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jueves, 31 de diciembre de 2009

CARTA ABIERTA A LOS INTERNAUTAS, A LOS MILITANTES, SIMPATIZANTES Y VOTANTES DE UPYD

Estimados contertulios de esos foros de Dios (Ciudadanos en la Red y Constitucionalismo, principalmente) y estimados “genuinos” militantes, simpatizantes y votantes de UPyD, que esto leáis:

0. Ayer, 29 de diciembre, bien entrada la noche, llegó a mis ojos el correo que adjunto en el anexo, referido al asunto “EL TOPO M.I. CABEZAS”. Dejé pasar la noche, por eso de que la noche trae consejo y para consultarlo con la almohada. Y hoy, 30 de diciembre, he pensado que lo mejor, no para mí, sino para que resplandezca la verdad, la cordura, la razón y el sentido común, era convertirme en vector de difusión de la ristra de difamaciones vertidas sobre mí. Al mismo tiempo, esto me permitiría denunciar “ciertos comportamientos ciertos” que tienen curso legal en el mal llamado partido de Rosa Díez y que yo llamo siempre, únicamente y en todo lugar UPyD.

2. No quiero detenerme en el contenido del correo adjunto. Conociendo mis “facta” y mis “verba”, cada uno podrá detectar —en cada línea, en cada palabra, en cada sílaba, en cada letra— las perlas difamatorias e injuriosas, proferidas contra mí. Se trata de la vieja técnica recogida en el refranero español (“tú miente, miente, que algo queda”) y practicada magistralmente por Goebbels, ministro encargado de la propaganda del gobierno de Adolf Hitler en la Alemania Nazi, que dejó frases lapidarias como las siguientes: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad”; “miente, miente que algo quedará”; “mientras más grande sea una mentira más gente la creerá”. Ya vemos en que abrevadero bebe la/ el o las/los anónimo(s) difamadores.

3. Cuando decidí, hace ya muchos meses, seguir la voz y el camino pedregoso y bordeado de espinas de la doctrina de la “honestidad radical”, era consciente de que estas difamaciones e injurias podían e iban a producirse. En efecto, como dejó escrito Quevedo, “cuando no hay justicia es peligroso tener razón y decir la verdad” . Me imagino que esto es sólo el principio y que las agresiones verbales, como la gota malaya, seguirán hasta que el o los anónimo(s) difamador(es) consiga(n) el objetivo marcado por el nazi Goebbels. Si, a pesar de todo, el que suscribe sigue practicando la doctrina de la “honestidad radical” y aguanta carros y carretas, ahora que ha llegado Antonio Robles con toda la caballería, ya vendrán los expedientes disciplinarios reglamentarios y las expulsiones. No lo dudéis.

4. El o los autores de este difamante correo se ha(n) parapetado detrás del infamante y degradante disfraz del anonimato, lo que denota la catadura moral, ética y humana del mismo o de los mismos, que no se atreven a reconocer ni a dar la filiación al hijo lingüístico que han producido (o, mejor dicho, defecado). Así, este o estos gallina(s) se enfrenta(n), en mala lid, a alguien que siempre ha rubricado todo lo que ha escrito, desde la óptica de la “honestidad radical”. Espero que apreciéis este detalle que es de suma importancia. Por cierto, Alicia Sánchez Bofill, que aparece como emisor, es el disfraz utilizado por las gallinas liliputienses para esconder sus verguuenzas.

5. Como en el caso presente, cuando no se conoce y se busca al autor de un delito, una de las fórmulas para orientar la investigación es plantearse la pregunta siguiente: ¿a quién beneficia más el delito cometido? Ante este correo difamador, la respuesta es “evidente, querido Watson”. Sigan mi mirada hacia la “nomenklatura” de UPyD-Catalana y Madrileña y a sus palmeros respectivos o la inversa (a los palmeros respectivos y a la “nomenclatura” catalono-madrileña). “Verde y con asas. Es de cajón”, me asevera monsieur Hercules Poirot. Con mis escritos, siempre he intentado poner el dedo en la llaga de los males que han aquejado, aquejan y aquejarán a UPyD-Cataluña, males de los que también es corresponsable la “nomenclatura” de Madrid. Y me parece lamentable que, cuando alguien grita que “el Rey está desnudo”, como el niño del cuento de H.C. Andersen, primero se la haga el vacío y se le margine sectariamente; y luego, se le difame, se le insulte descarada e impunemente, y se prepare con él un “auto de fe” inquisitorial. Estas son las malas artes de cierta gente que quieren seguir en el machito de UPyD y es necesario que esto sea conocido, si queremos salvar el proyecto encarnado por nuestro partido (y no el de Rosa Díez) y defenderlo de estos nuevos mercaderes del Templo

