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lunes, 27 de noviembre de 2006

“Ojos que no ven…”


Según nos cuenta John Reed en su libro “Díez dias…”, la noche que los Soviets tomaron el Palacio de Invierno, restaurantes y casinos estaban plenos de actividad y la gente andaba por la Neswky Prospectiv con toda normalidad. Incluso después, parte de la población de Leningrado no se percató del cambio político y social que supuso para la Rusia poszarista aquel asalto.

Es asombrosa la resistencia a integrar los cambios sociales que posee el ser humano y no digamos aquellos grupos que tienen intereses, directos y conscientes, contrarios a los giros de la realidad. Pero al mismo tiempo es también sorprendente la rapidez con la que las vanguardias perciben, asimilan y ponen en práctica la realización de los cambios necesarios, principalmente en épocas de convulsiones políticas y sociales.

Tal parece suceder en España actualmente. Podemos ver ambos ejemplos. Si miramos a los nacionalistas de toda categoría social o intelectual -descartando a los jefes conscientes-, vemos que se debaten entre el escepticismo y la incredulidad, todavía no han digerido que C´s exista y aún menos que interviniera en castellano en el salón principal de su sanedrín. Pero también hay cientos de personas por toda España que se prestan a corregir la situación política cuando hace un par de años no sabían lo que eran las castas autonómicas, ignoraban la indiferencia actual entre derechas e izquierdas oficiales o pensaban que la descentralización del poder estatal era una causa progresista.

Todo eso está siendo asimilado cada vez más extensa y profundamente por parte de los españoles. Y no es sólo ni principalmente porque el discurso explicativo del acontecer político esté difundido, al contrario, los medios ocultan la información deliberadamente. Es la propia realidad de las decisiones gubernamentales al uso la que ilustra mediante evidencias ese aprendizaje incipiente y creciente.

El estado español, por razones varias incluso internacionales, no quiere ser ningún freno al caos histórico que sufre la humanidad, la incivilización, los enfrentamientos sociales, la descomposición nacional y la desestructuración administrativa. En estas coordenadas se insertan las decisiones del actual gobierno del PSOE: el escándalo mundial de la negociación con ETA persigue introducir un elemento favorecedor de esa tendencia y la promulgación de nuevos estatutos no son sino pasos encaminados a ese fin.

Asistimos en España al preludio de un proceso revolucionario aunque los efectos económicos y sociales aún no son severos y todavía no veamos con claridad al protagonista del evento. Pero en estos tiempos las cosas van rápidas y no tardaremos en saber quién es. Es tan curioso el fenómeno que algunos actores como C´s no se han percatado debidamente del papel tan importante que suponen. Esto también es común a estas etapas de cambios.


Mario Acosta

Reflexiones liberales


CONTRA EL FANATISMO… LA REBELIÓN
« Le monde est beau, et hors de lui point de salut »

Con motivo de una presentación en Marsella de las obras completas de Albert Camus en La Pléïade (y algunos textos inéditos), reviví hoy con algunos amigos perdidos desde hace algún tiempo memorias camusianas e iniciadoras de mi (no tan lejana) juventud.

Hojeando las páginas biblia de la magnífica edición, repasamos con el café de sobremesa textos rescatados de tertulias insólitas sobre algunas constantes de la obra del tuberculoso de Argel, premio Nobel malgré lui:

A quienes buscan sentido en su vida, Camus escribe que “no se puede salir del cielo que nos cubre”. A quienes se desesperan en su confrontación con lo absurdo, les repite que “el mundo es bello y, fuera de él, no hay salvación.” A los ideólogos les recuerda que “hay que querer a las personas antes que a las ideas.” Para los adalides del odio, conceptualiza la noción de gratitud. A quienes se instalan en el consenso, les reprende con “la exigencia de la separación”. A los revolucionarios dormidos sobre la almohada de las protestas incuestionables y cómodas, les demuestra que la verdadera exigencia “es incompatible con la radicalidad”.

