El órgano de propaganda oficial del zapaterismo es definitivamente el diario Público apoyado muy de cerca por la agencia EFE. Todo régimen socialista que se precie tiene su órgano de comunicación oficial. La agencia ALBA en Latinoamérica, Gramma en Cuba, Pravda en la antigua Unión Soviética. También las dictaduras autoritarias –como si la de Zapatero fuera altruista (risas)- proclaman las bendiciones de los regímenes políticos que las sustentan, en España hubo diarios como Pueblo, Ya o El Alcazar muy vinculados al régimen franquista. Pero lo que llama la atención es el procedimiento de subvención que a pesar del paso del tiempo sigue siendo el mismo.
Hasta ahora el Gobierno subvencionaba El Periódico –pero ha entrado prácticamente en quiebra, por lo que la segunda cabecera “Público” asume la anterior-. Prisa sin subvenciones, con el diario El País y sus canales de televisión concedidos tiene mal pronóstico. La Ser como plataforma radiofónica, y la Sexta como canon doctrinario, completan los servicios informativos del Gobierno. Las otras cadenas de radio o televisión, según corresponda, a veces más afines, a veces con apariencia de discrepancia –sólo apariencia-, complementan el repertorio del zapaterismo.
Verán ustedes, Público es un diario profundamente sectario, que se financia con propaganda institucional, y la compra por parte de todas las instituciones del Estado de muchos más diarios que los demandados. Así no es extraño ver como a algunas instituciones públicas llegan 30 o 40 diarios, cuando apenas se pueden leer un par de ellos. Un amigo me ha comentado que cada día se tiran a la basura sin abrir siquiera decenas de ejemplares en un lugar del que no voy a mencionar el nombre, para no exponer su seguridad. Esos ejemplares los pagamos entre todos los españoles, nos guste o no nos guste “Público”. Hay mucha gente que trabaja en instituciones públicas que puede corroborar lo que se dice.
El diario Público, del que ha salido recientemente el nuevo Secretario de Comunicación, Félix Monteira, vinculado 33 años al grupo Prisa, y que apenas ha estado un año en el cargo tras haber sustituido a Ignacio Escolar.
En la oleada de febrero se concede a Público unas ventas de 100.000 ejemplares diarios. ¿Cuántos de esos ejemplares no llegan a abrirse siquiera?. ¿Cuántos de esos ejemplares son sufragados por las administraciones públicas pilotadas por el zapaterismo?. ¿Cuánta gente puede leer en realidad el diario Público cada día?. Eso no importa demasiado, lo que importa es mantener a toda la cofradía del pesebre con un sueldo que ni se ganan, ni se merecen, a costa de todos los españoles, hasta de los que no leen periódicos.
Que alguien que ha promovido un diario y consentido la práctica fraudulenta en su supuesta lectura por los ciudadanos y su impacto en la opinión pública, haya sido nombrado Secretario de Estado de Comunicación, es sencillamente un magnífico ejemplo de lo que que queda en España de Libertad de Expresión, más de lo mismo, para fortalecer el aparato de propaganda del zapaterismo y vendernos las informaciones tendenciosas que se traman en la gran asesoría de La Moncloa.
Este gobierno ya no se sostiene más que sobre mentiras y propaganda. ¿Por qué nadie desde la prensa adversa al Gobierno publica estas cosas?. Da igual que sea de papel que digital, lo que importa es que nos descubra las mentiras del Gobierno y su aparato de propaganda. ¿Acaso esa no es la función primigenia de la prensa y los diversos medios de comunicación en un Estado de Derecho?.
Biante de Priena
Hasta ahora el Gobierno subvencionaba El Periódico –pero ha entrado prácticamente en quiebra, por lo que la segunda cabecera “Público” asume la anterior-. Prisa sin subvenciones, con el diario El País y sus canales de televisión concedidos tiene mal pronóstico. La Ser como plataforma radiofónica, y la Sexta como canon doctrinario, completan los servicios informativos del Gobierno. Las otras cadenas de radio o televisión, según corresponda, a veces más afines, a veces con apariencia de discrepancia –sólo apariencia-, complementan el repertorio del zapaterismo.
Verán ustedes, Público es un diario profundamente sectario, que se financia con propaganda institucional, y la compra por parte de todas las instituciones del Estado de muchos más diarios que los demandados. Así no es extraño ver como a algunas instituciones públicas llegan 30 o 40 diarios, cuando apenas se pueden leer un par de ellos. Un amigo me ha comentado que cada día se tiran a la basura sin abrir siquiera decenas de ejemplares en un lugar del que no voy a mencionar el nombre, para no exponer su seguridad. Esos ejemplares los pagamos entre todos los españoles, nos guste o no nos guste “Público”. Hay mucha gente que trabaja en instituciones públicas que puede corroborar lo que se dice.
El diario Público, del que ha salido recientemente el nuevo Secretario de Comunicación, Félix Monteira, vinculado 33 años al grupo Prisa, y que apenas ha estado un año en el cargo tras haber sustituido a Ignacio Escolar.
En la oleada de febrero se concede a Público unas ventas de 100.000 ejemplares diarios. ¿Cuántos de esos ejemplares no llegan a abrirse siquiera?. ¿Cuántos de esos ejemplares son sufragados por las administraciones públicas pilotadas por el zapaterismo?. ¿Cuánta gente puede leer en realidad el diario Público cada día?. Eso no importa demasiado, lo que importa es mantener a toda la cofradía del pesebre con un sueldo que ni se ganan, ni se merecen, a costa de todos los españoles, hasta de los que no leen periódicos.
Que alguien que ha promovido un diario y consentido la práctica fraudulenta en su supuesta lectura por los ciudadanos y su impacto en la opinión pública, haya sido nombrado Secretario de Estado de Comunicación, es sencillamente un magnífico ejemplo de lo que que queda en España de Libertad de Expresión, más de lo mismo, para fortalecer el aparato de propaganda del zapaterismo y vendernos las informaciones tendenciosas que se traman en la gran asesoría de La Moncloa.
Este gobierno ya no se sostiene más que sobre mentiras y propaganda. ¿Por qué nadie desde la prensa adversa al Gobierno publica estas cosas?. Da igual que sea de papel que digital, lo que importa es que nos descubra las mentiras del Gobierno y su aparato de propaganda. ¿Acaso esa no es la función primigenia de la prensa y los diversos medios de comunicación en un Estado de Derecho?.
Biante de Priena
