Me fascina ver a la mayoría de los periodistas españoles (columnistas) desgranando juicios categóricos de sus atribuladas opiniones estereotipadas. A los periodistas españoles que se ocupan de la política les ocurre lo mismo que a los políticos, nos ofrecen brotes verdes de futuro de semillas que todavía no han germinado.
De todas las opiniones, sentencias y juicios que llevo recopilados sobre el denominado “caso Cascos” (que en realidad, en otro país más ecuánime, se denominaría el “caso Rajoy”, porque ha sido quien desde el poder ha decidido humillar a su anterior Secretario General, y cuando alguien determina algo, no se cita a las víctimas, sino a los que causan el daño, menos en política, claro) tal vez cuatro o cinco periodistas han hablado con criterio y fundamento, sin recurrir al perjuicio personal o a la bendición de los poderosos, transformando lo ocurrido en su versión particular de los hechos, para seguir recibiendo prebendas y parabienes.
El periodismo español que se ocupa de la política ha degenerado tanto como esta. Hay en el escenario de la opinión pública, personajes siniestros, aventureros, paranoicos, sectarios, inventores, insidiosos, polémicos, propagandistas, manipuladores y mentirosos, distribuidos proporcionalmente según filias y fobias, también hipocondrías, histerias y delirios. Siempre he defendido la libertad de expresión y denostado la libertad de impresión, no de las rotativas, sino de la manipulación de las informaciones, antes de ser empaquetada para su consumo irreflexivo por aquellos que presumen de estar bien informados y que en realidad están más intoxicados que una familia de campistas con una mayonesa caducada. Es lo que hay.
Entre los periodistas españoles los hay que dan su opinión y no aspiran a otra cosa, al menos son honestos, no tratan de engañar a nadie, pero los hay que se atribuyen el único criterio posible desde el dogmatismo más zafio, y se atreven a emitir juicios sobre los hechos, según su interpretación más fundamentada en su previa percepción deformada que en la complicación factual. Es un problema de objetivo desenfocado, que siempre nos conduce a las mismas escenas perfectas, maquilladas con palabras y ornamentadas con insinuaciones. La política es el arte de lo posible y el periodismo político el arte de que no se sepa lo que es la política.
Con lo sencillo que es ceñirse a los hechos para comprender lo que está ocurriendo: un simple caso de mobbing político, porque desde la dirección nacional del Partido Popular se ha decidido promocionar a dedo a alguien con menos recursos, experiencia y posibilidades para triunfar en unas elecciones en Asturias, rechazando a alguien que tenía asegurado su triunfo en las encuestas. ¿Por qué?, pues sencillamente porque Francisco Álvarez Cascos no es ganado doméstico y conserva su independencia de criterio intacta, al igual que sus principios indemnes, una honestidad demostrada y una experiencia política envidiada. ¿Se imaginan ustedes que un equipo de segunda B rechazara la oferta de Cristiano Ronaldo o Messi para jugar en su club?. Pues eso es lo que ha ocurrido en el Partido Popular, que si ahora no es el mejor momento, que si estamos renovando la plantilla, que si pero no, que no queremos ascender, ni ganar partidos, porque en Asturias siempre hemos perdido y ya no tenemos costumbre de triunfar en unas elecciones y menudo trabajo que nos ocasionaría, que pereza.
La reacción de Cascos, que ante todo no desconoce quien es, ni sus virtudes, ni sus defectos, que ahora está más ilusionado porque en el fondo es un romántico y lo que quiere es regresar a casa y dejar Asturias a la altura que le corresponde; tras treinta años continuados de molicie política, porque ya no aspira al poder (eso ya lo tuvo) sino a la gloria. Quiere que un paisano de este país que es Asturias le diga, “Casquinos, que grande yes”, y reirse con él, cuando vea que en el pueblo donde vive al final llegan las cosas buenas de la civilización y se quedan fuera las malas, porque Cascos lo ha hecho posible.
Cascos quiere gestionar, administrar, construir un futuro mejor para Asturias y conoce a su gente, a sus paisanos (de país, concepto cultural y no político, que hay que explicarlo todo), y en Asturias ser paisano es tener palabra y mantenerla, por mucho que cambien las circunstancias, y quiere que los asturianos jóvenes no tengan que emigrar, que en Asturias mejore la natalidad, que es la última de las regiones europeas y se reduzca la tasa de dependencia, la mayor de Europa, con tres jubilados por cada dos trabajadores. "Cascos ye un paisano" se oye por el paisaje asturiano, con una profusión que dejaría sorprendido a todos los que no son de aquí, que aquí las noticias que nos importan no corren, vuelan.
