Lástima, los españoles pensando que vivíamos en una
democracia, pero ahora se enteran de que en realidad es un negocio,
extraordinariamente rentable para los representantes y extremadamente oneroso
para los representados.
Usted le concede su representación a alguien y le convierte en
privilegiado para toda su vida, porque en su nombre podrá cobrar sin hacer
nada, sin estudios, sin haber demostrado esfuerzo alguno, sin mérito que le
acompañe, puede usted convertir con su voto a un tarugo en ministro o a un
cenutrio en Presidente del Gobierno, eso sí que es poder, alegría de los
demócratas que transforman el plomo en oro, eso sí, siempre para otros, que
luego se quedan con lo suyo y lo de los demás, para defender el país de la
crisis, del paro, de la deuda pública, de la pobreza y la miseria, de la
depredación y la corrupción. Sólo hay que ver España, como está, como ha
prosperado en los últimos diez años, ni un problema tenemos los españoles,
gracias a nuestros representantes políticos, elegidos democráticamente en las
urnas, aunque designados por sus jefes de partido, pero tampoco hay que
quejarse, nada es perfecto.
Los españoles nos quejamos de todo, en vez de agradecer a
nuestros amos que nos dejen vivir con lo que quede después de limpiarnos más de
un 50 % de nuestros ingresos para mantener a la casta, bien podíamos pensar que
peor sería estar en el paro. Unos privilegiados somos los que trabajamos en
este país y podemos seguir pagando impuestos para mantener la corrupción de los
poderosos. Y todavía hay gente que se atreve a quejarse, ¡que ingratitud!
Cierto es que hay gente que prefiere ser robada por el PSOE, otros
por el PP y otros por los nacionalistas, incluso hay algunos que prefieren que
sean los sindicatos o la SGAE, en este país, al menos, tenemos la libertad de
elegir aquellos que van a robarnos, que nos van a oprimir y esquilmar, y los
que van a hacer negocio con nuestras vidas como si fuéramos ganado electoral.
Para tamaña hazaña no hay que dudar un momento en mentir,
embaucar a diestra y siniestra, para eso están las ideologías, porque si los
ciudadanos estamos jodidos importa poco, lo único que importa es que los
políticos que nos representan puedan seguir manteniendo el mismo tren de vida a
nuestra costa, conservando todos sus privilegios mientras los demás nos
llenamos de perjuicios, y aceptar humildemente sus opresiones, porque para eso
nos representan, aunque algunos sería difícil que pudieran representarse a sí
mismos.
Personalmente, cada día me siento más satisfecho de la
perfección del sistema que convierte la voluntad popular en recursos para
nuestros amos de la casta. Díganme ustedes sino es para estar orgullosos de que
a pesar de lo que se ha robado en este país desde la política, no haya ni media
docena de políticos en la cárcel. Eso se lo debemos al buen funcionamiento de
la justicia, a la complacencia de los medios de comunicación con la corrupción,
sería injusto que un representante político vaya a la cárcel, porque para eso
son nuestros representantes para mantener inmunidad, impunidad y seguir
haciendo negocios.
No comprendo cómo la gente puede seguir quejándose del funcionamiento de las cosas. ¿Acaso ha habido
algún estallido social?, todo está perfectamente controlado. ¿Y qué
aburrimiento tendríamos los españoles si no tuviéramos cada día cinco o seis
casos de corrupción sobre la mesa? Ciertamente, me parece una afrenta para los
políticos las quejas injustas que están recibiendo por parte de los ciudadanos
de este país, pueblo más histérico no lo hay. Como si robar en la política no
fuera una actividad normal que genera numerosos puestos de trabajo entre los
familiares y amigos de los políticos, ¿y cuántos negocios sucios se hacen con
nuestro dinero, transfiriéndolo directamente a las cuentas de los testaferros
para recobrarlo tras abandonar la política?.
Gracias le deberíamos dar a Zapatero, ese Forrest Gump
contador de nubes, o a Mariano Rajoy, el plasmático tancredo que vemos a través de
una pantalla de televisión informándonos de que estamos saliendo de la crisis
todas las semanas. No comprendo a los españoles, que además no se creen que
todo lo que se dice desde La Moncloa es cierto de toda certidumbre.
Deberían hacer un decreto ley que condenara a todos los mal
pensados de este país a trabajos forzados y a pagar el doble de impuestos de lo
que pagan, por desafectos e insurgentes. Es que hay cosas que no se pueden consentir
ni un minuto más ¿cómo se puede cuestionar que nuestros queridos representantes
políticos no puedan hacer lo que les dé la gana si han salido elegidos en las urnas con
nuestros votos?
Menudo negocio que han hecho los pobres, por un mísero sueldo de 7.000 euros, más unas dietas de 3.000 euros y lo que vaya cayendo, tener que someterse día sí y día también al juicio de la opinión pública. Por Dios bendito, ¡ni que estuviéramos viviendo en una dictadura! Cárcel para los que protestan, sin juicio, es lo que se merecen los fascistas que están contra esta democracia ejemplar. Y si no les gusta, pues métanse a políticos, y ya verán lo que es sufrir, pero claro, es muy fácil ver los toros desde la barrera y criticar a los demás, honestos trabajadores de las urnas.
Menudo negocio que han hecho los pobres, por un mísero sueldo de 7.000 euros, más unas dietas de 3.000 euros y lo que vaya cayendo, tener que someterse día sí y día también al juicio de la opinión pública. Por Dios bendito, ¡ni que estuviéramos viviendo en una dictadura! Cárcel para los que protestan, sin juicio, es lo que se merecen los fascistas que están contra esta democracia ejemplar. Y si no les gusta, pues métanse a políticos, y ya verán lo que es sufrir, pero claro, es muy fácil ver los toros desde la barrera y criticar a los demás, honestos trabajadores de las urnas.
Enrique Suárez