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miércoles, 12 de marzo de 2008

El PSOE se aleja de la razón, pero triunfa en las elecciones

Sigo sin acabar de entender la propuesta del PSOE en las pasadas elecciones, de todos los lemas que se presentaron, el que más me sorprendió fue el que alegaba motivos para creer. ¿Para creer en qué?, ¿en quién?. ¿Ha dejado el PSOE de ser racional para convertirse en una secta seudoreligiosa?.

El PSOE, con su líder de cartón-piedra a la cabeza, inició la pasada legislatura una huída hacia delante que solo puede concluir en su destrucción política, pero lo más siniestro del asunto, es que lo saben, y parece no importarles nada con tal de seguir en el poder.

En un país hedonista como es actualmente España, donde la ley que rige es la de haz menos por más, y disfruta todo lo que puedas que son dos días los que estamos en este mundo, ha habido dos discursos bien definidos en los grandes partidos que se han repartido el 92 % de los votos.

El discurso del PP se fundamentaba en la racionalidad, aunque tímidamente, como siempre lo hace desde su acomplejada trayectoria política, pero no vulneraba los principios mínimos de argumentación lógica, más o menos fundamentada en los hechos y en una percepción compartida por buena parte de los analistas internacionales y nacionales sobre la situación española.

Al frente del PSOE, el discurso de Zapatero representa el paradigma de la demagogia en su máximo esplendor. Desde ofrecer 400 euros /año por el voto a su partido a los ciudadanos españoles, hasta el mantenido diálogo con ETA contra viento y marea. La muerte de Isaías Carrasco es posiblemente el broche de oro a su campaña incongruente e inconsciente.

El pueblo español se ha expresado en las urnas y ha apoyado la irracionalidad, a pesar de que va a pagar las consecuencias inmediatas de su error político en los próximos meses, con un paro que se incrementará este año en medio millón de personas, con unos intereses que serán sujeto de análisis astronómico, y con un derrumbamiento del Estado de Derecho progresivo e irrefrenable.

¿Es acaso el pueblo español masoquista?. Evidentemente no lo es, porque en ese caso habría votado por Rajoy, que a punto estuvo de ofrecer sangre, sudor y lágrimas. Lo diré ahora, porque no tengo ninguna razón para callarlo: los españoles que han votado a Zapatero se han equivocado, han sido unos inconscientes, y todavía no saben las funestas consecuencias de su decisión.

Han votado por Zapatero, con el mismo criterio que han elegido a Chiquilicuatre para representar nuestro país en Eurovisión, y lo han hecho para demostrar al mundo que no pasa nada, que nunca pasa nada, que la libertad es hacer lo que a uno le viene en gana cuando le da la gana, y que con el PSOE es posible hacerlo.

Evidentemente, claro que se puede hacer, pero no quiere decir que haya que demostrar que se puede tentar a la suerte. Los toreros se persignan antes de salir al ruedo, aunque no sean creyentes. Los españoles no, saben que cerrando los ojos y depositando una papeleta en la urna todo es posible, hasta que un día deja de serlo, y entonces es cuando crucifican al que les ha despertado para vivir la pesadilla en que se ha convertido su vida. Entonces se dan cuenta de la verdad y es cuando le echan la culpa al PP.

No podemos conducir por ti, por eso subiremos más la gasolina, para que no puedas conducir, así las estadísticas sobre accidentes disminuirán y nos darán algún premio internacional por impedir el cambio climático. Habría que hacer la “prueba de zetapemia” a tanta gente, que mejor dejamos de hacer carreteras y autovías, así también disminuirán los accidentes. Con lo que se ahorre en los accidentes se podrán hacer señalizaciones iluminadas muy bonitas que anuncien los logros del gobierno.