Y estos cronistas de la realidad política, que parecen aficionados, no se dan cuenta de que quien es considerado un auténtico héroe para los asturianos, porque estuvo fuera, triunfó y regresa a casa, no puede permitir bajo ningún concepto que lo traten con desprecio, que lo humillen, que lo rechacen, porque, mira que son mastuerzos, no están rechazando al Cascos político, sino al Cascos más humano, al asturiano orgulloso, campechano, al “paisano” y con él a todos los asturianos, y eso en esta tierra es pecado, que si hieren a uno nos han herido a todos, y a Cascos le ha herido un gallego en Madrid, nada más y nada menos.
Mariano Rajoy, que hace mucho tiempo que dejo de ocuparse de estas cosas para pensar exclusivamente como su ambición, las continuas heridas en su orgullo, su menosprecio público, y su machacona denostación por los rivales (a los que desprecia en la intimidad), tanto en su partido como fuera de él, no podía permitir bajo ningún concepto que un Cascos triunfador, convertido en barón con mando en plaza, se interpusiera entre su posible próximo destino en La Moncloa, como indican las encuestas, que otra cosa será las urnas, sobretodo tras la galerna que se avecina para el crucero de recreo en que ha convertido a su partido.
Cascos, que es más listo que los ratones coloraos, ha jugado la baza que más nerviosos puede poner a los de la dirección nacional de su partido: la incertidumbre, que a diferencia de la gallega, en el caso asturiano es absolutamente reflexiva, impostada y socarrona. Como cuando alguien le pregunta a alguien algo que ya sabe, sólo para ver como se posiciona, eso también lo puede hacer un gallego, pero en un asturiano todavía es más ladino y sinuoso. Al asturiano no se le ve, tanto como al gallego, cuando juega a no jugar jugando, sin embargo todos los asturianos, hasta el de la aldea más remota comprende perfectamente lo que está haciendo Cascos y hasta aquí puedo leer.
Tanto es así, que algunos periodistas en su profunda incomprensión trasmontana han exclamado tras la última rueda de prensa. ¿Pero qué ha dicho?, si no ha dicho nada. ¿Se presenta o no se presenta?. ¿Va a fundar un partido regionalista, se va con otro partido, o se queda en su casa?. ¿Va a largar sobre el PP o va a quedarse callado?. ¿Cuenta con apoyos suficientes o simplemente se está columpiando?. Todas estas preguntas que desquician a los periodistas no asturianos, los asturianos ni se las plantean: todos saben que es lo que va a hacer Francisco Álvarez Cascos, que ahora mismo solo habla de recobrar el orgullo de ser asturiano, que mientras que a esto lo empujaron los suyos ahora será el último en abandonar y que sus seguidores no dejen de seguir utilizando el pico y la pala, que estamos de sextaferia.
Entonces Francisco, ¿qué vas a hacer?. Nada, estoy aquí, en Asturias a verlas venir. Y mientras Cascos se queda expectante, dejando a todos sus antiguos compañeros del PP al borde del infarto y a sus rivales del PSOE rezando para que no se presente, Cascos disfruta porque ahora el poder es suyo, la decisión es suya y todo comienza a moverse a su alrededor, porque los asturianos sabemos que Cascos está aquí, a verlas venir, que es lo mismo que decir que en este mundo traidor, nada es verdad, ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira....y dos huevos duros.
Creo que todo ha quedado suficientemente claro, recuerdo la agenda de Francisco Álvarez Cascos para mañana: RNE a las 8:00 horas, Onda Cero: 8:30 horas, entrevista con los lectores en El Mundo a las 12:00 horas, si hay tiempo igual hay otra rueda de prensa en Madrid, y las sorpresas que correspondan, que en Madrid Cascos es muy querido. Pues eso, a verlas venir... mientras todo se configura alrededor. ¿Ha dicho Cascos que va a presentarse? ¿Ha dicho que no va a presentarse?. ¿Y si triunfa en Asturias, sería capaz de expandir la operación al resto de España?. ¿Quién sabe? Y mientras otros no se sabe si suben o bajan..., igual se quedan hasta sin escalera. Y todo por no saber que ningún rival es despreciable y mucho menos si es asturiano y reclama a los suyos por haberle ofendido. Esto tiene mucho más de antropológico y cultural que de político, con el tiempo se verá.
