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sábado, 6 de septiembre de 2008
Pobreza (con Z de Zapatero)
Por quinto año consecutivo, los españoles hemos perdido poder adquisitivo en nuestros salarios con el Gobierno del PSOE, la información proviene del Estudio General de Remuneraciones de Watson Wyatt, realizado en 386 empresas españolas, y publicado recientemente.
El socialismo trae pobreza para la inmensa mayoría y riqueza para los que hacen suculentos negocios políticos con el Estado ocupado por una jerarquía impresentable de representantes públicos. Las formas de ingresar pingues beneficios por parte de los políticos españoles, de cualquier partido, se establecen con provechosas variantes provechosas: privatizaciones de servicios públicos, concesiones de obras públicas, contratos de apoyo a la administración pública, tráfico de información privilegiada.
La mano invisible del Estado está acaparando las ganancias en tiempos de crisis, gracias a que el único interés que tienen nuestros representantes políticos es aprovecharse de la pasividad de los ciudadanos ante la enajenación de los recursos comunes.
La única clase social que en España no ha dejado de mejorar desde la llegada de la democracia es la política, si un político en 1977 tenía un sueldo que multiplicaba por menos de dos el de la media de los ciudadanos, actualmente el sueldo medio de los políticos multiplica por cinco al sueldo medio de los ciudadanos.
La profesión más rentable de este país es la de político, pero al contrario de todas las demás, que tienen que competir en el mercado, la de político se desarrolla exclusivamente en el interior del Estado, y las reglas de su promoción interna no tienen otro criterio que el arbitrario del cacique de turno, que distribuye los puestos según sus afinidades políticas y no según las disposiciones y condiciones profesionales de los aspirantes.
Mientras miles de personas cada día se parten el espinazo por llegar a fin de mes, mientras que miles de opositores aspiran a plazas legales, los políticos contratan asesores, ayudantes, propagandistas, y sicarios en plena impunidad.
El caos que se vive en España no es una casualidad, es la consecuencia inevitable de la corrupción jerarquizada en la que estamos viviendo, en la que el ascenso político se traduce de forma inmediata en escalada económica y social.
El poder se ha convertido en una varita mágica que vuelve ricos a unos pocos mientras empobrece a la mayoría. España no puede soportar muchos meses más la invasión del Estado por ineptos, incapaces de resolver su propia existencia sin expoliar a los demás, que no están preparados para resolver la crisis económica en la que vivimos, sino para hundirnos profundamente en la miseria.
Los partidos de la derecha hacen más ricos a los que ya son ricos, y el PSOE hace más ricos a los que bendice con sus prebendas. La política genera riqueza exclusivamente para una muy escasa minoría de ciudadanos. A comienzos de la transición, alguien dijo que el PSOE era el partido de los pobres, hay que reconocerle que tenía mucha razón.
Biante de Priena
El socialismo trae pobreza para la inmensa mayoría y riqueza para los que hacen suculentos negocios políticos con el Estado ocupado por una jerarquía impresentable de representantes públicos. Las formas de ingresar pingues beneficios por parte de los políticos españoles, de cualquier partido, se establecen con provechosas variantes provechosas: privatizaciones de servicios públicos, concesiones de obras públicas, contratos de apoyo a la administración pública, tráfico de información privilegiada.
La mano invisible del Estado está acaparando las ganancias en tiempos de crisis, gracias a que el único interés que tienen nuestros representantes políticos es aprovecharse de la pasividad de los ciudadanos ante la enajenación de los recursos comunes.
La única clase social que en España no ha dejado de mejorar desde la llegada de la democracia es la política, si un político en 1977 tenía un sueldo que multiplicaba por menos de dos el de la media de los ciudadanos, actualmente el sueldo medio de los políticos multiplica por cinco al sueldo medio de los ciudadanos.
La profesión más rentable de este país es la de político, pero al contrario de todas las demás, que tienen que competir en el mercado, la de político se desarrolla exclusivamente en el interior del Estado, y las reglas de su promoción interna no tienen otro criterio que el arbitrario del cacique de turno, que distribuye los puestos según sus afinidades políticas y no según las disposiciones y condiciones profesionales de los aspirantes.
Mientras miles de personas cada día se parten el espinazo por llegar a fin de mes, mientras que miles de opositores aspiran a plazas legales, los políticos contratan asesores, ayudantes, propagandistas, y sicarios en plena impunidad.
El caos que se vive en España no es una casualidad, es la consecuencia inevitable de la corrupción jerarquizada en la que estamos viviendo, en la que el ascenso político se traduce de forma inmediata en escalada económica y social.
El poder se ha convertido en una varita mágica que vuelve ricos a unos pocos mientras empobrece a la mayoría. España no puede soportar muchos meses más la invasión del Estado por ineptos, incapaces de resolver su propia existencia sin expoliar a los demás, que no están preparados para resolver la crisis económica en la que vivimos, sino para hundirnos profundamente en la miseria.
Los partidos de la derecha hacen más ricos a los que ya son ricos, y el PSOE hace más ricos a los que bendice con sus prebendas. La política genera riqueza exclusivamente para una muy escasa minoría de ciudadanos. A comienzos de la transición, alguien dijo que el PSOE era el partido de los pobres, hay que reconocerle que tenía mucha razón.
