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Después de lo acontecido en Ciutadans y UPyD, lo único que nos queda a los demócratas es retroceder hasta la etapa anterior del programa de Regeneración Democrática; si la Plataforma Pro originó UPyD, visto lo visto, ahora viene la Plataforma Tras, para reunificar fuerzas y dejar que el pasado se trague al partido magenta, como tras las Elecciones Europeas se ha tragado al naranja.
El único problema que tienen los partidos emergentes en España son sus dirigentes, auténticos fascistas autoritarios, que quieren elevar el totalitarismo del interior de sus formaciones a un “prêt-à-porter” y su ideología personal, que los sustenta al “fast food” para todos sus compañeros.
Quizás la mejor forma de que estas cosas no ocurran sea evitando que los dirigentes acumulen poder, porque no saben que hacer con él, no están preparados para dirigir un proyecto democrático, no han pasado la ITV personal del liderazgo democrático, e intentan suplir sus carencias con estridencias y fuegos artificiales, acompañados de una férrea disciplina que convierte sus formaciones en campos de concentración, en las que los militantes no tienen derechos, pero sí todos los deberes.
Los que han abandonado y están abandonando estas formaciones, han llegado a la conclusión de que no hay ninguna posibilidad de cambiar las cosas ni en el interior del partido, ni utilizando los criterios que hasta ahora se han utilizado. Es por tanto inútil continuar. Sin embargo, ambas formaciones, Ciutadans y UPyD, han servido al proyecto regenerador, porque han cribado como un test a unos de otros, separando la paja del trigo. La paja es la que se ha quedado dentro de los partidos emergentes, el trigo hoy está fuera de ellos. ¿Es la hora del proyecto ciudadano 3.0?. Quizás sí, ha llegado la hora, en que los demócratas deben tomar las riendas de su destino, dejando atrás a los últimos ejemplares del despotismo europeo.
La plataforma Tras es lo que viene. Porque no le vamos a dejar el país a Rajoy y a Zapatero, y menos a los que representan que están contra sus arbitrariedades, cuando lo único que pretenden es beneficiarse personalmente de la política, además sin merecérselo.
En fin, hay que dejarse de seguir contemplando los cadáveres como si fuéramos del CSI, para descubrir las causas del crimen. Hay que ponerse en marcha, un proyecto colectivo se construye entre todos los interesados desde el principio, ahora ya sabemos por segunda vez, que no se puede confiar en las personas, por lo tanto habrá que confiar en las reglas, pero las democráticas, que respeten la libertad, que no puedan superar los límites de la justicia, que acepten la pluralidad realmente existente, y que sean transparentes como un arroyo cristalino. En democracia, la tolerancia debe ser con las ideas, nunca con las personas que tratan de representarlas.
Así que dejad de rezar el rosario magenta y manos a la obra. La plataforma Tras es la mejor forma de olvidar los errores cometidos. Abandonemos la nostalgia y la melancolía. Dejemos de lamernos las heridas y contemplar lo que pudo haber sido y no fue. Vamos a tomar el futuro, el pasado ha muerto. Que hable el siguiente.
Biante de Priena
Sigue el debate en nuestro foro
El único problema que tienen los partidos emergentes en España son sus dirigentes, auténticos fascistas autoritarios, que quieren elevar el totalitarismo del interior de sus formaciones a un “prêt-à-porter” y su ideología personal, que los sustenta al “fast food” para todos sus compañeros.
Quizás la mejor forma de que estas cosas no ocurran sea evitando que los dirigentes acumulen poder, porque no saben que hacer con él, no están preparados para dirigir un proyecto democrático, no han pasado la ITV personal del liderazgo democrático, e intentan suplir sus carencias con estridencias y fuegos artificiales, acompañados de una férrea disciplina que convierte sus formaciones en campos de concentración, en las que los militantes no tienen derechos, pero sí todos los deberes.
Los que han abandonado y están abandonando estas formaciones, han llegado a la conclusión de que no hay ninguna posibilidad de cambiar las cosas ni en el interior del partido, ni utilizando los criterios que hasta ahora se han utilizado. Es por tanto inútil continuar. Sin embargo, ambas formaciones, Ciutadans y UPyD, han servido al proyecto regenerador, porque han cribado como un test a unos de otros, separando la paja del trigo. La paja es la que se ha quedado dentro de los partidos emergentes, el trigo hoy está fuera de ellos. ¿Es la hora del proyecto ciudadano 3.0?. Quizás sí, ha llegado la hora, en que los demócratas deben tomar las riendas de su destino, dejando atrás a los últimos ejemplares del despotismo europeo.
La plataforma Tras es lo que viene. Porque no le vamos a dejar el país a Rajoy y a Zapatero, y menos a los que representan que están contra sus arbitrariedades, cuando lo único que pretenden es beneficiarse personalmente de la política, además sin merecérselo.
En fin, hay que dejarse de seguir contemplando los cadáveres como si fuéramos del CSI, para descubrir las causas del crimen. Hay que ponerse en marcha, un proyecto colectivo se construye entre todos los interesados desde el principio, ahora ya sabemos por segunda vez, que no se puede confiar en las personas, por lo tanto habrá que confiar en las reglas, pero las democráticas, que respeten la libertad, que no puedan superar los límites de la justicia, que acepten la pluralidad realmente existente, y que sean transparentes como un arroyo cristalino. En democracia, la tolerancia debe ser con las ideas, nunca con las personas que tratan de representarlas.
Así que dejad de rezar el rosario magenta y manos a la obra. La plataforma Tras es la mejor forma de olvidar los errores cometidos. Abandonemos la nostalgia y la melancolía. Dejemos de lamernos las heridas y contemplar lo que pudo haber sido y no fue. Vamos a tomar el futuro, el pasado ha muerto. Que hable el siguiente.
Biante de Priena
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