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sábado, 31 de marzo de 2007

Als Ciutadans praguntan:



Paraprogresismo: la doctrina de ZP

Una sociedad que no aspira a su máximo desarrollo, es una agrupación de seres humanos sin esperanza, inerte y vacua de contenidos. A lo largo de la historia hemos conocido ejemplos de sociedades agónicas, habitualmente recubiertas de esplendor populista y semiótica trascendental, nos referismos a los absolutismos.

Las ideologías dogmáticas compiten con las religiones en el ámbito de las creencias, con la intención de desplazarlas y sustituirlas. El fascismo y el comunismo son los ejemplos más conocidos, ambos se distinguen en un aspecto fundamental, los fascismos enaltecen al héroe divinizado, los comunismos, al pueblo divinizado. Los fundamentalismos, no emulan nada, son movimientos religiosos en sí mismos.


Todos los movimientos políticos aspiran en la intimidad, aunque no lo expresan públicamente, a implantar su ideologías en la sociedad, por medio de la propaganda y el marketing de sus valores, por las legislaciones que producen, por las prácticas que muestran, por la representación pública de su cultura particular y la presencia mediática de sus líderes. Los progresistas aspiran a implantar avances sociales rápidos, los conservadores avances sociales lentos.

Sin embargo, los avances sociales no se establecen en el vacío, en la tábula rasa, en la hoja en blanco, este es el error que cometen algunos imprudentes políticos de izquierdas; porque no comprenden que la sociedad que tratan de representar y cambiar, se encuentra estructurada con su propia orografía de costumbres y tradiciones. Es cuestión de antropología. Negar la evidencia de partida conduce a numerosos errores y barbaridades políticas.

El paraprogresismo del PSOE

En las sociedades más avanzadas, los partidos ubicados en la izquierda democrática presumen de su lucha por el progreso. El gobierno de Zapatero, y en general la administración gestionada políticamente por el PSOE, quiere vender a la sociedad española su colección de modernidades, y su capacidad de implantar cambios rápidos en nuestra sociedad, por medio del decreto-ley.

Cegados por el poder e insuficientemente preparados para afrontar el gobierno de un país de 45 millones de habitantes, han injertado en nuestra sociedad determinados cambios sociales que responden más a sus necesidades de reafirmación y captación electoral que a la demandas reales de la sociedad española

La gestión política de estos cambios, traerá a la larga numerosos problemas a nuestra sociedad, pero como lo único que importa a los políticos socialistas es quedar bien ante sus futuros electores, entran en la dinámica rupturista con la tradición y la costumbre, por simple estrategia de captación de votantes. No ya con la religión, lo que era de esperar, sino con la política, o la estructura social vigente.

Ni el país está preparado, ni la sociedad española demanda cambios radicales, pero el PSOE se ve obligado a ofertarlos para dotarse de contenido político, ante su incapacidad de hacer precisamente lo que se esperaría de un gobierno de izquierdas, que sería promover la igualdad social, afianzar la igualdad laboral, expandir los derechos existentes, ofreciendo seguridad jurídica a los que cuentan con menos recursos, facilitar el desarrollo independiente de los jóvenes, en temas laborales, de vivienda, de ayudas familiares y sociales; pero también organizar la asistencia de los mayores en términos de calidad de vida y bienestar.

En este país se necesita más una odontología gratuita, una psicología pública, o una plenitud de derechos laborales de los autónomos, que una ley de violencia de género; pero las primeras requieren un esfuerzo político considerable, y no reportan grandes beneficios electorales; mientras que la segunda, establece una organización institucional, una red de feministas defensoras de las ideas de izquierda que se encargarán de hacer proselitismo político favorable a los partidos de izquierda, aunque para ello tenga que promover desigualdades insoportables y discriminaciones inadmisibles que terminarán perjudicando la convivencia en nuestra sociedad.

Con la ley de dependencia, la política de inmigración, las de igualdad jurídica de los homosexuales, las concesiones a los nacionalismos, o las contemplaciones con los terroristas de ETA, ocurre otro tanto de lo mismo. El PSOE busca afianzar su poder anclándose en determinadas bolsas electorales, al precio de su función de granero permanente a sus propuestas políticas.

Asistimos al secuestro económico de grupos electorales importantes dentro de nuestra sociedad, que al ser obligados a la polarización última pierden todo su valor de reivindicación justa para convertirse en movimientos domesticados, al servicio del poder. Evidentemente que se requiere igualdad jurídica en el caso de las mujeres o los homosexuales, pero lo que no se necesita es el apoyo al feminismo, o al gaycismo, porque son movimientos en su mayoría sectarios, y tenemos un presidente que se declara profundamente feminista, si Rajoy dijera que se declaraba profundamente cristiano, seguro que sería criticado por los progres.

El PSOE se está cargando la convivencia de los españoles, con conocimiento de causa. Pretendiendo con sus decisiones políticas causar un impacto social, y un cambio favorable de la mentalidad de los electores de este país hacia sus presupuestos ideológicos. Pero la bolsa de valores nunca ha subido tanto, y la de la compra tampoco, jamás ha habido tanto nepotismo en la administración pública, y los negocios corruptos se expanden como una epidemia. La política de un gobierno, que se autoproclama de izquierdas, debería suponer el contrapunto a los excesos plutocráticos, y sin embargo se ha establecido como su más preciado sostén.

El populismo reaccionario del PP

Decía Marx lo siguiente, y no estaba equivocado:

Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes, o con su expresión jurídica que son las relaciones de propiedad dentro de las cuales se ha desenvuelto hasta entonces. Con el desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas para el progreso. Abriéndose de esta forma una época de revolución social.

Ante el progreso surge la reacción, pero ante el paraprogreso brota la crispación social. El paraprogresismo del PSOE ha conducido al PP a la toma de la calle, al enfrentamiento permanente, a plantarse ante los desmanes de los socialistas en aras del avance social, a la ruptura de la inercia establecida en la transición política, y a la disolución del consenso en cualquier tema político. La convivencia ciudadana ha alcanzado grados de exasperación y de regresión a etapas conflictivas superadas hace décadas.

Está claro que el PP defiende la tradición y la costumbre en sus políticas, como una fuente de identidad y seguridad ante la realidad existente.

Los socialistas se han olvidado de que la derecha de este país proviene del monopolio de valores, religiosos y políticos, que se forjaron en una dictadura de cuarenta años. No es una derecha moderna, sino que permanece anclada en su burbuja ideológica de nación, religión, y propiedad. Sus acciones políticas son más conservadoras que en otros lugares de Europa, porque va resolviendo sus complejos lentamente, pero de forma paulatina lo ha ido consiguiendo.

No hay una derecha en España que pueda soportar el caso De Juana Chaos, o la libertad de Otegui por dictamen del fiscal impuesto por el PSOE.

La derecha española se ha ido democratizando, al mismo paso que los socialistas han ido abandonando el marxismo. Hasta ahora había progresado adecuadamente, pero con las provocaciones del insigne ZP y el aislamiento político que le ha impuesto como cordón sanitario, nuestra derecha ha vuelto a afianzarse en sus posiciones más dogmáticas, que se pueden resumir en respeto a las tradiciones, la exaltación del nacionalismo español, y la oposición permanente a los cambios sociales, que no resulten imprescindibles.

El terrorismo light de ZP

Zapatero ha tensado la cuerda de la democracia, en una huida hacia delante, ante la incapacidad de abordar los auténticos problemas de la sociedad española, porque no cuenta con capacidad política para acometer la búsqueda de auténticas soluciones.

Sin embargo nos ha llenado de colorido esta legislatura, siguiendo los postulados que Marx estableció para el fetichismo de la mercancía: el presidente Zapatero nos está “vendiendo” progreso, porque es incapaz de conseguir que nuestro país avance socialmente. Socava las estructuras sociales vigentes, en una suerte de terrorismo light de pedrada al sacristán, en domingo de ramos.

En el ámbito internacional, tras la salida de Irak por las bravas, nos ha condenado al ostracismo y al aislamiento; de estar a la cola de los países occidentales, hemos pasado a estar a la cabeza de los movimientos latinoamericanos revolucionarios. Somos el padre Estado, donde fuimos la madre patria.

En el ámbito nacional, no se han logrado transformaciones importantes en la sociedad, más bien al contrario, los problemas que han surgido y van a desarrollarse con los nacionalismos, moderados o extremos, nunca habían sido tan importantes. Tantas concesiones hacen peligrar la identidad española, y eso es algo que no puede tolerarse a ningún político. Pero a la izquierda la nación siempre le ha molestado, y prefiere el estado como argumento.

En el ámbito económico, los ricos cada día se enriquecen más, y los pobres se empobrecen más. El sistema de igualdad social establecido por el PSOE ha conducido en el balance final a una sociedad más acogotada económicamente, con cada vez más sectores dependientes, en la que ya no se respetan ni las legislaciones laborales, y en la que los jóvenes, los mejor preparados de la historia de este país, naufragan cada día en la imposibilidad de alcanzar la independencia de sus padres.

En el ámbito político, jamás se había alcanzado tanta crispación en España a lo largo de los últimos treinta años, ni tras la muerte de Franco. La política de provocación esgrimida contra la derecha, impide cualquier posibilidad de diálogo sobre temas importantes para nuestro país; sobretodo esos temas que cruzan varias legislaturas, y eso la gente lo sabe, y no va a seguir consintiéndolo.

En el ámbito social, los españoles no disfrutan de más recursos en su vida diaria, pero cada día les cuesta más sostener su sistema de vida, y todo por beneficiar a determinados sectores sociales que benefician electoralmente al PSOE. El precio del estancamiento social de todos, para que avancen los que ZP patrocina, que serán los que terminarán votando por él, sin duda.

El paraprogresismo consiste precisamente en vender progreso social, cuando en realidad lo que se hace es patrocinar a los amigos y seguidores, en prejuicio de todos los demás. Es pura apariencia de avance social, muy ajustada a los planteamientos de alguien que cree vivir en el país de las maravillas, donde los cafés cuestan 80 céntimos.

El progresismo de Zapatero es como el cuento de la lechera, pero la vaca la pagamos entre todos, mientras que la leche la reparte entre los suyos, hasta que se rompa el cántaro. Zapatero es un reaccionario camuflado, quiere matar a Franco a disgustos, ahora que lleva más de 30 años muerto y enterrado.

Un héroe antifranquista fuera de plazo, que funciona con el chip de rehabilitar la memoria histórica, necesita someter a su pueblo a una colección de hazañas y genialidades, para ser recordado eternamente, aunque sea por sus errores y el rechazo de su pueblo. Al final, este antimaquiavelo de la política lo logrará, será recordado y aborrecido por todos.


Biante de Priena

Proyecto ZaZa (19): Así ven a ZP en la RAI


Recuperamos el viejo proyecto ZaZa con este vídeo que nos remite nuestro corresponsal en Palermo, Giancarlo Rossetti, en el que se puede observar a nuestro eximio presidente del gobierno congraciándose con los ciudadanos y las ciudadanas de Italia, para convencerles de que el futuro pasa inexcusablemente por la Alianza de las Civilizaciones civilizadas de los civilizados civiles cívicos. Una gran propuesta que introducirá las ideas magníficas del ínclito sujeto en las crónicas épicas del sufrimiento popular, nacional e internacional.