6. ¿Cómo explicar esta difamación del que suscribe? Con sus escritos (relativos a cuestiones lingüísticas o a denunciar comportamientos y actitudes que no son de recibo en un partido político que se ufana en proclamar que ha nacido para hacer política de otra forma), el que rubrica esta carta abierta ha puesto o está poniendo en entredicho las aspiraciones políticas, las migajas crematísticas que vienen aparejadas a las mismas e incluso la futura vida laboral (?) de muchos liliputienses éticos e intelectuales, con aspiraciones desmedidas. Y ante este cuestionamiento, el o los anónimo(s) difamadores se comportan como la Princesa del Pueblo, la Belén Estaban, “Por mi Andreita, ¡¡¡¡mato!!!!”. Estos hambrientos aspirantes a pesebreros que, como explicó Manuel Jiménez de Parga en una conferencia memorable en el Colegio de Abogados de Barcelona este año (ver resumen del que suscribe en Ciudadanos en la Red), no tienen ni pasado laboral ni profesional, defienden con uñas y dientes el maná que creen les caerá del cielo, sin dar un golpe, si la flauta suena por casualidad en el río revuelto de las distintas elecciones que están por venir.

Un cordial saludo y ¡FELIZ 2010, PREÑADO SE SALUD, DINERO Y AMOR!,

Manuel I. Cabezas

Seguidor y practicante de la doctrina de la “Honestidad Radical


ANEXO: Correo difamatorio sobre “EL TOPO M.I. CABEZAS”

---------- Mensaje reenviado ----------

De: Alicia Sanchez Bofill <aliciasanchez345@yahoo.es>

Fecha: 29 de diciembre de 2009 18:43

Asunto: EL TOPO M.I.CABEZAS

Para: ...........................................................

¡Alerta con Manel! (conocido entre los círculos antinacionalistas como Manuel Ignacio Cabezas).

Manel está a sueldo del partido socialista de Catalunya. Cobra 500 euros al mes por sabotear a cualquier partido españolista con prioridades lingüísticas y electorado socialista. Trabaja dentro de los partidos y a través de la Internet.

Detrás de él está José Zaragoza, de organización del PSC. Le paga Joana, militante cercana a José Zaragoza.

Manel Cabezas se introdujo en los partidos antinacionalistas desde una organización de Cerdanyola y logró levantar a los militantes del partido de Ciutadans de allí contra Rivera en las municipales. Logró convencer a varios militantes con pancartas y silbatos cuando llegó Rivera a Cerdanyola en la campaña. Logró también sacarlo en la prensa comarcal. Le expedientaron a él y a otros. También han sido foco de sus ataques Domingo y Robles, aunque su objetivo final siempre ha sido Ciutadans.

Su objetivo es ir contra todos los responsables de las formaciones antinacionalistas. Desde que le expulsaron de Ciutadans se introdujo en upyd y su objetivo ha sido Carlos Gorriarán y Rosa Díez, aunque el objetivo de verdad es destruir upyd.

Es profesor de francés de la Universidad autónoma de Barcelona y es muy amigo de un profesor de económicas que también trabaja para el PSC. Allí conoció a Joana, el enlace con José Zaragoza. Esa ex alumna suya es una de las muchas alumnas que tiene embobadas y se lleva a la cama. Lo digo por propia experiencia. A mí me engañó, nada más llegar a la universidad. Sólo le gustan las jovencitas. Hace un año me humilló. Tengo 31 años y para él soy como una vieja. Es un déspota y cuando se le mete en la cabeza que ya no eres joven, te desprecia. Está mal de la cabeza. Cada vez que se obsesiona con una alumna la persigue hasta llevársela a la cama y si no lo consigue le hace la vida imposible. Tiene obsesiones y se cree el único profesor bueno y honesto. Todos los demás son malos. Odia a los liberales y va de socialista puro y honesto, pero es un vendido. Lo hace por dinero y por resentimiento. Él siempre tiene razón y líbrate si no se la das. Quería ser cabeza de lista por Cerdanyola y le echaron de Ciutadans. Desde entonces les ha jurado odio eterno.

Yo sabía que cobraba para desprestigiar a Ciutadans y también a upyd. Por eso no me atreví a decirle nunca que yo voté a Rivera en las municipales.

Espero que todo esto sirva para descubrir quién es realmente este enfermo.

