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jueves, 6 de diciembre de 2012

Los que se representan a sí mismos (la casta), quieren cambiar la Constitución



"El deber de un patriota es proteger a su país de los ataques del gobierno.”
 Thomas Paine

Ni Max Estrella podría describir mejor lo que ocurre actualmente en España que un telediario cualquiera de un día cualquiera. Hoy se han reunido dos mil sobrealzados o más, para celebrar la onomástica de La Nicolasa, aquella Constitución que un 6 de diciembre de 1978 fue aprobada en referéndum por los españoles con derecho a voto.

En días como estos, a los que se representan a sí mismos (la casta) les gusta hacer declaraciones para mostrarle al pueblo español que dan la talla política y que tienen alguna idea sobre el futuro, que no están en blanco, como aquel hijo tan honesto del PSOE que terminó siendo un campeón de la corrupción.

Mariano Rajoy se ha permitido decir, sin sonrojo alguno y con la que está cayendo, que: “para cambiar la Constitución es necesario un objetivo claro y consenso”. Maria Dolores de Cospedal no se ha quedado atrás y ha reclamado un cambio constitucional para evitar pragmáticas sanciones en las leyes sucesorias de la Corona. Rubalcaba ,quiere reformar la Carta Magna para que la sanidad sea un derecho (y de paso a ver si cuela lo de convertirnos en una República Federal), los nacionalistas pasan directamente de la Constitución, se la pasan por el forro en las comunidades en las que gobiernan. 

¿Pero se dan cuenta ustedes de la desfachatez de estos prójimos? ¿A todos se les ha olvidado que si son algo en sus miserables vidas es gracias a que un pueblo soberano, el español (el único pueblo legítimamente soberano de esta nación) les ha sobrealzado al poder que detentan? ¿Cambiar la Constitución para qué?, ¿no se dan cuenta, los miembros de esta aristocrática secta del Ancienne Regime, que los españoles no quieren cambios constitucionales, sino que se cumplan los artículos de la actual Constitución?. Lo que los españoles queremos, mayoritariamente, es librarnos de esta casta inmunda de degenerados representantes públicos que sólo representan sus propios intereses, contra los del pueblo español, en una usurpación e impostura que clama justicia, detentando un poder que les ha sido conferido por mandato (cumplir la Constitución) y que no incluye una renuncia a su soberanía. ¿Pero de qué van estos chorizos?

En la última encuesta del CIS, estos han sido los resultados más relevantes:
  • -         Los problemas con los políticos son la primera causa de nuestras dificultades para casi un tercio de los españoles (30,6 %), mientras que en el mes de agosto –hace tres meses- solo lo era para un 24,3 %, es decir ha crecido la desconfianza política en un 25 % en el último trimestre.
  • -         Los españoles que no están satisfechos del funcionamiento de la democracia en España son más de 2/3 del total, un 67,9 %, que están nada o poco satisfechos
  • -         Tan solo un 21,2 % de los españoles consideran que la Constitución Española de 1978 es respetada y cumplida por los políticos.


Con estas cifras, deberían estar pidiendo disculpas a los españoles de la mañana a la noche los que se representan a sí mismos, porque las siguientes van a ser, sin duda, la lápida del epitafio de la casta.

¿Pero de qué legitimidad se intitulan estos mequetrefes para cambiar la Constitución Española? ¿Pero acaso no saben que esa es potestad intransferible del soberano pueblo español que ahora las está pasando putas gracias a la barbarie que han impuesto estos impresentables? Antes de cambiar nada en esta Constitución, es necesario que todos los que la han transgredido sean sancionados como corresponde por haberla incumplido, que restituyan lo que han robado y que sean condenados a las penas que correspondan a su execrable impunidad.

¿Pero qué quieren cambiar ahora la Constitución para crearse más inmunidad de la que tienen, para ser más irresponsables y poder expoliar con mayor facilidad a los españoles? Lo lamento, pero esta vez no va a ser así, nada de que nos prefabriquen una Constitución a la medida de los privilegios de los políticos, exclusivamente orientada a su interés y beneficio. Primero vamos a utilizar esta para enterrar a la casta en la fosa más profunda del olvido, no vamos a corromper una nueva con sus miserias y mezquindades.

La próxima Constitución que haya en España será hecha por todos los españoles representándose a sí mismos;  la aristocracia política de la casta tiene los días contados, si quieren participar en su elaboración como cualquier otro ciudadano, pero nada de privilegios heredados del pasado. La Nicolasa ha servido para algo magnífico a los españoles, para saber que la próxima Constitución que se haga en este país, no será de exclusividad política, sino ciudadana, cívica, democrática y no autoritaria, compartida y no impuesta por los que se representan a sí mismos.  Los españoles ya no somos los pardillos que salían de una dictadura hace 34 años y querían abrazar la democracia como fuera, ahora sabemos lo que queremos y quienes son los enemigos de nuestro bienestar, progreso y futuro. Los que se representan a sí mismos aún no lo saben, pero lo sabrán, de eso no tengo la menor duda.

Enrique Suárez

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