Como lo leen, ninguna salida, estamos abocados al fracaso más estrepitoso, llegaremos a los cinco millones de parados, nos echarán de Europa, y Zapatero volverá a ganar las elecciones hasta 2020, por lo menos.
La estrategia de Rajoy es muy peligrosa y poco patriótica, consiste en esperar a que la crisis hunda el país, para que los propios votantes de Zapatero se le echen a la yugular. Ciertamente, no le falta razón, heredar la miseria que va a dejar el PSOE es una cuestión peliaguda.
Porque no sólo se hereda un país en déficit galopante, endeudado, con cuatro millones de parados; en estos momentos se hereda también el cabreo de los españoles con la política, con la economía, con la propia supervivencia, el conflicto económico con las autonomías, el déficit comercial, el empobrecimiento en más de un 20 % en la riqueza de los españoles, y la quiebra próxima del sistema de pensiones. Así que lo recomendable es hacer mutis por el foro, silbando el Sitio de Zaragoza, mientras se mira de reojo y discretamente a la situación, y esperar la debacle final cruzados de brazos.
A nadie le gusta heredar los errores de los demás, ni por España, ni por los españoles, ni por leches en vinagre. Si tiraron el país, que lo levanten, que inventen ellos. Están las cosas como para arrimar el hombro. Se ha resquebrajado el telón de la propaganda y estamos a punto de contemplar la realidad en su máximo esplendor. Sin duda, vuelve la miseria a España de la mano de los que prometían el cielo y nos han llevado directamente al infierno, y eso que son laicos.
Y como Zapatero solo sabe de cuidados paliativos, porque ha demostrado ser incapaz de pensar en medidas preventivas- “no hay crisis”- y menos un diagnóstico acertado y un tratamiento correcto. ¿Se acuerdan ustedes del equipo económico con no se cuantos premios Nóbel que se había preparado para triunfar en las elecciones?. Pues nunca más se supo y eso que íbamos a ser la envidia de Occidente.
Siendo sincero con ustedes, les diré cual es la causa de la crisis de este país, pues sencillamente que la gente ocupa puestos de trabajo para los que no están preparados, los políticos han infectado la administración pública de una enfermedad muy contagiosa: el lerdismo, sí, como lo oyen.
Fíjense que gracias al PSOE, ha llegado la hora de que los que no han pegado palo al agua en su vida ocupen puestos de trabajo por los que les pagan más de 10.000 euros al mes, y claro, no los valen y como dice un amigo mío que trabaja en la administración pública como funcionario: “verás, yo que me he molestado en sacar una carrera para ver que mi jefe es un inútil con carnet, no voy a molestarme en sacarle las castañas del fuego, que se las saque por sus propios medios”. Y tiene razón, mucha razón, porque la gente no se pasa cinco o seis años estudiando, para tener que aguantar luego las pijadas de un mendaz baboso que representa a los sindicatos de clase diciéndole que el mundo es cuadrado, y a un director del PSOE que se festeja a sí mismo en cada escena o a un excelso petimetre del PP como gerente. Así que a cumplir y cobrar, no queda otra.
El principal problema que hay en este país es la ocupación de los puestos de trabajo con poder por auténticos ineptos con carnet, por políticos del partido socialista español o del partido popular, que en la vida hubieran pasado de la mediocridad laboral por sus propios méritos. Y claro, llegado un problema como el que tenemos, pues ni puta idea para resolverlo y todos esperando a que Zapatero diga que se hace, cuando el pobre, está más perdido que en el G-20.
Nadie puede exigir a los demás que cumpla, que entregue lo mejor de sí mismo, si está viendo como unos cuantos aprovechados se reparten desde el poder el dinero público para garantizarse el porvenir y dejar que las cosas sigan su propia inercia.
Ese es el auténtico problema diferencial que tenemos en España, la infinita corrupción de la administración pública, de la gestión de los servicios públicos, de la utilización del poder. Porque los españoles tendrán pocas cosas claras, pero sin duda saben que la época feudal se acabó hace siglos, y los mejores tienen que demostrarlo, no ahorrárselo con afiliarse al PSOE o al PP, y recibir mucho más de lo que se merecen.
Así que estamos perdidos, porque en estas condiciones los mejores están viviendo de rentas, y van a seguir haciéndolo. ¿Si ustedes fueran empresarios invertirían hoy en crear un nuevo negocio para contratar a veinte personas?. Evidentemente no, por la crisis internacional y por la nacional.
La crisis nacional es precisamente la de tener incapaces ocupando los puestos de los que realmente debieran estar ahí, con capacidad resolutoria, pero en estas circunstancias están todos en la empresa privada, porque saben que en la pública no realizarán carrera si no se afilian al los sindicatos mudos o a los partidos en el poder.
Así que a la crisis internacional, en España sumamos los numerosos liberados sindicales dispuestos a joder cualquier negocio, los directivos de la cosa pública que a duras penas han sacado el bachiller, y los coordinadores de servicios que han hecho la pelota o se han afiliado al partido gobernante, sea municipal, autonómico o estatal. Una legión de ineptos bajo el pabellón de la Z, del mundo de nunca jamás volveremos a estar bien como perdamos la posición que hemos alcanzado y que sabemos que no nos merecemos.
Y entre la necedad irrefutable de los políticos administrando la cosa pública y la cerrazón de los funcionarios, salvo los más pelotas, a seguirles la corriente, vamos a disfrutar del mayor espectáculo del mundo, con las obras de Maleni, las genialidades de Sebastián, las chorradas de Pepiño, los brindis al sol de Chacón, la mano dura de Cabrera, los chistes de Rubalcaba, las meteduras de pata de Corbacho, los deslices de Solbes, las histerias de De la Vega, la enjundia de Bermejo, el curriculum de Soria, las veleidades de Salgado, los despitorres de Moratinos, las viviendas de Corredor, los pronósticos de Espinosa y la cosa horrorosa de Arosa, la innovación que nunca existió de Garmendia y las coces de Bibiana.
Y por supuesto, toda la trama de espionaje de Superagente 86 de los simpáticos chicos y chicas del Partido Popular, en ese juego magnífico de vamos a hacer algo para divertirnos mientras se cae el país, un book para el mundo o devorarnos, como siempre. Mientras Gallardón se mira la sombra, Aguirre se mira a sí misma, Rato dice que España es así, Aznar se pasea por el mundo, y Rajoy espera tiempos mejores, que nunca llegarán.
En España vivimos en un modelo de dependencia estatal absoluto, gracias a que a algunos les ha interesado que crezca sin límites el Estado Providencia, y han inducido a los españoles a que piensen que pueden vivir sin preocuparse, y sin ocuparse, que con votar cada cuatro años tienen garantizado lo mínimo sin dar golpe, y si quieren algo más, pues que se lo curren, que para eso vivimos en un país de grandes oportunidades y escasas ocasiones.
Rajoy es gallego, sabe esperar, a paciencia no le gana nadie y está haciendo lo que tiene que hacer, ni moverse, hasta que todo el mundo pued ver la foto completa y ampliada del desastre que ha organizado Zapatero, hasta que los suyos le reclamen lo que les prometió, hasta que tenga que salir deprisa del poder antes de que algunos grupos exaltados, acaben quemando La Moncloa.
El problema es saber cual es la línea de resistencia de Zapatero, que como vive al lado de Alicia en el país de las maravillas, igual acaba pensando que cuando se despierte de esta pesadilla todo estará arreglado.
Pobre España, y pobres españoles, gracias a la política y a éstos que se llaman políticos, y en realidad son unos aprovechados sin escrúpulos.
Biante de Priena