La verdad revelada por el socialismo


Cuando Agustín de Hipona escribió La Ciudad de Dios entre 413 y 416 el mundo conocido había cambiado recientemente, Roma estaba en poder de los godos (410). San Agustín quería liberar con esta obra al cristianismo de la responsabilidad en la caída del imperio romano, pero no se imaginaba ni por asombro que 1600 años después, sus principales discípulos metodológicos serían los seguidores del socialismo español, dirigidos por su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero desde esa filosofía conocida como materialismo coyuntural, que consiste en aprovechar la oportunidad que brinda la política representativa para llenarse los bolsillos y disfrutar de las prebendas del poder, y mientras dure, vida y dulzura. Por qué la política española tiene una característica singular, la inmunidad de responsabilidades, porque se considera que las urnas es el martillo de Zeus, como si las gestiones ineficaces, las meteduras de pata, los errores cometidos, las decisiones incorrectas no fueran iguales para todos los españoles, ciudadanos y políticos. Un ciudadano podrá perder su trabajo por incompetencia, un político en España, jamás.

Casi quince siglos mas tarde, James Madison, el cuarto presidente de los Estados Unidos, reconocido Padre de la Constitución norteamericana, advirtió a los ciudadanos de su país contra los peligros de las facciones en una democracia, en el ejemplar número 10 de The Federalist, había que prevenirse contra el comportamiento faccioso para salvaguardar la democracia.

La diferencia entre una facción y una secta es una cuestión importante, pues si bien la primera no tiene porque reunir a los miembros de una determinada doctrina para realizar un abuso de poder, la segunda sí reúne en sus filas a los fieles a una fe determinada, al tiempo que procura hacer proselitismo de la misma.

El socialismo español, representado por el PSOE y UPyD, comparte ambos criterios, pues son facción y secta al mismo tiempo, facción por sus objetivos de distorsionar la democracia en su interés, y secta por su doctrina excluyente que pretende implantarse como la única fe entre la opinión pública. Las cuestiones ideológicas que distinguen a los seguidores de Rosa Díez de los de Rodríguez Zapatero exclusivamente son de matiz, pues si bien los primeros abjuran –de palabra, no de hechos- de la deriva pronacionalista del socialismo relativizado –algo que le hacer recuperar los votos no nacionalistas que pierde el PSOE-, los segundos consideran que la única forma de mantenerse en el poder es creando un cordón sanitario que les permita aislar al principal partido de la oposición, el Partido Popular de Mariano Rajoy, y blinde su posición de poder gracias al intercambio de favores con sus aliados nacionalistas, según la coyuntura que corresponda. Pero ambos comparten esa animadversión por la libertad, la pluralidad, la justicia independiente, la democracia auténtica, y la equidad entre los ciudadanos españoles, que tan bien caracteriza a la tribu socialista.

El socialismo español es una facción política muy bien organizada, con una estructura totalitaria en su implantación institucional y pública. Pero su acción política siempre ha seguido el mismo patrón, porque ha alcanzado su techo racional y posiblemente el comienzo de su extinción como ideología de referencia occidental, algo de lo que tienen conciencia sus principales ideólogos, pero que ocultan por interés de facción a sus seguidores.

Ser socialista es una cuestión de fe, al igual que ser cristiano o musulmán, mientras que no ser socialista es una cuestión racional. Sólo se puede dejar de ser socialista pensando por sí mismo, interpretando la realidad desde la propia experiencia y con un criterio no abducido por los propagandistas de la ideología. Una vez que se ha sufrido la abdución es difícil salir del ámbito sectario.

La verdad socialista proviene del mestizaje entre la creencia y la razón, porque la razón jamás puede sobrepasar los límites de la creencia, por eso es una verdad revelada. Cuando se habla de pensamiento crítico desde el socialismo jamás es a la doctrina propia, sino a la extraña. Cuando se habla de conflicto social, la culpa siempre es de los demás. Cuando el paro, la crisis, y el desastre nacional se producen, como actualmente en nuestro país, la responsabilidad siempre es ajena, porque la doctrina socialista es tan infalible como el Papa o las palabras de Mahoma. No hay posibilidad de error en algo irrefutable.

Por eso el socialismo, en particular el español, conocedor de que la realidad es la equivocada, no puede ofrecer soluciones racionales a los graves problemas que presenta la sociedad española en estos momentos, pero si puede hacer algo que ha ensayado durante las últimas décadas, con aceptable fortuna, que no es otra cosa que apropiarse de los mensajes, de la comunicación, de la visibilidad. La realidad pasa a ser la realidad publicada, no la realidad auténtica. La verdad proviene entonces de la comunicación, no de la razón o de los hechos, resultando fructífera entre los creyentes. El dogma de fe cuando Zapatero dice que en la legislatura se conseguirá pleno empleo en este país, no resulta entonces socavado por la realidad que precisamente es la cifra más elevada de paro de nuestra historia reciente. El proceso de paz acometido de forma frívola con la organización terrorista ETA, no se interrumpe porque ETA haya seguido atentando contra los españoles. La Ley de Violencia de Género no está equivocada, aunque haya producido más daño que beneficio, condenando a algún inocente al linchamiento sin haber cometido ningún delito. Son casos particulares que no afectan al paradigma, absolutamente inmune a cualquier realidad que no sea la prevista por los planes establecidos.

