Respuesta abierta a José Domingo, diputado no nacionalista en el Grupo Mixto del Parlamento de Cataluña
“El cargo revela al hombre”. Biante de Priena
Sorprendido por la milagrosa respuesta de “el mudo que habló”, doy réplica a sus desmentidos y desacuerdos con el artículo: “El cinismo extremo de Antonio Robles (y José Domingo)”, que han brotado en este blog –en el suyo, alguien ha dejado un enlace-. Como a las cuestiones que responde no son todas a las que a él me referido, supongo que las no refutadas han sido asumidas como correctas, en cuanto a aquellas de las que pretende desquitarse, le responderé pormenorizadamente a continuación.
Cuando los mudos hablan
En tres ocasiones, tres, traté de hablar con José Domingo, pero no de forma directa, física, sino dando respuesta a sus intervenciones en el Foro de Ciudadanos (que alguien bautizó con el acertado nombre de “el foso”, alrededor de la fortaleza de Urquinaona), fue con motivo de tres intervenciones puntuales sobre temas internos del partido, en los que decidió aportar su opinión expresa y matices personales, aunque nunca hubo respuesta a las réplicas que le hicimos sus compañeros. No se sabrá nunca si porque no quiso, o porque no supo responder. Poder, evidentemente pudo.
Durante el tiempo que permanecí en Ciutadans (18 apasionados meses), con todos los conflictos que allí sucedieron, ni el Presidente Albert Rivera, ni el Secretario General, Antonio Robles, “en NINGUNA OCASIÓN bajaron al foso” a dialogar tranquilamente con sus compañeros, a la arena del foro, que era el ágora de expresión interna de partido. José Domingo, tampoco lo hizo, aunque si puede decirse en su descargo, que al menos su nombre aparece entre los que escribieron algo en alguna ocasión, aunque sin dar respuesta a quienes le respondieron. Si la no comunicación provino de un comportamiento autista o se debió a un simple pánico escénico, es difícil saberlo, pero que de más de 300.000 comunicaciones que se produjeron, solo tres lleven estampado el nombre de un diputado de los “toma 3 TV3” y el resto sean de los compañeros que hicieron posible su presencia en el Parlamento de Cataluña junto a los electores que les votaron, es un claro ejemplo no tanto del cinismo extremo, sino de la petulancia extrema de los representantes públicos de Ciutadans, y su ignorancia supina de lo que es el respeto por los demás, en un partido que se pavoneaba de decir que sólo le importaban las personas, en sus carteles electorales.
Un poco de historia ciudadana
Al contrario de Antonio Robles, que fue un producto claro de la lucha agrupada y sectaria del izquierdismo no nacionalista en Cataluña, con la pretensión utópica de hacer rectificar al PSC en su abducción por el nacionalismo, desde las posiciones más románticas en la defensa de la igualdad de derechos para los “inmigrantes españoles” del cinturón industrial de Barcelona. Y al contrario que Albert Rivera, que fue un producto de la ambición juvenil de instalarse en la política en la mejor posición de salida tras su peregrinaje desde el PP a la UGT, aunque tuviera que quedarse en cueros y acabar con los progenitores del engendro; la presencia de José Domingo, con el número tres en la candidatura de Ciudadanos, fue una opción personal por la que De Carreras –al que hoy “parece refutar” Domingo- se partió el espinazo, previamente, el profesor, se había sentido muy halagado por que se hubieran reconocido las habilidades de Albert Rivera, que había sido su alumno, al que él mismo había presentado socialmente en Ciudadanos, avalando y alabando sus talentos.
La finalidad de De Carreras, con la presencia de Domingo, era que en el partido naranja estuviera representada la izquierda catalana más aburguesada y teórica de Ágora Socialista, la que trataba de explorar las vías de convivencia entre el socialismo catalán y el nacionalismo catalán, que había sido apartada del sanedrín de las decisiones del PSC, pero esperaba convertirse en el “Think Tank” externo del partido, aunque su discrepancia siempre fue menor en el negocio político que supuso la llegada del Señor Montilla a la Generalitat, o en la connivencia con la independencia de Cataluña del Estado español (hace tiempo que entre los socialistas catalanes está mal visto decir nación española), como se pudo comprobar cuando al Sr. De Carreras se le escapó en un programa televisivo “el referéndum a la quebecoise” como una alternativa posible, a él precisamente, que es Catedrático de Derecho Constitucional, se supone que español, y debe saber que eso es claramente inconstitucional.