¿A qué es guay gobernar sabiendo como resolver los problemas?. En esa extraña enfermedad política que padecen buena parte de mis compatriotas, algunos siguen pensando que la verdad procede de la democracia, que quien gana en unas elecciones tiene razón y por eso triunfa, porque si estuviera equivocado ¿cómo iba a triunfar?. Así todo el mundo se queda tan contento pensando que ha elegido lo correcto solamente porque ha coincidido con otros tan equivocados como él o ella.

Ya lo decía una pintada de los años setenta del siglo pasado: "comed mierda, un millón de moscas no pueden equivocarse". No nos queda nada hasta el 2012, por lo menos cuarenta años.

Erasmo de Salinas

Vientos de Libertad



Gracias Juan

Triunfadores: "el pueblo nunca se equivoca"

Reflexiones 9-M: ¿Qué hemos votado?

Vaya gilipollez de pregunta, me diréis: obviamente hemos votado en las elecciones generales en las que se elige a los diputados y senadores.

¿Seguro? A mi hay gente que me ha dicho que elegíamos si queríamos de presidente a Z o a Rajoy. Evidentemente, esto es lo que parecía. Pero todos (o algunos) sabemos que el nuestro no es un sistema presidencialista y Z o Rajoy sólo pueden aspirar a presidir el gobierno de la nación, que no la nación. No me interesa ahora si esta percepción falsamente presidencialista ha influido o no en la decisión de pocos, muchos o todos los ciudadanos con derecho a voto.

Por lo tanto, con esta endeble y tonta constatación, vuelvo a repetir la pregunta que encabeza esta entrada: ¿Qué hemos votado?

En mi opinión, el 9M:

Hemos elegido los diputados y senadores. Por mejor decir, hemos elegido una papeleta en la que hay una serie de nombres que ni siquiera conocemos y que están ahí no por nuestra consideración a sus personas, a su honestidad y a sus cualidades sino por la decisión de unos burócratas que controlan el partido y sus finanzas. El poder legislativo.
Hemos elegido, indirectamente, al presidente del gobierno que será Z sin la menor duda y así lo ratificarán esos diputados y senadores que responden a quien los ha elegido para ir en las listas (la burocracia de sus partidos). El poder ejecutivo.
Hemos elegido a los miembros del Consejo General del Poder Judicial, que serán elegidos por la nueva mayoría legislativa según los pactos y acuerdos a que lleguen los que mandan, que no son los diputados y senadores sino quienes les colocan en las listas. El poder judicial.
Hemos elegido a los miembros del Tribunal Constitucional, que serán designados por la mayoría parlamentaria de diputados y senadores a quienes no conocemos y que están ahí por su obediencia a los aparatos de los partidos. El poder judicial en su máxima instancia de garantía de las libertades.
Hemos elegido a quiénes tendrán licencia para emitir señales de televisión y radio; a quienes sobrevivirán en el mundo de la prensa gracias a las concesiones administrativas y subvenciones que serán aprobadas por esos diputados y senadores actuando al dictado obediente de sus cabezas de fila. . El cuarto poder: la prensa. Nuestro derecho a la información veraz.
Hemos elegido otro poder más, el quinto, las asociaciones cívicas que sobrevivirán en los verdes pastos del presupuesto gracias al voto alegre y unánime de los diputados y senadores siempre obedientes al dedo señalador de su fuhrer. La sociedad civil.
Hemos elegido a los policías que serán elegidos por quienes serán nombrados por el ejecutivo siguiendo las normas (si conviene) del legislativo bajo la complaciente mirada de un judicial cuyo sueldo depende de su obediencia y que ha dado muestras de su capacidad de arrastrar las togas por el polvo del camino (y por toda boñiga que lo habite).

Hemos elegido a los profesores que serán elegidos por los funcionarios puestos por los aparatos partidistas para asegurar que cumplen con su papel en la creación del hombre nuevo (y mujer, si, y mujer, que no falte lo políticamente correcto, que así gastamos más tinta y papel).

Hemos elegido a los nuevos jueces que serán elegidos por los profesores de unas universidades que son la vergüenza de España (su historia) y de Europa (lo que fué, puede ser y debe ser).

