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viernes, 10 de abril de 2009

La democracia en UPyD, ... es como el agua en Marte...

....Porque parece que existe pero no acaba de encontrarse..., pero hay que seguir creyendo, si la hubiera, sería posible la vida extraterrestre y sería maravilloso, ¿no creen?. Motivos para creer, aunque seamos laicos, es lo que nos falta, ya lo dijo monseñor Presidente.

En octubre Congreso y Declive, porque sin democracia los que no buscan exclusivamente patrocinio se irán aburridos, quedándose los más inútiles lameculos de la dirección, incapaces de presentar batalla política, y con Rosa no es suficiente...como tampoco fue posible en Ciutadans con Rivera.


Denuncia Juan Torrens Alzu en El País, “que no ha progresado una enmienda al reglamento de Unión Progreso y Democracia (UPyD) para admitir listas abiertas en la elección del Consejo de Dirección del partido. La propuesta sólo consiguió 15 votos de los 103 emitidos.

No por habitual en los partidos políticos (tan dados a presumir de democracia como a cercenar cualquier intento de renovación) deja de sorprender el férreo control ejercido para ahuyentar la disidencia y controlar sus cuadros rectores.

No parece pues que, funcionando con tal déficit democrático, puedan promover listas abiertas en los comicios ni pretendan modificar la ley electoral para que todos los votos valgan igual. Sus rimbombantes nombres no resultan sino un patético oxímoron de su práctica diaria”.

La reacción por parte del enmendador no se ha hecho esperar, al que parece que se ha invitado a abandonar el partido y que no es otro que Javier Carroquino, coordinador de UPyD deAragón y antiguo coordinador de Ciutadans de Aragón. En una carta que remite a un compañero y que ha llegado a nuestras manos casualmente, dice lo siguiente:

"En la reunión del Consejo Político, defendí la enmienda a la totalidad creo que con razones, argumentos y corrección. La primera réplica la hizo Carlos Martínez Gorriarán, repleta de descalificaciones, chascarrillos y sobre todo achacando a la enmienda cosas que no contiene ni de lejos. A este respecto, es de señalar que posiblemente muchos de los asistentes no habían podido leer las enmiendas, ya que todas ellas fueron enviadas a las tres de la tarde del día anterior, cuando muchos incluso ya habrían iniciado el viaje.

En mi contrarréplica, desmonté lo dicho por Carlos. Entonces la contrarréplica de la ponencia la hizo Rosa Díez, que no aportó razones en contra de la enmienda. Lo que sí hizo, en voz altísima y con acritud, fue decir que la enmienda y el borrador representaban “dos modelos diferentes” de partido y que si se aprobaba la enmienda ella no seguiría en el partido con ese modelo.

Así Rosa habló la última, con la ventaja para ella de que a mí no me quedase turno para contestarle, cosa que me hubiera gustado hacer. Ignoro si Rosa intervino al ver que Carlos había sido rebatido, como ya le pasó conmigo en la reunión de enero, o si era una táctica preconcebida para evitar que yo le pudiese contestar. Mucha importancia debía tener el asunto, o mucho miedo debía dar, para utilizar esos recursos y plantear semejante plebiscito.

El Consejo de Dirección no dio oportunidad al diálogo, sino que se opuso frontalmente y de forma que a mí me pareció agresiva e intimidatoria. Sólo se me ocurren tres causas: o la posibilidad de aprobación de la enmienda les daba miedo, o estaban atacándola pese a saber que no había razones explicables públicamente para ello, o deseaban provocar rechazo en quienes la defendíamos, para que abandonásemos el partido dejándolo sin voces críticas. O quizá una combinación de las tres.

Se procedió a la votación a mano alzada. El resultado fue de 15 votos a favor de la enmienda, 18 abstenciones y 70 votos en contra. Esto, que puede parecer un fracaso, requiere tener en cuenta varias circunstancias para su análisis. Por una parte, la votación más que de la enmienda se convirtió en un plebiscito. Por otra, la votación fue a mano alzada, no secreta, e incluso se tomaron fotos durante ella. De hecho, algún que otro consejero que había dicho privadamente que apoyaría la enmienda luego votó en contra. Por último, que 40 de los miembros del Consejo Político son los miembros del Consejo de Dirección más los designados directamente por éste.

Con estos datos, cabe considerar que las abstenciones fueron casi tan valientes como el voto a favor, que no sabemos si los que votaron en contra lo hicieron porque respaldaban el borrador o porque cedieron ante la enorme presión hecha por Rosa Díez y que una parte importante de los 70 votos contrarios procedían de los propios miembros del Consejo de Dirección y de los designados por éste. Estaríamos hablando de que un 32% del Consejo (33 de 103 asistentes) no votó favorablemente al reglamento y si descontamos la parte proporcional del Consejo de Dirección y sus designados directos (27,5 respecto a los asistentes), dicho porcentaje sería del 44%. Alguien se podrá burlar públicamente de estas cifras, pero, para haberse puesto sobre la mesa la amenaza de abandono por parte de Rosa Díez, y votándose en un órgano donde 40 de los componentes los designa el CD que ella dirige, creo que son muy dignas de consideración."

Realmente UPyD ha dado su último paso hacia la decadencia democrática, las viejas prácticas estalinistas del autoritarismo del líder y el mensaje único vuelven a hacer furor entre los “magentios”.

No se requieren más pruebas, hoy, como ayer le ocurrió en Ciutadans, UPyD ha caducado gracias a sus dirigentes que confunden la democracia con un negocio, la justicia con el derecho de pernada y los límites de la libertad con sus temores ancestrales.

A los que siguen en este partido por otra razón distinta a la prmoción personal decirles que están perdiendo el tiempo, en Ciutadans se vivió exactamente lo mismo al final: una dirección política autoritaria que se opone a buena parte de la militancia del partido con tal de seguir en la poltrona jugando a napoleones y madelones de barrio periférico con pretensiones.

Erasmo de Salinas

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