José Domingo, si no apoyaste el ideario con el que tu mentor De Carreras hirió de muerte a Ciudadanos en el II Congreso del Hespérides, no fue porque -como reconoces- no lo compartieras, porque sí lo habías hecho cuando De Carreras había tratado de introducirlo a última hora en el anterior Congreso de Bellaterra –del que recordarás que posteriormente desaparecieron las actas-, y casi hubo que llamar a los antidisturbios para que protegieran al “ideólogo” de sus propios compañeros; si en esta ocasión no lo hiciste, fue porque no tenías claro si la operación saldría adelante, no porque no la conocieras, porque tras su aprobación por el plenario, mientras todo el mundo estaba cabizbajo y desconcertado –incluso los que habían triunfado- tú no podías ocultar tu satisfacción, ni tu afinidad con la estrategia urdida de lograr que Rivera saliera elegido presidente con los pocos apoyos personales que contaba, pero empujado por la coalición “circunstancial” de toda la facción izquierda que en ese momento “sabía que tenía el partido en sus manos”, y de esa forma se deshacía de la pluralidad original de Ciudadanos, para definirse definitivamente como un partido no nacionalista de centro-izquierda. Por cierto, me refiero al Congreso de Bellaterra que recordarás que tu organizaste por encomienda de Françesc de Carreras, junto a José March por encomienda de Arcadi Espada, como revela Alex Sàlmon en su libro “El enigma de Ciudadanos”.
La Pluralidad Imposible
El problema de Ciutadans, José Domingo, no fue otro que la imposibilidad de configurar las pluralidades existentes en aquella aventura, en una acción transversal de origen trotskista como la que practica el nacional socialismo de Cataluña: “caminar separados, golpear juntos”, porque Antonio Robles, Françesc de Carreras, tú, y la corte que os acompaña, lo impedisteis desde el principio, o dicho de otra forma, levantasteis un cordón sanitario separando a todos los no socialistas –en menor medida, no catalanes- de la gestión del partido, como sutilmente denuncia Albert Boadella, en su magnífico testimonio titulado: “Adios Cataluña”, recojo un párrafo de la página 263:
Pero vuestro mayor delito, fue sin duda el de no respetar a las personas, a vuestros compañeros, como iguales, porque iguales para vosotros sólo eran los que pensaban en línea con ese cerebro colectivo que os caracteriza. Tanto miedo os daba otra forma de pensar que en la historia de Ciudadanos nunca fuisteis capaces de establecer ni siquiera un diálogo, con alguien que no fuera de vuestra cuerda, y por eso digo que lo que falló en Ciutadans, fue el respeto por las personas y por su pluralidad natural.
Pluralidad con mayúsculas, en el sentido que Salvador Pániker nos ofrece en su obra: “La dificultad de ser español, y otras contrariedades” cuando se pronuncia así (p 175):
Considero que no se puede definir mejor la oportunidad histórica que tuvo Ciutadans y que gracias a sus dirigentes y sus representantes políticos se vio abocada al fracaso desde su origen hasta su final.
Me refiero a la pluralidad que sólo puede proporcionar la libertad, porque es una cuestión climática, no solo ideológica; sin libertad, las cosas terminan derivando en catástrofe política, la democracia en demagogia, aunque sea en la hipnotizada Cataluña, José Domingo, y no me refiero a la pequeña pluralidad de cambiar algo para que todo siga igual, de apuntalar el régimen y dotarlo de sentido, que por ejemplo nos anuncian Carles Gispert y Josep Mª Prats en su libro: “españa: un estado plurinacional”, (españa, viene en minúsculas en el título), cuando hablando de la lengua que es un tema que conoces, se permiten decir en su obra publicada en 1.979 (pp.184-186):
Podrás comprobar cómo se construye la noción de Cataluña de la mitología vigente, en la que se gasean los derechos de un 41 % de los habitantes de Cataluña y sus descendientes, para crear un imperio de la lengua “ad hoc” que permita configurar la nación catalana a la medida de los intereses de todos los que compartís el “conflictivo negocio” de si son galgos (nacionalistas) o podencos (no nacionalistas) los socialistas que se están devorando a la liebre española en Cataluña, sobre la estimación –nunca cotejada- de que un 60 % de los catalanes hablaban catalán en sus casas en 1965.
El centro-izquierda no nacionalista
Hoy, lamentablemente, gracias a esa izquierda no nacionalista que tú y Robles representáis, liberticida, paleta, acomplejada, servil, junto a la izquierda nacionalista que representan vuestros díscolos camaradas del PSC, el catalán es el vehículo oficial de comunicación en Cataluña, dejando al idioma de la nación española (además de Estado español), el castellano, en una situación precaria y residual, indudablemente peor que la que tenía el catalán en la época de Franco. Las generaciones de catalanes secuestrados culturalmente por la particularidad lingüística, os tendrán que agradecer vuestra “singular oposición” para la derrota de lo español en Cataluña, y el triunfo de los presupuestos del PSC y el nacionalismo catalanes. Sin vuestra colaboración con el régimen (en forma de protesta inútil), ten bien seguro que no hubiera sido posible.
Dices que en el II Congreso de C´s promoviste una lista única y rechazaste las ofertas que te hicieron de formar parte de las dos listas. Sí, pero a la reunión con Rivera y los suyos acudiste personalmente, y a la de sus opositores, enviaste a tu embajador, el secretario de la mesa del Congreso, para que no perdiera comba de lo que se estaba tramando contra Rivera y luego poder comunicárselo.
