Cuando digo trabajar me refiero a eso precisamente, no a pasearse por las instituciones visitando a los amigos, reunirse con otros como ellos para no hacer nada en los sitios más pintorescos, hacerse viajes a costa del erario con amigos y familiares, disfrutar de ágapes y celebraciones en los mejores restaurantes, dormir en los mejores hoteles, disfrutando de numerosos privilegios mientras hay ciudadanos en este país que lo están pasando mal o muy mal.
Es decir, quiero que los políticos cumplan con su trabajo, para ello les pago, les pagamos, son nuestros empleados, los de todos los ciudadanos; sin embargo, se comportan como una nueva aristocracia que nos trata como si fuéramos sus vasallos. Ya está bien de que se aprovechen de los votos de la democracia, para convertirse en una oligarquía blindada que no es responsable de sus actos.
Pero no sólo se permiten disfrutar a costa de los ciudadanos de una vida que jamás hubieran tenido de no estar en la política, porque aunque ustedes no lo crean hay gente que nos representa en el parlamento que en su vida ha producido absolutamente nada, hace poco me contaba un amigo que hay un diputado del PSOE que lleva 20 años en el Parlamento y que no ha presentado ni una pregunta, ni una moción, ni siquiera ha tosido, eso sí, vota lo que le diga su jefe todas las veces que sea necesario. Los españoles no nos merecemos esta purria representándonos, ¿pero cómo van a ir bien las cosas en un país con estas calamidades humanas dirigiéndolo?. Evidentemente, gobierno y oposición no están de acuerdo en nada, pero a la hora de proteger los intereses de los suyos se apoyan entre sí como si fueran miembros de un clan o una casta.
Estamos hartos de que decidan los que no saben, los que han sido elegidos por los jefes de sus partidos por diversas razones que poco tienen que ver con sus características para defender los derechos y el bienestar de los ciudadanos, pero mucho con que asientan a lo que ellos digan y aplaudan sus discursos cuando corresponde.
En este país no aguantamos más tanta vanidad y banalidad, tanta soberbia imperativa, tanta mediocridad tan bien pagada. Es hora de que cambien las cosas, de que los ciudadanos estemos orgullosos de la gente que vive de representarnos y no echando maldiciones todos los días por sus memeces y mendacidades. Para eso, el próximo Parlamento lo elegimos por sorteo y los que salgan elegidos, por los menos que se beneficien como si les hubiera tocado la lotería, al menos sabremos que son ciudadanos como nosotros y que en la siguiente legislatura podrá tocarnos a los demás en igualdad de condiciones. Mejor una democracia por sorteo que una demagogia por imposición.
La política española está llena de corrupción, en este país hay mucha gente sin escrúpulos que se ha forrado a costa de que los que tenían que vigilar las políticas económicas públicas han mirado para otro lado. Es hora de que los que se han corrompido y los que han mirado para otro lado sean declarados responsables de sus delitos y restituyan todo el dinero que se ha esquilmado a los españoles. Es hora de que dejen de buscar su perpetuación cultivando los pesebres electorales con nuestro dinero y tengan la caradura de decir que velan por los intereses de los ciudadanos que lamentablemente representan.
Quiero hacer tres propuestas a mis compatriotas en una situación tan dramática como la que estamos atravesando:
1) Que todos los políticos que nos representan tanto en el gobierno central, como en los autonómicos, como en los ayuntamientos, como en Europa, presenten su historia laboral públicamente en una página web habilitada a tal propósito por el INE. Tengo ganas de conocer las caras de los que han vivido toda su vida de la política, incluyendo los sueldos que han recibido durante los años que nos han representado.Creo que estas son algunas de las medidas que deben tomarse para que los ciudadanos podamos recuperar alguna vez la confianza en esa gente que dice representarnos, pero que en realidad se sirve de nosotros y de nuestra ingenuidad, para pegarse la vida padre a nuestra costa.
2) También quiero que se hagan públicas todas las actividades que cada político que cobra un sueldo en España ha realizado a lo largo de sus años de representación pública, evidentemente también las que realiza y las que realizará. Estos datos tienen que publicarse en una página web que todos los ciudadanos podamos consultar. Así como todos los sueldos, gastos, dietas y privilegios que han obtenido desde que están cobrando por ser políticos.
3) Por último, quiero que se hagan públicos todos los patrimonios de los políticos españoles, incluidos los de sus familiares, y además, que se habilite una página web, controlada por ciudadanos, en la que cualquier ciudadano pueda denunciar todas las tropelías que conozca que algún representante público haya cometido, que posteriormente serán investigadas por equipos formados por parados, que serán contratados por trimestres para realizar esta actividad.
Biante de Priena