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miércoles, 9 de mayo de 2012

Ciudadanos en la Red en Facebook


Este blog nació hace 6 años con la intención de ofrecer opiniones diversas sobre la realidad política y social española, ante la deriva que se preveía por entonces y que al final se ha confirmado; en algunas ocasiones nos hemos ocupado también de cuestiones internacionales, y de otras temas relacionados con la economía, la cultura, las tecnologías, las comunicaciones o el humor. Siempre procurando salirnos del rédil informativo y las versiones para el consumo de masas. Hemos sido heterodoxos y herejes del lavado de cerebro persistente a que se ha sometido a los españoles desde hace casi una década.

Está web se creó inicialmente por cuatro personas, aunque en ella han colaborado muchas más. Hemos sufrido ataques cibernéticos, denuncias judiciales, y un montón de peripecias para llegar hasta aquí. Siempre hemos sido extraordinariamente críticos con el pensamiento políticamente correcto, con las versiones oficiales y con la propaganda a que este país ha sido sometido en los últimos años. La libertad de expresión ha sido nuestra bandera desde el primer día hasta hoy y seguirá siéndolo.

Sabemos que tenemos seguidores en diversos lugares de España y en diversos países del mundo, al menos eso nos revelan las estadísticas. Gracias a las Redes Sociales, hoy tenemos la oportunidad de reunirnos y poder establecer debates sobre los temas que nos interesen, por eso se ha decidido crear la página de Ciudadanos en la Red en Facebook, a la que queremos invitar a todos nuestros lectores. Sed bienvenidos.

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Gracias por vuestro apoyo a lo largo de todos estos años.

Ciudadanos en la Red

La España devaluada. ¿Cómo va a devolvernos la confianza Mariano Rajoy si no la tiene ni en sí mismo?


"El que no cree en si mismo miente siempre" Friedrich Nietzsche

Siempre que veo a Rajoy decir que sus medidas son el resultado de las nefastas políticas de los últimos gobiernos que le precedieron en La Moncloa, pienso que hay una parte importante de verdad en su afirmación, pero también una colección de mentiras acumuladas que hacen dudar de su credibilidad, no sólo a los españoles, sino también a los mercados internacionales, que le han pillado la intención al gallego, inmortalizándolo en la escena de no saberse si sube, baja, o se queda parado en la escalera del sentido común. Entre otras cosas, porque han tenido previamente experiencias con otros países que han hecho lo mismo: Grecia, Portugal e Italia.

Los españoles, posiblemente muchos más de los que nos cuenta el CIS, comenzamos a dudar de Mariano Rajoy cuando se permitió hacer lo mismo que su antecesor: mentir, para ganar las elecciones, diciendo que no iba a subir los impuestos y aumentando los tramos del IRPF; abogando por sectores que no se tocarían como Educación y Sanidad y haciéndolo sin miramientos; postulándose para hacer una defensa de los intereses nacionales tanto en territorio español como ante la Unión Europea, para cumplir las instrucciones que le dicta Merkel cada semana.

La cuestión está bien clara, por si algún español no se ha enterado, el objetivo es empobrecer este país y a sus habitantes en un 30-40 % de los recursos que perciben, dinero que pasará directamente al Estado para enjugar los déficits y deudas que el descerebrado que le precedió dejo acumulados, en una política de tierra quemada inconfesable y suicida, para que el gobierno que le sucediera no pudiera resolver los problemas de los españoles, salvo con grandes sacrificios, reduciendo su bienestar y calidad de vida para las próximas décadas.

Una buena prueba de la deriva abisal que ha tomado nuestro país es la pérdida de valor de la bolsa española en un 20 % en los últimos cinco meses, lo que indica la estampida de los capitales extranjeros que desconfían de la genialidad del lector de El Marca para resolver los problemas que tiene España. Más de un mes lleva la prima de riesgo, que es ya como de la familia de todos los españoles, sin descender de los 400 puntos; el paro sigue creciendo, las empresas cerrando, y los bancos recibiendo dinero público. Realmente no creo que sea para mostrar orgullo por sus hazañas económicas.

No sé, pero me parece que el Gobierno de Mariano Rajoy carece de sentido común, que dicen que es el menos común de los sentidos. Sus políticas intervencionistas, que apenas se distinguen de las realizadas por sus predecesores, poco tienen que ver con los mecanismos que pueden hacernos salir de la crisis y eso es lo que está generando gran desconfianza entre los españoles y los inversores internacionales. Quizás sea un problema de ausencia de criterio o total desconocimiento de como se resuelven y se han resuelto las crisis económicas en otras ocasiones y en otros lugares.