Ciertamente, había que ver los abrazos que le procurabas a Rivera cuando su candidatura triunfó “in extremis” en el Congreso, y tu expresión emocionada, mucho más que la de Robles, e incluso que la del propio Rivera, sólo comparable a la de De Carreras, para saber quiénes habían sido los triunfadores del II Congreso de Ciutadans, los únicos triunfadores de aquel congreso fuisteis tú y tu mentor Françesc de Carreras, junto a los “socialistas formados” reunidos al albur de Ágora Socialista, porque los Socialistas en Positivo –que hoy han tomado el poder en UPyD, Marcos en Madrid, Hernández en Barcelona- estaban con Robles, y los izquierdistas de Alternativa Ciudadana Progresista, que a pesar de ser los más ideologizados y radicales en sus planteamientos –marxista alguno-, no dudaron al apostar por la formación plural agrupada en la candidatura encabezada por D. Luis Bouza-Brey, posiblemente porque os conocían demasiado bien, a ti y a Robles.
Dices que no has participado en ninguna conjura para destruir C´s, y dices verdad, porque alguien que ha participado en todas es cierto que no ha participado en ninguna, querrás decir que no te has perdido ninguna, que es otra cosa. Y lo de buscar el recurso fácil de echarle la culpa a Libertas de vuestros errores, de tus errores, es querer cargarle toda la catástrofe a Albert Rivera, del que no voy a seguir ampliando curriculum de devastaciones, incluso con ese ataque de “honradez política” que te ha llevado a enfrentarte con él tras la coalición avalada democráticamente por el partido (Consejo General y Ejecutiva), para marcharte con el acta de diputado bajo el brazo, por supuesto, con la presunción de poder ofrecer tus favores a UPyD, y convenciendo a Antonio Robles de que no devuelva su acta –como ha prometido que hará tras el verano, sería la primera vez que cumple algo de lo que promete-, porque te dejaría en solitario, en una posición de tránsfuga en el Parlamento Catalán, una situación que no te conviene.
La máscara de la hipocresía política
Por cierto, ese Antonio Robles que siempre has utilizado como títere, escudo y arma, (por eso cuando me he dirigido a él, he puesto tu nombre en paréntesis), para tus asuntos personales, al que convenciste en el Congreso del Hespérides que apoyara con su gente a Rivera, con el que se había enfrentado abiertamente, porque entre De Carreras y tú, habíais conseguido que el partido fuera de centro-izquierda no nacionalista, que era la máxima aspiración del zamorano y la de su sectaria legión de peregrinos. Esto permitió convertir a Rivera en presidente, con los apoyos que necesitaba, a Antonio Robles, en “ese hombre que fue Secretario General y no supo hacer nada” y al profesor De Carreras y a ti, en los auténticos muñidores del destino de Ciudadanos. Ese Antonio Robles, del que conociendo su debilidad por el reconocimiento público, no has dudado en preparar un baño de multitudes para que vea como le aman las masas y la gran responsabilidad que tiene en sus manos, para que no entregue el acta de diputado, dejándote solo en precaria situación, todo estudiado Domingo, todo urdido, todo diseñado hasta en el detalle más nimio, como sólo sabéis hacer “los fouchés de la política”, para estar siempre en lo más alto, caiga quien caiga, caiga lo que caiga.
Por último, anuncias en tu escrito de forma grandilocuente, que no militarás en ninguna otra formación política durante la VIII legislatura catalana, añadiendo algo que te retrata, lo de “salvo adelanto electoral”, fíjate hasta que punto cuidas los detalles, con que meticulosidad urdes la trama de tus propósitos. Evidentemente, José Domingo, sabes que en el partido de Rosa Díez, la UPyD, se han comprometido públicamente de antemano a no admitir tránsfugas, no iban a hacer una excepción contigo. Así que no concedes nada más que a lo que estás obligado, aquí se puede contemplar de nuevo que todo lo que haces y deshaces está pensado exclusivamente para promocionarte a ti mismo, con mucha menos fortuna que Albert Rivera que tiene una perorata magnífica y Antonio Robles, que tiene a sus fieles seguidores que posiblemente le acompañarían al mismo infierno si se lo pidiera.
Sin duda, de los tres diputados, tu eres el más ambicioso. Mientras tus compañeros de Parlamento se han dedicado a enfrentarse con todos los conflictos y críticas, desde sus cargos institucionales en el partido, para hacer que Ciutadans pareciera un partido de verdad, con el inevitable desgaste que ello supone, tú te has dedicado a posicionarte personalmente en la sombra, esperando la oportunidad que te permitiera quedarte como líder natural de Ciudadanos, terciando públicamente ante el conflicto inevitable entre la ambición narcisista de Rivera y la ambición social de Robles, que posiblemente hayas contribuido a incrementar en numerosas ocasiones, porque ante la derrota de ambos, tu saldrías victorioso, pero no te ha dado tiempo.
