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martes, 14 de abril de 2009
Cerrando UPyD a la democracia participativa
Los políticos pierden credibilidad cuando cometen incoherencias. Un caso singular es el de Rosa Díez y las listas abiertas dentro de su partido.
En el vídeo grabado en Oviedo el 21 del 11 de 2007, se puede apreciar como Rosa Díez dice: "yo soy defensora de las listas abiertas", -a pesar del corte (1:10)-, lo que se confirma en otros medios como La Nueva España y el blog de José Sobrado.
Sin embargo, a pesar de las manipulaciones en la prensa, no hay tal cosa en el reglamento que se propone para elegir la dirección de UPyD, la ejecutiva del partido, que será seleccionada con una lista cerrada y bloqueada por designación directa de Rosa Díez o quien corresponda, y que sólo podrá ser ratificada por los militantes (y no rectificada).
En el caso del Consejo de Dirección, el órgano de máxima autoridad y representación del partido, será por LISTAS CERRADAS de 21 miembros que podrán ser presentadas por cualquier afiliado.
¿Quién se atreverá a votar contra la lista monolítica de Rosa Díez?. Así que lo que diga Rosa Díez será el partido, y no lo que diga el partido será Rosa Díez. ¿Lo pillan?.
Si la ejecutiva del partido, que es el máximo órgano de poder (algo parecido a un comité central) tiene el control absoluto del poder, y nadie puede rectificarlo entre congresos -algo similar a lo que ocurre en el seno del PSOE- aquí tenemos una fórmula de elección de listas abiertas para lo consultivo y de listas cerradas para el ejecutivo. Todos pueden opinar, pero sólo los elegidos para la gloria por el líder o la lideresa, pueden decidir.
¿Qué tiene que ver esto con la democracia participativa y la regeneración democrática que ha pregonado Rosa Díez por toda España?.
Así no se va a ninguna parte. Un caso más de la misma degeneración democrática de siempre. Malos tiempos para la lírica.
Erasmo de Salinas
En el vídeo grabado en Oviedo el 21 del 11 de 2007, se puede apreciar como Rosa Díez dice: "yo soy defensora de las listas abiertas", -a pesar del corte (1:10)-, lo que se confirma en otros medios como La Nueva España y el blog de José Sobrado.
Sin embargo, a pesar de las manipulaciones en la prensa, no hay tal cosa en el reglamento que se propone para elegir la dirección de UPyD, la ejecutiva del partido, que será seleccionada con una lista cerrada y bloqueada por designación directa de Rosa Díez o quien corresponda, y que sólo podrá ser ratificada por los militantes (y no rectificada).
En el caso del Consejo de Dirección, el órgano de máxima autoridad y representación del partido, será por LISTAS CERRADAS de 21 miembros que podrán ser presentadas por cualquier afiliado.
¿Quién se atreverá a votar contra la lista monolítica de Rosa Díez?. Así que lo que diga Rosa Díez será el partido, y no lo que diga el partido será Rosa Díez. ¿Lo pillan?.
Si la ejecutiva del partido, que es el máximo órgano de poder (algo parecido a un comité central) tiene el control absoluto del poder, y nadie puede rectificarlo entre congresos -algo similar a lo que ocurre en el seno del PSOE- aquí tenemos una fórmula de elección de listas abiertas para lo consultivo y de listas cerradas para el ejecutivo. Todos pueden opinar, pero sólo los elegidos para la gloria por el líder o la lideresa, pueden decidir.
¿Qué tiene que ver esto con la democracia participativa y la regeneración democrática que ha pregonado Rosa Díez por toda España?.
Así no se va a ninguna parte. Un caso más de la misma degeneración democrática de siempre. Malos tiempos para la lírica.
Erasmo de Salinas
Sin votos no hay paraiso
Siempre me ha provocado extraordinaria curiosidad el conocimiento de las razones no manifiestas de por qué la mayoría de la gente que no cree en Dios, cree fanáticamente en un político de izquierdas: Felipe González, Fidel Castro, Hugo Chávez, Rodríguez Zapatero o Rosa Díez. Hace años conocí a un socialista que tenía una foto de Felipe González en la cabecera de su cama, otros tienen a Monseñor Escrivá de Balaguer, es cierto.
Y esa forma de creer fanática de las izquierdas ateas, es la misma del creer fanático de los conservadores devotos cristianos. En su conjunto, entre tirios y troyanos, tenemos medio país que no negocia el futuro con nadie más que con la memoria de los muertos, anclados al mismo destino desde su nacimiento y acunando el odio a los rivales desde la más tierna infancia. Esa España, que también está ahí, es la que nos aleja de cualquier opción de futuro y de la superación de los estereotipos habituales.
Así lo señala la publicación británica The Economist en un artículo titulado “Big in América”, y en el que dice que España no puede hacer mucho para evitar los estereotipos de toros y flamenco. En realidad, tampoco los norteamericanos se libran de los indios, los vaqueros, y las hamburguesas, y los británicos del Dios Salve a la Reina y el té de las cinco. En este vendaval de globalización de las crisis y sus soluciones, los occidentales nos aferramos a los estereotipos como una tabla de salvación. El estereotipo cultural es el último reducto de la civilización, como los refranes y aforismos de la cultura o algo así.
