En breve, ser aforado en este país será uno de los mejores
indicadores de sospecha de corrupción. Hoy tres aforados de los 616 que suman
entre el Congreso y el Senado, han recibido una notificación de una juez con
coraje que ha decidido impartir justicia contra viento y marea. Antes fue José
Blanco y otros muchos, los aforados que
fueron juzgados, aunque no condenados, pero los tiempos cambian.
Se abre así la veda de los chorizos que dicen representarnos
en las Cortes, algún día tenía que comenzar. Sería bueno ir preparando una
auditoría personal y vital de los 10.000 aforados de este país, todos bajo
sospecha de corrupción, complicidad con la corrupción y además, connivencia con
los delitos que acumulan entre todos ellos. La veda de la casta se ha levantado.
Enrique Suárez