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miércoles, 13 de enero de 2010

Disputando por la razón, mientras se llevan el dinero


Creo que va siendo hora de un cambio de marcha en la oposición crítica al Gobierno, en general a todos los políticos, que se realiza en internet. Es hora de que dejemos de hacer el pardillo.

La arena política había sido hasta nuestros días un ágora, un lugar en el que se disputaba por la razón, en el que se establecían diálogos, debates, consensos y disensos. Pero las cosas han cambiado con la llegada de las nuevas tecnologías, porque hemos descubierto que la razón no es lo único, ni siquiera lo más importante que se disputa en la política. La razón es simplemente una máscara.

Lo que se disputa en política es el poder y el dinero, y si se me permite una reducción, exclusivamente el dinero, porque el poder se utiliza para desviar dinero a unos lugares o a otros, además de permitir vivir cómodamente a sus actores.

Así dejamos que corran ríos de tinta para disputar si el Presidente del Gobierno español, tiene razón o no la tiene, como si a él le importara lo más mínimo en su impostada actuación tener o no tener razón. Como si acaso sirviera de algo que no la tenga, tras tantas veces como se han demostrado sus equivocaciones y no ha ocurrido absolutamente nada. Puede no tener razón en nada de lo que diga, y sin embargo seguirá haciendo lo que le dé la gana.

Los ciudadanos estamos atrapados por la creencia de que los políticos quieren hacer las cosas bien, y que cuando se equivocan, yerran por ser humanos, como cualquiera. Nada más lejos de la realidad, los políticos quieren imponer su criterio y lo hacen, importándoles un rábano si tienen razón o no la tienen, porque su objetivo es utilizar el poder al servicio de las ideas que les consolidan y perpetúan, no sus ideas al servicio del poder para procurar o incrementar el bienestar de sus electores.

En términos taurinos, la disputa por la razón es una capa que permite establecer el engaño a la opinión pública por el poder. Todos los días asistimos a confrontaciones que parecen anticipar la tercera guerra mundial informativa, para que al día siguiente el pescado siga envolviéndose con las noticias de ayer.

El objetivo de esta disputa mediática, sin parangón, es precisamente la alimentación de la opinión pública a la medida, es fruto de los medios de comunicación digitales, de la comunicación inmediata que proporciona internet, y posiblemente del tiempo de ocio que cada día va siendo más abundante, tanto porque hay más gente sin trabajo, como porque muchos de los que trabajan lo hacen con menor intensidad.

Las disputas sobre la razón se han convertido en un magnífico videojuego. Vamos tras la noticia como cazadores de sueños. Perseguimos con denuedo objetivos que al día siguiente abandonamos para dirigirnos hacia otros distintos. Intentamos desenmascarar al poder hasta llegar a la frustración, mientras el poder se oculta en nuevas máscaras de información. Vivimos una época de expansión de la comunicación y todavía no sabemos como manejarla, no estamos preparados para resolver la saciedad, cuando venimos de vivir en la hambruna.

Lo que está ocurriendo fue descrito por diversos pensadores como Marcuse, Camus, Bauman, Ortega y Gasset, Popper o MacLuhan. Estamos asistiendo a nuestra propia incineración, la voluntad, la intención , el juicio, el criterio, la acción, se consumen en salvas. El exceso de información, manipulada o no, nos está encadenando a la montaña del destino, como el sosias de la humanidad que fue Prometeo fue inmovilizado por Zeus (el poder) por haber robado el fuego de los dioses y entregárselo a los humanos (la ilusión de hacerse con el poder).

El exceso de información no nos libera, al contrario, nos paraliza. La disputa no puede estar en las ideas, porque eso es una batalla perdida, sencillamente porque mientras jugamos por tener razón, otros disfrutan del poder con razón o sin ella.

La disputa con el poder debe realizarse de forma inmediata en el escenario de los hechos (no de las ideas). Los hechos políticos, ahí está el rival a batir por los ciudadanos, porque tras cada hecho político hay responsables y si los hechos son erróneos, provocan un malestar, despilfarran los fondos públicos, recortan las libertades y derechos, producen perjuicio, los ciudadanos debemos exigir reparación y restitución a los autores del daño, responsabilidad, y si es necesario, destitución. Sin control, ni limitaciones de los ciudadanos a los usos y abusos del poder, la democracia se transforma en una tiranía (la información no es un control -tratamiento-, es una constatación -diagnóstico-).

Es hora de darle una vuelta de tuerca a la civilización occidental, porque los políticos nos despistan con un juego por la disputa de la razón, mientras hacen lo que les da la gana en un juego de poder, en plena irresponsabilidad e impunidad.

Queridos amigos, queridas amigas, en este blog vamos a plantarnos en esta revolución a partir de ahora, esperamos que otros nos acompañen, y la única forma es resolver la inducción al olvido a que nos someten cada día con la presencia de nuevas noticias, la actualización inmanente y permanente, nos impide atrapar con fuerza la impostura. Es hora de que no dejemos que el olvido inducido, la intoxicación informativa, la saciedad, y el desinterés que ocasiona nos impida el movimiento, la acción de liberación.

El poder se mide en hechos, tanto en sus excsos como en sus defectos, no en ideas, las ideas no son punibles, los hechos sí lo son. Exijamos responsabilidad a los políticos sobre sus hechos. Cuatro millones y medio de parados no es una entelequia.