Enrique Suárez
Plataforma de apoyo a Francisco Álvarez Cascos
De todas las opiniones, sentencias y juicios que llevo recopilados sobre el denominado “caso Cascos” (que en realidad, en otro país más ecuánime, se denominaría el “caso Rajoy”, porque ha sido quien desde el poder ha decidido humillar a su anterior Secretario General, y cuando alguien determina algo, no se cita a las víctimas, sino a los que causan el daño, menos en política, claro) tal vez cuatro o cinco periodistas han hablado con criterio y fundamento, sin recurrir al perjuicio personal o a la bendición de los poderosos, transformando lo ocurrido en su versión particular de los hechos, para seguir recibiendo prebendas y parabienes.
El periodismo español que se ocupa de la política ha degenerado tanto como esta. Hay en el escenario de la opinión pública, personajes siniestros, aventureros, paranoicos, sectarios, inventores, insidiosos, polémicos, propagandistas, manipuladores y mentirosos, distribuidos proporcionalmente según filias y fobias, también hipocondrías, histerias y delirios. Siempre he defendido la libertad de expresión y denostado la libertad de impresión, no de las rotativas, sino de la manipulación de las informaciones, antes de ser empaquetada para su consumo irreflexivo por aquellos que presumen de estar bien informados y que en realidad están más intoxicados que una familia de campistas con una mayonesa caducada. Es lo que hay.
Entre los periodistas españoles los hay que dan su opinión y no aspiran a otra cosa, al menos son honestos, no tratan de engañar a nadie, pero los hay que se atribuyen el único criterio posible desde el dogmatismo más zafio, y se atreven a emitir juicios sobre los hechos, según su interpretación más fundamentada en su previa percepción deformada que en la complicación factual. Es un problema de objetivo desenfocado, que siempre nos conduce a las mismas escenas perfectas, maquilladas con palabras y ornamentadas con insinuaciones. La política es el arte de lo posible y el periodismo político el arte de que no se sepa lo que es la política.
Con lo sencillo que es ceñirse a los hechos para comprender lo que está ocurriendo: un simple caso de mobbing político, porque desde la dirección nacional del Partido Popular se ha decidido promocionar a dedo a alguien con menos recursos, experiencia y posibilidades para triunfar en unas elecciones en Asturias, rechazando a alguien que tenía asegurado su triunfo en las encuestas. ¿Por qué?, pues sencillamente porque Francisco Álvarez Cascos no es ganado doméstico y conserva su independencia de criterio intacta, al igual que sus principios indemnes, una honestidad demostrada y una experiencia política envidiada. ¿Se imaginan ustedes que un equipo de segunda B rechazara la oferta de Cristiano Ronaldo o Messi para jugar en su club?. Pues eso es lo que ha ocurrido en el Partido Popular, que si ahora no es el mejor momento, que si estamos renovando la plantilla, que si pero no, que no queremos ascender, ni ganar partidos, porque en Asturias siempre hemos perdido y ya no tenemos costumbre de triunfar en unas elecciones y menudo trabajo que nos ocasionaría, que pereza.
La reacción de Cascos, que ante todo no desconoce quien es, ni sus virtudes, ni sus defectos, que ahora está más ilusionado porque en el fondo es un romántico y lo que quiere es regresar a casa y dejar Asturias a la altura que le corresponde; tras treinta años continuados de molicie política, porque ya no aspira al poder (eso ya lo tuvo) sino a la gloria. Quiere que un paisano de este país que es Asturias le diga, “Casquinos, que grande yes”, y reirse con él, cuando vea que en el pueblo donde vive al final llegan las cosas buenas de la civilización y se quedan fuera las malas, porque Cascos lo ha hecho posible.
