0. “Como el silencio es, a veces, la peor de las mentiras” (Unamuno), me he permitido romperlo y poner negro sobre blanco y compartir estas reflexiones sobre mi actitud ante los comicios del próximo 7 de junio. Al hacerlo, no olvido que, según reza el adagio popular, “la ropa sucia se debe lavar en casa”, si funciona la lavadora; pero si no funciona, como es el caso en UPyD, se va al lavadero público, donde hay mucha ropa tendida. ¡Y que cada cual apechugue con su responsabilidad y aguante su vela! Además, no olvido tampoco que “cuando no hay justicia es peligroso tener razón y decir la verdad” (Quevedo).
1. No votaré la lista de UPyD por la forma en que ha sido confeccionada. Al contrario de la primavera de Antonio Machado (que “ha venido y nadie sabe cómo ha sido”), la lista de UPyD para las europeas ha llegado y todos sabemos cómo: ha sido elaborada, como en cualquier partido político, par la cúpula dirigente o por algún miembro o “miembra”, sin participación, ni implicación de los militantes. Desde este punto de vista, UPyD es como cualquier otro partido. Y esto, para mí, no es de recibo, ya que el fin no justifica cualquier medio y yo no tengo tragaderas para comulgar con estas ruedas de molino. Como dejó escrito Plutarco “no basta con que la mujer del César sea honrada, debe parecerlo” o, como sentenció Séneca, “lo que las leyes no prohíben debe prohibirlo la honestidad” radical, añado yo.
2. No votaré la lista de UPyD porque esta forma discrecional y autoritaria de “hacer” está en las antípodas y en contradicción con los principios y valores sobre los que se fundamenta nuestro partido, UPyD, y con los fines que persigue: regenerar la vida política española, potenciar la democracia interna de los partidos, instaurar otra forma de hacer política, promover la transparencia, combatir contra la pasividad y la indiferencia de los ciudadanos, etc. Esta forma discrecional y autoritaria de “hacer” confirma, una vez más, que una cosa es predicar y otra, dar trigo; y que, muchas veces, en casa del herrero, cuchillo de palo.
3. No votaré la lista de UPyD porque no llego a imaginar los criterios utilizados para seleccionar a la quinta de la lista, la Sra. María Teresa Giménez i Barbat. Esta candidata, ¿Qué méritos tiene para que alguien la encumbre con su dedo hacedor y omnipotente? ¿Acaso ser amiga o conocida de Rosa Díez? ¿O acaso ser uno de los ex-miembros o "ex-miembras" de la Coordinadora de UPyD - Cataluña, donde calentó la silla durante meses, sin proponer ni hacer nada, sin despeinarse ni desmelenarse? ¿O acaso por haber formado parte de ese club selecto de los sordos, mudos, sesteantes, chuskeros, okupas, mochileros y maulas de la Coordinadora de UPyD-Cataluña? ¿O acaso el quinto puesto es el pago por los servicios personales prestados por "hablar de mi libro" (Porque tengo hijos) en una presentación multitudinaria, organizada por la Presidenta de la Asociación de Ciudadanos de Cataluña (a la sazón y aún hoy, la susodicha quinta candidata, la Sra. Giménez i Barbat) en un hotel de Barcelona? ¿O acaso...? ¿O Acaso...?...
4. No votaré la lista de UPyD por las declaraciones de la quinta de la lista, la Sra. Giménez i Barbat, en e-noticies, el 24 de mayo pasado, y además por la desfachatez y la irresponsabilidad de los responsables de Web de UPyD al colgar el video de sus declaraciones en el portal oficial del partido. Éstas están henchidas de contradicciones y son fruto de un desconocimiento supino de la problemática lingüística de Cataluña (sus declaraciones merecen una reflexión monográfica). Este analfabetismo sobre la realidad lingüística de Cataluña denota que la Sra. Giménez i Barbat es una hembra poco leída, poco reflexionada y menos informada, a pesar de la “biografía personal y política”, que la susodicha ha colgado en la Web de UPyD (por cierto, esta “auto-hagiografía” no tiene desperdicio y merece también un análisis monográfico).
5. No votaré la lista de UPyD por el “hacer sectario” de los machos alfa de la Coordinadora de UPyD-Cataluña (los Hernández, los Perán, los Opazo y alii), que discriminan, marginan y silencian arbitraria y autoritariamente a todos aquellos que no están dispuestos a “ir a Canosa” y a “pasar por las horcas caudinas” y que tienen, además, la osadía de tener criterio propio. Estos comportamientos denotan que los machos alfa de UPyD anteponen intereses personales y sectarios al proyecto encarnado por UPyD, que debería estar por encima de cualquier otra consideración.
