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martes, 21 de septiembre de 2010

Ni un solo voto para los partidos convencionales


A raíz de las primarias madrileñas hemos sabido que el PSOE tiene en Madrid 18.000 afiliados. Si se hace una extrapolación al ámbito español el PSOE contaría con una cifra, tirando por lo alto, de 150.000 afiliados a nivel nacional. Y para que ellos vivan bien hemos tenido que arruinarnos, endeudarnos y admitir la estafa pública a la que nos han sometido. Otro tanto ocurrirá cuando lleguen los del PP.

La Revolución iniciada por Zapatero, con sus mentiras y argucias, ha mostrado el lado más oscuro del socialismo, las traiciones de Rubalcaba con ETA, la ignorancia de José Blanco, la mala hostia de una sectaria como Maria Teresa Fernández de la Vega, la ambición de Trinidad Jiménez, la ineptitud de Corbacho, la imaginación infantil de Miguel Sebastian, las chorradas sin fin de Leire Pajín, el feminismo hortera de Bibiana Aido, la incultura de la ministra Sinde, la impotencia de Gabilondo, las confusiones de Elena Salgado que sustituye sin piedad el 0,50 % real de reducción del déficit, tras subida de 2 puntos porcentuales del IVA, por el 50 % imaginario, el Mercasevilla de Chaves, el estrambótico vodevil de Moratinos, la calidad de la enseñanza de Griñán reducida a su mínima expresión, el nacionalismo radical, sedicioso, e impresentable del cordobés Montilla, los devaneos de Patxi López, atrapado entre un gobierno que pacta con su opositor y sus intentos por normalizar Euskadi. Hay otros muchos ejemplos de lo que es el zapaterismo, pero esta es una magnífica foto finish de lo acontecido, ya les conocemos, sabemos lo que pueden hacer y lo que no pueden hacer.

Hace un par de años escribí un artículo en el que predije lo qu ocurriría: la crisis económica acabará con el PSOE, también escribí otro en el que decía que el PSOE acababa con Zapatero o Zapatero acabaría con el PSOE. En realidad, debo agradecerle a este presidente todo lo que ha estimulado la creatividad de miles de españoles, la facilidad con la que nos ha mostrado lo que es el poder por dentro, y la colección de inútiles que nos gobiernan.

Pero el PSOE está herido de muerte, porque ha vulnerado todos los principios del buen Gobierno, pero no menos que el PP, colección de pijos irredentos que son incapaces de mezclarse con el pueblo porque se consideran tocados por los dioses. ¡A donde vamos con unos y con otros!

¡Qué país!

Viene un cambio de sistema, las ineptitudes de Zapatero han agotado el existente, de nada sirve cambiar los collares a los perros, qué más da que esté el PSOE en el gobierno que el PP, es absolutamente igual que roben unos que roben otros. Los ciudadanos estamos hartos de que nos roben unos y otros. El mayor problema que tenemos es que los que pretenden sustituir a los que se reparten lo público son aún peores, ni UPyD, ni IU, ni los nacionalistas, aún más ambiciosos que los que están van a resolver el problema.

Si no hay solución entre lo que existe, habrá que demandar lo que no existe. Habrá que crear algo nuevo, diferente, que se aleje de lo que nos ofrecen, porque lo que nos ofrecen son más problemas, para luego brindarnos soluciones imposibles, que les permita seguir jugando con nuestro bienestar. No hay solución al problema de la desposesión a que nos someten los políticos en estos términos.

El problema fundamental de lo que está ocurriendo es que los partidos políticos convencionales no acaban de morir y las nuevas formas de representación política no acaban de nacer, porque entre otras cosas ya se encargan desde los partidos políticos convencionales de imponer palos en las ruedas de todos los proyectos que se aventuran por un cambio real en la política española, por medio de “enviados” que tienen como objetivo boicotear cualquier paso adelante.

Sin embargo estamos condenados a salir de este marasmo, a pesar de los políticos. No se trata ya de un problema de ideologías, porque todas las ideologías son creencias que sirven para dominar al pueblo, sino de rebelión, de todos y cada uno de los que nos damos cuenta de que lo que hay debe acabarse y otra cosa diferente debe acontecer. Pero eso no ocurrirá si no nos ponemos de acuerdo en no votar por los partidos convencionales, la única forma de batir esta tiranía es apoyar a opciones que nada tengan que ver con lo que existe, cada uno a la que bien le parezca, si es posible congregando los votos en algunas, las que mas destaquen o las que sean más afines a nuestros valores y principios.

Pero si realmente queremos que las cosas cambien en España, tenemos que dejar de votar a los partidos convencionales, a todos, ninguno de ellos ha mostrado que sirva para algo más que para proveer a sus seguidores de prebendas y beneficios que, de no estar en la política, jamás hubieran alcanzado.

Cada uno que elija a quien quiera, pero ni un voto para el PSOE, PP, IU, UPyD y partidos nacionalistas, si nos ponemos de acuerdo en no votar por lo que existe, surgirá algo nuevo, y acabaremos con este vodevil en que se ha convertido la política. Ahora sabemos cual es el problema y quienes no son la solución. No podemos seguir alimentando con nuestros votos al monstruo que nos devora cada día.

Biante de Priena

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