Y lo hemos hecho mediante la emisión de un cheque en blanco a las burocracias partidistas para hacer de nuestras vidas lo que se les antoje. Y es así porque no existe ningún mecanismo real de control y contrapeso de poderes. No existe ninguna limitación a lo que entendemos y aceptamos que puede hacer un político "democráticamente" elegido. Y que te voten no te da derecho a todo. Ni hablar.

¿Y a qué viene esto?

Pues esto viene a que de resultas de mis reflexiones, abro dos reflexiones a partir del 9M. La una coyuntural y morbosilla (¿por qué negarlo?) y de corto recorrido y la otra hacia la libertad y más allá.

Ya apunté al principio de esta larga y carísima campaña algunos temas y los vuelvo a traer aquí (con mi natural anarquía) con ánimo de colaborar con aquella parte de la resistencia que considera que una victoria sobre el radicalismo de Z sería pírrica sin una perspectiva de futuro. Esa perspectiva, ese cambio, esa propuesta hacia la libertad y más allá, esa batalla de ideas, de proyectos, de visiones, es el terreno en que se puede vencer. Es el terreno en el que casi nunca se ha querido luchar. Y es el único que cuenta en esta guerra contra el totalitarismo.


El primer elemento es la separación de poderes y su elección directa por los ciudadanos.
Ejecutivo

Elección directa del poder ejecutivo: presidente por sistema mayoritario a dos vueltas en una sola circunscripcion.
Si puede ser con primarias, mejor.
Con un mecanismo de revocación (impeachment) desde el legislativo y por iniciativa popular (referendum revocatorio)

Legislativo
Elección del legislativo por sistema mayoritario de personas por circunscripciones. Un diputado a doble vuelta. Todas las circunscripciones con el mismo peso.
Con un mecanismo de revocación del diputado por iniciativa popular.
Judicial
Elección de los jueces, fiscales y jefes de policia por elección directa. Puestos a que cualquier chorizo pueda colocar a otro chorizo, prefiero fiar mi supervivencia a miles de elecciones por ciudadanos que deberán pensar si esa persona será un buen juez o un buen jefe de policía o un buen político o lo que sea.
El segundo elemento es la libertad de prensa e información

Eliminar los medios publicos
Eliminar las subvenciones
Eliminar los elementos de censura (CAC y similares)
El tercer elemento es la sociedad civil
Eliminar las subvenciones. El dinero en el bolsillo de las personas y ya decidiremos si se la damos a Grinpís o a la AVT.
No pretendo tener la verdad absoluta; así que sólo aporto una primera reflexión. De lo que sí estoy convencido es de que los paños calientes no servirán para nada en una sociedad tan podrida como la nuestra. Las listas abiertas pudieron ser válidas hace 30 años. Hoy son un vano intento de cambiar algo para no tocar nada. Que gobierne la lista más votada fue una penosa ocurrencia de Rajoy cuando vio que sus normas he hacían perder Galicia (aunque para hacer de Pujol con gaita, tampoco es que ...). Las circunscripciones únicas de UPyD sólo son un intento temeroso de putear a PNV, CiU, ERC y BNG, y nunca una ley hecha para solucionar un problema puntual ha servido para nada.

Otra cosa también sé: los sesudos análisis carentes de alma no enamoran. Son inútiles. Debe pues buscarse un sistema capaz de enamorar y de servir. Una propuesta que fuerce a los partidos no totalitarios a su suicidio como tales por el bien de la libertad de todos. Porque será la fuerza de los ciudadanos, únicos e individuales, pero unidos por un objetivo común de tener un marco para ejercer su derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad quien debe de torcer su brazo.

Minneconjou ha hablado.


Ciudadanos en la Red: ¡¡Pero qué cosas dice este señor!!

Del blog de Pahasapa

UPyD: "Libres e iguales"

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