Quizás en ningún otro ámbito de las políticas de José Luis, ese profundo feminista (sic), se pueda contemplar el esplendor de su demagogia como en la denominada política de Género. Quizás en ninguna otra se haya despilfarrado tanto dinero público para no lograr absolutamente nada más que inflar la cabeza de los españoles y españolas con un problema evaluado desde el histerismo y la malevolencia. Quizás la política de Género sea un testigo de cuanto se puede embaucar a la población ciudadana. Quizás la política de Género busque exclusivamente que las mujeres voten por “el caballero José Luis” que dice defenderlas, cuando lo único que hace José Luis es defender, como un jabato, el sueldo de las compañeras feministas, sindicalistas, políticas y asociadas, que promueven a José Luis como el mejor presidente, en pura simbiosis crematística. Es un gran negocio conjunto tener contratadas a 100.000 propagandistas a sueldo, ("las cienmil hijas de José Luis").
Quizás la política de Género sea un cuento, es lo que se puede deducir de la realidad social española en la que las matriculadas universitarias superan a los matriculados, en la que por ser mujer se reciben más ayudas del Estado que por ser hombre, y en la que la insidia de la paridad puede colocar a una imbécil en un cargo político, desplazando a sus compañeros que sin ser imbéciles, lo parecen, al aceptar tamaña estupidez.
Quizás la Ley de Violencia de Género sirva exclusivamente para generar desigualdad, más que para resolverla. Quizás el que se oculte que hay mujeres que asesinan a sus compañeros y se destaque el caso inverso sea una forma de intoxicar. Quizás el que los hombres alcancen en el sistema educativo actual menos grado de cualificación que las mujeres, no sea un grave error para el futuro.
Quizás la volatilidad de las parejas actuales sirva al propósito de reducir la identidad nacional a la mínima esencia, porque entre leyes del aborto consideradas como derechos y un paro juvenil del 40 % y la pérdida de toda ayuda, se esté contribuyendo al mayor descenso de la natalidad de Europa, por lo que España se terminará convirtiendo en Suiza, una tierra en la que cada vez habrá menos autóctonos y más emigrantes.
Quizás haya que explicar algún día por qué en España hay presos políticos por la Ley de Violencia de Género sin tener ningún delito tipificado en el código penal que hubiera encarcelado a mujeres por un motivo similar. ¿Hay en otros paises europeos hombres en las cárceles por los mismos delitos que se les atribuyen en España?. Quizás haya que comenzar a pagar indemnizaciones millonarias a casos como el de Diego Pastrana Viaco, linchado mediáticamente y encarcelado injustamente, por la Ley de Violencia de Género.
Quizás no sean exclusivamente fruto del error todas estas políticas de Género, sino de una sesuda estrategia electoral que considera que la defensa de las mujeres asegura un buen porcentaje de votos en cada confrontación.
Pero lo que si está claro que debe explicarse definitivamente, en estos momentos de crisis, paro y miseria, es como habiendo dedicado miles de millones de euros a la política de igualdad genérica, los indicadores de Equidad de Género ofrecidos por Social Watch se mantienen en 77 desde hace varios años (2006, 2007, 2008, 2009), mostrando la absoluta ineficacia de la política de José Luis para resolver las inequidades de género en este país. ¿Cómo puede ser que con el esfuerzo que se está realizando, España tenga uno de los niveles más bajos de los países europeos en el epígrafe de actividad económica (58) de las mujeres en comparación con los hombres, cuando países que han invertido la décima parte de lo que España se ha gastado en la igualdad laboral ha conseguido cifras mucho mejores?.
La mayor desigualdad de género que hay en España es laboral, en sueldos y en nivel alcanzado en la estructura organizativa. Pero claro, eso, que depende de los sindicatos fundamentalmente, ni se ha tocado, y como realmente no reporta puestos de trabajo para las compañeras que se dedican a vivir del feminismo, pues no tiene mayor interés. Lo que se destaca es que algún desgraciado asesina a su pareja, pero lo que se oculta es que esa pareja tenía una dependencia económica del desgraciado sin resolver, pero claro, no se le va a dar dinero a la maltratada quitándoselo a las compañeras feministas y disminuyendo sus puestos de trabajo, porque entonces, ¿quién le haría las campañas electorales a José Luis?. Lo primero es lo primero, vivir del asunto los afines, y luego, si además se hace algo por la causa, pues mejor que mejor.
¿Cuántas sinvergüenzas hay en el negocio?, como para esperar que resuelvan los problemas de Género como si fueran tontas, porque si lo hicieran ¿de qué iban a vivir después?. Por eso hay que mantener el problema sin que se resuelva del todo, para que siga siendo problema y permita a muchas mujeres comprometidas con la causa del feminismo seguir viviendo del cuento de la igualdad, cuando ellas son las primeras que se distinguen de las demás mujeres discriminadas por los privilegios inmerecidos que reciben. ¿Cuantas mujeres formadas, capaces son desplazadas de puestos de trabajo que se merecen, habitualmente sociales, por no ser feministas o partidarias de la cofradía de la ceja?. Es hora de que las mujeres descriminadas por sus compañeras feministas, sindicalistas o integrantes de colectivos comiencen a denunciar la estafa pública a la que estamos siendo sometidos por esa Santa Inquisición de las "evistas", que viven de la propaganda y el encubrimiento de la realidad.