Todas estas razones, fundamentadas en la doctrina de la “honestidad radical”, me han conducido a tomar una decisión firme, para el 7 de junio: a pesar de ser militante de UPyD, no podré votar y no votaré la lista de UPyD para las europeas.
Manuel I. Cabezas González
Militante de UPyD nº 1150
27 de mayo de 2009
1. No votaré la lista de UPyD por la forma en que ha sido confeccionada. Al contrario de la primavera de Antonio Machado (que “ha venido y nadie sabe cómo ha sido”), la lista de UPyD para las europeas ha llegado y todos sabemos cómo: ha sido elaborada, como en cualquier partido político, par la cúpula dirigente o por algún miembro o “miembra”, sin participación, ni implicación de los militantes. Desde este punto de vista, UPyD es como cualquier otro partido. Y esto, para mí, no es de recibo, ya que el fin no justifica cualquier medio y yo no tengo tragaderas para comulgar con estas ruedas de molino. Como dejó escrito Plutarco “no basta con que la mujer del César sea honrada, debe parecerlo” o, como sentenció Séneca, “lo que las leyes no prohíben debe prohibirlo la honestidad” radical, añado yo.
2. No votaré la lista de UPyD porque esta forma discrecional y autoritaria de “hacer” está en las antípodas y en contradicción con los principios y valores sobre los que se fundamenta nuestro partido, UPyD, y con los fines que persigue: regenerar la vida política española, potenciar la democracia interna de los partidos, instaurar otra forma de hacer política, promover la transparencia, combatir contra la pasividad y la indiferencia de los ciudadanos, etc. Esta forma discrecional y autoritaria de “hacer” confirma, una vez más, que una cosa es predicar y otra, dar trigo; y que, muchas veces, en casa del herrero, cuchillo de palo.
3. No votaré la lista de UPyD porque no llego a imaginar los criterios utilizados para seleccionar a la quinta de la lista, la Sra. María Teresa Giménez i Barbat. Esta candidata, ¿Qué méritos tiene para que alguien la encumbre con su dedo hacedor y omnipotente? ¿Acaso ser amiga o conocida de Rosa Díez? ¿O acaso ser uno de los ex-miembros o "ex-miembras" de la Coordinadora de UPyD - Cataluña, donde calentó la silla durante meses, sin proponer ni hacer nada, sin despeinarse ni desmelenarse? ¿O acaso por haber formado parte de ese club selecto de los sordos, mudos, sesteantes, chuskeros, okupas, mochileros y maulas de la Coordinadora de UPyD-Cataluña? ¿O acaso el quinto puesto es el pago por los servicios personales prestados por "hablar de mi libro" (Porque tengo hijos) en una presentación multitudinaria, organizada por la Presidenta de la Asociación de Ciudadanos de Cataluña (a la sazón y aún hoy, la susodicha quinta candidata, la Sra. Giménez i Barbat) en un hotel de Barcelona? ¿O acaso...? ¿O Acaso...?...
4. No votaré la lista de UPyD por las declaraciones de la quinta de la lista, la Sra. Giménez i Barbat, en e-noticies, el 24 de mayo pasado, y además por la desfachatez y la irresponsabilidad de los responsables de Web de UPyD al colgar el video de sus declaraciones en el portal oficial del partido. Éstas están henchidas de contradicciones y son fruto de un desconocimiento supino de la problemática lingüística de Cataluña (sus declaraciones merecen una reflexión monográfica). Este analfabetismo sobre la realidad lingüística de Cataluña denota que la Sra. Giménez i Barbat es una hembra poco leída, poco reflexionada y menos informada, a pesar de la “biografía personal y política”, que la susodicha ha colgado en la Web de UPyD (por cierto, esta “auto-hagiografía” no tiene desperdicio y merece también un análisis monográfico).
5. No votaré la lista de UPyD por el “hacer sectario” de los machos alfa de la Coordinadora de UPyD-Cataluña (los Hernández, los Perán, los Opazo y alii), que discriminan, marginan y silencian arbitraria y autoritariamente a todos aquellos que no están dispuestos a “ir a Canosa” y a “pasar por las horcas caudinas” y que tienen, además, la osadía de tener criterio propio. Estos comportamientos denotan que los machos alfa de UPyD anteponen intereses personales y sectarios al proyecto encarnado por UPyD, que debería estar por encima de cualquier otra consideración.
Todas estas razones, fundamentadas en la doctrina de la “honestidad radical”, me han conducido a tomar una decisión firme, para el 7 de junio: a pesar de ser militante de UPyD, no podré votar y no votaré la lista de UPyD para las europeas.
Manuel I. Cabezas González
Militante de UPyD nº 1150
27 de mayo de 2009