Biante de Priena
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Despiojar el Estado
El uso y abuso de la política como instrumento de elevación social y económica de los políticos españoles, como herramienta para abandonar la ciudadanía de la que provienen y convertirse en “jerarcas” sin responsabilidad alguna, que disfrutan de los beneficios de su condición adquirida, como estrategia compartida para establecerse como secta contra el resto de los españoles, es algo que no debemos dejar de denunciar públicamente.
La política se ha convertido en un negocio que utiliza a los ciudadanos como mercancía, y los recursos del Estado como financiación personal; a los políticos no les importa que haya crisis, por eso el Presidente del Gobierno no la reconoce, y el Jefe de la Oposición mira para otro lado, realmente no es su problema. Los ricos, clase de la que aspiran a formar parte nuestros representantes, se ríen de la crisis y cada día ganan más
Su único problema es perpetuarse en el poder, para disponer de la posibilidad de colocar a todos sus familiares y amigos en los puestos más rentables y cómodos de la administración.
¿Cómo se calcula el sueldo de un político?
Habitualmente se homologa a los de funcionarios públicos que ocupan cargos similares, con un plus de temporalidad. ¿Pero realmente ese precio que pagamos como salario de los políticos se corresponde con el valor de las cosas que hacen?. Evidentemente no.
Si un político toma una decisión errónea que le cuesta al erario público unos cuantos millones de euros, ¿quién es el responsable?. Nadie, porque como dijo una ministra impresentable, el dinero público no es de nadie. Es decir, haciéndolo bien o haciéndolo mal, cobran lo mismo, sin sanción alguna en caso de cometer errores o negligencias.
¿Cuántos asesores se necesitan en política?, pues más que por las necesidades públicas es por las afinidades personales el criterio de decisión. Hay demasiada gente que vive en este país produciendo distorsiones, generando problemas a los ciudadanos.
Va siendo hora de poner el Estado a dieta, porque si hay que apretarse el cinturón no vamos a hacerlo sólo los ciudadanos, mientras el padre de la ministra de igualdad de género se sube el sueldo 3000 euros al mes por hacer no se sabe qué.
Es hora de recortar presupuestos, de reducir el coste político del Estado, de echar a los asesores políticos innecesarios (la inmensa mayoría) y de organizar la Administración Pública en relación a sus auténticas necesidades y no a las de colocación de todos los familiares, amigos, y compañeros del Partido Socialista Obrero Español. Aplíquese la misma regla en las administraciones públicas autonómicas y locales y a todos los partidos políticos.
España no se puede permitir tantos parásitos, es hora de despiojar el Estado. Vivimos una auténtica infestación política que perjudica la salud de todos los españoles. La única forma de combatir la epidemia Z es con ZZ.
Acabemos con los piojos políticos, es una cuestión de Salud Pública.
Erasmo de Salinas
La política se ha convertido en un negocio que utiliza a los ciudadanos como mercancía, y los recursos del Estado como financiación personal; a los políticos no les importa que haya crisis, por eso el Presidente del Gobierno no la reconoce, y el Jefe de la Oposición mira para otro lado, realmente no es su problema. Los ricos, clase de la que aspiran a formar parte nuestros representantes, se ríen de la crisis y cada día ganan más
Su único problema es perpetuarse en el poder, para disponer de la posibilidad de colocar a todos sus familiares y amigos en los puestos más rentables y cómodos de la administración.
¿Cómo se calcula el sueldo de un político?
Habitualmente se homologa a los de funcionarios públicos que ocupan cargos similares, con un plus de temporalidad. ¿Pero realmente ese precio que pagamos como salario de los políticos se corresponde con el valor de las cosas que hacen?. Evidentemente no.
Si un político toma una decisión errónea que le cuesta al erario público unos cuantos millones de euros, ¿quién es el responsable?. Nadie, porque como dijo una ministra impresentable, el dinero público no es de nadie. Es decir, haciéndolo bien o haciéndolo mal, cobran lo mismo, sin sanción alguna en caso de cometer errores o negligencias.
¿Cuántos asesores se necesitan en política?, pues más que por las necesidades públicas es por las afinidades personales el criterio de decisión. Hay demasiada gente que vive en este país produciendo distorsiones, generando problemas a los ciudadanos.
Va siendo hora de poner el Estado a dieta, porque si hay que apretarse el cinturón no vamos a hacerlo sólo los ciudadanos, mientras el padre de la ministra de igualdad de género se sube el sueldo 3000 euros al mes por hacer no se sabe qué.
Es hora de recortar presupuestos, de reducir el coste político del Estado, de echar a los asesores políticos innecesarios (la inmensa mayoría) y de organizar la Administración Pública en relación a sus auténticas necesidades y no a las de colocación de todos los familiares, amigos, y compañeros del Partido Socialista Obrero Español. Aplíquese la misma regla en las administraciones públicas autonómicas y locales y a todos los partidos políticos.
España no se puede permitir tantos parásitos, es hora de despiojar el Estado. Vivimos una auténtica infestación política que perjudica la salud de todos los españoles. La única forma de combatir la epidemia Z es con ZZ.
Acabemos con los piojos políticos, es una cuestión de Salud Pública.
Erasmo de Salinas
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