No, realmente no les queda tiempo a los de la casta para
volver a convencernos de que ellos son la única representación posible de la
democracia, ni a los de Podemos para convencernos de que la democracia es lo
que digan ellos, con su renuncia a todo lo que no sea una proclama al
tercermundismo. No les queda tiempo a ninguno para convencernos de nada, porque
su discurso se ha quedado en el pasado y este país necesita crecer más de lo
que quieren permitirle aquellos que aspiran a representar a los ciudadanos, y
al mismo tiempo, beneficiarse de su representación.
En esta penosa situación nos encontramos los españoles en
2015, cuando en realidad es algo que se viene anunciando desde hace muchos
años, en reiteradas ocasiones. Un sistema representativo que se organiza desde
el poder que permite a los ciudadanos votar lo que otros ya han elegido y que
solo puedan escoger entre aquello que les presenten los únicos electores, que
son los que forman las cúpulas de los partidos políticos, no puede seguir
existiendo en condiciones de normalidad, por mucho que se empeñen los medios de
comunicación vendidos al poder en presentarlo como la única alternativa. En
realidad, en España no hay sufragio universal, porque el universo de las
posibilidades de elección queda restringido a lo que ofrecen las distintas
formaciones que forman la casta desde sus élites bien asentadas en la
ignorancia de los votantes que les apoyan.
España y los españoles no pueden avanzar en estas condiciones,
con el lastre de medio millón de colocados por los partidos políticos viviendo
sin producir otra cosa que disgustos. Si además fueran competentes, pero es que
llevar en la política 30 años, no lo digo ni por Rajoy, ni por Carme Chacón, ni
por Rosa Díez, ni por Artur Mas, ni por Gaspar Llamazares, viendo cómo está el
país no es motivo de confianza, sino de todo lo contrario. ¿Cómo van a resolver
nuestros problemas este elenco de impresentables si son el principal origen de
nuestros problemas?. Mientras sigamos en el atado y bien atado, y el poder que se lo repartan entre estos mequetrefes sin rendir cuentas ante nadie, ni siquiera ante la justicia, que está a su servicio, cuando logra sacarlos de sus aforamientos, mal vamos
Y para resolverlo, como alternativa creada desde la casta,
nos encontramos con unos aventureros adanistas que quieren convencernos de que
lo mejor para este país es regresar al tercermundismo y hacernos bolivarianos
para poder disfrutar de la vida como los griegos o los venezolanos.
A mí todas estas cosas no sólo me parecen una falta de respeto, sino un tremendo
desprecio hacia la ciudadanía de este país, hacia los electores que deben
sancionar con su voto esta podredumbre a la que los que están en el poder
denominan “democracia” y todos los que les miramos desde abajo sabemos que es
puro despotismo, rayano en la tiranía. Y me parece que esta patulea de
miserables no se marcha del poder como no les echemos a patadas, así que será
cosa de ir ensayando como derrocar este régimen de opresión, desmesura y
caraduras, creado por todos los partidos políticos que participan en el carnaval que se han montado para expoliar a los españoles.
Enrique Suárez