Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, experimentó un cambio radical en su acción política tras los sucesos de "la semana trágica de Barcelona". ¿Qué ocurrió en el Parlamento Español el 7 de julio de 1910, día de San Fermín?.
En 1909 se producen los hechos conocidos como La Semana Trágica de Barcelona. Como protesta por la guerra de Marruecos, se organizan múltiples disturbios públicos que concluyen entre otras barbaridades en el asesinato de clérigos y la profanación de tumbas. En estos disturbios participaron socialistas, radicales, anarquistas y sindicalistas. Estos hechos empujaron al gobierno a declarar el Estado de Guerra.
Francisco Ferrer Guardia, el terrorista creador de la Escuels Moderna, que tenía como lema “la destrucción del todo” y “Viva la dinamita”,calificado por Miguel de Unamuno como “tonto, loco y criminal cobarde”, instigador del atentado contra Alfonso XIII el día de su boda y ejecutado por su compañero de Escuela Mateo Morral, y sospechoso de ser el instigado del asesinato de Cánovas en 1897, fue considerado el principal instigador de los hechos y tras juicio sumarísimo fue condenado a muerte.
Suyas son las palabras: “No nos interesa hacer buenos obreros y empleados, buenos comerciantes. Queremos destruir la sociedad actual desde sus comienzos”. Tras su condena y ajusticiamiento, se desencadena una ola antiespañola y antigubernamental de manos de la izquierda europea contra la que protestó Pablo Iglesias negando que el tribunal militar (debido al Estado de guerra) hubiera actuado injusta o cruelmente.
Sin embargo, la posición de Pablo Iglesias cambia radicalmente en 1910, en el Diario de Sesiones de Las Cortes del 7 de julio de 1910, se pueden recoger estas palabras de su intervención:
“El PSOE viene a buscar aquí (al Parlamento), a este cuerpo de carácter eminentemente burgués, lo que de utilidad pueda hallar, pero la totalidad de su ideal no está aquí. La totalidad ha de ser obtenida de otro modo. Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones”.
A continuación califica a Ferrer de “hombre de ideas”, reconoce la implicación de su partido en los desmanes del año anterior, y justifica la quema de conventos por el carácter antisocial de los religiosos, la campaña antimaurista de la izquierda europea (contra la que él mismo protestó) y asegura que la población de Barcelona estuvo de acuerdo con los desmanes.
Por último, amenaza de muerte al Presidente Maura si se vuelve a presentar: “Debemos, viendo la inclinación de este régimen por S.S, comprometernos para derribar ese régimen. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al Poder debemos ir hasta el atentado personal”
El Presidente del Congreso le invita varias veces a retirar sus palabras, pero Iglesias se niega, y se reafirma en ellas. Quince días después, Manuel Posa, de 18 años, disparó 3 tiros contra Maura, que salió gravemente herido.
Muchas calles de España llevan hoy el nombre de Pablo Iglesias.
En 1909 se producen los hechos conocidos como La Semana Trágica de Barcelona. Como protesta por la guerra de Marruecos, se organizan múltiples disturbios públicos que concluyen entre otras barbaridades en el asesinato de clérigos y la profanación de tumbas. En estos disturbios participaron socialistas, radicales, anarquistas y sindicalistas. Estos hechos empujaron al gobierno a declarar el Estado de Guerra.
Francisco Ferrer Guardia, el terrorista creador de la Escuels Moderna, que tenía como lema “la destrucción del todo” y “Viva la dinamita”,calificado por Miguel de Unamuno como “tonto, loco y criminal cobarde”, instigador del atentado contra Alfonso XIII el día de su boda y ejecutado por su compañero de Escuela Mateo Morral, y sospechoso de ser el instigado del asesinato de Cánovas en 1897, fue considerado el principal instigador de los hechos y tras juicio sumarísimo fue condenado a muerte.
Suyas son las palabras: “No nos interesa hacer buenos obreros y empleados, buenos comerciantes. Queremos destruir la sociedad actual desde sus comienzos”. Tras su condena y ajusticiamiento, se desencadena una ola antiespañola y antigubernamental de manos de la izquierda europea contra la que protestó Pablo Iglesias negando que el tribunal militar (debido al Estado de guerra) hubiera actuado injusta o cruelmente.
Sin embargo, la posición de Pablo Iglesias cambia radicalmente en 1910, en el Diario de Sesiones de Las Cortes del 7 de julio de 1910, se pueden recoger estas palabras de su intervención:
“El PSOE viene a buscar aquí (al Parlamento), a este cuerpo de carácter eminentemente burgués, lo que de utilidad pueda hallar, pero la totalidad de su ideal no está aquí. La totalidad ha de ser obtenida de otro modo. Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones”.
A continuación califica a Ferrer de “hombre de ideas”, reconoce la implicación de su partido en los desmanes del año anterior, y justifica la quema de conventos por el carácter antisocial de los religiosos, la campaña antimaurista de la izquierda europea (contra la que él mismo protestó) y asegura que la población de Barcelona estuvo de acuerdo con los desmanes.
Por último, amenaza de muerte al Presidente Maura si se vuelve a presentar: “Debemos, viendo la inclinación de este régimen por S.S, comprometernos para derribar ese régimen. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al Poder debemos ir hasta el atentado personal”
El Presidente del Congreso le invita varias veces a retirar sus palabras, pero Iglesias se niega, y se reafirma en ellas. Quince días después, Manuel Posa, de 18 años, disparó 3 tiros contra Maura, que salió gravemente herido.
Muchas calles de España llevan hoy el nombre de Pablo Iglesias.