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viernes, 5 de octubre de 2012

Los responsables de la crisis al descubierto



 "La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia" Albert Einstein

Nos han mareado los medios de comunicación en una ceremonia de la confusión que no se recuerda desde la época del 23-F, digo marear, aunque el verbo más apropiado es intoxicar, también censurar, por supuesto, no ofreciéndonos la información real sobre lo que estaba ocurriendo, sino las opiniones y conjeturas de los periodistas. La verdad que la ausencia de profesionalidad de los periodistas españoles que controlan la opinión pública, sólo es comparable a la de los jueces que miran a otro lado o los políticos, esa casta decadente que vive satisfecha de haberse conocido a sí misma en el Olimpo de su despotismo y tiranía.

De los motivos para creer hemos pasado a los motivos para correr, para salir corriendo de este país ante la colección de despropósitos que hemos contemplado en los últimos años, tras la huida hacia delante de Zapatero, al que Rajoy piensa superar en menos tiempo, pero el problema de ambos es que dejan detrás la razón, el sentido común, más de cinco millones de parados, una economía quebrada y sometida a la dependencia externa y la consecuente, pérdida de soberanía. No es baladí la cuestión, porque sus errores estamos condenados a pagarlos los demás. Sin embargo, cada día son más numerosos los españoles que comprenden que la política –al menos esta política con estos políticos- no es solución para nuestros problemas, sino más bien al contrario, más problemas que alejan las soluciones.

Hace unos meses, en un artículo publicado en este blog y titulado: “Rajoy es inútil” se hacía una descripción de lo ocurrido, con pelos y señales. Hoy, se puede decir, que al final podemos ir estableciendo conclusiones. Cada día está más claro que la crisis económica, política e institucional española tiene responsables a los que la realidad señala y ya no tienen donde esconderse: no va a ser cierto que vivimos por encima de nuestras posibilidades como indicaba José Blanco –habrá vivido él que es un campeón-, ni que los parados sean unos vagos que no quieran trabajar –como dijo algún político de funesto recuerdo-, ni siquiera que los empresarios sean unos delincuentes –como indicaban los sindicatos; hay empresarios delincuentes, muchos de ellos socios de los sindicatos en la CEOE-, va a ser que incluso con las toneladas de información que los medios de comunicación subvencionados –El País debe 3500 millones entre otras entidades a la quebrada Bankia- o empresas afines a Mariano Rajoy -como Martinsa-Fadesa con un crédito de 1.000 millones de Bankia-, así como negocios fabulososos - Eurovegas y su relación con Metrovacesa (una empresa de la que Bankia tiene un 20 %)-, para que no estableciéramos conclusiones, al final, se va despejando la mezquindad y la miseria, lo que permite ir perfilando la silueta de los responsables de lo ocurrido. 

El mayor responsable de lo ocurrido fue el contador de nubes, José  Luis Rodríguez Zapatero, auténtico factótum del desastre, que negó la crisis, que elevó el paro en tres millones de personas, que estafó a los españoles de forma sobrevenida al transformar las Cajas de los Truenos en los bancos quebrados que debemos pagar todos -50.000 millones de euros-  y dobló la deuda para tapar todos sus crímenes contra la razón y el sentido común, dejándole una tierra quemada al que viniera detrás y a todos los españoles,  además de hacer recortes, congelaciones y secuestros de la libertad de los españoles. Sin su presencia en nuestra historia no estaríamos como estamos.

El segundo responsable, sin duda, es Mariano Rajoy, que se dedicó a ejercer de Tancredo desde el PP durante ocho largos años mientras Zapatero y el PSOE destrozaban el país para convertir España al socialismo-nacionalismo-vete tú a saber, que les permitiera perpetuarse en el poder.  Sin duda con una oposición decente esto no hubiera ocurrido, pero con Rajoy todo es posible o no es posible, ya saben ustedes. Alguien que llega al Gobierno ganando las elecciones diciendo que no va a subir los impuestos y desde que está en La Moncloa no deja de hacerlo, porque es “lo único que se puede hacer” es un cínico o un idiota sublime, porque siempre se pueden hacer otras cosas que las que se le ocurren a uno, con un Mesías ya tuvimos bastante, para ahora tener otro que pretende superarlo. Pero lo peor de todo lo que ha hecho Rajoy es proseguir en la misma línea que su antecesor: “taparlo todo, que no se vea la mierda”.

Ni una ley para investigar la corrupción y el despilfarro de los políticos, ni un discurso para reconocer su inutilidad ante los acontecimientos, ni una concesión a la autocrítica de la casta, ni siquiera la tentación de investigar lo ocurrido en Bankia, sino todo lo contrario, nacionalizar las pérdidas, para que todos los españoles sufraguemos el despropósito de la orgía que se montaron políticos de todos los partidos, sindicatos, CEOE, financieros afines y la madre que los parió a todos.

Los demás personajes de la historia son comparsas, los medios de comunicación vendidos, los jueces que miran para otro lado, el Fiscal General del Estado ciego, los sindicatos que dicen que los demás van a acabar con todo, como si ellos no fueran autores de nuestra ruina, la CEOE llena de políticos, como su antiguo Presidente repudiado por diversos delitos; los nacionalistas sacando tajada de la ruina de España, pa joder más el asunto, los intelectuales que ni están ni se les espera; el resto de partidos políticos que están para ayudar. En fin, el elenco nacional que vive de representarnos al completo, celebrando su victoria como casta sobre la catástrofe que nos han procurado.

Un 1 % de españoles en total que ejerciendo su tiranía y despotismo se han hecho con el poder gracias a la democracia, para imponer su dictadura y su molicie, aquella que les permite ser unos privilegiados mientras el 99 % de los españoles salimos perjudicados de la representación de su obra.

¿Y ahora qué hacemos?, pues seguir votando por unos o por los otros, para que se sigan aprovechando de la democracia contra el pueblo que dicen representar, perpetuando este sistema corrupto con nuestra voluntad y apoyo, hasta convertirnos en esclavos de las gilipolleces de aquellos que detentan el poder. Aunque también podemos hacer otras cosas, yo creo que al final se nos ocurrirá algo para quitárnoslos de encima, llevarlos tribunales y después a la cárcel, dejando este país con unos uantos miles de corruptos, prevaricadores y sinvergüenzas, en rango de culpabilidad, complicidad o negligencia, fuera de circulación.

Enrique Suárez

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