NI RAZA, NI MAZA, TODO POR LA PAZ(a)

Gracias Hereje!

jueves, 29 de marzo de 2007

Hijos de Babel

La evolución también ha alcanzado la comunicación humana. El acto de comunicarse cada día resulta más fácil gracias a los avances técnicos, pero sin embargo, el proceso de comunicarse cada día resulta más complejo, por un problema básico del lenguaje, que solo permite transferir conocimientos, pero tiene enormes dificultades para transmitir todo lo relacionado con las emociones.

Hoy está suficientemente aclarado que la biología no define lo esencial de nuestra especie. Desde que Darwin erradicó la mano de Dios de la evolución humana, nos hemos hecho cada día más dueños de nuestra existencia, aunque esto no quiere decir que seamos demasiado conscientes y responsables, en cuanto a muchas de las pautas por las que discurre nuestra vida.


Somos seres culturales, que disponemos de la capacidad de comunicarnos, lo que posiblemente ha contribuido más que ninguna otra cualidad humana a la transformación del mundo que habitamos.

Foucault, entre otros autores reconocidos, explicó la futilidad de las convenciones lingüísticas para comprender o explicar las cosas de la vida y el mundo. Mac Luhan nos dijo que en esta aldea global, el medio era el mensaje. Chomsky descubrió los conceptos de la gramática generativa.

El lenguaje es relativo a la cultura, eso se conoce bien desde la antropología. ¿Cómo explicarle a un bantú que habita en una aldea africana los problemas de tráfico que hay en Madrid?. Tendremos las mismas dificultades que a él le asaltarían, si se propusiera explicarnos por que sus rituales espantan a los demonios.

El lenguaje es pura convención, aunque estamos convencidos de su utilidad, no acabamos de comprender correctamente su relatividad. Pero el lenguaje es insuficiente como mecanismo de comunicación, aunque esto no impida que mantenga su hegemonía a la hora de que transfiramos contenidos informativos.

Tal vez sea necesario evolucionar en la comunicación, incorporando nuevos canales de transmisión y otras formas de almacenar los contenidos y sus representaciones.

Los jóvenes, a los que siempre debemos estar atentos, se están cargando el lenguaje en sus conversaciones de MSN, en los mensajes telefónicos SMS, en los chats; parece que la fidelidad del lenguaje sólo permanece en el habla, aunque también se establezcan nuevas jergas, que los adultos entendemos con dificultad.

Esta forma de actuar es un mensaje en sí mismo, quiere decirnos que lo importante es comunicarse, aunque sea cargándose la gramática, la ortografía o el idioma. En cierta manera es una deconstrucción, y al mismo tiempo una peculiar señal de identidad.

Una vuelta de tuerca a la espita que promoverá la explosión controlada de los valores sobre los que se ha asentado la evolución cultural de nuestra especie, tal y como la hemos conocido hasta ahora.

Pero este des-hacer, tiene algo de regresivo al mismo tiempo, de expresión animal, o de grito gutural primigenio ante la asfixia tecno-económica y organizativa en que se ha convertido la existencia de los ciudadanos que habitan el mundo occidental.

En Francia se han producido hace menos de un año, gestos de destrucción promovidos por jóvenes inmigrantes que reclaman espacios nuevos y se dedican a incendiar automóviles, uno de los símbolos fundamentales de la civilización occidental. Siendo el automóvil a nuestra civilización, como las torres gemelas a los Estados Unidos, que también fueron incendiadas, como los trenes de Atocha.

El fuego catártico y purificador, que tanto le agradaba estudiar a Bachelard, es una vez más el instrumento elegido para destruir lo que existe, para cambiar el espacio y las relaciones entre los humanos y las cosas.

Creo que estamos mucho más sometidos de lo que creemos a una dictadura de las palabras, del lenguaje, que ha desplazado en su expansión a otras formas de comunicación más primitivas, pero no por ello irrelevantes.

Los jóvenes parecen saber, tal vez nosotros se lo hayamos enseñado, que la comunicación es más importante por los contenidos que transfiere, que por las formas establecidas y asumidas de transmitirlos.

Se vive un nuevo romanticismo, y todos los romanticismos son antirepresivos y regresivos a la vez, quizás un poco depresivos y melancólicos, pero marcan y definen el punto de nuevos avances que vendrán posteriormente. Son pasos atrás para tomar nuevo impulso, recreos que se toma la especie para contemplarse a sí misma.

Los grandes alpinistas saben que escalar no es sólo ascender, alcanzar la cima solo es el resultado final, se asciende como adición de otras muchas acciones, entre las que saber descender o quedarse quieto también es importante. Los buenos montañeros, como los grandes viajeros, conocen que el placer no está en alcanzar el destino previsto, sino en disfrutar del recorrido que nos conduce hasta él. La vida es un viaje maravilloso.

La evolución de nuestra especie, el progreso de la cultura, el desarrollo de un mundo nuevo, pasa inextricablemente por la destrucción de la hegemonía del lenguaje como forma de comunicación (que no por la destrucción del lenguaje).

El camino hacia el mañana pasa por la construcción de la torre de Babel (o de Google, como ustedes prefieran).

El futuro no necesita superhombres ensalzados por Spengler o idealizados por Nietzsche, necesita hombres (y mujeres) superándose, saliendo de sus complejos, desprendiéndose del lastre de sus miedos y vergüenzas.

El mañana comienza ahora, enterrando los silencios del lenguaje, que son todas aquellas cosas que no pueden expresarse con palabras, y que guían nuestras vidas mucho más que la gramática. En otra ocasión lo dije, a pesar de los esfuerzos de los poetas, los sentimientos que se han expresado con palabras son sentimientos muertos. Las palabras son las tumbas en las que se entierran las emociones.

El próximo paso evolutivo será clasificar las emociones humanas para poder representarlas literalmente, después se hará lo mismo con las relaciones, y por último, las sensaciones se organizarán en categorías que permitan su organización.

Como de las emociones se derivan fundamentalmente los valores y las creencias, se logrará una construcción armónica de todos los elementos estableciendo alguna suerte de principio jerárquico, para concluir en alguna presentación estándar. El mundo, tal y como lo conocemos, está desapareciendo cada día, al tiempo que surgen nuevas formas de representar la realidad. Prueba del cambio que está ocurriendo es la desaparición paulatina de la vida privada, apagar el móvil o el ordenador es como renunciar a la vida, una pequeña muerte social.

Sin embargo, corremos el peligro de quedar atrapados en nuestra propia obra, el hombre-masa que tan bien describió Ortega y Gasset tiene más capacidad de destruir lo existente que de construir algo realmente nuevo. La naturaleza de las masas es el consumo desaforado y reiterativo, antes que la genial creación o la producción de novedades que vayan sustituyendo lo consumido. Por primera vez en la historia de Occidente, los seres humanos nos estamos consumiendo a nosotros mismos, en una especie de autocanibalismo.

Como matizaría Cortázar, si aún viviera, no perdamos de vista la cuestión, porque podemos encontrarnos con la ingrata sorpresa de que no somos nosotros los constructores de Babel, sino Babel la que nos construye, o nos destruye.


Erasmo de Salinas

miércoles, 28 de marzo de 2007

Ecoteología

Dedicado a Albert Boadella,
¡va por tí, maestro!.


Tras la decadencia de los pensamientos únicos, camino que conduce al olvido de todos los dogmatismos, (religiosos, sociales, ideológicos o políticos), brotan opciones compensatorias de forma continua, antes de la perentoria extinción.

Ideas de cambio, de transformación de la sociedad, de erradicación de la maldad, de "buenismo", de respeto puritano al medio ambiente y a los demás, de acciones no violentas a medio camino entre las propuestas de Buda y las de Gandhi, de orgullo zen de aquí no pasa nada aunque pase, y otros maravillosos sueños fundamentados en la resolución de la culpa irredenta de haber sido expulsados del paraíso por nuestros pecados.

Todo este compendio de deseos e ilusiones, fundamenta un retorno del poder divino en forma de sucedáneo, no solo el Islam remonta el vuelo. En Occidente, tras la decadencia del Imperio Romano, algunos avezados y persuasivos filósofos estoicos, mutados al cristianismo, implantaron la fe de Cristo, que tras la Teoría de la Evolución de Darwin, quedó desinflada y destronada.

Cuando la idea de Dios no se puede mantener ante la crueldad que el hombre manifiesta por instinto, entonces se sustiye por una forma menor de representación del orden divino: la Naturaleza, que representa la fuerza de la vida, que contiene ese halo de misterio que conduce de nuevo a la creencia, aún en esta epoca de descifrado del genoma.

La vida tiene mucha mitología. Al parecer, de la vida que ha existido en la Tierra desde los orígenes, han desaparecido más del 99 % de las especies que alguna vez habitaron el planeta. La muerte, también tiene mucha mitología, y además da miedo, lo que le concede un gran poder simbólico para persuadir de otras cosas.

El laberinto sin minotauro

Cuando se compran filetes en el supermercado (lo que en cierta forma recuerda por extensión a una representación del "maná"), se hace desde la pérdida de todo conocimiento de su origen, de su proceso de producción. Se consumen sin pensar a que ternera pertenecen. Ese olvido inducido forma parte de nuestra civilización, porque si supiéramos que era de la "Lucera", esa vaca feliz que vimos en aquel prado pastando y nos da leche, posiblemente no nos la comeríamos.

Después de visitar un matadero, uno puede imaginarse como fue Auschwitz. La vida se elimina de forma mecánica. Desde hace muy pocos años, en los pueblos se ha prohibido acabar con la vida de las vacas, también se llevan al matadero.

No sé por que la vida de la pobre vaca que pasta alegre por los prados, tiene menos derecho a ser elogiada e incluso defendida ante el inusitado poder depredador de la especie más violenta y carnívora. Hablando del derecho a la vida creo que debemos ser igualitarios. Tanto monta el toro de lidia como la vaca de prado o ¿tal vez no?.

En Asturias y otras tierras del norte de España hay una costumbre que es el San Martín o la matanza, se coge un cerdo, se le cuelga boca abajo, se clava un cuchillo en la arteria correspondiente, por el aficionado matarife de turno y se espera a que se desangre entre chillidos insoportables. ¡Pobre bicho!. Luego se celebra invitando a los comensales. Los cerdos también sirven en otras culturas para los ágapes, por ejemplo en los lejanos mares del sur en una ceremonia de despilfarro.

La morcilla se hace de sangre, también los chorizos. Todavía no he oído a ninguna comunidad espiritual- ecológica que haya manifestado algo al respecto, y eso que la costumbre está muy extendida, tal vez sea por eso por lo que no dicen nada. No sé por qué los cerdos, al igual que las vacas, no pueden tener defensores aguerridos de su derecho a la vida. Pero como no es fiesta nacional, sino costumbre tradicional, se respeta porque no tiene interés político ir contra ella.