Otra vez el maldito gap
La inesperada jugada juvenil de Albert Rivera de coaligarse con Libertas –otra vez el maldito gap de la libertad-, ante el acoso continuado de los que estabais empeñados en fusionar Ciutadans con UPyD, te dejó descolocado, descarrilando al partido de tus maquinados planes, por eso decidiste salvarte antes de que se hundiera, apelando a la ideología, a la ética, y a la ¡transversalidad!, dando la cara por primera vez –por la situación de urgencia extrema- y diciendo que tú te ibas con el acta de diputado por delante, arrastrando a Robles en tu deriva, para que te sirviera nuevamente de escudo y tratando de arrebatarle a Albert Rivera la presidencia del grupo parlamentario (y sus prebendas) ya que no pudiste arrebatarle la presidencia del partido. Pero el traidor has sido tú, José Domingo, lo fuiste en el Hespérides cuando de forma velada apoyaste el cambio de ideología de Ciutadans propuesto por De Carreras para eliminar a los críticos que podían poner en peligro tu futuro, y lo has sido ahora, cuando el partido ha acordado una coalición perentoria con Libertas y tú has salido corriendo, acusando con tu conducta a los que se quedaban de “traidores”. Los cambios dentro del partido, que promoviste y que te promovieron, acabaron con el partido, pero también con tu breve carrera política, nadie en política quiere a alguien con una historia tan pletórica de problemas como la que tienes tú, aunque esté envuelta en tu ausencia y silencio.
El partido Ciudadanos, ha apoyado a su presidente, equivocado o no, en su decisión de establecer una coalición con el partido paneuropeo Libertas y ha salido mal, pero deberías reconocer, con esa sinceridad que te caracteriza, que lo que realmente te ha hecho salir corriendo del partido es que este se ha apartado de tus planes para él y para ti. Porque si hubiera salido bien la operación, ¿qué hubieras podido hacer en un partido paneuropeo que no defiende el no nacionalismo socialista catalán sino el “status quo” reinante entre las naciones europeas y la regeneración democrática de las instituciones?. Menudo vértigo que debiste sentir, aún debes seguir mareado.
Por otra parte, has comprobado que sigo vivo y coleando –no culeando-, tan liberal y sincero como aquel torero al que le tocó sustituir a un figura, encerrándose con seis toros en la plaza y saliendo a hombros de la afición, dejando memoria en el albero de su épica hazaña, pero del que nadie conoció jamás el nombre. Cuando le preguntaron los cronistas, les dijo: “lo del nombre no cuenta, apúntese la faena a la afición, que si no hubiera sido tan buena, no hubiera sido posible lo que hoy he hecho”. Así nació la leyenda del torero sin nombre, al que posiblemente Albert Boadella, el traidor nacional de Cataluña, se habrá tropezado en alguna ocasión, desde que vaga en su destierro lejos de “la magnífica civilización” que impera en Cataluña, gracias al socialismo nacionalista y no nacionalista, admirado por todos los ciudadanos sin nombre, los auténticos y legítimos héroes, que soportan estoicamente los devaneos particulares de los políticos como tú y los que te acompañan, en esa fiesta permanente que os pagamos todos los demás, mientras sufrimos vuestras veleidades y patrañas, sin lograr que el olvido os expulse de nuestra memoria, porque los políticos habéis secuestrado la realidad. Los ciudadanos, ya no podemos pagar su rescate, pero aún podemos denunciar públicamente a los responsables.
Quedo a la espera de tu respuesta, si la hubiera
Enrique Suárez Retuerta
“El cargo revela al hombre”. Biante de Priena
Sorprendido por la milagrosa respuesta de “el mudo que habló”, doy réplica a sus desmentidos y desacuerdos con el artículo: “El cinismo extremo de Antonio Robles (y José Domingo)”, que han brotado en este blog –en el suyo, alguien ha dejado un enlace-. Como a las cuestiones que responde no son todas a las que a él me referido, supongo que las no refutadas han sido asumidas como correctas, en cuanto a aquellas de las que pretende desquitarse, le responderé pormenorizadamente a continuación.
Cuando los mudos hablan
En tres ocasiones, tres, traté de hablar con José Domingo, pero no de forma directa, física, sino dando respuesta a sus intervenciones en el Foro de Ciudadanos (que alguien bautizó con el acertado nombre de “el foso”, alrededor de la fortaleza de Urquinaona), fue con motivo de tres intervenciones puntuales sobre temas internos del partido, en los que decidió aportar su opinión expresa y matices personales, aunque nunca hubo respuesta a las réplicas que le hicimos sus compañeros. No se sabrá nunca si porque no quiso, o porque no supo responder. Poder, evidentemente pudo.