Cascos quiere gestionar, administrar, construir un futuro mejor para Asturias y conoce a su gente, a sus paisanos (de país, concepto cultural y no político, que hay que explicarlo todo), y en Asturias ser paisano es tener palabra y mantenerla, por mucho que cambien las circunstancias, y quiere que los asturianos jóvenes no tengan que emigrar, que en Asturias mejore la natalidad, que es la última de las regiones europeas y se reduzca la tasa de dependencia, la mayor de Europa, con tres jubilados por cada dos trabajadores. "Cascos ye un paisano" se oye por el paisaje asturiano, con una profusión que dejaría sorprendido a todos los que no son de aquí, que aquí las noticias que nos importan no corren, vuelan.
Y estos cronistas de la realidad política, que parecen aficionados, no se dan cuenta de que quien es considerado un auténtico héroe para los asturianos, porque estuvo fuera, triunfó y regresa a casa, no puede permitir bajo ningún concepto que lo traten con desprecio, que lo humillen, que lo rechacen, porque, mira que son mastuerzos, no están rechazando al Cascos político, sino al Cascos más humano, al asturiano orgulloso, campechano, al “paisano” y con él a todos los asturianos, y eso en esta tierra es pecado, que si hieren a uno nos han herido a todos, y a Cascos le ha herido un gallego en Madrid, nada más y nada menos.
Mariano Rajoy, que hace mucho tiempo que dejo de ocuparse de estas cosas para pensar exclusivamente como su ambición, las continuas heridas en su orgullo, su menosprecio público, y su machacona denostación por los rivales (a los que desprecia en la intimidad), tanto en su partido como fuera de él, no podía permitir bajo ningún concepto que un Cascos triunfador, convertido en barón con mando en plaza, se interpusiera entre su posible próximo destino en La Moncloa, como indican las encuestas, que otra cosa será las urnas, sobretodo tras la galerna que se avecina para el crucero de recreo en que ha convertido a su partido.
Cascos, que es más listo que los ratones coloraos, ha jugado la baza que más nerviosos puede poner a los de la dirección nacional de su partido: la incertidumbre, que a diferencia de la gallega, en el caso asturiano es absolutamente reflexiva, impostada y socarrona. Como cuando alguien le pregunta a alguien algo que ya sabe, sólo para ver como se posiciona, eso también lo puede hacer un gallego, pero en un asturiano todavía es más ladino y sinuoso. Al asturiano no se le ve, tanto como al gallego, cuando juega a no jugar jugando, sin embargo todos los asturianos, hasta el de la aldea más remota comprende perfectamente lo que está haciendo Cascos y hasta aquí puedo leer.
Tanto es así, que algunos periodistas en su profunda incomprensión trasmontana han exclamado tras la última rueda de prensa. ¿Pero qué ha dicho?, si no ha dicho nada. ¿Se presenta o no se presenta?. ¿Va a fundar un partido regionalista, se va con otro partido, o se queda en su casa?. ¿Va a largar sobre el PP o va a quedarse callado?. ¿Cuenta con apoyos suficientes o simplemente se está columpiando?. Todas estas preguntas que desquician a los periodistas no asturianos, los asturianos ni se las plantean: todos saben que es lo que va a hacer Francisco Álvarez Cascos, que ahora mismo solo habla de recobrar el orgullo de ser asturiano, que mientras que a esto lo empujaron los suyos ahora será el último en abandonar y que sus seguidores no dejen de seguir utilizando el pico y la pala, que estamos de sextaferia.
Entonces Francisco, ¿qué vas a hacer?. Nada, estoy aquí, en Asturias a verlas venir. Y mientras Cascos se queda expectante, dejando a todos sus antiguos compañeros del PP al borde del infarto y a sus rivales del PSOE rezando para que no se presente, Cascos disfruta porque ahora el poder es suyo, la decisión es suya y todo comienza a moverse a su alrededor, porque los asturianos sabemos que Cascos está aquí, a verlas venir, que es lo mismo que decir que en este mundo traidor, nada es verdad, ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira....y dos huevos duros.
Creo que todo ha quedado suficientemente claro, recuerdo la agenda de Francisco Álvarez Cascos para mañana: RNE a las 8:00 horas, Onda Cero: 8:30 horas, entrevista con los lectores en El Mundo a las 12:00 horas, si hay tiempo igual hay otra rueda de prensa en Madrid, y las sorpresas que correspondan, que en Madrid Cascos es muy querido. Pues eso, a verlas venir... mientras todo se configura alrededor. ¿Ha dicho Cascos que va a presentarse? ¿Ha dicho que no va a presentarse?. ¿Y si triunfa en Asturias, sería capaz de expandir la operación al resto de España?. ¿Quién sabe? Y mientras otros no se sabe si suben o bajan..., igual se quedan hasta sin escalera. Y todo por no saber que ningún rival es despreciable y mucho menos si es asturiano y reclama a los suyos por haberle ofendido. Esto tiene mucho más de antropológico y cultural que de político, con el tiempo se verá.