La cultura, a pesar de todo, y de todos, incluye la muerte; y también la crueldad, porque toda muerte producida es una muerte violenta. Recordemos lo que decía Voltaire, que la civilización es la forma más desarrollada de barbarie. Se considera que los primeros actos culturales conocidos fueron enterramientos, además de la producción de algunas toscas herramientas. Somos seres mortales, y todos los seres vivos nos caracterizamos, entre otras cosas, por que alguna vez habremos de morirnos. La muerte es inherente a la vida.

La Cultura es una elaboración humana, al menos nadie se ha atrevido a decir que provenga de la Divina Providencia. Los seres humanos somos carnívoros por tradición y conveniencia proteica, aunque también podamos ser vegetarianos, lo que es muy respetable; pero en ese caso, deberíamos preocuparnos también por la vida de los guisantes, porque también es vida, y cabe preguntarse ¿qué derecho tenemos a acabar con ella?. Y qué decir de la vida embrionaria que impedimos cuando nos comemos un huevo frito.

Volviendo al arte de Cúchares, insisto, forma parte de la tradición, de nuestra cultura española. A mi no me gustan, particularmente, he acudido en una ocasión a ver al bombero-torero con mi hija y me divertí, no había muerte, pero si un montón de enanos que hacían de bufones, también me pareció cruel, pero es una forma de ganarse la vida, no he vuelto.

Yo no contribuyo a que sobreviva la fiesta nacional, pero está ahí, y la respeto, por que no me considero con criterio para proponer la abolición de ninguna tradición cultual, porque supongo que quienes las crearon en su momento por algo lo harían y por qué representan elementos valiosos para nuestra existencia, aunque sean arquetípicos o simbólicos. Conservar las tradiciones, también es una forma de hacer ecología, y de luchar por la libertad, lo que no significa ninguna suerte de fijismo o inmovilismo, que no se malentienda.

Los nuevos profetas

Pero estoy en contra de la ECOTEOLOGIA, esa creencia proselitista que viene a ocupar el espacio dejado por las religiones tradicionales; estoy en contra de sus dogmas, fruto de una doctrina panfletaria, organizada al socaire de consignas políticas que pretenden objetivos ajenos a lo que proponen, mientras las mejor intencionadas buscan una vez más la redención del pecado original, estoy en contra de los "paraprogres", esa secta infame que vive de las rentas producidas por la veneración a la estupidez.

Sin embargo, no estoy en contra de la ecología, por que es una ciencia humana, que por cierto, según Hawley y otros, también alcanza a nuestra especie. Aunque tampoco es para dramatizar, y hay muchos intereses creados sobre el tema, que rentabilizan el desconocimiento de muchas cosas.

La ecología debe ser humana, y debe ocuparse de respetar también las tradiciones y los ecosistemas culturales. Los políticos ecologistas más serios, como Al Gore, aquel candidato que disputó el poder a Bush, hablan de cuestiones como el protocolo de Kioto, el efecto invernadero o la capa de ozono, pero también de las crueles guerras que devastan el planeta, del hambre y del sufrimiento humano. La ecología tiene cosas mucho más importantes a las que dedicarse, para ocuparse de los toros.

Del tema de la tauromaquia se ocupan diversos grupos “anti-establishment”, los nacionalistas, los ecologistas de izquierdas, los arribistas, y un grupo menor de gente bien intencionada y sensible que realmente no sabe a quien sirve con sus propuestas.

Por supuesto que la ecología deber ocuparse de recordarnos que hay que respetar la vida, pero no la vida de laboratorio, la vida simulada, sino la vida tal como es, la vida en un mundo habitado por seres humanos y otros seres vivos. Resultando que como el ser humano se concede una cultura desde hace muchos milenios, pues también debe defender la vida cultural del ser humano.

Al respecto de las intenciones humanas hay cuatro posiciones bien diferenciadas: una que propone que el ser humano es malo, representada por el Leviatán de Hobbes; otra que considera que el ser humano es bueno, expuesta en la parábola del buen salvaje de Rousseau; otra, con la que coincido, que dice que el hombre es bueno y malo, y que puede representarse con las obras de Locke o Voltaire, en su tratado sobre la tolerancia, y por último, la que niega que el hombre sea bueno o malo, que forma parte del radicalismo anti-sistema.

Yo creo en la cultura humana, que por supuesto integra el hecho religioso, porque soy de los que piensa que en estas cosas de la creación, como decía el Rig Veda hace 35 siglos: “lo mortal ha hecho lo inmortal" y no al revés; lo que quiere decir que no hay nada vivo que pueda ser inmortal.

Una de dos, o la ciencia se equivoca por completo o de Dios sólo existe su idea, como diría Gustavo Bueno, y por lo tanto no nos ha creado, sino que hemos sido nosotros quienes le hemos creado en forma de idea. Pero ese tema da para un largo debate y no lo vamos a desaprovechar ahora.

A pesar de ser laico, defiendo que la gente pueda tener creencias religiosas, no soy beligerante al respecto, no practico el laicismo. Solo considero necesario que la gente asuma en libertad los principios morales que le parezca, pero siempre que se ubiquen en su espacio, que es el mundo de la fe, los rituales y los mitos, que considero muy interesantes, incluso imprescindibles para configurar nuestra forma de pensar y hacer, pero irrelevantes a la hora de razonar, o de entender las cosas desde la ciencia o la filosofía, y por supuesto, evitando todo adoctrinamiento, cada uno tiene la libertad a creer en lo que le dé la gana y nadie tiene derecho a imponer su creencia a los demás.

Las enseñanzas críticas: de Marx a Darwin.

Es curioso, como hablando de la fiesta de los toros se puede llegar a interpretar la creación del Universo. Tal vez, los toros sirvan para eso, para estimularnos a que hablemos de otra cosa; al igual que el futbol es una representación simbólica y desinflada de la guerra, la tauromaquia representa simbólicamente nuestra relación cruel con el medio, por qué somos seres salvajes, carnívoros, agresivos y violentos, que jamás podremos ser domesticados, de lo que me alegro.

Somos animales con un insano instinto de crueldad, por eso hemos dominado el planeta, por instinto de supervivencia y dominación del resto de las formas vivientes; la cultura, la civilización, la educación, la tolerancia, los buenos propósitos, sólo son redenciones y compensaciones de nuestra naturaleza hostil, solo necesitamos sentirnos amenazados y el despliegue de sevicia puede ser inagotable.

La civilización occidental está organizada por el capitalismo que es una forma de depredación incomensurable, y sin embargo nos ha procurado las cotas de bienestar material más elevadas del planeta, pero también nos ha convertido en consumidores esclavos de muchas cosas innecesarias, que la propaganda interesada ha convertido en imprescindibles. Creo que habría que volver a leer a Marx, olvidando el marxismo.

Sobre la crueldad humana hay numerosos ejemplos: campos de concentración nazis, vuelos de la muerte en Argentina, exterminio del 95 % de otras formas de cultura, explotación de niños en diversos países, guerras permanentes en todo el planeta, hambre que podría resolverse con los excedentes alimenticios, negación de los derechos fundamentales al 80 % de los pobladores del planeta.

Esto ocurre hoy, ahora, y seguirá ocurriendo, porque forma parte del juego tonto de que los filetes lleguen al supermercado, y los comamos todos los días, aunque en la vida hayamos visto una vaca. La alternativa sería volver a la prehistoria y salir a cazar animales salvajes para poder comer carne.

Es el precio que debemos pagar por que nuestra civilización sobreviva, el de reconocer que somos autores por colaboración y consentimiento de todos los desaguisados humanos que ocurren en el mundo, y nadie va a hacer nada por cambiarlo en muchos, muchos años; más bien al contrario, haremos lo posible porque no cambie nada, aunque nos redimamos de la culpa haciendo manifestaciones contra la guerra y la globalización.

La cultura se ha creado para que no nos asesinemos y nos comamos unos a otros, el fuerte dominará al débil, sea humano o animal. Y que lo diga y lo reconozca, no significa que lo apruebe, pero negarlo es ponerse una venda en los ojos. Los paraprogres pretenden ser los gurús de la civilización occidental, que ocurrió sin su participación, pero con coche y televisión.

Yo puedo escribir lo que me dé la gana por qué tengo la fortuna de ser occidental, la suerte de habar nacido en la cultura que domina el mundo, y tengo tiempo, dinero y ordenador conectado a internet para poder comunicarme, y una sociedad con sistemas de protección, de distribución de alimentos, de seguridad, y de ventajas adquiridas por las generaciones que nos precedieron y que sufrieron e hicieron sufrir a otros para llegar aquí.

Pero que nadie me culpe de no cambiar las cosas, quizás sea más sincero que otros, porque llegado el momento, no me imagino a los "revolucionarios oportunistas" renunciando a nada, más bien lo que desean es liderar el proceso de cambio para beneficiarse, aunque sea perjudicándonos.

No pienso renunciar a nada de todo ésto, incluidos los toros, por qué es mi cultura, que está hecha sobre océanos de sangre, asesinatos de inocentes y riqueza inmerecida, y claro que habrá que cambiar poco a poco, y espero que cada vez seamos mejores y hagamos las cosas mejor, pero eso no quiere decir que seamos buenos, siempre, en cualquier condición o circunstancia, por que no lo somos, ni lo vamos a ser, y quien diga o proponga lo contrario miente como un bellaco, y busca su propia ventaja, posiblemente.

Erradicar a los paraprogres, me quedo con los toros

A mucha gente se le llena la boca con palabras como solidaridad, justicia universal, equidad, erradicación de la crueldad y la violencia, defensa a ultranza de la vida, derechos, responsabilidad, crecimiento sostenible, ahorro energético, paz, democracia, que sólo son palabras piadosas y nada más. Los que tenemos la fortuna o desgracia de vivir en el mundo occidental estamos condenados a mantenerlo como sea, y al precio que sea. De lo contrario, nos veremos mirando a La Meca cinco veces al día o trabajando como los chinos por 50 euros al mes, muchas más horas que las que aquí trabaja cualquiera.

La solidaridad, hermosa palabra, es un sucedáneo de la caridad cristiana, que les gusta pronunciar más a los paraprogres. Pero tambien ellos, seguro que antes de renunciar a lo que son y a lo que tienen, que es lo que realmente les hace, se dejarán la vida en el empeño, por qué renunciar a lo que uno es para que otro sea, no es solidaridad, es idiocía. Ya veremos cuando tengan que abandonar el poder como nos muestran a todos su generosidad magnánima.

Recordemos que la democracia se fundamenta en la competición, no en la cooperación. El sistema económico que nos acoge es la representación de la selección natural, y la ley de la oferta y la demanda, es más poderosa que cualquier forma de justicia.

Pero yo también quiero un mundo mejor, un mundo Disney, una arcadia feliz, una utopía global en la que todos seamos muy buenos; yo no necesito ser malo o cruel para ganarme la vida, pero sé que otros si lo van a ser, por eso la utopía forma parte de mis sueños y no de mi realidad. Aunque luche cada día por intentar que el mundo mejore.

