desde 2.006 en Internet

miércoles, 2 de junio de 2010

José Luis, la paz era tu ausencia


La indigencia intelectual del Gobierno de José Luis ha superado cotas inimaginables de despropósito político, social, económico y cultural. Nadie hasta ahora había sido capaz de sustentar en la negación de la realidad tantas y tamañas barbaridades, a estos depravados se les ha ido la pinza. La legión de la defensa de la alegría, en su frenética y desesperada huida hacia ningún sitio, nos está haciendo llorar contra todo pronóstico

El socialismo español de los últimos años se ha caracterizado por la demolición de los principios, valores y criterios que sustentan que España pueda seguir considerándose un país occidental. El socialismo trata de convertirse en una nueva religión dogmática que impone su fe contra todas las demás, su dominio contra el respeto a la libertad de los ciudadanos, su criterio contra la pluralidad realmente existente. Es magnífico el despliegue de conversión y proselitismo que ha desarrollado dotando de agentes de su causa a todas las instituciones políticas, sociales, económicas, culturales; pagadas, por supuesto, con los impuestos y la deuda que todos los españoles concedemos al Estado. Su único objetivo es que dejemos de ser españoles para convertirnos en socialistas y si no lo hacemos estamos condenados a ser fachas.

Desde que España se constituyó en 1812 como nación política, no se recuerda una ofensiva cultural, un adoctrinamiento de masas tan exhaustivo y agotador como el presente, ni siquiera en los prolegómenos de la Guerra Civil. Los españoles parecemos iraquíes desde que José Luis llegó al Gobierno tras el pásalo del “no a la guerra” tras el 11-M de autores aproximados. Cada día los españoles somos bombardeados con genialidades que nos han conducido a una situación extraordinariamente precaria en todos los ámbitos. Genialidades que al día siguiente se transforman en hechos políticos en forma de decreto contra el sentido común y compartido por los ciudadanos, de una forma irracional, intempestiva, abusiva y zafia.

No es la primera vez, ni será la última, que alguien considera a José Luis un iluminado, un personaje con complejos mesiánicos, posiblemente debido a su sectarismo y carencia de recursos intelectuales. José Luis, es el líder de una oclocracia rampante que se ha aferrado al poder como una horda de garrapatas, con la única intención de dejar exangüe la existencia de los maltratados y perplejos españoles, que inopinadamente reciben el castigo de su presencia inefable.

El problema fundamental de José Luis es su extravagante indigencia intelectual, propia de los seres acomplejados que cuando tienen una oportunidad tratan de demostrarle a todo el mundo su superioridad y su grandeza, convirtiendo en tiranía su autoritarismo rapaz, en inextricable incomprensión su profunda estulticia, en buenas intenciones aparentes su malvado propósito egoísta de salvarse históricamente a sí mismo, aunque sea a costa de destrozar la estructura social, política, económica y cultural en la que se han sostenido los ciudadanos españoles a lo largo de su historia, incluso para las próximas generaciones.

Es muy posible que la realidad le termine lapidando, porque no hay ninguna posibilidad, ni siquiera remota de que José Luis controle la realidad que el mismo ha desbocado de tal forma que la gente comienza a tener miedo a su Gobierno en los últimos 35 años de democracia, y no son pocos los que están sacando el dinero de los bancos y las cajas de ahorros en previsión de peores tiempos.

El día que José Luis se vaya este país volverá a respirar normalmente, con sus conflictos habituales, con sus problemas cotidianos, con sus críticas tradicionales inevitables, con su ser y no ser, con sus tremendas contradicciones y sus inequívocas virtudes, con sus complejos y sus epopeyas heroicas. Estoy seguro de que España y los españoles sobreviviremos a este paleto sobrealzado por la maldad y la estupidez, por la negligencia y el despropósito, por la ignorancia y la corrupción. Ese día, que ojalá llegue pronto, asistiremos a tus exequias políticas con una corona de flores que diga: “José Luis, la paz era tu ausencia”. Entonces sí podremos defender la alegría, te lo aseguro.

Biante de Priena

Enlaces Relacionados

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...