A lo largo del próximo mes de diciembre, se cumplirán 30 años de existencia de la Constitución que nos otorgamos los españoles; con motivo de esta conmemoración, comenzamos con esta entrada una nueva sección titulada: Constitución Española 1978.
Cada día se publicará un artículo o varios, que se ofrecerán al comentario de nuestros lectores. Un pueblo que desconoce sus derechos siempre estará condenado a la tiranía de la ignorancia o del tirano de turno. Esperamos que los ciudadanos participen en esta lectura comentada de nuestra Carta Magna
Hoy hablaremos del preámbulo de nuestra Constitución vigente. Publicada en el Boletín Oficial del Estado el 29 de diciembre de 1978, aprobada por las Cortes el 31 de octubre de 1978. Sancionada por el Rey Don Juan Carlos I el 27 de diciembre de 1978 y ratificada por el pueblo español el 6 de diciembre de 1978.
------------Constitución española de 1978.
PREAMBULO
Don Juan Carlos I, Rey de España.
A todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente Ley:
La Nación Española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las Leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la Ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y
Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
En consecuencia, las Cortes aprueban y el pueblo español ratifica la siguiente Constitución
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jueves, 17 de julio de 2008
Un Gobierno de papel cuché
Cuando el poder y la razón se desentienden es síntoma patognomónico de que las cosas irán a peor con seguridad. En España tenemos un Gobierno en extinción que se aferra a una realidad inventada, pero muy bien vendida los ciudadanos, con la ayuda de todo el aparato de propaganda que financia el Estado.
El problema fundamental del Gobierno que preside Rodríguez Zapatero es que los del PSOE han dejado el país en bancarrota, porque se han gastado buena parte del dinero en resolver sus complejos ancestrales, sus manías sempiternas, que pagamos todos los españoles, mientras dejamos sin atender nuestras necesidades públicas.
Los derivados del petróleo están al precio que están porque al Gobierno le interesa mantener los precios elevados para recoger impuestos. Los alimentos han subido por lo mismo. La inflación es beneficiosa para las arcas del Estado, aunque perjudique a los ciudadanos.
Desde hace tiempo se ha comprobado que el Gobierno miente, que no tiene sensibilidad con los problemas de la gente, que lo único que se hace es prometer soluciones que nunca llegarán, ni siquiera Rodríguez Zapatero se atreve a mencionar la palabra que define nuestra realidad: crisis, como va a poder resolver algo que ni se atreve a decir en público.
Estamos al borde del caos económico que precederá al caos político. Ahora, lo único que queda por saber es cual es el nivel de resistencia del pueblo español ante las dificultades organizadas por una política que distorsiona la realidad, y que no responde a las necesidades de los ciudadanos, al contrario, les carga cada día más con el peso de la crisis que proviene de los errores políticos cometidos desde la irresponsabilidad.
Alicia ha pasado al otro lado del espejo, y lo que hace unos meses era poco menos que el país de las maravillas se ha convertido en el planeta de los simios, con estatua de la libertad semienterrada, y algún especimen póngido repartiendo mentiras por doquier.
Es inconcebible como en plena crisis mundial, el Gobierno español sigue adelante como si no ocurriera nada, olvidándose de que la realidad nos va a cobrar la factura que no podremos pagar, en forma de hipoteca o de aceite de oliva.
Creo que se va haciendo cada día más necesaria una Auditoría General al Estado y de todas las autonomías, para saber donde se han ido los millones de euros que han fluido en manos de los políticos, por eso resulta ridículo publicar las balanzas fiscales, cuando en realidad lo que tendría que publicarse es en que se han gastado los dineros públicos los que tienen potestad para hacerlo. Se han dilapidado millones de euros en hacer una campaña política permanente favorable al PSOE, para que la gente no se de cuenta de que los que han organizado el desastre económico, político, y cultural español son precisamente los discípulos del progresismo.
Se han gastado nuestro bienestar del presente y del futuro, y el de nuestros hijos, ¿y vamos a permitir que lo sigan haciendo?. Al no ocuparse de nuestros auténticos problemas, los progresistas han llevado nuestro país al caos y el retraso histórico. La recesión económica no es más que el retroceso histórico de un país. Han destrozado toda la estructura política, social y económica de España, para construir un mundo a su medida, en un gesto de violencia gubernamental jamás acontecido en democracia.
Quien siembra vientos de tiranía, recogerá con certeza tempestades revolucionarias.
Erasmo de Salinas
El problema fundamental del Gobierno que preside Rodríguez Zapatero es que los del PSOE han dejado el país en bancarrota, porque se han gastado buena parte del dinero en resolver sus complejos ancestrales, sus manías sempiternas, que pagamos todos los españoles, mientras dejamos sin atender nuestras necesidades públicas.
Los derivados del petróleo están al precio que están porque al Gobierno le interesa mantener los precios elevados para recoger impuestos. Los alimentos han subido por lo mismo. La inflación es beneficiosa para las arcas del Estado, aunque perjudique a los ciudadanos.
Desde hace tiempo se ha comprobado que el Gobierno miente, que no tiene sensibilidad con los problemas de la gente, que lo único que se hace es prometer soluciones que nunca llegarán, ni siquiera Rodríguez Zapatero se atreve a mencionar la palabra que define nuestra realidad: crisis, como va a poder resolver algo que ni se atreve a decir en público.
Estamos al borde del caos económico que precederá al caos político. Ahora, lo único que queda por saber es cual es el nivel de resistencia del pueblo español ante las dificultades organizadas por una política que distorsiona la realidad, y que no responde a las necesidades de los ciudadanos, al contrario, les carga cada día más con el peso de la crisis que proviene de los errores políticos cometidos desde la irresponsabilidad.
Alicia ha pasado al otro lado del espejo, y lo que hace unos meses era poco menos que el país de las maravillas se ha convertido en el planeta de los simios, con estatua de la libertad semienterrada, y algún especimen póngido repartiendo mentiras por doquier.
Es inconcebible como en plena crisis mundial, el Gobierno español sigue adelante como si no ocurriera nada, olvidándose de que la realidad nos va a cobrar la factura que no podremos pagar, en forma de hipoteca o de aceite de oliva.
Creo que se va haciendo cada día más necesaria una Auditoría General al Estado y de todas las autonomías, para saber donde se han ido los millones de euros que han fluido en manos de los políticos, por eso resulta ridículo publicar las balanzas fiscales, cuando en realidad lo que tendría que publicarse es en que se han gastado los dineros públicos los que tienen potestad para hacerlo. Se han dilapidado millones de euros en hacer una campaña política permanente favorable al PSOE, para que la gente no se de cuenta de que los que han organizado el desastre económico, político, y cultural español son precisamente los discípulos del progresismo.
Se han gastado nuestro bienestar del presente y del futuro, y el de nuestros hijos, ¿y vamos a permitir que lo sigan haciendo?. Al no ocuparse de nuestros auténticos problemas, los progresistas han llevado nuestro país al caos y el retraso histórico. La recesión económica no es más que el retroceso histórico de un país. Han destrozado toda la estructura política, social y económica de España, para construir un mundo a su medida, en un gesto de violencia gubernamental jamás acontecido en democracia.
Quien siembra vientos de tiranía, recogerá con certeza tempestades revolucionarias.
Erasmo de Salinas
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