Como Freud decía en "El porvenir de una ilusión", soy pesimista sobre los auténticos cambios en la condición humana que se requieren para transformar la sociedad, de forma que pueda cambiar la forma de vida de nuestros hijos, y que esos cambios permanezcan transformando el mundo del mañana; no sobre los aparentes, que son muchos, y demasiado cacareados por los funestos miembros de la clase política y sus aparatos propagandísticos.

Decía Wallon, que con la educación se puede convertir a los niños en asesinos o santos, no estoy de acuerdo. La santidad es un propósito inalcanzable, y si no leánse Las confesiones de San Agustín, pero se puede mejorar y a eso dedicamos nuestro esfuerzo algunos.

Esto no quiere decir que no haya habido seres humanos buenos, claro que los hay, los hubo y los habrá, como no iba a haberlos. Sócrates, Jesucristo, Abraham Lincoln, Che Guevara, Martín Luther King, Robert Fitcherald Kennedy, Gandhi, Isaac Rabin, Miguel Angel Blanco, Ernest LLuch, o Tomás y Valiente, pero resulta patético que todos hayan muerto asesinados. Esto no lleva remedio. Somos crueles hasta con nuestros mejores semejantes.

Hay que tener mucho cuidado con lo que se propone, cuando a una civilización se le quitan sus tradiciones, sus mitos, sus dioses, sus ritos, y su vida organizada desde las costumbres consecuentes, habitualmente se extingue o se autodestruye.

Por la sencilla razón de que otra con otras violencias nuevas y más inteligentes e intrasigentes, vienen a ocupar el nicho ecosistémico vacío. La civilización occidental es al menos conocida y mejorable, respeta más principios políticos que cualquier otra, y procura defender los derechos humanos, tanto en su seno, como fuera de él, por eso hay que ser prudentes en las propuestas de cambio. La Alianza de Civilizaciones es un invento pueril, porque no puede detener el choque de civilizaciones descrito por Hungtington.

Antes de abrir la caja de Pandora de la justicia universal por ser simplemente buenos, pensemos lo que puede ocurrir si realmente somos malos, o si otros lo son. En realidad, somos buenos y malos, es la conjunción de ambas características la que nos hace humanos, criminales y santos a la vez, como decía Voltaire. Quizás sean las circunstancias las que nos condicionen en la bondad y la maldad, o tal vez las relaciones entre nosotros.

Concluyo recomendando un libro clarificador sobre la cuestión: "El extraño caso del Dr. Jeckill y Mr. Hide" de Robert Louis Stevenson, en el que se puede observar la lucha interna del hombre por resolver su dualidad moral.

Si se ponen pesaditos los muchachos antitaurinos, quizás este verano me decida a acudir a ver mi primera corrida de toros, me han dicho unos amigos que José Tomás vuelve a los ruedos el 17 de junio en Barcelona, hasta ahora no le conocía de nada, pero voy a empezar a interesarme por la vida y obra de este diestro.

Los toros es España, a muchos no les gusta nuestro país, y lo de los toros lo usan para sus propósitos secesionistas e interesados, o será que les molesta el valor del torero ante la bestia, que al final representa el valor de los españoles contra grupos nacionalistas, como ETA-Batasuna o ERC.

Claro, ahora me explico por qué los de izquierdas están contra la guerra de Irak, ¡porque no les gustan los toros!.


Biante de Priena

domingo, 25 de marzo de 2007

La realidad y los enemigos de la libertad

Desde que estudio antropología, he ido descubriendo algunas cosas interesantes. Creo que la complejidad del ser humano, es un buen punto de partida para hablar de la realidad. Las dificultades del cambio de paradigma y la trampa viscosa del relativismo en la que permanece atrapado el pensamiento occidental, requieren que elijamos bien el comienzo

El ser humano es un prodigio de complejidades y complejos, que se autodesarrolla en un medio hostil, natural y cultural, por un singular proceso de autopoiesis. Esa es la realidad humana, independiente de los perceptores, ajena a los intereses, eximida de juicio, indeterminable.


La realidad también es relativa, por supuesto. Pero del propio relativismo de la realidad surgen algunos fenómenos interesantes, que han recobrado especial interés en la época que vivimos, gracias a la eclosión de la tecnología. La realidad se ha ampliado, con términos como hiperrealismo, realidad virtual, mundo aparente, falsedad auténtica (Umberto Eco).

En un mundo tan interconectado y comunicado como el nuestro, la realidad ha dejado de ser individual, para convertirse en algo social, una creación colectiva; se considera por tanto, que la construcción de la realidad se hace desde la sociedad (constructivismo social), desde el conjunto de seres humanos agrupados que definen lo que hay, o lo que hubo, o lo que habrá. Es la perspectiva compartida la que permite crear planteamientos comunes y válidos.

Esa mirada de dos o más, nos separa de la perspectiva emocional del yo de cada uno. Aunque no se debe descartar que dos enamorados vivan la experiencia de la contemplación de una puesta de sol en el Cabo Sounión, con las sensaciones que provienen de sus neurotransmisores (realidad interna) y no del astro rey que observan desde ese lugar (realidad externa), pero esto forma parte de otro debate.

En general se acepta, que cuando dos miran algo al mismo tiempo, las cosas se aprecian mejor que cuando lo hacen por separado, en cuestión de tiempo o espacio, pero tampoco es algo que pueda demostrarse. “Cuatro ojos ven más que dos”, dice el refrán castellano.

Es el mirar lo que define

El perspectivismo, fue estudiado por la Teoría de la Gestalt hace muchos años, pero también por filósofos como Ortega y Gasset. Es el mirar lo que define. Yo no soy yo, yo soy yo y mis circunstancias. Y esas circunstancias, que son culturales, educativas, históricas o personales, ofrecen la plataforma desde la que se mira la realidad.

El microscopio, el telescopio o el calidoscopio desde el que interpretamos lo que estamos viendo con nuestro criterio más adecuado. No son nuestros ojos los que definen lo que vemos, sino el color de los cristales de nuestras gafas.

El criterio es importante, y se establece sobre lo aprendido, que es lo conocido, y lo conocido es lo que se ha visto de la realidad, porque hay muchas cosas que nos pasan desapercibidas por que nuestro criterio no es suficiente para apreciarlas. Un paciente ve fiebre en la fiebre, un médico, sin embargo, anticipa su origen y prevé su resolución.

Criterio y percepción se retroalimentan, la percepción depende del criterio y el criterio de la percepción. Por esto la perspectiva de las cosas es individual, única, e intransferible y depende de la percepción posible y del criterio suficiente.

La realidad se construye socialmente desde una determinada perspectiva compartida, que a su vez es una solución dialéctica establecida desde los criterios (opiniones, juicios, definiciones) y percepciones, más o menos afortunadas, de los que realizan su evaluación en unas determinadas circunstancias.

Pero con la llegada a nuestra existencia de los elementos virtuales, fabricados sobre soportes cibernéticos, las cosas han cambiado. La realidad se ha ampliado.

La expansión de la realidad

Ocurrió lo mismo con la llegada de las emisoras de radio y televisión a mediados del siglo pasado, y primero había sucedido con el telégrafo y el teléfono. Todos ellos son medios de comunicación pasiva, activa o interactiva.

Añadimos un nuevo elemento al problema. La realidad de la que se informa y que se conforma, no es exactamente la realidad que se comunica. La realidad que se transmite no tiene por que coincidir con la realidad auténtica, es decir, lo que nos dicen sobre la realidad puede ser erróneo, porque depende del juicio o criterio de aquellos que nos informan, y no solamente puede ser erróneo por azar o equivocación, sino que puede ser erróneo a conciencia y voluntad, porque hay un interés particular en que nos creamos lo que nos cuentan.

Como cada día nos cuentan más cosas y nuestro acervo cultural se fundamenta mucho más en la información que nos hacen llegar que en la que percibimos directamente por nosotros mismos, con nuestra propia experiencia, debemos estar atentos para advertir que si no ponemos remedio a la cuestión, llegará el día en que sabremos sólo lo que algunos quieren que sepamos y poco más. Es decir, sabremos lo que interesa a algunos que sepamos y no sabremos lo que no interesa que sepamos. Esta es la tendencia actual.

Nuestros hijos ya no podría prescindir de internet en sus vidas, como nosotros no podríamos prescindir por mucho tiempo de los medios de comunicación anteriores a la red. Nos hemos educado con demasiados elementos ajenos y eso nos hace cada día más dependientes de lo externo, y posiblemente, menos seguros de nosotros mismos, y también más desconfiados.

Sin embargo, creo que hay un proceso de autenticidad en todo este juego de influencias, y es que la complejidad que nos define se está trasladando por primera vez, sin cortapisas, al mundo en que vivimos, y por eso nos parece cada día más complejo esto del arte de vivir.

La realidad virtual

A mi hijo de doce años, le acaban de hacer alcalde de un pueblo imaginario en un país imaginario pero que imita y simula los países reales, el está muy orgulloso de su proeza. Baudrillard, recientemente fallecido, nos habló de los simulacros con profusión. Nuestra vida cada día es más simulada, pero esto no quiere decir que sea menos real.

Por una parte veo bien que mi hijo sea alcalde imaginario, porque es una forma de retornar a la mitología y la leyenda que hemos perdido con tanta tecnología y precisión, pero por otra parte me preocupa que se espete contra las frustraciones de esa forma de vida irreal de forma precoz y esto pueda afectarle en su vida real. Lo mismo ocurre con otros videojuegos, en este mundo paralelo que se construye en las consolas y ordenadores.

Es cierto que ahora podemos ser caballeros en la Edad Media, o pilotos de aeronaves, o navegantes oceánicos sin salir de nuestra propia casa. Está bien, la virtualidad de los juegos nos permite experimentar cosas que de otra manera quedarían fuera de nuestro alcance, todo esto hace crecer nuestra experiencia, pero de forma limitada y encerrada, diferente del contacto físico con el mundo real.

Perdemos buena parte de las sensaciones que acontecen en un encuentro con la realidad, que en su conjunto conforman una plataforma privilegiada de captación de sensaciones, que construyen nuestra peculiar sensibilidad, de la que surgen las emociones, los sentimientos, el dolor, el placer, el frío y el calor, entre otras muchas cosas.

Tal vez estemos huyendo de ese mundo sensible y natural, porque no podemos controlarlo, porque conecta nuestras neuronas más primitivas con el miedo a la realidad no controlada, y como de esa relación se pueden producir problemas de interacción, eludimos por comodidad, el contacto directo con lo que puede ocasionarnos frustración o conflicto.

Sin embargo, de la mezcla con el mundo real surge buena parte del aprendizaje, y cuando se producen problemas, se aprende a afrontarlos y superarlos, lo que nos convierte en seres más independientes, asertivos y determinados, y nos hace sentirnos más seguros y tranquilos en la vida.

Pero también las experiencias virtuales nos hacen resolver miedos, frustraciones o complejos, que de otra forma, resultaría más complicado y costoso resolver en un escenario real. La simulación no sustituye a la realidad, solo nos ofrece un ensayo controlado, sobre la misma.