Aquí tenemos un refrán magnífico para definir estas cosas: pedir peras al olmo. Zapatero no puede hacer acuerdos globales con Rajoy, por qué en la diferencia se gana los votos, y su electorado más panfletario no se lo perdonaría y Rajoy, no puede hacerlos con Zapatero por qué el electorado no se lo perdonaría, los únicos rojos que se aceptan en la derecha son los cardenales.
Claro, por la misma razón UPyD y Ciutadans no pueden establecer un acuerdo, no tendría sentido, por qué ciutadans es un partido prácticamente catalán y UPyD un partido centralista. La química entre sus dirigentes es más propia de la preparación de explosivos, y UPyD espera a que Ciutadans acabe de sucumbir de una vez en Cataluña, para hacerse con los restos del naufragio.
En realidad, Ciutadans y UPyD se parecen mucho, tienen un elenco dirigente autoproclamado (nada que ver con el fascismo), se sirven de la democracia para refrendar sus puntos de partida con una militancia adoctrinada y obediente, y aspiran a convertirse en la tercera vía política de este país. Ambos movimientos se apoyan fundamentalmente en sus carteles de liderazgo: con Albert Rivera y Rosa Díez, y recogen en su apoyo, a los intelectuales comprometidos con la presencia pública permanente y algún otro.
Precisamente en un debate que celebramos recientemente en Barcelona, militantes y exmilitantes de Ciutadans y UPyD, llegamos a la misma conclusión: así no llegan a ningún lado. Sin democracia, sin libertad, blindando los aparatos dirigentes, impidiendo nuevas alternativos o alternativas críticas, no hay nada que hacer. Ambos son partidos laicos, pero en la organización jerárquica de la dirección del partido, compiten con el mismo Vaticano en perfeccionamiento.
Es cierto, muchos ciudadanos próximos a estos partidos estamos hartos de denunciar siempre lo mismo, que los dirigente son inamovibles, que no hay debate en el interior del partido – en Ciutadans, ciertamente hay que reconocer que lo hubo-, que la democracia es maleable, la libertad una utopía, y la mejor forma de medrar y ocupar puestos es lamerle el colector a los de siempre.
Digo yo, que donde vamos así, cono organizaciones políticas que se ofrecen como novedad y están ancladas en la primera mitad del siglo pasado, con líderes que se creen aquello de: “el partido soy yo”, y con una militancia aborregada dispuesta para creer en la inmediata llegada de extraterrestres en platillos volantes rojos para salvar la tierra, con una cruz en vez de antena.
En conclusión, para que este país pueda avanzar lo primero de lo primero que hay que hacer es denunciar las malas artes de las opciones políticas que se presentan como novedad para sustituir al PSOE y el PP existentes, y que en realidad se ha constatado que son más de lo mismo, así que en vez de funcionar como un acicate para motivar el cambio interno en las grandes formaciones políticas de este país, funcionan como un blindaje de que continúe el mismo procedimiento.
Si a los problemas políticos de los españoles con los partidos convencionales –democracia, transparencia, mérito-, se presentan soluciones que forman parte del mismo problema en los partidos que pretenden desbancarlos, no hay solución posible. Ciutadans y UPyD son “los otros necesarios”, para que en este país no cambie nada, en realidad son los necesarios simétricos que aumentando la oscuridad, permiten que el escenario central brille más, un efecto de contraste que facilita la continuidad en la política.
La alternativa política en España sigue siendo lo que Ciutadans y UPyD dicen que van a hacer en sus idearios, y que luego se amolda al delirio inconfeso de sus dirigentes. Son partidos plataforma, en los que un señor o señora que habla bien, sale mucho en la tele y repiten con el mismo sentido político que las cotorras, lo que la gente espera escuchar. Y así, se van ganando la vida, con la maltrecha España como estandarte, y haciéndose un hueco en la historia de la infamia, como diría Don Borges, desde una esquinita huérfana de alguna calle de Buenos Aires.
Y en junio hay elecciones europeas. Si la abstención alcanza el 50 % o más, se debería proponer el cierre del Parlamento Europeo, al menos de forma provisional, para ahorrar unos cuantos millones de euros. Si fuera un banco, con las pérdidas que da, ya estaría intervenido. Pero como vamos a creer en nosotros mismos, si nos sacan motivos para creer en ellos, por todas partes; y nos los cobran por anticipado, lo de hacese propaganda a costa nuestra, y luego dicen que es por el bien de la democracia. ¡Anda ya!.
Biante de Priena
Y esa forma de creer fanática de las izquierdas ateas, es la misma del creer fanático de los conservadores devotos cristianos. En su conjunto, entre tirios y troyanos, tenemos medio país que no negocia el futuro con nadie más que con la memoria de los muertos, anclados al mismo destino desde su nacimiento y acunando el odio a los rivales desde la más tierna infancia. Esa España, que también está ahí, es la que nos aleja de cualquier opción de futuro y de la superación de los estereotipos habituales.