Aportaré mi opinión al respecto, si España está como está, es fundamentalmente por una razón: el Estado descomunal que se ha creado en un proyecto socialista que tenía como objetivo promover exclusivamente una economía intervenida, convirtiendo al Estado español en el principal motor de la economía, por la vía de captación de ingentes cantidades de impuestos que luego se distribuían según las luces del que manejara el dinero público, en cuestiones necesarias o delirantes, según se cruzara el cable al factótum de La Moncloa.

Mariano Rajoy no se ha enterado todavía de que para convertir España en Socialistán, fue necesario asfixiar la economía de este país, al igual que ha ocurrido siempre con los gobiernos socialistas en la historia de la humanidad, así se derrumbó el imperio soviético. Un mercado intervenido por el Estado es el legado que nos han dejado los socialistas y la losa que no es capaz de romper de un hachazo el habitante de La Moncloa. ¿Por qué no lo hace? Tanto que presume de su objetivo en cumplir con las medidas de austeridad, lo tiene bien fácil, que tome las riendas de la economía de este país y que se deshaga de todo lo que nos sobra, desmontando el tinglado que heredó con la celeridad de un rayo.

Algunas ideas al respecto, recortar los recursos del Estado que reciben todas las organizaciones parásitas que se han creado en la era socialista. Los 70.000 liberados sindicales y los 30.000 liberados empresariales, para proseguir con los 400.000 funcionarios-políticos en los que se ha incrementado la administración pública en los últimos años. Obligar a todas las entidades financieras que provienen de las cajas de ahorros a que renueven sus consejeros con profesionales competentes y eliminen a los consejeros políticos que han impuesto los partidos. Evidentemente, lo más importante es reducir el Estado como sea, hay que acotar lo público hasta su mínima expresión, entre otras cosas porque la única razón de su existencia es que muchos parásitos políticos sigan viviendo confortablemente a costa de que los españoles paguemos más impuestos. Gestión privada y profesional de lo público, competitiva y eficaz, y erradicación de toda presencia política en las decisiones sobre su funcionamiento.

Verán ustedes, no es cierto que los españoles hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades –especie con la que tratan de criminalizar a los ciudadanos de este país para que sintiéndose culpables sean menos resistentes a pagar las alzas de impuestos-, los que han vivido más allá de sus posibilidades han sido los que han hecho tremendamente mal las cosas para los intereses generales de los españoles, aunque no para los suyos, y ahora ni asumen su responsabilidad en el estropicio, sino que se ponen a la cabeza de la manifestación de la protesta por las consecuencias que se derivan directamente de su gestión de la realidad.

Socialistán no es España, Mariano Rajoy, sino su deformidad delirante proyectada por la vesania de un narcisista desquiciado que quiso convertir este país en el modelo mundial del socialismo y nos ha dejado en la ruina. Para salir de esta crisis lo primero e indispensable, es eliminar todo lo que hicieron los que se fueron con un modelo que nos hablaba del cambio climático, las energías renovables, el crecimiento sostenible, los brotes verdes, la Alianza de Civilizaciones y el talante de los “hombres de paz”. Un modelo fundamentado en la gilipollez, la inanidad y el despilfarro. No importan las consecuencias, para salir del infierno cualquier vía es buena, lo peor es sentarse, improvisando castillos de fuegos artificiales, mientras pasa el tiempo y crece la desconfianza en todos los que observan el espectáculo.

Para recobrar la confianza de los españoles y los mercados internacionales, es decir, que la gente vuelva a consumir e invertir, lo imprescindible es que el señor que está en La Moncloa, salga en la tele, diga como dejaron las arcas del Estado los que se fueron y a continuación establezca cinco propuestas concretas para los seis próximos meses y las cumpla. Pero claro, para hacer eso hay que tener confianza en sí mismo, algo de lo que carece Mariano Rajoy. ¿Para qué le sirve una mayoría absoluta y el gobierno de su partido en la inmensa mayoría de autonomías y ayuntamientos importantes si no sabe hacer uso de ella?. ¿De qué le sirve el poder, casi absoluto, a alguien que no sabe convertirlo en gobierno eficaz?. ¿Cómo va a devolvernos la confianza Mariano Rajoy si no la tiene ni en sí mismo?

Enrique Suárez

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