Por todo ello, Camus fue y sigue siendo el enémigo acérrimo, vilipendiado por quienes cultivan los placeres de la ineficacia práctica, pretextando su aspiración a lo absoluto. Y es que los héroes de Camus, ay los héroes de Camus, nunca renuncian a combates que saben perdidos de antemano.
En la rebelión busca (¿y halla?) Camus la medida, en ella y por ella aspira a que el mundo no se deshaga, y en nombre del valor (la valentía), desconfía de los fervorosos adalides del glorioso amanecer.

Hoy, este hombre, admirable en su capacidad para desarmar intelectualmente los fanatismos, es ignorado u olvidado. Precisamente en nuestro tiempo y circunstancia, cuando podrían ser bastante útiles sus palabras de desactivación contra los abusos de la corrección política de una izquierda inane a la hora de responder (o preguntar siquiera) acerca de la realidad; o para superar la inoperancia de la derecha seudopragmática, motor sin gasolina de una gestión social sin proyecto presente ni visión de futuro.

Me quedo finalmente y sobre todo con la imagen de un novelista generoso, desesperado, educado y crecido en el silencio y el amor.
Y sin perdón posible por su pecado: haber tenido razón, siempre y para siempre, contra el gran (equivocado) Sartre.


Dante Pombo de Alvear
Artículo dedicado a Ciudadanos, en la andadura que les espera contra los ciegos sin criterio o, peor todavía, con alguno.
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Hereje, gracias amigo!

Fundaments Ductrina Nibey Se.

Balors y Cunseptas.Filusufia Balors y Cunseptas.Filusufia
Da tods es bien sabid ca, yunt am la apariçiò dal nueb mileniu, als balors tradisiunals dal hombra an lu rafaren a la cunçiençia culactiva y mural san bist sustituits par un nou cunsepta da lu suçial ca bulgarmen sa llam:
Al-Talant.Proxims a aquesta idea rabuluçiunaria sa troba la gran malluria da les gents da la Paninsula Iberica cunaguts bulgarment com "progras" y ca tenan coma rafarençia mural y etica al conegut Megalider Aspiritual PepeLuis Çetapè.
Aquesta noba bisió ca tè entra altrus gran mullaidins difundiend la idea com Lluan Saura, Gaspà Yamaçars, Immma Malloy, Rosa Ragás, astà sença cap dubta axtandiendus dins todes les capes suçials.
Com a reacció, les élits raciunals y bienpensants de la nostra suçietat am bist an la aduraçió a Cupit lunic ramediu a a aquesta lucura y pruses da autudastrucsió ca raprasenta el cunsepta Al-Talant.
La ductrina Nibey Se es una de las poques ca conta am la aprubaçiò directa da Cupit y es par nusaltrus un baritapla plaçé iniçià aquest aspai par dinfundí las nobas ideas "cupitienses" radirecsiunadas an la Ductrina Nibey Se.
Tod no astà pardut!!
Ampaçem dons am aquesta primera apariçió "cupitiense" Nibey Se:
"Al Milenarisma"

Las diversas muertes de Fernando Villaroel





A Albert Boadella, en la constancia.

Apenas hace un mes de la entrada de Ciudadanos en la realidad española, poco tiempo, es cierto, pero se puede hacer un pequeño balance de nuestra presencia en la arena pública de esta plaza profunda, de hemiciclos siniestros y mediocres, que ha desplazado del imaginario colectivo a la tradicional Fiesta Nacional.

En este país nuestro, donde siempre se han confundido las ágoras y los cosos, tres espontáneos han debutado en el Parlament de Cataluña, plaza triádica y mitrada donde las haya; el comienzo ha sido entre pocos maestros y muchas faenas, y su “princeps inter pares”, Albert Rivera, lo ha hecho en español (o castellano), con un discurso voluntarioso, de lances novicios y sugerentes.