Solo hay una realidad

Desde mi criterio, considero que
ambas realidades son necesarias, la auténtica y la virtual, al contrario de lo que muchos piensan, la realidad sustancial no puede ni debe sustituirse con una realidad virtual, pero tampoco debe ocurrir lo contrario, que se integren, y es precisamente lo que está aconteciendo en nuestras vidas.

La realidad cotidiana más humana y natural, va perdiendo importancia e influencia sobre la formación de nuestro criterio en relación a la realidad virtual. El concepto que tenemos sobre nosotros mismos y el mundo en que vivimos, cada día depende más de algo ajeno y externo a nosotros, que proviene de la tecnología.

Ssupongo que llegara el día que su influencia se equilibre en nuestro beneficio, hay que ser optimista al respecto, pero no hay que bajar la guardia. Mientras tanto habrá que seguir observando con prudencia como se va construyendo socialmente –y tecnológicamente- la realidad, con espacios y tiempos dedicados a lo existente y lo inexistente.

Cuando era niño, la realidad virtual era muy primitiva y tenía poca importancia, en la definición del criterio; eso me permitía leer libros, ver películas, e imaginar. Hoy los niños siguen imaginando, pero con imágenes virtualizadas que otros diseñan y que son elegidas por criterios determinados, y en muchas ocasiones, interesados.

Estos avances culturales contribuirán a crear una fantasía homogénea y compartida. Los sueños serán más parecidos cada día. Las princesas se parecerán a una nieta de la Barbie y los príncipes a un biznieto de Robin Hood. Los malos se parecerán a Osama Ben Laden y los buenos a Gandhi. Todo con el fin de hacer homogéneos nuestros criterios.

Es el precio que pagamos por el progreso: la identificación indexada. Nos están preparando para la clasificación última, para catalogarnos con algo más complicado que una serie de cifras. Están dibujando nuestra silueta del futuro y una vez que se haya desarrollado el proceso será irreversible. Llegaremos a algo parecido a un mundo feliz, como el descrito por Aldoux Huxley. Estaremos clasificados exhaustivamente y por lo tanto, quedaremos determinados.

Si no hacemos algo y lo hacemos pronto, creo que la libertad dejará de asociarse a nuestra existencia, porque a alguien con suficiente poder, se le ocurrirá que si se conocen las cualidades positivas para ser algo determinado, no se deberá (por el criterio moral de turno) ser otra cosa, por razones de eficacia y ese principio de autoridad dogmática, definido como bien común. Esto me recuerda a la realidad esclava de otros tiempos, en la época de los egipcios, griegos o romanos. Cierto es que no nos legaron la esclavitud exclusivamente.

La construcción socializada de la realidad

La construcción social de la realidad, dejará paso a la construcción socializada de la realidad, pero lo socializado es algo de origen político, no social. Es algo determinado por alguien que detenta el poder, según un criterio ajustado a las necesidades del sistema clasificador, sea persona o grupo.

Seremos lo que algunos con poder suficiente para determina nuestro destino nos permitirán ser. Seremos solamente juguetes para su juego. Esto resulta muy peligroso y debemos estar atentos para rechazarlo e impedirlo.

Debemos establecer criterios, ahora que aún podemos, para defendernos de la determinación que se nos viene encima con la globalización. El mundo ya se ha dividido en dos categorías: mayoritariamente productores (los países menos avanzados) y mayoritariamente consumidores (los países más avanzados), este proceso que ha comenzado es irreversible, y estamos solo al comienzo.

El siguiente paso en la globalización es determinar quienes van a ser mayoritariamente más beneficiados (cada vez menos) y quienes mayoritariamente perjudicados (cada vez más). Esto conduce a diversas formas avanzadas de oligarquía, con oligopolios de consumo exclusivistas.

El mundo está entrando en una dicotomía imparable, que conduce a una realidad dual, jerárquica, impermeable, cerrada, y extraña. Estamos asistiendo a una revolución que bien podría denominarse feudalismo económico en un sistema de aparente democracia política. Esta es la auténtica realidad de nuestra cultura, sobre la que asienta la civilización occidental en la actualidad.

Decía Rapapport, un antropólogo muy interesante, que el ser humano crea la cultura en la que vive para tratar de dar significado a un mundo que no lo tiene. Estoy de acuerdo con él. Somos arañas que tejemos con la tecnología de la que disponemos, una cultura en forma de red virtual en la que estamos quedando atrapados.

La realidad que estamos construyendo será la realidad que acabará destruyéndonos. Y perdón por la redundancia, esta es la auténtica realidad. No en vano, siempre hemos sido seres efímeros con pretensiones, nihilistas, acomplejados, y susceptibles para el adoctrinamiento y la propaganda.

Las termitas o las abejas son seres más avanzados desde una perspectiva ecológica y global, construyen sus propios espacios, pero no destruyen el mundo con sus creaciones como nosotros. El mundo, a la larga, será de los insectos, nosotros somos demasiado soberbios como para permanecer en la cresta de la ola evolutiva.

Esa será la realidad que algún día verán nuestros descendientes, cuando la incoherencia y la incongruencia de nuestros actos, de nuestra construcción irracional e inhumana de la realidad, acabe con la especie.

Superar el hiperrealismo

Hoy estamos asistiendo a una nueva forma de canibalismo, una antropofagia existencial, ochocientosmil años después de que el Homo Antecessor poblara la sierra de Atapuerca. Nos estamos comiendo el futuro de generaciones venideras, con la exención ecológica y antropológica que nos concedemos.

Esa es la realidad que no cambia, la de nuestro enfrentamiento permanente, por que este mundo se ha construido siempre sobre los conflictos, reales o irreales, inventados o consecuentes, pero al fin y al cabo, evitables con un poco de cordura y algo menos de orgullo y prepotencia.

El peligro no se encuentra en el hiperrealismo que han denunciado Baudrillard, Eco o Boorstin, no, ese no es el problema. El auténtico conflicto se establece con el precio que debemos pagar para evolucionar, negar la realidad más auténtica, y aceptar la realidad más virtual que nos ofrecen, cada día un poco más.

La hiperrealidad es un envoltorio de la realidad, establecido desde el exterior (fetichismo de la mercancía que diría Marx) para transformar la realidad en un bien apto para el consumo y el negocio.

Es el precio que nos exige nuestra civilización occidental para seguir avanzando, que nos deshagamos de nuestra realidad propia y auténtica para poder comprar y consumir la que nos ofrecen. Es decir, para incrementar el negocio y la producción que convierte en ricos a los mismos de siempre.

Ante esta agresión inhumana, recomiendo clavar los dedos en la tierra, darse un baño en el mar, abrazar un árbol, recoger el aroma de una flor o contemplar las estrellas en una noche de luna llena, si es posible en compañía de otros. Sentir, es la mejor forma de vacunarse contra la locura de los usurpadores.

La globalización es la puerta del futuro, del camino de esperanza que conduce a un mundo mejor, en el que nuestros deseos puedan hacerse realidad; como decía Bachelard, reivindiquemos el derecho a soñar; no permitamos nos fabriquen sueños a la medida para luego vendérnoslos, aunque cada día sean más asequibles, son extraordinariamente perjudiciales para nuestra libertad.


Biante de Priena

sábado, 24 de marzo de 2007

La burla y el sarcasmo, armas irrisorias contra el fanatismo



"Se garantizó la libertad de prensa en el país de Dreyfus, de Clémenceau y de l’Aurore. Es bueno. Mi pregunta, sin embargo, es acerca de la Libertad: aceptando que la risa sea liberadora, y probablemente lo es, ¿qué puede la sátira contra el fanatismo?" ...

"Quien se ríe de todo ya no se indigna por nada, pues no admira nada ni sabe de nada. Es como el soldado renano y su carcajada frente a la pipa de Magritte o al Ubu Imperator de Max Ernst. La servidumbre ha invadido su conciencia, como un cáncer terminal. Escribía el poeta Louis Aragon: Riez gens sans amour qu’à rire tout incline." "

Esta semana, tal y como se sabía por adelantado, la justicia francesa ha dejado libre y sin cargos al responsable de la revista satírica Charlie Hebdo, denunciada por asociaciones musulmanas, con el apoyo de alguna asociación antirracista, por haber publicado las viñetas danesas de Mahoma.


Charlie Hebdo fue defendida y apoyada por testigos de excepción: hombres políticos de derecha, centro e izquierda, dura y regularmente ridiculizados y vilipendidados por los feroces e iconoclastas humoristas de esa redacción. Nicolas Sarkozy envió una carta, pues estaba en le extranjero durante el proceso; François Bayrou y François Hollande se presentaron y declararon. Los tres dijeron lo mismo, que la libertad de prensa es uno de los bienes más valiosos de la República, y hay que conservarlo. Miles de ciudadanos, entre los que me encuentro, también dirigimos cartas de apoyo a la revista.

En Francia existen leyes parecidas a las nuestras, que consideran delito injuriar, ridiculizar o humillar al prójimo por cuestiones de creencias. Los jueces debían pues pronunciarse sobre ese supuesto en particular. Las viñetas, tanto las danesas como las que Cabú y otros crearon para la publicación, denunciaban de forma mordaz el islamismo y sus abusos contra la libertad individual de las personas, así como el terrorismo. Es cierto que no había, en ninguna de ellas, ofensas contra el islam en sí o quienes profesan esa gran religión (al contrario, una de las viñetas más criticadas, en la que Mahoma trata de imbéciles a algunos de sus seguidores, que llevan bombas en las manos, se puede entender como un reconocimiento de la religión musulmana).

Se garantizó la libertad de prensa en el país de Dreyfus, de Clémenceau y de l’Aurore. Es bueno. Mi pregunta, sin embargo, es acerca de la Libertad: aceptando que la risa sea liberadora, y probablemente lo es, ¿qué puede la sátira contra el fanatismo?

No leo Charlie Hebdo, ni me gusta. Cuando lo compro, un par de veces al año, me desagrada el sarcasmo convencional y omnipresente. El conformismo de su burla. No denuncia los prejuicios, más bien los explota y los refuerza en la mirada del contrario lector. Cuando la risa es colectiva, cuando todos se ríen de lo mismo (en Charlie Hebdo, se trata de satirizar, esencialmente, las religiones como instituciones y los partidos políticos, con excepción de la extrema izquierda), una mayoría -en este caso, los lectores- termina riéndose de una minoría, censurando sin querer cualquier tipo de singularidad o de diferencia.

Kierkegaard expresaba la idea de que la ironía es cosa de solitarios. Si se convierte en uso colectivo, es algo distinto, parecido a la grosería de la turbamulta que sanciona lo que le incomoda.
En una conferencia reciente, Alain Finkielkraut aludía a multitud de testimonios sobre los soldados alemanes durante la ocupación nazi en Europa: reían y se reían de todo y de todos, permanentemente.
A la inversa, me viene en memoria el resistente Jean Moulin, torturado hasta la muerte por la Gestapo sin conseguir que denunciase a sus compañeros: cuando ya no podía hablar porque ni tenía labios, ni dientes, ni boca, le entregaron un lápiz y un papel, para que escribiera los nombres de sus amigos. Si lo hubiera hecho, se lo habrían agradecido satisfaciendo el mayor deseo del torturado: matándolo inmediatamente, abreviando así el sufrimiento. Pues bien, ¿qué hizo Jean Moulin? Un dibujito, una caricatura de su verdugo. No había público para reirse, nadie se rió, y nadie se ríe.