La forma de proceder de la propaganda y agitación socialista en los medios de comunicación es sencilla, consiste en cuatro actividades concurrentes:

1) Apropiarse del campo semántico
2) Fortalecer la cohesión entre los seguidores
3) Criminalizar a los adversarios
4) Ocultar sus auténticas intenciones

Los medios de comunicación afines se convierten en un aparato de propaganda, tan infalible y eficaz, como las verdades reveladas que transmiten, aunque la palabra de los socialistas atraviese en estos momentos sus horas más bajas, y cualquier intervención de Rodríguez Zapatero sea contemplada por los ciudadanos con la atención que se merece la caza de un gazapo en programa de continuidad televisiva. El único problema que tiene el socialismo español es que la realidad se empeña en contradecir sus grandes planes de salvación, sus magníficas intenciones, su bondad extrema. Pero como la realidad se ha equivocado tantas veces a lo largo de la historia, se va a enterar la realidad de quien es Rodríguez Zapatero, el máximo portavoz de la verdad socialista revelada y el Nuevo Mesías de todos sus acólitos. Lo que necesita la realidad es un cordón sanitario de invisibilidad a la medida, que permita ganar tiempo hasta que ocurra algo positivo en este país que se pueda atribuir al Gobierno (aunque nada tenga que ver con sus acciones), y después pasar la factura a todos los que se han hecho favores durante los últimos cinco años, a todos los liberados del trabajo por el socialismo, a todos los jóvenes que van a encontrar trabajo fuera de nuestras fronteras, a todos los empresarios que se han arruinado, a todos los españoles que consideran la política española como la tercera causa de preocupación –por delante del terrorismo y por detrás del paro y la crisis-. A los sindicalistas de clase, a los pacifistas de calle, a los cambioclimatistas, a las feministas, a los antitaurinos, a los altermundistas, a los revisionistas históricos, a los antiespañoles, a los beneficiados por el poder, en fin, a todas las cofradías de la secta. El poder para quien lo trabaja, aunque no sepa que sirve para algo más que favorecer a los afines.

Que España se hunda en el descrédito con Zapatero no importa, si al final se consigue el objetivo prioritario del socialismo: que los socialistas sigan en el poder. En fin, a algunos por menos, les pusieron tratamiento, pero aquí siguen cobrando los excelentes sueldos todos los meses del Estado, que jamás hubieran alcanzado de no estar en política. La política para los socialistas españoles es una oportunidad de trabajar y cobrar más por hacer lo que saben, que suele ser más bien poco, y logrado ese objetivo, ¿qué más da que el país se vaya a la mierda?.

Agustín de Hipona, Madison, Hayek, Popper, Jefferson, Thomas Paine, Montesquieu, Spencer, Voltaire, Camus, Jünger, Rand, Milosz, Ortega y Gasset, Milton Friedman, Adolfo Suárez ¿en qué equipo de fútbol dijo Zapatero que jugaban?



Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía




miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cien libros para el siglo XXI (012)


La emboscadura (1951) - Ernst Jünger (1895-1998) - (012)

Ernst Jünger es un autor maldito para el poder y los poderosos. La propaganda que ha embadurnado su obra no puede ser aleatoria, sospecho que ha sido urdida con intención e interés; no soy el único que piensa así, porque sólo hay que leer las críticas a su obra en internet (dificultad, confusión, extrañeza, u oscuridad son palabras adheridas a su obra para eludir su contagio) y quienes las hacen –habitualmente defensores del pensamiento único, del totalitarismo- son precisamente los que veneran el velo de indiferencia que se cierne sobre la sociedad occidental, los destructores del ayer para que no exista otro mañana más que el originado en su creencia, mientras colonizan el presente con su nueva fe y disfrutan de su hegemonía. Por el contrario, los defensores de su verbo y obra son los habituales detractores del sistema político fundamentado en la extinción de la libertad, los rebeldes habituales, la resistencia intelectual desorganizada, entre ellos, mi admirado Antonio Escohotado, no en vano la obra que hoy presentamos también fue subtitulada: "Tratado del Rebelde".

En la filosofía de Jünger se configuran personajes simbólicos paradigmáticos,- “gestalts” - como el trabajador, el soldado desconocido, el anarca, o el emboscado. Este último personaje o configuración surge en una sociedad inerme e inerte, en un sistema político de lemocracia plebiscitaria que se encarga de domesticar y adoctrinar a los seres humanos hasta convertirlos en gregarias cabezas de ganado, incapaces de disfrutar de la vida en libertad. El emboscado, radicalmente enfrentado al Leviathán –el Estado- opresor, debe retirarse al “bosque” para poder iniciar su contraataque. La casta dirigente desprecia, a la vez que teme, a los hombres libres, ya que éstos ponen en peligro las sólidas estructuras del poder. "El emboscado está decidido a ofrecer resistencia y se propone a llevar adelante la lucha".