Golpeando con la palabra, agilizando la cintura, mostrando la muleta, escondiendo la espada, y despejando la muerte del silencio con verónicas y chicuelinas, se va estrenando la vida y la esperanza, que no es poco.

ESPONTANEIDAD

Hace 25 años, en la plaza de Albacete, el 14 de septiembre de 1981, un espontáneo perdió la vida, o ganó la muerte, según se quiera. Se llamaba Fernando Villaroel, y ante los asombrados ojos de El Cordobés, y el respetable, saltó a la plaza; el toro, que no entiende de principios, se abalanzó sobre él, y le asestó dos espantosas cornadas, una de ellas en el cuello, que concluyeron con su vida allí mismo, en un charco de sangre alborotado.

Nada más se supo del chaval, pero las fotografías de la escena, permitieron que otro espontáneo, el periodista Manuel Podio, lograra una mención honorífica de la World Press Photo, en un concurso con la participación de 54 países y más de 900 reporteros.

No acabó ahí la cosa, por que el público reaccionó airadamente contra El Cordobés, acusándole de no haber acudido en auxilio del infortunado espontáneo. Manuel Benítez decidió entonces colgar los trastos, para siempre. La muerte, tan eludida, hizo trampas para concluir con la carrera taurina del último diestro genial. Todo ocurrió en Albacete, aquel año de golpes y traiciones.

JUVENTUD

Hubo otro Fernando Vilarroel, era colombiano, muy joven, al que llamaban “el perro cazador”, miembro de las FARC, el grupo terrorista. Su crónica necrológica escrita por alguien dice así:

“Tenía 13 años y había nacido en un pueblo perdido. Niño campesino pobre, solía trabajar en Puerto Asís y La Hormiga. Se llamaba Fernando y era experto en manejar armas, motos, carros y no conocía el miedo en el peligro. El niño guerrillero 'ejecutaba', mataba gente.

Fernando, 1,62 m, 55 kg, ojos claros, pelo café. Manos frágiles, dedos delgados, sonrisa atractiva y bueno para el billar. De vez en cuando se tomaba unos tragos: "Fernando era inteligente, expresa Luis Alberto, solo pasó por la escuela; lo adiestró un comandante apodado 'El Indio'. Él me dijo: 'Le tengo un chico, es como un perro cazador, solamente tiene que mostrarle la presa'. Cuando lo conocí, exclamó: 'Hágame sacar esta hijueputa muela, ya no aguanto el dolor comandante'.

A los 14 años, diezmó con pistola a los narcos de la banda 'Los Champas'; su fama para ejecutar fue temible. Era frío, peligroso y efectivo, mataba a alguien en el desayuno. Fue 'de élite' en las FARC, y lo apodaban 'el exterminador'. Se enredó en los hilos de la violencia y la muerte. Mató a policías, políticos, comerciantes, terratenientes, chulqueros y a delincuentes organizados. Pero se tornó irascible y rebelde; se perdió el control sobre él y su conducta fue psicopática.

"Pasaron meses y, si preguntaba por él, decían que andaba en una misión. Un día me enteré que dos compañeros lo llevaron al monte y no volvió más; quizá lo eliminaron por orden del Secretariado de las FARC. Nunca lo supe y jamás lo sabré". Fernando, el niño guerrillero, en tres años eliminó a 150 personas y desapareció para siempre cuando apenas tenía 16 años.”


No sé por qué he contado todo esto. Quizás por nostalgia, o tal vez por hastío. O por darle a la mezquina realidad en todos los morros, al borde del naufragio más estúpido, en este océano inmenso de miserias e intereses.

Si les soy sincero, creo que ha sido para poderles describir las distintas formas de suicidio entre las que pueden elegir los Fernando Villaroel que hay por el mundo, ese personaje fatal que todos llevamos dentro, en algún sitio; y que vive atrapado por el silencio, la anomia y la ignominia, hasta que un día se harta, y decide morir, matando y matándose, antes que todo se acabe.

Enrique Suárez Retuerta

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