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lunes, 31 de diciembre de 2012

Nada permanece, todo cambia




"Se hace lo que se es y se es lo que se hace" Pedro San José Orellana (EPI)

Heráclito,  nos dijo que era imposible bañarse dos veces en el agua que desciende por un  río, más tarde  se dedicó a estudiar el fuego. Las cosas cambian, nada permanece, nosotros  también cambiamos y cambiamos, al mismo tiempo las cosas que nos rodean en el mundo. En numerosas ocasiones nos amargamos la vida pensando, sintiendo y contemplando que las cosas cambian demasiado deprisa o demasiado despacio tanto en nosotros mismos como en aquellos que nos rodean y el entorno en el que vivimos. Sin embargo nos olvidamos de todo aquello que ya ha cambiado. 

Sin duda nuestra cohorte ha sido la que ha vivido los cambios más importantes en la historia de la humanidad, se ha llegado a la luna, se han acabado los grandes conflictos planetarios, aunque quedan todavía algunos focos residuales, se ha creado una red de comunicación que permite a todos los ciudadanos del planeta comunicarse en tiempo instantáneo a precio asequible, los índices de desarrollo humano han crecido en todos los países del planeta, hay menos hambre, hay menos guerras y hay menos miseria en el mundo. Nunca tantos hemos opinado tanto.  Hoy, tenemos acceso a la información que ningún antecesor ha tenido en su vida, en un minuto podemos obtener datos que en otras épocas llevaría posiblemente años. 

No quiero decir con ello que vivamos en el mejor mundo de los posibles, como aquel Cándido de Voltaire, pero la inmensa mayoría de los habitantes del planeta ha logrado vivir mejor de lo que lo hicieron sus padres en las últimas décadas.  Sin duda, en todo el planeta hay más libertad, aunque eso no haya afectado a que el poder haya transferido su principio de dominación a los ciudadanos, todavía estamos tutelados por autoridades que, en nombre de cualquier creencia o ideología, nos imponen el curso por la vida que conviene a sus intereses, pero eso también cambiará y lo hará pronto. Posiblemente seamos nosotros o nuestros hijos los que acaben de liberar al planeta de todas las tiranías, despotismos y opresiones, un sueño inalcanzable hace tan sólo unas décadas.

Nada permanece, todo cambia, somos hijos del tiempo –no del viento- y el tiempo impone la única dictadura que estamos obligados a asumir, como seres mortales, sin embargo, posiblemente también seamos conscientes de que en este planeta jamás se habían acuñado antes a fuego, el fuego heracliteo, los valores, principios y leyes que darán lugar a una nueva humanidad, que vivirá en mayor libertad y justicia, que alcanzará cotas de equidad jamás alcanzadas y que escribirá una página en la historia de la evolución humana que siempre será recordada.

Brindo con todos vosotros por un 2013 mejor que todos los años anteriores en la existencia de los seres humanos; son años de tránsito, de crisis, de cambio, pero sin duda, hacia un mundo mejor.

Enrique Suárez

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