A lo largo de esta obra, el autor expone el concepto de “bosque”, ese lugar secreto donde el ser humano debe vencer el miedo que le paraliza y elevarse por encima del tiempo, el lugar en el que se encuentra la libertad. El bosque está en todas partes, en las mismas ciudades donde el emboscado vive escondido, o en cualquier otro sitio donde sea posible oponer resistencia. Sólo aquel que pueda llegar a percibir la angustia y la monotonía de la existencia, aquel que, sumido en la desesperación, pueda asomarse al inmenso abismo de la nada que se abre bajo sus pies, estará preparado para iniciar el camino del emboscado. Para ello deberá renunciar a las comodidades que le proporciona la tecnología y a la seguridad que le ofrece la vida entre el rebaño. La grandeza humana –dice Jünger- se conquista con la lucha. "Esta grandeza obtiene la victoria cuando vence en su propio pecho el ataque de la vileza". La revolución interior debe preceder a cualquier revolución colectiva, ante la aniquilación de la esencia humana que se establece desde el poder.

Además de enfrentarse al vacío existencial, el rebelde, deberá derrotar al miedo, terrible fantasma que esclaviza al ser humano y que es, además, el mayor aliado del poder para someter a las masas. Si bien el miedo es consustancial a la naturaleza humana y no es posible eliminarlo por completo, el emboscado deberá perseverar en la lucha hasta conseguir la libertad espiritual. "El miedo humano es siempre el mismo en todos los tiempos, en todos los lugares, en cada uno de los corazones; es miedo a la aniquilación, es miedo a la muerte".

Las ideas que se desarrollan en "La emboscadura", tanto en el plano político-social como en el espiritual, están plenamente vigentes en la sociedad del siglo XXI. Transcurridos más de cincuenta años desde su publicación la obra mantiene su vigencia. El Leviathan actual está fortalecido y cuenta gracias a los avances tecnológicos con elementos poderosos para controlar y someter a los seres humanos, en sincronía con la presión mediática. Cada día resulta más difíclil que los escasos emboscados contagien su rebeldía de lobos esteparios al rebaño de ovejas, a la masa más domesticada y alienada de la historia humana, a la más sometida a adoctrinamiento. El camino del emboscado deberá ser introspectivo. La salvación, si existe, sólo podrá conseguirse a través de la lucha del individuo contra sí mismo, porque en su interior está incrustado el destino que le han implantado desde el poder y del que debe saber deshacerse para recobrar su libertad. Sólo una revolución de seres humanos liberados puede derrocar el aplastamiento de la libertad desde el poder.

Sumario

1. Las preguntas que se nos hacen van simplificándose y exacerbándose. 2. Llevan a disyuntivas, como lo muestran las elecciones. 3. La libertad de «decir no» es restringida sistemáticamente. 4. Está destinada a dejar patente la superioridad de quien hace las preguntas 5. y se ha convertido en un riesgo 6. que se asume en un sitio tácticamente equivocado. 7. Lo dicho no pretende ser una objeción contra su significado moral.

8. La emboscadura representa una nueva respuesta de la libertad. 9. Los hombres libres son poderosos, aunque constituyen únicamente una minoría pequeñísima. 10. Nuestro tiempo es pobre en grandes hombres, pero produce figuras. 11. La amenaza configura pequeñas minorías selectas. 12. Junto a las figuras del Trabajador y del Soldado Desconocido aparece una tercera figura, el Emboscado. 13. El miedo 14. puede ser vencido por la persona singular 15. si ésta adquiere conocimiento de su poder. 16. La emboscadura, en cuanto conducta libre en la catástrofe, 17. es independiente de las fachadas político-técnicas y de sus agrupaciones. 18. La emboscadura no contradice a la evolución, 19. sino que introduce libertad en ella mediante la decisión de la persona singular. 20. En la emboscadura la persona singular se confronta consigo misma en su sustancia individual e indestructible. 21. Esa confrontación expulsa el miedo a la muerte. 22. Aquí las Iglesias no pueden dar más que asistencia, 23. pues, en su decisión, la persona singular está solitaria, 24. y el teólogo puede, ciertamente, hacerla cobrar consciencia de su situación, 25. mas no sacarla de ella.

26. El emboscado atraviesa por su propia fuerza el meridiano cero. 27. En las esferas de la medicina, 28. del derecho 29. y del empleo de las armas la decisión soberana corresponde al emboscado, 30. quien tampoco en la moral actúa de acuerdo con doctrinas 31. y se reserva la aceptación de las leyes. El emboscado no participa en el culto del crimen. 32. El decide la naturaleza de su propiedad y el modo de afirmarla. 33. Es consciente de la inatacable profundidad 34. desde la que también la Palabra otorga una y otra vez plenitud al mundo. En eso está el cometido del «Aquí y ahora».