Erasmo de Salinas

La última Esperanza del individuo


"La última esperanza del individuo no es conformarse con que nos van a solucionar nuestros problemas desde el poder político.

Al contrario, la esperanza: viene del inconformismo, la beligerancia, la no aceptación de las imposiciones establecidas por los poderes fácticos y represores que nos dirigen y manipulan un día tras otro, un año tras otro, un siglo tras otro.

Tenemos que gritar
“Queremos mas libertad”,
“Queremos mas democracia”,
“Queremos mas capacidad individual para decidir lo que nos interesa”,
“Queremos menos intervencionismo político en la sociedad y la economía”.
“Queremos que no nos sigan robando”, en definitiva
“Queremos mas Libertad”.




La última esperanza del individuo, no es que se solucionen las crisis económicas que le destruyen; Dichas crisis son cíclicas y “Teóricamente” inevitables por causas ajenas al ciudadano que las sufre.

No es ninguna esperanza la labor de políticos y sus partidos, porque sus intereses son: La disputa del poder, el acomodo personal y de sus allegados; Doy por hecho con la experiencia del día a día que su función no es más que ser: Los serviles lacayos de la banca, las grandes corporaciones empresariales y sus lobbys de presión, además de sus intereses personales.

“Eso es, así es, el capitalismo” me decía no hace mucho un buen amigo, sindicalista él.

¡Eso no es el Capitalismo¡- le respondí.

Lo que tu defines como capitalismo es otra cosa, que la podemos llamar de muchas maneras, pero nunca “Capitalismo”.

Es el “Mercantilismo” el concepto adecuado para definir la sociedad.

El Mercantilismo, siendo como es, “un manipulado sistema de mercado”, que aún sometido inevitablemente a la ley de la oferta y la demanda, carece totalmente de libertad de mercado, e inevitablemente cae en un escenario de: “Sobre-legislación”, corrupción, fraude, abuso, privilegio de algunos, e injusticia social para la mayoría.

Entendiendo del Capitalismo lo que es: Como la libertad individual y voluntaria de las personas y empresas, a comerciar, intercambiar y contratar toda clase de bienes y servicios, Sin intervención, coacción, obstrucción, traba, o cortapisa, por parte del estado, persona o empresa, y teniendo como limite de dicha libertad: “Al fraude”, “la extorsión”, “el chantaje”, “el abuso” o “la violencia”.

Entiendo también que en un sistema Mercantilista, el Estado interviene en la economía adulterando la libertad de mercado, manipulando la ley de la oferta y la demanda, y no gobierna para los intereses de los ciudadanos y sus negocios. Lo hace para las corporaciones financiero/empresariales afectas y sus intereses, particulares y privados. Da un trato de favor a las grandes empresas que habitualmente financian la actividad política de los partidos gobernantes, en detrimento y destrucción de los intereses de los trabajadores autónomos”Free Lance”, las pequeñas y medianas empresas, y sus trabajadores.

Es por todo lo anterior, que no nos dejemos engañar, que esto que vivimos, es un sistema Mercantilista camuflado de Capitalismo, donde se llama falsamente Capitalistas a Los monopolistas, ¡sí¡, a los oligopolios financieros y sus grandes corporaciones empresariales, con el dinero de todos nosotros, ¡sí, Con tu dinero¡.

Con lo cual: En España, en Europa y gran parte del mundo civilizado, hemos pasado de un sistema feudal, donde éramos siervos, y serviles lacayos del aristócrata de turno, al que contribuíamos con el diezmo en una relación de semi esclavitud, para ser lo mismo pero del estado y sus parásitos que nos chupan la sangre día a día…, que se nos llevan mas del 50% de nuestro sudor, esfuerzo y esperanza.

La esperanza se llama “Libertad”,
* No hay Libertad sin respeto a las personas y sus propiedades.
* No hay Libertad sin libertad para contratar, comerciar y emprender.
* No hay Libertad sin independencia de la monopolizada y mercantilizada “Justicia”.
* No hay Libertad sin igualar en derechos y oportunidades ante el individuo y la sociedad, a las privilegiadas corporaciones financieras.
* No hay Libertad sin respeto a la libertad del individuo, su iniciativa, y su capacidad de emprendimiento.
* No hay Libertad, sí mas de la mitad de lo que el ciudadano produce es directa y coactivamente robado por el estado, grandes empresas y sus parasitarios apólogos, con sus tripas, “bien”, pero que ¡muy bien agradecidas¡.

La última esperanza del individuo no es conformarse con que nos van a solucionar nuestros problemas desde el poder político. Al contrario, la esperanza: viene del inconformismo, la beligerancia, la no aceptación de las imposiciones establecidas por los poderes fácticos y represores que nos dirigen y manipulan un día tras otro, un año tras otro, un siglo tras otro. Tenemos que gritar

“Queremos mas libertad”,
“Queremos mas democracia”,
“Queremos mas capacidad individual para decidir lo que nos interesa”,
“Queremos menos intervencionismo político en la sociedad y la economía”. “Queremos que no nos sigan robando”, en definitiva
“Queremos mas Libertad”.

Alberto M. Marco

El Liberal

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