Durante el tiempo que permanecí en Ciutadans (18 apasionados meses), con todos los conflictos que allí sucedieron, ni el Presidente Albert Rivera, ni el Secretario General, Antonio Robles, “en NINGUNA OCASIÓN bajaron al foso” a dialogar tranquilamente con sus compañeros, a la arena del foro, que era el ágora de expresión interna de partido. José Domingo, tampoco lo hizo, aunque si puede decirse en su descargo, que al menos su nombre aparece entre los que escribieron algo en alguna ocasión, aunque sin dar respuesta a quienes le respondieron. Si la no comunicación provino de un comportamiento autista o se debió a un simple pánico escénico, es difícil saberlo, pero que de más de 300.000 comunicaciones que se produjeron, solo tres lleven estampado el nombre de un diputado de los “toma 3 TV3” y el resto sean de los compañeros que hicieron posible su presencia en el Parlamento de Cataluña junto a los electores que les votaron, es un claro ejemplo no tanto del cinismo extremo, sino de la petulancia extrema de los representantes públicos de Ciutadans, y su ignorancia supina de lo que es el respeto por los demás, en un partido que se pavoneaba de decir que sólo le importaban las personas, en sus carteles electorales.
Un poco de historia ciudadana
Al contrario de Antonio Robles, que fue un producto claro de la lucha agrupada y sectaria del izquierdismo no nacionalista en Cataluña, con la pretensión utópica de hacer rectificar al PSC en su abducción por el nacionalismo, desde las posiciones más románticas en la defensa de la igualdad de derechos para los “inmigrantes españoles” del cinturón industrial de Barcelona. Y al contrario que Albert Rivera, que fue un producto de la ambición juvenil de instalarse en la política en la mejor posición de salida tras su peregrinaje desde el PP a la UGT, aunque tuviera que quedarse en cueros y acabar con los progenitores del engendro; la presencia de José Domingo, con el número tres en la candidatura de Ciudadanos, fue una opción personal por la que De Carreras –al que hoy “parece refutar” Domingo- se partió el espinazo, previamente, el profesor, se había sentido muy halagado por que se hubieran reconocido las habilidades de Albert Rivera, que había sido su alumno, al que él mismo había presentado socialmente en Ciudadanos, avalando y alabando sus talentos.
La finalidad de De Carreras, con la presencia de Domingo, era que en el partido naranja estuviera representada la izquierda catalana más aburguesada y teórica de Ágora Socialista, la que trataba de explorar las vías de convivencia entre el socialismo catalán y el nacionalismo catalán, que había sido apartada del sanedrín de las decisiones del PSC, pero esperaba convertirse en el “Think Tank” externo del partido, aunque su discrepancia siempre fue menor en el negocio político que supuso la llegada del Señor Montilla a la Generalitat, o en la connivencia con la independencia de Cataluña del Estado español (hace tiempo que entre los socialistas catalanes está mal visto decir nación española), como se pudo comprobar cuando al Sr. De Carreras se le escapó en un programa televisivo “el referéndum a la quebecoise” como una alternativa posible, a él precisamente, que es Catedrático de Derecho Constitucional, se supone que español, y debe saber que eso es claramente inconstitucional.
José Domingo, si no apoyaste el ideario con el que tu mentor De Carreras hirió de muerte a Ciudadanos en el II Congreso del Hespérides, no fue porque -como reconoces- no lo compartieras, porque sí lo habías hecho cuando De Carreras había tratado de introducirlo a última hora en el anterior Congreso de Bellaterra –del que recordarás que posteriormente desaparecieron las actas-, y casi hubo que llamar a los antidisturbios para que protegieran al “ideólogo” de sus propios compañeros; si en esta ocasión no lo hiciste, fue porque no tenías claro si la operación saldría adelante, no porque no la conocieras, porque tras su aprobación por el plenario, mientras todo el mundo estaba cabizbajo y desconcertado –incluso los que habían triunfado- tú no podías ocultar tu satisfacción, ni tu afinidad con la estrategia urdida de lograr que Rivera saliera elegido presidente con los pocos apoyos personales que contaba, pero empujado por la coalición “circunstancial” de toda la facción izquierda que en ese momento “sabía que tenía el partido en sus manos”, y de esa forma se deshacía de la pluralidad original de Ciudadanos, para definirse definitivamente como un partido no nacionalista de centro-izquierda. Por cierto, me refiero al Congreso de Bellaterra que recordarás que tu organizaste por encomienda de Françesc de Carreras, junto a José March por encomienda de Arcadi Espada, como revela Alex Sàlmon en su libro “El enigma de Ciudadanos”.