Así lo señala la publicación británica The Economist en un artículo titulado “Big in América”, y en el que dice que España no puede hacer mucho para evitar los estereotipos de toros y flamenco. En realidad, tampoco los norteamericanos se libran de los indios, los vaqueros, y las hamburguesas, y los británicos del Dios Salve a la Reina y el té de las cinco. En este vendaval de globalización de las crisis y sus soluciones, los occidentales nos aferramos a los estereotipos como una tabla de salvación. El estereotipo cultural es el último reducto de la civilización, como los refranes y aforismos de la cultura o algo así.
Aquí tenemos un refrán magnífico para definir estas cosas: pedir peras al olmo. Zapatero no puede hacer acuerdos globales con Rajoy, por qué en la diferencia se gana los votos, y su electorado más panfletario no se lo perdonaría y Rajoy, no puede hacerlos con Zapatero por qué el electorado no se lo perdonaría, los únicos rojos que se aceptan en la derecha son los cardenales.
Claro, por la misma razón UPyD y Ciutadans no pueden establecer un acuerdo, no tendría sentido, por qué ciutadans es un partido prácticamente catalán y UPyD un partido centralista. La química entre sus dirigentes es más propia de la preparación de explosivos, y UPyD espera a que Ciutadans acabe de sucumbir de una vez en Cataluña, para hacerse con los restos del naufragio.
En realidad, Ciutadans y UPyD se parecen mucho, tienen un elenco dirigente autoproclamado (nada que ver con el fascismo), se sirven de la democracia para refrendar sus puntos de partida con una militancia adoctrinada y obediente, y aspiran a convertirse en la tercera vía política de este país. Ambos movimientos se apoyan fundamentalmente en sus carteles de liderazgo: con Albert Rivera y Rosa Díez, y recogen en su apoyo, a los intelectuales comprometidos con la presencia pública permanente y algún otro.
Precisamente en un debate que celebramos recientemente en Barcelona, militantes y exmilitantes de Ciutadans y UPyD, llegamos a la misma conclusión: así no llegan a ningún lado. Sin democracia, sin libertad, blindando los aparatos dirigentes, impidiendo nuevas alternativos o alternativas críticas, no hay nada que hacer. Ambos son partidos laicos, pero en la organización jerárquica de la dirección del partido, compiten con el mismo Vaticano en perfeccionamiento.
Es cierto, muchos ciudadanos próximos a estos partidos estamos hartos de denunciar siempre lo mismo, que los dirigente son inamovibles, que no hay debate en el interior del partido – en Ciutadans, ciertamente hay que reconocer que lo hubo-, que la democracia es maleable, la libertad una utopía, y la mejor forma de medrar y ocupar puestos es lamerle el colector a los de siempre.
Digo yo, que donde vamos así, cono organizaciones políticas que se ofrecen como novedad y están ancladas en la primera mitad del siglo pasado, con líderes que se creen aquello de: “el partido soy yo”, y con una militancia aborregada dispuesta para creer en la inmediata llegada de extraterrestres en platillos volantes rojos para salvar la tierra, con una cruz en vez de antena.
En conclusión, para que este país pueda avanzar lo primero de lo primero que hay que hacer es denunciar las malas artes de las opciones políticas que se presentan como novedad para sustituir al PSOE y el PP existentes, y que en realidad se ha constatado que son más de lo mismo, así que en vez de funcionar como un acicate para motivar el cambio interno en las grandes formaciones políticas de este país, funcionan como un blindaje de que continúe el mismo procedimiento.
Si a los problemas políticos de los españoles con los partidos convencionales –democracia, transparencia, mérito-, se presentan soluciones que forman parte del mismo problema en los partidos que pretenden desbancarlos, no hay solución posible. Ciutadans y UPyD son “los otros necesarios”, para que en este país no cambie nada, en realidad son los necesarios simétricos que aumentando la oscuridad, permiten que el escenario central brille más, un efecto de contraste que facilita la continuidad en la política.
La alternativa política en España sigue siendo lo que Ciutadans y UPyD dicen que van a hacer en sus idearios, y que luego se amolda al delirio inconfeso de sus dirigentes. Son partidos plataforma, en los que un señor o señora que habla bien, sale mucho en la tele y repiten con el mismo sentido político que las cotorras, lo que la gente espera escuchar. Y así, se van ganando la vida, con la maltrecha España como estandarte, y haciéndose un hueco en la historia de la infamia, como diría Don Borges, desde una esquinita huérfana de alguna calle de Buenos Aires.
Y en junio hay elecciones europeas. Si la abstención alcanza el 50 % o más, se debería proponer el cierre del Parlamento Europeo, al menos de forma provisional, para ahorrar unos cuantos millones de euros. Si fuera un banco, con las pérdidas que da, ya estaría intervenido. Pero como vamos a creer en nosotros mismos, si nos sacan motivos para creer en ellos, por todas partes; y nos los cobran por anticipado, lo de hacese propaganda a costa nuestra, y luego dicen que es por el bien de la democracia. ¡Anda ya!.
Biante de Priena
Categorías:
Crisis en Ciudadanos,
Elecciones Europeas,
UPyD
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