A veces pensamos que la risa es la expresión de la indignación, porque se denuncian en clave de humor las injusticias y los abusos. Puede ser, en algunas circunstancias, no lo excluyo. Sin embargo, recordemos a Bergson: la risa precede la insensibilidad, y no es compatible con la ira. Su eficacia contra el tirano es nula, y mientras el pueblo oprimido ríe, pasa el tiempo y la rebelión espera.

También está la puesta en ridículo del mal, eso significan las viñetas danesas. Sin embargo, cuando el mal es violencia fanática, ¿cómo combatirlo? ¿con la risa?

Charlie Hebdo es una eterna adolescente, como sus redactores y dibujantes, la mayoría con barba blanquecina y pelo gris, rebeldes del 68 (y los más jóvenes, émulos de los ancianos) que jamás aceptaron rendirse. Sus amigos de antaño son ahora ministros, diputados, altos funcionarios, escritores, universitarios, admirados periodistas. Charlie Hebdo es el Fort Álamo de quienes siguen buscando la playa debajo de los adoquines. Como esos quinceañeros que se ríen de todo, porque no quieren ser distintos, ni dejar que la emoción aflore en público.

Quien se ríe de todo ya no se indigna por nada, pues no admira nada ni sabe de nada. Es como el soldado renano y su carcajada frente a la pipa de Magritte o al Ubu Imperator de Max Ernst. La servidumbre ha invadido su conciencia, como un cáncer terminal. Escribía el poeta Louis Aragon: Riez gens sans amour qu’à rire tout incline.

Siempre defenderé Charlie Hebdo, tan opuesto estética y espiritualmente a muchas de mis convicciones. Porque Zola se lo merece, y porque estos envejecidos muchachos atrincherados en su arcadia juvenil nunca han pretendido ofender a la gente por sus orígenes, su condición, el color de su piel o sus creencias (a diferencia de los repugnantes y despreciables dibujos de Montoya, cuyo objetivo es insultar una religión e indignar a los católicos). Y porque, a pesar de su convencimiento antisistema, siempre han denunciado la violencia terrorista de oriente y de occidente.

Debemos sin embargo buscar la verdad detrás de la burla, e interrogarnos sobre nuestra cultura del escarnio público y su capacidad para extenuar las libertades.
Contra el fanatismo no pueden nada las caricaturas ni los sarcasmos. Porque al fanático se le secó el corazón. Sigamos buscando.

Dante Pombo de Alvear, Crónicas de Calypso

jueves, 22 de marzo de 2007

La conjura de los necios


Tengo un amigo que ejerce de misántropo, ahora anda por tierras de la Bretaña, en no sé que bosque, buscando la tumba del mago Merlín. También es misógamo, y sería misógino si no fuera por que el instinto le puede. Entre unas cosas y otras, avatares de la vida, se ha desterrado a sí mismo y va por ahí ejerciendo de antropólogo de lo cotidiano, de Poirot del gesto y la prosodia.

Mi amigo, coincide con Karl Poopper, aquel señor que escribió “La sociedad abierta y sus enemigos”, en que nuestra sociedad está cediendo demasiado terreno a sus potenciales agresores y eso no va a traer buenas consecuencias.


Por cierto, esos agresores no son los inmigrantes del tercer mundo, sino los que son incapaces de emigrar a ningún sitio, por que se han acomodado tanto a una vida fácil, sedentaria y apoltronada que cada día están más fosilizados, hasta el punto de que cuando algo no ordinario y esperado ocurre en sus vidas, se cabrean por que los demás no acuden inmediatamente a resolvérselo.

Vamos que por renunciar al movimiento , han perdido hasta el reflejo de orientación. Los nacionalistas son un ejemplo de estas cosas, orientados a la tradición y el hecho diferencial que les distinga, contra la modernidad y la globalización, que les iguala con los demás. En este caso se podría hablar de la “conjura de los nacios”.

Creo que exagera, no hay tantos parásitos, aunque hay muchos. Sin embargo, estoy de acuerdo con él en que la cultura actual fomenta la indolencia y la necedad. Según me dice, estamos gobernados por simples, trepas, inanes y corruptos, y opositados por corruptos, inanes, trepas y simples. Más de lo mismo.

Las pruebas son evidentes, sanciona en las reuniones de barra de bar, con una cerveza en la mano. Sólo hay que mirar alrededor para comprobar que cada día se produce un hecho que confirma el desaguisado, que luego se amplifica y glorifica en la cajatonta.

Son tiempos de cambio, le digo. Pero él insiste en que si se pierden determinados valores en la criba “rebolucionaria” (con b, que es una forma de boluda y analfabeta de revolución), se dará un paso atrás, pero no para coger impulso, si no para comenzar un largo descenso por caída libre hasta el sótano.

Creo que es un poco fatalista, pero alguna razón lleva. Tiene un pensamiento tan “incorrecto” desde el punto de vista político, que parece un terrorista de salón, esto le crea profundas enemistades según me cuenta, entre algunos arribistas, rentistas, y burócratas instalados, que conforman el actual “establishment”, pero le da absolutamente igual, hasta me dice que disfruta viendo sus caras de perplejidad.

Es que hay mucho ignorante mandando, me dice. La política se ha convertido en un lugar colonizado por los que han sido incapaces de hacer otra cosa con su vida, y se han ido especializando en vivir del cuento. Y como son unos ineptos, lo logran más por cargarse los méritos de los demás que por desarrollar sus carencias.

La política se ha reducido a retórica decadente, y tantas palabras vacías de contenido, y tantos incapaces prometiendo que van a promover cambios sociales relevantes, que casi ni comprenden, se queda solo en guiños seductores a los votantes diversos y dispersos, que agrupan en singulares granjas de clientes.

Pues en estas estamos, cuando le digo que si se le ocurre algo para cambiar las cosas. Entonces se queda pensativo, reflexivo, como si fuera a revelarme los secretos del código da Vinci y me contesta que sí, con la sequedad de un sargento de reclutamiento el primer día de galones, ante una tropa expectante.

Está escribiendo las ideas que se le van ocurriendo , se le ha quitado la vergüenza de decir lo que piensa y se ha propuesto dejar huellas de su criterio que trasciendan el presente. Le azuzo para que me vaya contando, así como quien no quiere la cosa y me dice que algunas de sus propuestas son las siguientes:

· Restringir el ejercicio de su poder a los políticos hasta el máximo posible, que será no impedir el funcionamiento del sistema. Devolverle el poder a los ciudadanos en sus organizaciones sociales, pero fundamentalmente como individuos.

· Revisar los contratos de los funcionarios periódicamente, por que no se comprende que el estado genere dos tipos de trabajadores y fomente el mercado dual laboral en franca competencia desleal con los mercados no públicos. Unos con todas las ventajas y otros con todos los inconvenientes

· Replantear la Constitución en términos reales. Dejarse de tonterías con los derechos a la salud, al trabajo, a la educación, que sólo son derechos de papel, ilusiones que nunca se verán realizadas.

· Apoyar a los jóvenes en su emancipación, con créditos blandos a largo plazo, para que puedan estudiar, adquirir una vivienda e independizarse. Cuidar de que a los mayores no les falte lo necesario, incluido el afecto.

· Perseguir la corrupción allí donde se encuentre, por que según dice, si se eliminaran los fraudes, la renta per capita de este país se multiplicaría por dos, y ahora solo se multiplica por mil la de algunos espabilados. Eliminar también los rentismos, que son muchos y diversos, incluidos los de nuestro país con la CEE.

· Revisar las instituciones existentes del Estado, y las que no sean necesarias, eliminarlas sin reparos. Hay numerosas organizaciones subvencionadas que no sirven absolutamente para nada, incluso algunas que resultan perjudiciales por su sectarismo.

· Celebrar consultas populares cada poco tiempo con cada tema importante que se vaya produciendo. Establecer leyes-referendum sobre temas que resultan importantes para todos: inmigración, terrorismo, desempleo, etc. Se puede hacer sin gastar mucho, por que los avances técnicos y organizativos lo permiten. Se puede votar sistema cajero y no tiene por que ser en un solo día.

· Establecer un programa coherente y flexible de funcionamiento del sistema que sea contrastado y eficaz, para organizar los servicios públicos, erradicando de los mismos la chapuza y el cretinismo de la gestión que se fundamenta en el apego a la poltrona de los gestores y su consecuente glorificación, así como el acceso por enchufe de todos los que cuentan con poder en el asunto, pero que no redunda en lo que reciben los ciudadanos.
Llegados a este punto, ya se hacía tarde, pero el tenía ganas de continuar contándome todas las cosas que había pensado para que el mundo en el que vivía funcionara mejor.

Cuando ya le había dejado, me fui pensando que algo de razón tiene en sus propuestas y que tal vez se necesite un cambio radical en nuestra forma de entender las cosas y llevarlas a la práctica.

El cambio sería que todos pasáramos a la acción, propusiéramos lo que nos parece bien y mal, y que después salieran adelante las propuestas que fueran menos rechazadas, que en consecuencia serían las más aceptadas. Realmente esto sería algo democrático.

Mi amigo tiene razón, hay una conjura de necios que impide que la democracia se desarrolle por completo, por que saben que si así ocurriera, ellos (que son muchísimos) deberían dedicarse a otra cosa y deberían trabajar mucho más para conseguir lo mismo.

El único problema que los ciudadanos tenemos para resolver el dilema de nuestra organización social, es que el mayor porcentaje de conjurados se encuentran ocupando todas las jerarquías de poder.

Es cierto que hay una conjura para que las cosas no funcionen, pero pienso que los necios somos los que no estamos en ella, los necios somos los que no vivimos de explotar a los otros por que no nos sale, mientras los que sí tienen cuajo para vivir a nuestra costa, lo hacen sin el menor reparo.

Cuanto más conozco a los políticos que dirigen nuestras vidas, más me fascinan los jefes de las tribus del Amazonas, o los tobriandeses, o los !kung. La política que se ejerce en nuestro país, es más un negocio personal, que una acción por el bienestar de todos. De eso no cabe la más mínima duda.

A este paso, la honestidad se extinguirá de la faz de la tierra. Tal vez sea una cualidad innecesaria para el desarrollo de la especie.


Enrique Suárez

Ciutadans y medios de comunicación

En la pasada campaña al Parlament de Cataluña, si de algo nos quejamos en Ciutadans fue de la escasa presencia que se nos brindó en los medios de comunicación catalanes, tanto públicos, como privados. Sin embargo en medios nacionales, hubo algunos que nos apoyaron más, los que se asocian a posiciones más conservadoras (Libertad Digital, COPE, El Mundo), y otros que nos ningunearon o incluso se confrontaron abiertamente con nosotros (El Periódico, Avui, Elplural de Enric Sopena), la mayoría, sin embargo, ofrecieron información sobre nosotros con mayor o menor intensidad.