La Pluralidad Imposible
El problema de Ciutadans, José Domingo, no fue otro que la imposibilidad de configurar las pluralidades existentes en aquella aventura, en una acción transversal de origen trotskista como la que practica el nacional socialismo de Cataluña: “caminar separados, golpear juntos”, porque Antonio Robles, Françesc de Carreras, tú, y la corte que os acompaña, lo impedisteis desde el principio, o dicho de otra forma, levantasteis un cordón sanitario separando a todos los no socialistas –en menor medida, no catalanes- de la gestión del partido, como sutilmente denuncia Albert Boadella, en su magnífico testimonio titulado: “Adios Cataluña”, recojo un párrafo de la página 263:
“Lo que no sabían entonces los tres futuros diputados era que, maniobrando con tanta avidez para ser ellos los primeros en sentarse en los escaños de la fortaleza, no estaban ejerciendo exactamente de guerrilleros, sino de kamikazes. El régimen se hallaba tan bien asentado que, pasado el susto inicial, se dedicaría a liquidar la acción de los tres intrusos. Lo haría no solo desde dentro, sino por medio de agentes dedicados a desmontar el batallón Ciutadans con los dogmatismos y las estructuras del más trasnochado izquierdismo. Se trataba de los mismos comisarios especialistas en sectarismos que, trabajando teóricamente desde la oposición, habían hecho posible en la práctica, la larga pervivencia e impunidad del régimen durante tantos años. Los fracasados de todos los sectores izquierdistas, que se infiltraron en el invento eras expertos en desactivación. Se trataba de escorarlo hacia la izquierda para que un partido “serio” como el PSC, acabara recogiendo los escombros de Ciutadans”.Ciertamente, Robles y tú, trabajasteis siempre por una opción que no se enfrentara abiertamente con el PSC, y tampoco con el nacionalismo en Cataluña, a excepción de las escaramuzas folclóricas contra ERC; sin embargo, contra CIU, principal artífice de la deriva nacionalista de Cataluña, ni os atrevisteis siquiera a mencionar su existencia desde vuestro puesto de diputados, porque todo buen vasallo –a imitación de Montilla- sabe que al auténtico señor feudal hay que respetarlo, como siempre ha hecho Françesc de Carreras, vuestro ideólogo de cabecera, siguiendo las enseñanzas de su primo, el ex ministro socialista Narcis Serra, Presidente de Caixa Catalunya, que según cuentan las malas lenguas es la segunda opción de quiebra en las cajas españolas tras la de Castilla-La Mancha.
Pero vuestro mayor delito, fue sin duda el de no respetar a las personas, a vuestros compañeros, como iguales, porque iguales para vosotros sólo eran los que pensaban en línea con ese cerebro colectivo que os caracteriza. Tanto miedo os daba otra forma de pensar que en la historia de Ciudadanos nunca fuisteis capaces de establecer ni siquiera un diálogo, con alguien que no fuera de vuestra cuerda, y por eso digo que lo que falló en Ciutadans, fue el respeto por las personas y por su pluralidad natural.
Pluralidad con mayúsculas, en el sentido que Salvador Pániker nos ofrece en su obra: “La dificultad de ser español, y otras contrariedades” cuando se pronuncia así (p 175):
“Pluralismo es fisura, finitud, defasaje, desajuste, gap y, posibilitado por todo ello, margen para la creatividad. –“Entre el cerebro humano y su medio ambiente (ha escrito Edgar Morin), existe un “information gap” que convertiría al hombre en el animal más desprotegido si este no pudiera llenar el gap con la experiencia cultural y el aprendizaje personal (learning)”-. De un modo general, lo que visto desde un ángulo es gap, frustración, fisura, visto desde otro ángulo es la condición de posibilidad del cambio creador, de la “emergencia” (producción de resultados absolutamente imprevisibles) que, según Jacques Monod, es una de las propiedades paradójicas de los seres vivos. El gap es margen de indeterminación. La creatividad surge de este margen de indeterminación, a través de lo eventual y del azar, al enfrentarse a un sistema complejo y autoregulador con un medio ambiente suficientemente ambiguo”.
Considero que no se puede definir mejor la oportunidad histórica que tuvo Ciutadans y que gracias a sus dirigentes y sus representantes políticos se vio abocada al fracaso desde su origen hasta su final.
Me refiero a la pluralidad que sólo puede proporcionar la libertad, porque es una cuestión climática, no solo ideológica; sin libertad, las cosas terminan derivando en catástrofe política, la democracia en demagogia, aunque sea en la hipnotizada Cataluña, José Domingo, y no me refiero a la pequeña pluralidad de cambiar algo para que todo siga igual, de apuntalar el régimen y dotarlo de sentido, que por ejemplo nos anuncian Carles Gispert y Josep Mª Prats en su libro: “españa: un estado plurinacional”, (españa, viene en minúsculas en el título), cuando hablando de la lengua que es un tema que conoces, se permiten decir en su obra publicada en 1.979 (pp.184-186):
“Las recientes aportaciones humanas (en 1965, el 41 % de los habitantes habían nacido fuera de Cataluña) han tenido sus repercusiones en el panorama lingüístico, ya que el idioma materno de los inmigrantes es el castellano, oficial en todo el Estado. La lengua autóctona, el catalán, se haya sin embargo muy enraizada y ha resistido todo tipo de presiones, tendiendo cada vez más a ser utilizada en todos los niveles. Se calcula que es el vehículo familiar de expresión de un 60 % de los habitantes”.
