Si alguien se decide algún día a observar los resultados de
las pasadas elecciones europeas con detalle, se dará cuenta de una curiosidad,
salvo en Bélgica y Luxemburgo que está multado no acudir a votar, en la inmensa
mayoría de los países no se ha alcanzado el 50 % de votos a todos los partidos.
Es decir, la representación política está sobredimensionada en favor de los
partidarios, para ocultar la realidad electoral, que no es otra que la mayoría
de los europeos (57 %) no han votado por ningún partido en las pasadas
elecciones continentales.
Por el arte del birle, los políticos representan a los que
les apoyan y a los que no lo hacen. Verán ustedes, la cuestión no es baladí,
cuando en un parlamento como el europeo con 751 miembros, tendría que haber
exclusivamente 323 asientos para sus señorías ocupados, y los 438 restantes
vacíos, a los que habría que sumar el 3 % más entre votos blancos y nulos, por
lo que nos quedaríamos aproximadamente en 300 eurodiputados si la
representación fuera real y no artefactada por el poder, en su interés.
Digo que la cuestión no es baladí, porque las tres sedes del
Parlamento Europeo (Bruselas, Estrasburgo, Luxemburgo) nos cuestan 250 millones
de euros al año, y cada eurodiputado nos sale por unos 30.000 euros, de los que
más de 7.700 euros son el salario del representante.
Todos los meses nos gastamos los europeos 13,5 millones de euros en los 451 que no
deberían estar representados si se contabilizaran exclusivamente los apoyos de
los que acudieron a votar en las elecciones. Lo que supone que nos ahorraríamos
162 millones de euros cada año, por cinco de legislatura, 810 millones de
euros.
Cuando un ciudadano no acude a votar por ningún partido, está
ejerciendo el mismo derecho democrático que aquellos que acuden a votar por
algún partido. La mayoría de los ciudadanos que no acuden a votar, posiblemente
estén hartos de seguir pagando “el circo” que se han montado los de la minoría
que apoya a partidos y los propios partidos.
Esta solemne barbaridad en las democracias europeas del siglo
XXI sería algo así como que todos los ciudadanos tuviéramos que pagar los
gastos que se ocasionan con los equipos de fútbol cuando se enfrentan en un
partido, los sindicatos y partidos que
representan exclusivamente a sus seguidores, los aeropuertos y trenes de alta
velocidad sin pasajeros, las Cajas de Ahorros quebradas, o las instituciones
inútiles como el Tribunal de Cuentas o la Fiscalía General del Estado en
España, que sólo sirven para tapar la corrupción que se comete en la política a los ojos de los ciudadanos.
No hay razón democrática que nos obligue a pagar por aquello
que nos imponen, no necesitamos y además puede utilizarse en contra de los
intereses generales. Creo que la política de austeridad debería comenzar por una
cuestión muy sencilla: que no nos hagan pagar a los ciudadanos, y fundamentalmente a los que no acudimos a votar por ellos en las elecciones, las chorradas de
los políticos en nombre de la democracia, cuando es exclusivamente en su
beneficio e interés. Debería desgravar no acudir a las urnas en proporción a toda la corrupción política que se descubra en la legislatura, al fin y al cabo, no debemos pagar los que no jugamos nuestro destino en el casino electoral, por los errores que cometen los ludópatas de las papeletas, que luego traen como consecuencia los desmadres de sus elegidos. No es justo, ni equitativo. ¡Que lo paguen los que juegan a "demócratas" en esta falacia demagógica!
Si los que acuden a votar quieren tener un eurodiputado, que se lo paguen, nos cuesta cada uno 30.000 euros al mes, más unos cuantos millones de euros en correspondencia con los gastos que ocasionan las instituciones. Pues me parece fenomenal, se divide el total, por ejemplo en España los eurodiputados nos salen por 20 millones de euros cada año, votan 10 millones de españoles en las europeas, pues con cada voto que dejen 10 euros para pagar sus gastos durante la legislatura. No vamos a pagar encima los que no vamos a votar el estropicio que organizan estos mafiosos
Si los que acuden a votar quieren tener un eurodiputado, que se lo paguen, nos cuesta cada uno 30.000 euros al mes, más unos cuantos millones de euros en correspondencia con los gastos que ocasionan las instituciones. Pues me parece fenomenal, se divide el total, por ejemplo en España los eurodiputados nos salen por 20 millones de euros cada año, votan 10 millones de españoles en las europeas, pues con cada voto que dejen 10 euros para pagar sus gastos durante la legislatura. No vamos a pagar encima los que no vamos a votar el estropicio que organizan estos mafiosos
Es hora de que las cosas cambien en Europa y en España, la
representación política convencional ha muerto, el sufragio censitario de los
colocados por los partidos para vivir en el Olimpo, mientras derrochan,
dilapidan, se corrompen y defraudan se ha acabado. No podemos permitirnos una
mafia política por encima de nuestras
posibilidades, que además sólo nos sirve para complicar cada día más las cosas.
Enrique Suárez
3 comentarios:
Me encanta Nigel Farage, disfruto oyéndole y viéndole. Y a propósito, un andrajo mojado es una BAYETA, que es lo que en realidad apostilló Farage al gremlin Van Rompuy...Pero cómo se defienden los sátrapas...
http://youtu.be/d4cIbByZrJI
Los sátrapas de Bruselas se auto-aprueban jubilarse a los 50 años con pensiones millonarias que, of course, les pagamos nosotros
http://jiv8.wordpress.com/2014/03/21/los-satrapas-de-bruselas-por-fernando-sanchis/
Más Nigel Farage, sin pelos en la lengua
http://youtu.be/JeeV_cPZAIs
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