socialistas en este país?. Ningún Gobierno había actuado así hasta ahora, parece que la política de los Gobiernos de Zapatero se guía por la máxima de cuanto peor para España y los españoles, mejor para nosotros, los socialistas.

Esto me hace pensar que la estrategia del PSOE ha sido la de crear gran conflictividad política, incluso promoviendo problemas inexistentes, para atraer la atención de los ciudadanos, corriendo una gran cortina política bien sobre lo ocurrido el 11-M, sobre la crisis económica, sobre el paro, sobre sus errores con ETA, y sus legislaciones sectarias, o quizás, y esta me parece la mejor de las alternativas, sobre el gran negocio que tiene montado este partido a espaldas de los españoles.

Administrar 143.449.969.350 euros, (23,8 billones de las antiguas pesetas) que son los ingresos del Estado, es una tarta suculenta, que permite vivir a los militantes y votantes socialistas a cuerpo de rey. Un partido sectario como el PSOE no concede a quien no le apoya absolutamente nada, al contrario, más bien persigue a los enemigos como ha hecho con el PP a lo largo de estos años, con fondos públicos.

Fíjense ustedes como será la cosa, que por cada voto que recibe el PSOE, administra a lo largo de la legislatura 52.000 euros en el Estado y una cantidad algo menor en comunidades autónomas y ayuntamientos en los que gobierna, en total aproximadamente 100.000 euros por legislatura, para cada voto al PSOE.

De esta astronómica cantidad, una parte se devuelve a quienes votan al PSOE, bien de forma directa, o bien de forma indirecta, a través de organizaciones intermedias: sindicatos, asociaciones feministas, ecológicas, pacifistas, de memoria histórica, de persecución del español, o de vecinos afines, si se tercia. Otra parte se va a los medios de comunicación que favorezcan su permanencia en el poder. Otra a los empresarios que participan en su negocio. Otra a los que organizan la agitación, y por último una parte más a los que denostan al PP, que es el principal rival que les puede arrebatar el poder.

La única ideología del PSOE es perpetuarse en el poder, la única política posible, la que lo permita, por las buenas o por las malas. Todo lo demás importa poco entre sus objetivos, si España se va al carajo, si las comunidades secesionistas ganan posiciones, si hay más de 4 millones de parados, sin han cerrado 100.000 empresas, si hay gente que no tiene para comer, o si estalla la violencia social.

Mientras el negocio esté asegurado, seguiremos viendo como nuestro país se destroza, por qué mientras miramos la mano que nos enseña el prestidigitador, con la otra nos arrebata el futuro, y además con una sonrisa de triunfo que no puede evitar, pensando el pueblo de imbéciles que ha tenido ”la fortuna” de gobernar el chico del buen talante y las cejas circunflejas.

Pero hoy -y las próximas semanas-, la noticia más importante será que se imputa al presidente de la Comunidad Valenciana por unos posibles trajes que le regalaron unos sinvergüenzas. Ya lo verán.


Biante de Priena

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