Cada número nos lleva a un capítulo de la obra

Relaciones

Sobre la obra

Tratado del rebelde: la emboscadura

La resistencia contra el tiempo

Goces y exigencias de la libertad, por Antonio Escohotado

Sobre el autor

Ensayos sobre Ernst Jünger

Ernst Jünger, por Adolfo Álvarez Rocca

Página web de punks unidos

Ernst Jünger, por Fernando Báez

Ernst Jünger, por Antonio Escohotado

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En Word

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Vídeos

Ernst Jünger: Memorias de un guerrero (8'21")


martes, 29 de diciembre de 2009

¿Por qué Cataluña no puede ser una nación?



El consenso nos trajo la Constitución, no había otra posibilidad. Los progenitores de la Constitución Española de 1978 –aunque es hija de todos los que la reconocimos como Carta Magna- fueron siete políticos españoles que representaban el arco parlamentario de la época. Dos se han ido, Gabriel Cisneros (UCD) –que hubiera estado en contra, trató de impedir su trámite de forma ordinaria-, y Jordi Solé Turá (PCE) –que posiblemente hubiera estado a favor-, otros dos se han manifestado “favorables de forma velada” a la aprobación del Estatut de Catalunya sin modificaciones, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (UCD) – “Cataluña es una nación” -, y Miquel Roca i Junyent (CIU) –“Podría ser que el Tribunal Constitucional dictase en los próximos días su esperada sentencia sobre el Estatut de Catalunya. Y, podría ser, que la sentencia declarase la plena constitucionalidad del Estatut, lo que produciría una significativa distensión política. No sólo en Catalunya, sino también en toda España. Podría ser”.

Los tres restantes progenitores están manifiestamente en contra del Estatut catalán, Manuel Fraga Iribarne (AP): “"El Estatuto de Cataluña es completamente inconstitucional. Insoportable la actitud de la prensa y de varias otras personas en Cataluña. Eso es destruir España", Gregorio Peces Barba (PSOE), “preveo un recorte sensato del Estatut” y José Pedro Pérez LLorca (UCD): “No veo grandes diferencias entre el Estatuto catalán y el Plan Ibarretxe”.

El balance de la votación de los padres de la Constitución española, al menos por sus manifestaciones públicas es de 4 a 3 en contra de que el Estatut sea admitido como Constitucional tal como está.

Los expresidentes Felipe González y José María Aznar también han rechazado el Estatut, cada uno a su manera. Sería valioso conocer la opinión de Adolfo Suárez al respecto, pero conociéndole se hubiera opuesto, al igual que lo hubiera hecho Calvo-Sotelo.

Pero no sólo quiero llamar la atención de los lectores sobre lo que está ocurriendo con el Estatut de Catalunya y su posible aprobación íntegra o reprobación parcial por parte del Tribunal Constitucional. Me estoy refiriendo a la esperpéntica batalla que se ha establecido entre aquellos que dicen representar la opinión pública –unos a favor y otros en contra- por una parte y aquellos que representan la legitimidad –El Tribunal Constitucional- por otra. Algo insólito en un régimen no totalitario, en el que exista un mínimo recuerdo de la separación de poderes.

La opinión pública es una entidad abstracta, habitualmente interpretada a conveniencia por los políticos, cierto es que el Estatut se votó en Cataluña y resultó aprobado por el 38 % de los catalanes con derecho a voto –menos del 25 % de los residentes en Cataluña-, también fue aprobado por el Parlamento español – en una jugada de intereses políticos que ha denigrado a la máxima institución representativa de los españoles -, pero esto no le concede legitimidad, para ello el Tribunal Constitucional debe establecer que el Estatut de Catalunya es Constitucional tal como está, algo que resulta imposible por tres razones fundamentales.

1) Una autonomía o “nacionalidad” es una organización administrativa descentralizada del Estado, algo parecido a una Diputación provincial, y nada tiene que ver con una nación de hecho y de derecho, que es el único sujeto de legitimidad constituido por el pueblo español, de nuestra Constitución.

2) El único sujeto con capacidad para determinar la condición nacional en España (o su disolución) es el pueblo español reunido en referéndum –no los ciudadanos de forma individual, ni los territorios de forma fragmentada-, ni siquiera el Tribunal Constitucional tiene potestad para dirimir en esa cuestión. Porque si acepta que Cataluña es una nación, en ese mismo instante los magistrados habrán prevaricado, porque la Constitución exclusivamente tiene validez sobre el escenario de la nación española, patria indivisible de todos los españoles.