Podrás comprobar cómo se construye la noción de Cataluña de la mitología vigente, en la que se gasean los derechos de un 41 % de los habitantes de Cataluña y sus descendientes, para crear un imperio de la lengua “ad hoc” que permita configurar la nación catalana a la medida de los intereses de todos los que compartís el “conflictivo negocio” de si son galgos (nacionalistas) o podencos (no nacionalistas) los socialistas que se están devorando a la liebre española en Cataluña, sobre la estimación –nunca cotejada- de que un 60 % de los catalanes hablaban catalán en sus casas en 1965.
El centro-izquierda no nacionalista
Hoy, lamentablemente, gracias a esa izquierda no nacionalista que tú y Robles representáis, liberticida, paleta, acomplejada, servil, junto a la izquierda nacionalista que representan vuestros díscolos camaradas del PSC, el catalán es el vehículo oficial de comunicación en Cataluña, dejando al idioma de la nación española (además de Estado español), el castellano, en una situación precaria y residual, indudablemente peor que la que tenía el catalán en la época de Franco. Las generaciones de catalanes secuestrados culturalmente por la particularidad lingüística, os tendrán que agradecer vuestra “singular oposición” para la derrota de lo español en Cataluña, y el triunfo de los presupuestos del PSC y el nacionalismo catalanes. Sin vuestra colaboración con el régimen (en forma de protesta inútil), ten bien seguro que no hubiera sido posible.
Dices que en el II Congreso de C´s promoviste una lista única y rechazaste las ofertas que te hicieron de formar parte de las dos listas. Sí, pero a la reunión con Rivera y los suyos acudiste personalmente, y a la de sus opositores, enviaste a tu embajador, el secretario de la mesa del Congreso, para que no perdiera comba de lo que se estaba tramando contra Rivera y luego poder comunicárselo.
Ciertamente, había que ver los abrazos que le procurabas a Rivera cuando su candidatura triunfó “in extremis” en el Congreso, y tu expresión emocionada, mucho más que la de Robles, e incluso que la del propio Rivera, sólo comparable a la de De Carreras, para saber quiénes habían sido los triunfadores del II Congreso de Ciutadans, los únicos triunfadores de aquel congreso fuisteis tú y tu mentor Françesc de Carreras, junto a los “socialistas formados” reunidos al albur de Ágora Socialista, porque los Socialistas en Positivo –que hoy han tomado el poder en UPyD, Marcos en Madrid, Hernández en Barcelona- estaban con Robles, y los izquierdistas de Alternativa Ciudadana Progresista, que a pesar de ser los más ideologizados y radicales en sus planteamientos –marxista alguno-, no dudaron al apostar por la formación plural agrupada en la candidatura encabezada por D. Luis Bouza-Brey, posiblemente porque os conocían demasiado bien, a ti y a Robles.
Dices que no has participado en ninguna conjura para destruir C´s, y dices verdad, porque alguien que ha participado en todas es cierto que no ha participado en ninguna, querrás decir que no te has perdido ninguna, que es otra cosa. Y lo de buscar el recurso fácil de echarle la culpa a Libertas de vuestros errores, de tus errores, es querer cargarle toda la catástrofe a Albert Rivera, del que no voy a seguir ampliando curriculum de devastaciones, incluso con ese ataque de “honradez política” que te ha llevado a enfrentarte con él tras la coalición avalada democráticamente por el partido (Consejo General y Ejecutiva), para marcharte con el acta de diputado bajo el brazo, por supuesto, con la presunción de poder ofrecer tus favores a UPyD, y convenciendo a Antonio Robles de que no devuelva su acta –como ha prometido que hará tras el verano, sería la primera vez que cumple algo de lo que promete-, porque te dejaría en solitario, en una posición de tránsfuga en el Parlamento Catalán, una situación que no te conviene.
La máscara de la hipocresía política
Por cierto, ese Antonio Robles que siempre has utilizado como títere, escudo y arma, (por eso cuando me he dirigido a él, he puesto tu nombre en paréntesis), para tus asuntos personales, al que convenciste en el Congreso del Hespérides que apoyara con su gente a Rivera, con el que se había enfrentado abiertamente, porque entre De Carreras y tú, habíais conseguido que el partido fuera de centro-izquierda no nacionalista, que era la máxima aspiración del zamorano y la de su sectaria legión de peregrinos. Esto permitió convertir a Rivera en presidente, con los apoyos que necesitaba, a Antonio Robles, en “ese hombre que fue Secretario General y no supo hacer nada” y al profesor De Carreras y a ti, en los auténticos muñidores del destino de Ciudadanos. Ese Antonio Robles, del que conociendo su debilidad por el reconocimiento público, no has dudado en preparar un baño de multitudes para que vea como le aman las masas y la gran responsabilidad que tiene en sus manos, para que no entregue el acta de diputado, dejándote solo en precaria situación, todo estudiado Domingo, todo urdido, todo diseñado hasta en el detalle más nimio, como sólo sabéis hacer “los fouchés de la política”, para estar siempre en lo más alto, caiga quien caiga, caiga lo que caiga.