Enrique Suárez
Plataforma de apoyo a Francisco Álvarez Cascos
4 comentarios:
A verlas venir, jope con el vídeo, dinero armas autores y 4 gatos, todo legal:
http://www.youtube.com/watch?v=VlelJa79Juo&feature=player_embedded
Me encanta este señor, así que el problema para que Cascos no venga a Asturias, porque desde su partido le han vetado, es que Teodoro Obiang Ngema sea un corrupto que deposita su dinero en el Banco de Santander.
GRACIAS PSOE POR LOS FAVORES RECIBIDOS.
¿Dice el Sr. Olivares que los gobiernos de Rodríguez Zapatero han sido los primeros exportadores de armamento del mundo al África Subsahariana?.
NO, NO LO DICE, Y MIRA QUE TENÍA OCASIÓN EN ESTE VÍDEO.
¿Por qué no dejáis de interrumpir con vuestros obstáculos propagandísticos, tratando de desviar la atención de los lectores?
¿Pero os pensáis que somos idiotas?
A mí ME IMPORTAN UNA MIERDA LOS PROBLEMAS DE GUINEA ECUATORIAL MIENTRAS EL PP-PSOE EN CONNIVENCIA HAYAN ECHADO LA ECONOMÍA DE ASTURIAS AL VERTEDERO DE LA HISTORIA Y LOS HIJOS DE LOS ASTURIANOS TENGAN QUE MARCHARSE POR EL MUNDO PARA BUSCARSE LA VIDA.
ESO ES LO QUE VA A RESOLVER CASCOS, POR AHORA....
España es el país occidental que más municiones vende al África Subsahariana, las municiones que matan a los inocentes en las "raffias" de los señores de la guerra. De vergüenza
La Noria
Por más vueltas que se le de al asunto siempre llegaremos al mismo sitio si nos dejamos encandilar por la ominosa prensa, por las cortinas de humo, por las recetas mohosas, por las ideas de salón, por la doctrina inviable o por los deseos ocultos. La cuestión política ahora mismo en el mundo (y social, nacional, económica, militar…), dibuja un esquema que pueden entender hasta los párvulos. Se trata de poder comer, o no, para centenares de millones de personas. Este sencillo aunque terrible panorama es un hecho visible cada día para más millones de personas, no sólo porque tienen cabezas, también sufren cotidianamente en sus vidas los efectos de esta ruina y cada vez con mayor violencia. Sólo la buena fe de miopes, la mala de interesados o la ausente de imposibles, puede albergar la esperanza de regeneración de un sistema político dirigido por dementes, estén o no en primer plano de la política mundial, en la oposición oficial o entre las bambalinas de los pomposos órganos internacionales. Sea cual sea el sucesivo ritmo, fases y recorrido de estos acontecimientos, una vez detectada la trayectoria de los mismos, su conclusión más o menos cercana, más o menos geográfica, más o menos explosiva, no puede ser otra que la lucha directa por la vida nacional, social y particular de cada ciudadano, aunque lógicamente hay sectores más atrevidos que otros. Esa vida que es degradada, arruinada, insultada y prohibida por unos peligrosos parásitos subidos a la espalda de la humanidad, se abrirá paso irresistiblemente sea cual sea la forma y el lugar donde se siga manifestando como ya lo viene haciendo por doquier. La alternativa a esta solución, como es la extinción de la especie humana, es mucho más difícil de suceder, a pesar de que cronistas oficiales no la quieran, sepan o puedan ver ni en pintura. Para constante asombro, tanto ellos como todo el mundo occidental seguirá viviendo la continuación de esta pesadilla a la que el ser humano deberá poner justamente fin por partes y tiempos si es que quiere seguir existiendo. Puede parecer mentira ese desenlace y la locura en que los dirigentes han metido a los pueblos, pero más falsa es la comedia que representan los desgobiernos planetarios y el arrogante cinismo que todos ellos gastan con España a la cabeza.
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