3) El orden vigente establecido en nuestra Constitución no permite la existencia de otro sujeto legítimo que la nación española, que es la reunión del pueblo español en referéndum, por lo tanto para que el Estatut tal como está fuera aceptado, o bien tendría que desaparecer la Nación española, o establecer una nueva Constitución que lo admitiera, o ambas a la vez, y para que tal objetivo se produzca el pueblo español –no el catalán por su parte y el español por la suya- tendría que determinar en referéndum su destino –no el que establezcan los políticos o el Tribunal Constitucional-

Si no se respetan las reglas constitucionales sancionadas por el pueblo español en referéndum en el año 1978, se entrará en Fraude de Ley, lo que quiere decir en la terminología de Paulus “que obra contra la Ley el que hace lo que la Ley prohibe”. El Tribunal Constitucional podría eludir su responsabilidad, y posiblemente lo hará de una forma sencilla, considerando que el Estatut no es Constitucional en su integridad, al menos con la Constitución de 1978, pero puede proponer una reforma o enmienda Constitucional que recoja el caso particular, lo que daría lugar a una Reforma Constitucional, que traiga como consecuencia una restricción del desmadre nacionalista y el secuestro del Estado cuando todos los nacionalismos españoles representan menos del 10 % de la población española, evidentemente la Reforma será sometida a votación por el pueblo español. Los catalanistas saben y temen -mientras que los vasquistas, balearistas y galleguistas remojan sus barbas-, que de no salir aprobado el Estatut íntegro por el TC, no sólo se puede producir un parón a sus intenciones secesionistas, sino una restricción paulatina de su poder autonómico, algo que sería muy necesario para que este país pudiera avanzar políticamente más allá de la ciénaga en la que nos han atrapado los creyentes de los hechos diferenciales.

Sin embargo, se abrirá un nuevo y grave problema, porque el Estatut se habrá aplicado en Cataluña durante los tres últimos años de forma inconstitucional, dando lugar a muchas legislaciones que contravienen nuestro orden Constitucional, y que una vez aplicadas han generado damnificados de forma ilegal en Cataluña que deberán exigir una restitución de la ilegalidad cometida con ellos. Por eso la sentencia del Tribunal Constitucional no resolverá absolutamente nada, más bien al contrario, nos va a proporcionar nuevas perplejidades y no precisamente de forma gratuita. La espiral de violencia política de la política catalanista contra la igualdad de todos los españoles, no cesará con la sentencia del Tribunal Constitucional.

Tantas posibilidades tiene Cataluña de ser una nación, como Polonia de que Montilla y Carod Rovira le cambien el nombre, para denominarla Catalonia.

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía

lunes, 28 de diciembre de 2009

El día del orgullo familiar se celebró en Madrid


La iglesia católica española está cometiendo un grave error tratando de apropiarse del espacio público que ha perdido, con la misma escenografía que utilizan sus detractores. Ni lo necesita, ni tiene sentido alguno. La estructura social de España ha cambiado realmente y la iglesia católica lo que debe hacer es reconocerlo, de no hacerlo, cada vez su posición quedará más desvaida y pretenciosa. A la iglesia católica no le van las celebraciones de visibilidad, al modo salida del armario, ni las necesita, ni le corresponden, ni la benefician. La Conferencia Episcopal Española debe actualizarse en sus propósitos desde la coherencia, la congruencia y la humildad

El origen cristiano de Europa no resulta refutable, por mucho que se empeñen algunos en la erradicación del simbolismo religioso de la cultura española. El cristianismo ha estado imbricado a la evolución cultural de nuestro país para bien y para mal, es un hecho cultural que no se puede borrar de nuestra historia. Pero los comportamientos desesperados de mostrar el orgullo católico como se muestra el orgullo feminista, gay, o pacifista, son una solemne estupidez

Los valores humanistas han sido monopolizados por el cristianismo en Europa tradicionalmente, la reacción a la que asistimos es contra el materialismo rampante que acosa el espacio social europeo. Pero se hace mal, muy mal, y lo único que se logra es convertir a la iglesia católica en "un equipo de futbol político" que compite en la liga de la fe con los partidos políticos y los colectivos organizados, que es lo que precisamente buscan los partidarios de la Nueva Fe. El lugar de la iglesia católica está en la defensa de los valores humanistas, pero no de forma monopolizadora, sino congruente, para bien o para mal, los valores humanistas de los que europa puede enorgullecerse se han logrado a veces con el beneplácito y otros con la excomunión de la iglesia católica. La libertad en Europa tiene su origen en la escisión cristiana de Lutero, el patriarca del libre albedrío. La prevalencia de la vida humana también tiene su origen en el cristianismo, al igual que la lucha contra los materialismos deshumanizadores, como supo en todo momento Juan Pablo II, principal artífice ideológico de la caida de El Muro de Berlín.

