La importancia que la comunidad asturiana tiene en España cada día es más escasa, si lo que ha acontecido en Asturias, en las pasadas elecciones del 22-M, hubiera ocurrido en Estados Unidos o cualquier país europeo, sería titular permanente en todos los medios de comunicación y sin embargo, que poca atención se le ha brindado desde las plataformas mediáticas dóciles al poder, al fenómeno político acontecido en la olvidada comunidad histórica asturiana.
No ha sido así en la red, en los blogs y en los foros, donde los ciudadanos se expresan libremente. En los lugares donde la censura no se impone, se espera un salto de Francisco Álvarez Cascos a la política nacional, porque su credibilidad que era mucha, todavía se ha incrementado, tras su triunfo electoral, sobrepasando al PP y al PSOE en Asturias en tan sólo cinco meses, partiendo exclusivamente de sus valores propios y un “puñaín” de entusiastas seguidores, contra viento y marea, contra silencios e infamias.
La campaña que han hecho los medios de comunicación locales subvencionados por el poder existente en Asturias hasta el 22-M de poco les ha servido a ellos y sin embargo ha sido muy provechosa para Foro Asturias. Los asturianos, somos indignados por naturaleza, desde hace más de mil años, nos empeñamos en pasar por donde dicen que no se puede, en esta ocasión, dejando al PP y al PSOE en la derrota, con un palmo de narices, en apenas unos meses.
El silencio mediático nacional de lo acontecido en Asturias, esa censura discreta del pensamiento políticamente correcto, que divide el poder en España entre el PP y el PSOE, y los nacionalistas, de poco sirve en las comunidades con una fuerte identidad, como las nacionalistas y la no nacionalista Asturias, más española que la tortilla de patata, pero con una identidad diferenciada que nadie se atreve a cuestionar. Si Asturias no es una Comunidad Histórica es gracias al PSOE y al PP, pero también a los asturianos que siempre han considerado que no necesitan ser una nación diferenciada para mantener su identidad diferente.
Si algo define el carácter asturiano es la desconfianza en el poder, si Cascos ha triunfado en Asturias es por una sencilla razón: ha sido el candidato más próximo al pueblo asturiano, porque eso es lo que se vota en Asturias, que el candidato sea un paisano con palabra, que si hoy dice blanco, dentro de 20 años seguirá diciendo blanco, si las circunstancias son las mismas. Es decir, que no cambia de criterio, ni de chaqueta y que cuando lo que representa no es lo que él quiere representar, rompe con todo, para ser fiel a sí mismo y conservar su dignidad. En Asturias premiamos a los valientes y abjuramos de los miserables.
Si el PSOE-IU han triunfado hasta ahora en Asturias ha sido por una penosa cuestión ancilar que somete al pueblo asturiano a la dependencia y el oprobio. Asturias no puede sobrevivir sin la solidaridad del resto de los españoles, hoy somos la comunidad con mayor riesgo de empobrecimiento de España, la más intervenida desde el Estado y el auténtico laboratorio del socialismo español hasta ahora, junto con Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía.
Asturias ha votado, hasta ahora, por la supervivencia tutelada del Estado, por los fondos provenientes de Europa, por la obediencia debida a la mano que te da de comer, antes que por su auténtica dignidad histórica, por su orgullo, por su condición singular, por su independencia de criterio.
Asturias ha sido el paradigma español de lo que puede hacer el socialismo, si los ingresos que produce Asturias para el Estado son 100, lo que recibe del Estado y de Europa es 150. Por cada trabajador hay un pensionista. Los jóvenes tienen que emigrar con más de un 50 % de paro y el socialismo ha puesto en práctica su ingeniería social, expulsando a todos aquellos que pueden levantar Asturias, mientras bendice a las clases pasivas e improductivas, con el fin de cultivar un semillero de afines a sus teorías y prácticas, que les permita permanecer, a ellos, en el control del pesebre, aunque Asturias se vaya a la mierda.
¿Y qué ha hecho el PP ante estas circunstancias?, pues acomodarse, proteger sus cuotas de poder y crear una aristocracia de partido en su cúpula, que tendría dificultades para llevar una comunidad de vecinos sin problemas, entre todos ellos juntos. Sólo hay que contemplar el espectáculo de Cajastur o los casos de Villa Magdalena o Riopedre, para constatar la desmesura y las intenciones.
Hasta el 22-M, Asturias era la Albania española, el último reducto del socialismo español, con la tasa de actividad laboral más baja del país, con el sectarismo laboral más infame en las contrataciones públicas, con una estructura opresora contra la libertad y una auténtica dictadura encubierta favorable al mismo status quo eterno. Con el apesebramiento empresarial y mediático más importante de Europa.
Todo eso ha cambiado de repente, gracias a un indignado, que en vez de acampara en las plazas de España, se ha decidido acampar en las instituciones, porque no se ha doblegado al poder, y no ha renunciado a su condición de ciudadano, para ser un paria. Muchos le hemos acompañado en esa épica batalla y el éxito ha llegado después de un excelente trabajo, a pico y pala, a tres turnos, sin descanso.
Asturias ha recobrado su soberanía cultural perdida con Foro y con Cascos. Y mañana, ya veremos…
Enrique Suárez