Biante de Priena
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Quizás la política de Género sea un cuento, es lo que se puede deducir de la realidad social española en la que las matriculadas universitarias superan a los matriculados, en la que por ser mujer se reciben más ayudas del Estado que por ser hombre, y en la que la insidia de la paridad puede colocar a una imbécil en un cargo político, desplazando a sus compañeros que sin ser imbéciles, lo parecen, al aceptar tamaña estupidez.
Quizás la Ley de Violencia de Género sirva exclusivamente para generar desigualdad, más que para resolverla. Quizás el que se oculte que hay mujeres que asesinan a sus compañeros y se destaque el caso inverso sea una forma de intoxicar. Quizás el que los hombres alcancen en el sistema educativo actual menos grado de cualificación que las mujeres, no sea un grave error para el futuro.
Quizás la volatilidad de las parejas actuales sirva al propósito de reducir la identidad nacional a la mínima esencia, porque entre leyes del aborto consideradas como derechos y un paro juvenil del 40 % y la pérdida de toda ayuda, se esté contribuyendo al mayor descenso de la natalidad de Europa, por lo que España se terminará convirtiendo en Suiza, una tierra en la que cada vez habrá menos autóctonos y más emigrantes.
Quizás haya que explicar algún día por qué en España hay presos políticos por la Ley de Violencia de Género sin tener ningún delito tipificado en el código penal que hubiera encarcelado a mujeres por un motivo similar. ¿Hay en otros paises europeos hombres en las cárceles por los mismos delitos que se les atribuyen en España?. Quizás haya que comenzar a pagar indemnizaciones millonarias a casos como el de Diego Pastrana Viaco, linchado mediáticamente y encarcelado injustamente, por la Ley de Violencia de Género.
Quizás no sean exclusivamente fruto del error todas estas políticas de Género, sino de una sesuda estrategia electoral que considera que la defensa de las mujeres asegura un buen porcentaje de votos en cada confrontación.
Pero lo que si está claro que debe explicarse definitivamente, en estos momentos de crisis, paro y miseria, es como habiendo dedicado miles de millones de euros a la política de igualdad genérica, los indicadores de Equidad de Género ofrecidos por Social Watch se mantienen en 77 desde hace varios años (2006, 2007, 2008, 2009), mostrando la absoluta ineficacia de la política de José Luis para resolver las inequidades de género en este país. ¿Cómo puede ser que con el esfuerzo que se está realizando, España tenga uno de los niveles más bajos de los países europeos en el epígrafe de actividad económica (58) de las mujeres en comparación con los hombres, cuando países que han invertido la décima parte de lo que España se ha gastado en la igualdad laboral ha conseguido cifras mucho mejores?.
La mayor desigualdad de género que hay en España es laboral, en sueldos y en nivel alcanzado en la estructura organizativa. Pero claro, eso, que depende de los sindicatos fundamentalmente, ni se ha tocado, y como realmente no reporta puestos de trabajo para las compañeras que se dedican a vivir del feminismo, pues no tiene mayor interés. Lo que se destaca es que algún desgraciado asesina a su pareja, pero lo que se oculta es que esa pareja tenía una dependencia económica del desgraciado sin resolver, pero claro, no se le va a dar dinero a la maltratada quitándoselo a las compañeras feministas y disminuyendo sus puestos de trabajo, porque entonces, ¿quién le haría las campañas electorales a José Luis?. Lo primero es lo primero, vivir del asunto los afines, y luego, si además se hace algo por la causa, pues mejor que mejor.
¿Cuántas sinvergüenzas hay en el negocio?, como para esperar que resuelvan los problemas de Género como si fueran tontas, porque si lo hicieran ¿de qué iban a vivir después?. Por eso hay que mantener el problema sin que se resuelva del todo, para que siga siendo problema y permita a muchas mujeres comprometidas con la causa del feminismo seguir viviendo del cuento de la igualdad, cuando ellas son las primeras que se distinguen de las demás mujeres discriminadas por los privilegios inmerecidos que reciben. ¿Cuantas mujeres formadas, capaces son desplazadas de puestos de trabajo que se merecen, habitualmente sociales, por no ser feministas o partidarias de la cofradía de la ceja?. Es hora de que las mujeres descriminadas por sus compañeras feministas, sindicalistas o integrantes de colectivos comiencen a denunciar la estafa pública a la que estamos siendo sometidos por esa Santa Inquisición de las "evistas", que viven de la propaganda y el encubrimiento de la realidad.
Biante de Priena
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