Con los medios audiovisuales, ocurrió algo parecido, aunque el caso más sangrante fue el de la televisión pública catalana, que no fue capaz ni de hacer una entrevista a nuestros candidatos. Así gritaban los compañeros el día que se consiguieron los escaños, “toma 3 TV3” en las puertas del hotel donde celebramos nuestro triunfo electoral.

En la campaña del Estatuto de Andalucía ocurrió lo mismo, pero con menor profusión, también por que la campaña se hizo con pocos medios, pero con mucha ilusión. Sin embargo, quienes nos apoyan de forma permanente son algunos de los blogs más leídos de este país, y no voy a dar nombres, para no olvidarme de ninguno. Suplimos la presencia con un hermoso tanguillo que mucha gente llegó a conocer.

Con algunos periodistas ocurre lo mismo, cuanto más adscritos se encuentran a una opción política más tratan de acosarnos, según los intereses correspondientes del partido político que abanderan.

Recientemente nos han acusado en un par de medios de la red (El Semanal Digital, y Diario Crítico), de no haber presentado ninguna iniciativa parlamentaria, cuando deberían saber que para ello se necesita el apoyo de cinco diputados y nosotros solo contamos con tres. Pero al parecer no lo saben.

Y hoy mismo, contemplamos absortos como el señor Enric Sopena desde su singular obra periodística, y uno de los que más críticos ha sido con nuestra formación política, sale defendiéndonos de Federico Jiménez Losantos, que a su vez considera que Ciutadans debería afianzarse en Cataluña y dejar de quitar votos al PP en las generales.

Observando la forma de actuar que tienen los medios de comunicación en relación a nuestro partido, lo primero que tenemos que decir es que Ciutadans es un partido, que al contrario de los demás, no tiene un apoyo significativo de ningún medio de comunicación en particular, lo que en cierta forma nos satisface. A veces es mejor que algunos apoyen a los rivales.

Por otra parte, el discurso de Ciutadans llega a la gente por vías alternativas, bien por comentarios espontáneos de la gente en la calle, o por lo que se dice de nosotros en la red, pues en todos los foros de política de este país, nuestro partido aparece con frecuencia.

Nuestros diputados, y algún otro compañero, así como varios de los padres fundadores del proyecto, como Arcadi Espada, Xavier Pericay, Felix Ovejero, Felix de Azua, y otros muchos, hablan con frecuencia de nosotros, y en sus blogs suelen exponerse fórmulas políticas o ideas y proyectos, que más tarde suelen formar parte de los debates que terminan produciendo nuevas propuestas políticas.

Ciutadans se presenta a las municipales en Cataluña, y en algunos otros lugares donde la infraestructura lo ha permitido

La campaña actual se fundamentará, una vez más, sobre nuestros recursos humanos, y la presencia en internet, y también en los lugares donde nos den cancha; sabemos que alguno de nuestros rivales políticos trata de que no aparezcamos demasiado, porque numerosas circunscripciones políticas, por ejemplo, gran cantidad de municipios en Cataluña, si Ciutadans obtiene un buen resultado tendrán que cambiar sus pactos habituales, y eso les resulta muy incómodo, sobretodo después de llevar muchos años haciendo pactos cómodos, sin problemas

Ahora somos más de 4000 militantes en toda España, muchos en Cataluña, y evidentemente no vamos a quedarnos de brazos cruzados ante las próximas municipales. Y tampoco pensamos desnudar a nuestra candidata a la alcaldía de Barcelona, pero ya tenemos pensadas unas cuantas sorpresas, que sobresalen de eso que se ha denominado lo políticamente correcto.

Aspiramos a obtener concejales en numerosas corporaciones, y posiblemente sean claves para tomar decisiones políticas muy importantes, que van a transformar la idea que actualmente se tiene de Cataluña, con un tripartit en la Generalitat, y muchos municipios gobernados por los mismos desde hace décadas.

Cataluña y España necesitan cambios, ante el actual estado de crispación. En Cataluña se necesita romper la inercia del tripartit, en España la inercia de la confrontación entre el PP y el PSOE. Y para ambas cosas estamos preparados.

Los medios de comunicación serán testigos de la profunda transformación que vamos a infundir en la política tradicional, tanto autonómica, como municipal, o estatal; otra cosa será que quieran hacer partícipes a los ciudadanos de lo que estamos haciendo.

Pero a nuestro futuros electores les decimos algo que a veces comentamos entre nosotros, cuando hacemos una propuesta importante y pasa desapercibida en los medios: otro día que no salimos en los diarios, parece que vamos bien, no hablan de nosotros porque no hagamos política, no hablan de nosotros, precisamente porque hacemos política independiente, y eso a muchos medios de comunicación no les gusta. Aún así, hay pocos electores que no conozcan nuestro grito de guerra: Endavant Ciutadans – Adelante Ciudadanos, prueba de que los medios de comunicación no lo pueden callar todo.


Ciudadanos en la Red

Ciutadans en Esplugues 27-M / 19 hs

Con Albert Rivera
Gracias, Córcoles.

lunes, 19 de marzo de 2007

¡Viva la Pepa!, a pesar de las izquierdas españolas



Lo que nos hace españoles

Tal día como hoy, hace 195 años, con el país invadido por los franceses, se promulgaba en Cádiz la primera Constitución Española. La Carta de Bayona de 1808, solo puede considerarse como una reglamentación impuesta por los invasores del Norte, con Napoleón a la cabeza, y su hermano José, arropado tras él.

La primera Constitución Española es la de 1812, sin duda alguna. Fue desarrollada en sus fundamentos por lo que podría bien denominarse los “padres de la nación española”, pues al ubicar la soberanía en la nación, y no en el Rey, convierten a nuestro reino en una nación moderna, pero además se incluyeron numerosos derechos individuales, una separación de poderes, y una incipiente organización institucional del Estado, así como la ímproba tarea de la representatividad y las limitaciones del ejercicio del poder.

No fue muy ambiciosa con la cuestión religiosa, pero haber excluido “el altar” de la Constitución hubiera conducido al país a una situación aún más precaria que la que tenía con la invasión napoleónica, como más tarde se comprobó en tierras andaluzas. Sin embargo si dotó de nacionalidad a todos los españoles, tanto los de la península y las islas, como los que habitaban los territorios de ultramar, hito que no fue establecido por ningún país colonizador en esa época.

El preámbulo de la Constitución de 1812 fue desarrollado por el asturiano Argüelles, ayudado del diputado Espiga, es un documento imprescindible para conocer nuestra identidad nacional, y hoy es un buen día para leerlo, en homenaje a los padres de conceptuales de nuestra nación, pero tiene 120 páginas y sería demasiado extenso leerlo aquí, no obstante se puede hacer en el siguiente portal del Instituto Cervantes en edición facsimil:
Constitución Española de 1812

Aquí presentaremos el preludio y los dos primeros capítulos:

DON FERNANDO SEPTIMO, por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía española, Rey de las Españas, y en su ausencia y cautividad la Regencia del reino, nombrada por las Cortes generales y extraordinarias, a todos los que las presentes vieren y entendieren, sabed: Que las mismas Cortes han decretado y sancionado la siguiente

CONSTITUCION POLITICA DE LA MONARQUIA ESPAÑOLA

En el nombre de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo autor y supremo legislador de la sociedad.
Las Cortes generales y extraordinarias de la Nación española, bien convencidas, después del más detenido examen y madura deliberación, de que las antiguas leyes fundamentales de esta Monarquía, acompañadas de las oportunas providencias y precauciones, que aseguren de un modo estable y permanente su entero cumplimiento, podrán llenar debidamente el grande objeto de promover la gloria, la prosperidad y el bien de toda la Nacional, decretan la siguiente Constitución política para el buen gobierno y recta administración del Estado.

TITULO 1
DE LA NACION ESPAÑOLA Y DE LOS ESPAÑOLES
CAPITULO I
De la Nacion Española
Art. 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
Art. 2. La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
Art. 3. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.
Art. 4. La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen.

CAPÍTULO II
De los españoles
Art. 5. Son españoles:
Primero. Todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas, y los hijos de éstos.
Segundo. Los extranjeros que hayan obtenido de las Cortes carta de naturaleza.
Tercero. Los que sin ella lleven diez años de vecindad, ganada según la ley en cualquier pueblo de la Monarquía.
Cuarto. Los libertos desde que adquieran la libertad en las Españas.
Art. 6. El amor de la Patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles y, asimismo, el ser justos y benéficos.
Art. 7. Todo español está obligado a ser fiel a la Constitución, obedecer las leyes y respetar las autoridades establecidas.
Art. 8. También está obligado todo español, sin distinción alguna, a contribuir en proporción de sus haberes para los gastos del Estado.
Art. 9. Está asimismo obligado todo español a defender la Patria con las armas, cuando sea llamado por la ley.

Lo que les hace americanos

Con el cambio de siglo, tuve ocasión de visitar los Estados Unidos y en una de las excursiones llegué hasta Filadelfia, la capital de Pensilvania, y pude conocer el Independence Hall, el lugar donde se desarrolló y firmó la Declaración de Independencia de la nación americana, el 4 de julio de 1776.

Declaración de Independencia de los Estados Unidos 4 de julio de 1776(fragmentos)

Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para gara ntizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derec ho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.

La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada.

Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber , derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad.

En cada etapa de estas opresiones, hemos pedido justicia en los términos más humildes: a nuestras repetidas peticiones se ha contestado solamente con repetidos agravios. Un Príncipe, cuyo carácter está así señalado co n cada uno de los actos que pueden definir a un tirano, no es digno de ser el gobernante de un pueblo libre.

Tampoco hemos dejado de dirigirnos a nuestros hermanos británicos. Los hemos prevenido de tiempo en tiempo de las tentativas de su poder legislativo para englobarnos en una jurisdicción injustificable. Les hemos recordado las circunstancias d e nuestra emigración y radicación aquí.

Hemos apelado a su innato sentido de justicia y magnanimidad, y los hemos conjurado, por los vínculos de nuestro parentesco, a repudiar esas usurpaciones, las cuales interrumpirían inevitabl emente nuestras relaciones y correspondencia. También ellos han sido sordos a la voz de la justicia y de la consanguinidad. Debemos, pues, convenir en la necesidad, que establece nuestra separación y considerarlos, como consideramos a las dem 25;s colectividades humanas: enemigos en la guerra, en la paz, amigos.
Por lo tanto, los Representantes de los Estados Unidos de América, convocados en Congreso General, apelando al Juez Supremo del mundo por la rectitud de nuestras intenciones, en nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas Colonias, solemnem ente hacemos público y declaramos: Que estas Colonias Unidas son, y deben serIo por derecho, Estados Libres e Independientes; que quedan libres de toda lealtad a la Corona Británica, y que toda vinculación política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña queda y debe quedar totalmente disuelta; y que, como Estados Libres o Independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, concertar alianzas, establecer el comercio y efectuar los actos y providencias a q ue tienen derecho los Estados independientes.