Por último, anuncias en tu escrito de forma grandilocuente, que no militarás en ninguna otra formación política durante la VIII legislatura catalana, añadiendo algo que te retrata, lo de “salvo adelanto electoral”, fíjate hasta que punto cuidas los detalles, con que meticulosidad urdes la trama de tus propósitos. Evidentemente, José Domingo, sabes que en el partido de Rosa Díez, la UPyD, se han comprometido públicamente de antemano a no admitir tránsfugas, no iban a hacer una excepción contigo. Así que no concedes nada más que a lo que estás obligado, aquí se puede contemplar de nuevo que todo lo que haces y deshaces está pensado exclusivamente para promocionarte a ti mismo, con mucha menos fortuna que Albert Rivera que tiene una perorata magnífica y Antonio Robles, que tiene a sus fieles seguidores que posiblemente le acompañarían al mismo infierno si se lo pidiera.
Sin duda, de los tres diputados, tu eres el más ambicioso. Mientras tus compañeros de Parlamento se han dedicado a enfrentarse con todos los conflictos y críticas, desde sus cargos institucionales en el partido, para hacer que Ciutadans pareciera un partido de verdad, con el inevitable desgaste que ello supone, tú te has dedicado a posicionarte personalmente en la sombra, esperando la oportunidad que te permitiera quedarte como líder natural de Ciudadanos, terciando públicamente ante el conflicto inevitable entre la ambición narcisista de Rivera y la ambición social de Robles, que posiblemente hayas contribuido a incrementar en numerosas ocasiones, porque ante la derrota de ambos, tu saldrías victorioso, pero no te ha dado tiempo.
Otra vez el maldito gap
La inesperada jugada juvenil de Albert Rivera de coaligarse con Libertas –otra vez el maldito gap de la libertad-, ante el acoso continuado de los que estabais empeñados en fusionar Ciutadans con UPyD, te dejó descolocado, descarrilando al partido de tus maquinados planes, por eso decidiste salvarte antes de que se hundiera, apelando a la ideología, a la ética, y a la ¡transversalidad!, dando la cara por primera vez –por la situación de urgencia extrema- y diciendo que tú te ibas con el acta de diputado por delante, arrastrando a Robles en tu deriva, para que te sirviera nuevamente de escudo y tratando de arrebatarle a Albert Rivera la presidencia del grupo parlamentario (y sus prebendas) ya que no pudiste arrebatarle la presidencia del partido. Pero el traidor has sido tú, José Domingo, lo fuiste en el Hespérides cuando de forma velada apoyaste el cambio de ideología de Ciutadans propuesto por De Carreras para eliminar a los críticos que podían poner en peligro tu futuro, y lo has sido ahora, cuando el partido ha acordado una coalición perentoria con Libertas y tú has salido corriendo, acusando con tu conducta a los que se quedaban de “traidores”. Los cambios dentro del partido, que promoviste y que te promovieron, acabaron con el partido, pero también con tu breve carrera política, nadie en política quiere a alguien con una historia tan pletórica de problemas como la que tienes tú, aunque esté envuelta en tu ausencia y silencio.
El partido Ciudadanos, ha apoyado a su presidente, equivocado o no, en su decisión de establecer una coalición con el partido paneuropeo Libertas y ha salido mal, pero deberías reconocer, con esa sinceridad que te caracteriza, que lo que realmente te ha hecho salir corriendo del partido es que este se ha apartado de tus planes para él y para ti. Porque si hubiera salido bien la operación, ¿qué hubieras podido hacer en un partido paneuropeo que no defiende el no nacionalismo socialista catalán sino el “status quo” reinante entre las naciones europeas y la regeneración democrática de las instituciones?. Menudo vértigo que debiste sentir, aún debes seguir mareado.
Por otra parte, has comprobado que sigo vivo y coleando –no culeando-, tan liberal y sincero como aquel torero al que le tocó sustituir a un figura, encerrándose con seis toros en la plaza y saliendo a hombros de la afición, dejando memoria en el albero de su épica hazaña, pero del que nadie conoció jamás el nombre. Cuando le preguntaron los cronistas, les dijo: “lo del nombre no cuenta, apúntese la faena a la afición, que si no hubiera sido tan buena, no hubiera sido posible lo que hoy he hecho”. Así nació la leyenda del torero sin nombre, al que posiblemente Albert Boadella, el traidor nacional de Cataluña, se habrá tropezado en alguna ocasión, desde que vaga en su destierro lejos de “la magnífica civilización” que impera en Cataluña, gracias al socialismo nacionalista y no nacionalista, admirado por todos los ciudadanos sin nombre, los auténticos y legítimos héroes, que soportan estoicamente los devaneos particulares de los políticos como tú y los que te acompañan, en esa fiesta permanente que os pagamos todos los demás, mientras sufrimos vuestras veleidades y patrañas, sin lograr que el olvido os expulse de nuestra memoria, porque los políticos habéis secuestrado la realidad. Los ciudadanos, ya no podemos pagar su rescate, pero aún podemos denunciar públicamente a los responsables.
Quedo a la espera de tu respuesta, si la hubiera
Enrique Suárez Retuerta