Desde el sanedrín de ilustres sabios que habitan La Moncloa,
nos han dejado caer que la contabilidad B del PP es una invención de Bárcenas,
por sus portavoces mayestáticos, que han dicho que quien está en la cárcel es
Bárcenas, sin recordar que es, precisamente, por cometer presuntos delitos financieros
cuando era el tesorero y gerente del PP. La señora De Cospedal ha dicho que
todo son injurias y calumnias, a pesar de que en su caso hay prueba fehaciente
de recepción de 200.000 euros por sus colaboradores para la campaña en Castilla
La Mancha. El rey del silencio, Mariano Rajoy, ha dicho que él piensa concluir
el mandato recibido en las urnas.
En la otra orilla tenemos a la izquierda desesperada, con
Alfredo Pérez Rubalcaba a punto de disfrazarse de Robin Hood, sin decir una
palabra siquiera de todos los casos de corrupción que anegan su partido: los
EREs, el caso Blanco, el caso Marea, Mercasevilla, las trifulcas del PSM, las
peripecias del PSC, por no entrar en la memoria histórica de los fondos reservados,
Filesa, Matesa y Time Sport. Alfredo Pérez Rubalcaba es un personaje
inteligente que sabe que cuanto más se hable de Bárcenas, menos se hablará de
las estafas y desfalcos del PSOE que se cuentan en miles de millones de euros,
mientras lo del PP sólo en cientos de millones de euros, esa es la pequeña
diferencia que distingue la corrupción del PSOE de la del PP, que la del PSOE
es mayor, pero parece menor, porque nadie en el partido habla de ello, bajo
pena de que le corten la lengua, que se juegan mucho. Y la prensa subvencionada
en su día, bien se cuida de devolver los favores recibidos entrando en mutismo
vergonzante sobre los crímenes económicos, políticos, civiles y sociales de la
época de Zapatero
Es cierto que la cuestión cuantitativa no importa demasiado,
porque los españoles están contemplando en todo su esplendor la miseria de los
que dicen que les representan, que a pesar de incumplir la ley, se consideran
legitimados para decir lo que les plazca por la gracia de sus atributos y
considerarse los adalides de la democracia en España.
Lo que está claro es
que la casta amenaza la maltrecha democracia en España, porque la desconfianza
en los representantes públicos alcanza la cota más elevada desde 1978 hasta
hoy, que no es poco.
La pretensión de la cúpula del PP de contar a los españoles
que en su partido sólo había un corrupto que era Bárcenas, es casi tan enorme
en su despropósito, como la de la cúpula del PSOE de decir que ellos no han
tenido nada que ver con todos los casos de corrupción que tienen abiertos en
estos momentos y que pasan de 100 en toda España. Cien años de honradez y los
siguientes para enmendarlo.
Con lo sencillo que sería que Mariano Rajoy dijera que se va
para su casa porque está bajo sospecha de delitos fiscales y descréditos
morales, y Rubalcaba hiciera lo mismo, porque no se puede sostener que el PSOE
sea ajeno a los crímenes que se han cometido en nombre del PSOE, pero no lo
harán, aman demasiado el poder y el dinero que se reparten entre todos, al
final llegarán a un nuevo pacto del duerno para taparlo todo y los españoles
nos quedaremos pasmados viendo la geta que se gastan estos sinvergüenzas.
Pero a mí, personalmente, lo que más me preocupa es que si
con Zapatero nos fuimos a la mierda porque era un iluminado, con Rajoy no
saldremos de ella porque es un personaje tan oscuro como manchado; mientras
tanto la prima de riesgo sigue subiendo, la bolsa sigue bajando, los parados
sobrepasan los seis millones, el déficit no disminuye y la deuda sigue
creciendo, pero eso no tiene importancia alguna, lo único que les importa a
todos estos mangantes es ver quién se coloca en el poder en la próxima
legislatura para poder seguir trincando en nombre de la democracia y a pesar de
las leyes que incumplen.
La escasa inteligencia de estos malvados de la casta, les
impide ver que mientras ellos sigan en el poder y sus aledaños, los problemas
de los españoles y del país que habitan no tienen solución alguna, porque todos
los recursos se dedicarán a tapar sus respectivas mierdas, el problema es que
el olor no se va a quitar por mucho perfume de propaganda que le echen en esta
ocasión, así que los españoles seguiremos oliendo a su mierda hasta que seamos
capaces de derrocarlos. Y creo que todavía somos demasiado pocos los que
sabemos que esa es la única solución para que nuestros nietos no se conviertan
en súbditos de una tiranía del tercer mundo.
Enrique Suárez