Y en apoyo de esta Declaración, con absoluta confianza en la protección de la Divina Providencia, empeñamos nuestra vida, nuestra hacienda y nuestro sagrado honor.

Las diferencias negativas

Cuando se lee La Democracia en América, del francés Alexis de Tocqueville, uno se da cuenta de la abismal diferencia que separa a los norteamericanos de los españoles, en cuanto a la consideración que les ofrece su nacionalidad.

Esto no se debe exclusivamente a la distinción entre una nación vieja y una joven, ni a la configuración estructural o ideológica de sus habitantes. Evidentemente no, hay algo más profundo, que consiste en que una parte de los políticos españoles siempre han abjurado de España como concepto, de nuestra nación como unidad, de nuestra propia idiosincrasia y de todo lo que tenga que ver con los símbolos y signos que caracterizan la condición hispana.

En España, no solo los nacionalistas han abjurado de España, la izquierda tradicional ha preferido siempre hablar de Estado, antes que de Nación por simple interés partidario antes que por interés general. De ahí que la izquierda acepte con remilgos todo lo concerniente a la nación española, sencillamente porque su ideario lo que persigue es ensalzar los valores cívicos antes que los patrióticos. Por eso ha coincidido con los intereses nacionalistas en numerosas ocasiones.

Es un problema histórico difícil de resolver, tanto el PSOE como IU son antes de izquierdas que españoles, esto nunca ha ocurrido en los Estados Unidos de América, tan norteamericanos son los demócratas como los republicanos, ni en Francia, tan franceses son los del PSC como los del RPR o los de la UDF, ni en Reino Unido, Alemania o Italia.

El único lugar del mundo democrático, en que los partidos de izquierda defienden sus intereses partidistas por encima de los nacionales, es España. Conociendo esta clave fundamental, se pueden entender muchas cosas. Aún así, si han estado espabilados los socialistas para organizar el bicentenario próximo, seguro que Jovellanos terminará siendo de izquierdas, ¿quién se atreverá a dudarlo?.Comisión del Bicentenario de la Constitución Española de 1812

Pues a pesar de todo,


¡Viva la Pepa y los padres que la fundaron y nos fundieron!.


Biante de Priena

domingo, 18 de marzo de 2007

La chanson de Bayrou

Quizás no representa la superación del maniqueísmo, pero lo alivia bastante. El candidato de la UDF, poco a poco, va incrementando su presencia en las encuestas francesas, que tratan de augurar el resultado final de las próximas elecciones presidenciales.

Los ciudadanos franceses quieren un cambio de era, un fin de la historia de siempre; en lo que coinciden posiblemente con los españoles, italianos o portugueses. Cada día hay en territorio galo, más centristas centrados, dispuestos a elevar al Palacio de los Campos Elíseos a este señor de la Picardía, ya pasa del 20 % en las encuestas, cuando Sarkozy está en 27 % y Royal en 25 %.

En España, desgraciadamente, no tenemos centro, o mejor dicho, el espacio político así denominado se encuentra secuestrado por los “okupas” del PSOE y el PP, que nada tienen que ver con el centro político, ni con sus fundamentos y valores, salvo por sus intereses electoralistas.

La historia del centrismo en España es larga y permanente, centristas fueron los que lograron la primera Constitución española, la de 1812; y centristas han sido los que llevaron a cabo las primeras etapas de la transición desde la UCD, y por último, el partido centrista, liberado de aderezos innecesarios, fue el fundado por el presidente Adolfo Suárez, el CDS, que tuvo participación en la vida política española, hasta que entre los dos grandes partidos y el propio Suárez, harto de tantas cosas, lograron extinguirlo en un congreso celebrado en Torremolinos.

Los principales rivales del candidato centrista son el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal, aunque el ultraconservador Jean Marie Le Pen siempre juega al parchís de la presidencia francesa. Los candidatos comunistas están extinguidos, prácticamente como en España.

El lider discreto

François René Jean Lucien Bayrou nació el 25 de mayo de 1951 en el pequeño pueblo de Bordères, en las faldas de los Pirineos, de una familia de agricultores. De profundas creencias católicas, se casó a los 20 años con Élizabeth y tiene seis hijos. Estudió lenguas clásicas en la Universidad de Burdeos y se hizo con un puesto de profesor en un instituto de Pau. La muerte de su padre en un accidente le obligó a hacerse cargo de la explotación familiar.

En 1986 consiguió su primer acta de diputado con la UDF. Redactó discursos para los grandes hombres del partido, especialmente Jean Lecanuet. Edouard Balladour le dio en 1993 su primera cartera ministerial, la de Educación, y Alain Juppé se la confirmó en 1995. Se vio obligado a dimitir cuando su proyecto de reforma sacó a la calle a los profesores.

En 1998 logró refundar y refundir la UDF, (la plataforma política que conoció con el Presidente Valerie Giscard, su máximo esplendor), y en 2002 consiguió ser el cuarto candidato a la presidencia más votado, con un 6,84%.

Cuando Chirac impulsa la creación de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), canibaliza la UDF. Encabezados por el actual titular de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, la mayoría de los diputados centristas abandonan a Bayrou. "Fue la hemorragia", recuerda ahora un miembro del equipo de Bayrou. "Todos los candidatos a las legislativas nos decían que habían firmado por la UMP, todo el mundo se nos escurría de las manos como granos de arena, nuestra única preocupación era sobrevivir".

Bayrou atraviesa el desierto, cosa que Adolfo Suárez no supo concluir, y se las arregla junto a algunos leales compañeros, para mantener un perfil cada vez más diferenciado respecto al Gobierno conservador, hasta el punto de que se abstiene de votar los presupuestos e incluso apoya la última moción de censura contra el Ejecutivo de Dominique de Villepin.

Azouz Begag, el único ministro de origen no europeo del Gobierno de Dominique de Villepin, que ocupa la cartera de la Promoción de la Igualdad de Oportunidades, no ha dudado ni un minuto en retirar su apoyo a Sarkozy y dárselo a Bayrou. Desde hace año y medio, el titular de Interior -con el que se encuentra, al menos una vez a la semana, en Consejo de Ministros- no le ha dirigido "ni una palabra". Sarkozy no le perdona que cometiera "el sacrilegio de decir que no le parecía bien utilizar la palabra racaille [gentuza, escoria] para referirse a los jóvenes de los suburbios".

Bayrou, es un personaje múltiple, diverso, auténtico, y según se recoge en un reciente comentario sobre su vida en el diario El País, es el candidato que mejor representa la identidad francesa, y es considerado el más honesto de los que se presentan.

Bayrou reivindica sus orígenes y se deja fotografiar junto a su viejo tractor. También proclama que es el único candidato capaz de ordeñar una vaca, lo que posiblemente es cierto. De su libro Le roi libre, una biografía del rey Enrique IV -el que dijo aquello de que "París bien vale una misa"- se vendieron cerca de 300.000 ejemplares, y con los derechos de autor se lanzó a la cría de caballos de pura sangre para carreras.

En 1995 compró en Deauville su primera potranca. Tuvo mucho éxito. En 2005, hasta ocho caballos de su cuadra hicieron la temporada de carreras y consiguieron siete victorias, lo que le supuso un beneficio de 37.250 euros. El año pasado tan sólo se llevaron cuatro victorias, pero consiguieron colocarse en posición hasta 19 veces, con lo que la ganancia subió a 43.600 euros.

La cría de caballos no sólo le aporta placer y dinero, sino también acceso a círculos restringidos. Bayrou es miembro de France Gallop, el exclusivo grupo que controla el mundo de los caballos de carreras en Francia, en el que se sienta junto a la aristocracia más rancia, desde Edouard de Rothschild hasta Charles-Henry de Moussac o Louis Giscard d'Estaign.

Pero nadie es perfecto, y en las últimas semanas, Le Canard Enchainé, que anteriormente ha fustigado a Sarkozy y Royal con un revelador análisis sobre sus respectivas propiedades inmobiliarias y sus declaraciones de impuestos.

Le Canard entraba esta semana en el patrimonio del pequeño payés bearnés y señalaba que, a diferencia de sus adversarios, Bayrou no paga el impuesto de solidaridad sobre la fortuna (ISF), ya que declara un patrimonio de 706.000 euros, 54.000 por debajo de la línea teórica que separa a ricos y pobres en Francia. Y esto es porque, oficialmente, la profesión de Bayrou es la de agricultor, lo que le permite considerar su bonita mansión -la Casa Blanca, como es conocida en Bordères- como un "instrumento de trabajo".

La chansón de Bayrou

El discurso de Bayrou es insumiso. El conflicto entre la derecha y la izquierda, no cambia nada, siempre siguen igual las cosas, gane quien gane. El triunfo de de las industrias electorales que son sus partidos, dejará las cosas exactamente como están, después de repartirse por enésima vez los beneficios inherentes a la victoria: mayor cuota funcionarial para los clientes del partido, intervención en los grandes negocios de estado, beneficios inmensos en el reparto de apoyos empresariales y subvenciones a los poderosos. La vida del ciudadano apenas variará, salvo en algunas menudencias.

Las democracias del sur (Francia, Portugal, Italia, España) tienen hartazgo de maniqueísmo, ante lo que Bayrou lanza un singular mensaje, que recuerda precisamente a dos muy utilizados en España por Adolfo Suárez y Felipe González, y que parte de un contundente: “no os prometo nada”, para decir inmediatamente a continuación “quiero cambiarlo todo”.

Al igual que Roland, el candidato de la UDF se dispone a hacer sonar el olifante para llamar al pueblo francés a las urnas, en esta ocasión no contra los sarracenos, sino contra sus rivales, los que llevan décadas representando la misma tragicomedia decadente, escrita con la cansina pluma del más de lo mismo. Los franceses y los europeos, queremos salir del hiperrealismo inane de ver como cursan los días de nuestra vida de forma intrascendente.

Hay carencia de honor en nuestra existencia, una imperiosa necesidad de sobresalir de la miseria de lo cotidiano, y elucidar algo nuevo, un mito, un cuento, o una leyenda. Algo que se le pueda contar a las generaciones venideras. Creo que debemos abandonar de una vez el escenario virtual en el que nos encontramos los europeos, entre la nada del consumismo norteamericano y la nada de la consunción fundamentalista.

Europa, sobretodo la más meridional y occidental, necesita continuar la estela de los precursores griegos y romanos, de las obras del Renacimiento, de la ilustración, y de la mezcla singular con su medio y con los vecinos del sur. Es necesario cambiar algunas cosas, y es necesario hacerlo pronto. Debemos abandonar de una vez por todas la mecanicidad que agota lo espontáneo en nuestras vidas, y convierte nuestra existencia en mera supervivencia.

Ahora debería ser posible, pues el último testigo, Baudrillard, antídoto de todas las épicas, se ha muerto. Hay que continuar la obra de Herodoto, como sea, por mal que le parezca a Fukuyama.


Erasmo de Salinas

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