La iglesia católica en España debe saber jugar el papel que le corresponde sin entrar en un enfrentamiento con el Estado que no tiene más sentido que mostrar el canto del cisne del adoctrinamiento exhaustivo de la población del pasado siglo. Sencillamente se debe reconocer que los valores cristianos son valores humanistas, y dejarse de tratar de que los valores humanistas sean exclusivamente cristianos, porque la realidad lo desmiente

No se trata de competir entre el humanismo y el materialismo por una cuestión de fe, eso es un grave error cuando el poder político está en manos de representantes fanáticos de su fe, el materialismo. No es hora de regresar a la Doctrina de las Dos Espadas, ni de buscar el reparto de los bienes materiales entre los discípulos de Cesar y los discípulos de Dios, sino de profundizar en la doctrina cristiana y encontrar los valores humanos que forman su patrimonio cultural

El cristianismo es una cultura, antes que una política. Aferrarse a los dogmas en unos tiempos que el pragmatismo impera, es un grave error. El objetivo no debe ser en ningún caso que la iglesia busque visibilidad, sino que sus mensajes nos iluminen como ha hecho en los últimos veinte siglos. Quizás deba regresar a su origen en las catacumbas romanas para salir de nuevo a la luz pública. Y mientras tanto, hay que abandonar la grandilocuencia, que nada tiene que ver con el mensaje cristiano, porque con palabras como las pronunciadas por Rouco Varela diciendo que "sin la familia católica Europa se quedaría sin hijos", es una barbaridad que flaco favor le hace a su propósito de implantarse en la sociedad

La iglesia católica española debe defender los valores humanos, la libertad de los seres humanos, la vida, el orden, el derecho a creer en cualquier fe, la razón no fundamentada exclusivamente en la fe, la tradición, su auténtico papel en los cimientos de la civilización occidental. Y si le queda tiempo mostrar que desde la caridad, la piedad, la humildad, y el amor fraterno se puede hacer mucho más en la sociedad que desde el materialismo deshumanizador

La iglesia católica española debe defender al ser humano como unidad básica de la sociedad, impedir su alienación y anomia, promover su ética y dignidad, ensalzar la relación fraterna entre los seres humanos y predicar sus motivos espirituales en libertad, pero no debe hacer más el ridículo, por mucha presión a que se la esté sometiendo por el Gobierno de turno. El derecho a elegir creencia o no elegirla, por encima de la obligación de creer, porque los tiempos han cambiado y nunca volverán atrás

Las hijas de Zapatero no deben ser muy católicas, al igual que sus padres y también forman una familia, que por lo que se ve se siente muy orgullosa de sus valores, poco tienen que ver con los principios cristianos salvo por el color negro de sus vestimentas góticas, tan característico del catolicismo de sotana, estoicismo y oscuridad de muerte. Lo que se teme, muchas veces está próximo a lo que se desea, y me pregunto lo que darían estas niñas por visitar las criptas del Vaticano, y el arzobispo de Madrid sin invitarlas a una excursión guiada, con su papá y su mamá, que con tal de complacer a sus hijas harían lo que fuera, aunque fuera visitar al Papa. Si es que donde no hay "talante", de poco sirve el talento

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Cien libros para el siglo XXI (011)




El hombre rebelde (1951). Albert Camus (1913-1960)-(011)

“Hay que aprender a vivir y a morir y para ser hombre hay que negarse a ser dios”. Albert Camus

Conocí a Camus leyendo La Peste, como casi todo el mundo, luego vino El Mito de Sísifo, más tarde El Extranjero, luego El Hombre Rebelde, posiblemente uno de los mejores ensayos del siglo XX. Quizás más que un ensayo con un propósito definido, sea una magnífica reflexión sobre la dominación y el poder, más que un libro de autoayuda para enfrentarse a la tiranía, es un canto solemne a la libertad.

Dos elementos cruzan la singular obra, uno la conciencia, indispensable, otro la ética de la acción (el fin no justifica los medios). ¿De qué sirve triunfar si la victoria asegura la renuncia a la dignidad?. ¿Se puede pagar el elevado precio de la devaluación propia?. Camus no es un creyente, es un peregrino sin destino, que no quiere dejar de ser para poder estar. Camus es un humanista, no renuncia al humanismo, hace emerger al individuo en la rebelión de las masas de su tiempo, esto le ocasionó graves problemas con los seguidores de Jean Paul Sartre, que le brindaron un cordón sanitario para evitar que el contagio de su pensamiento se extendiera entre los más jóvenes, auténticamente hipnotizados por el pensamiento constructivo de una realidad nueva desde los paradigmas marxistas o existencialistas.

Albert Camus era un humanista no cristiano, el cristianismo se había apoderado del humanismo, al igual que el socialismo lo hizo de las relaciones colectivas de los seres humanos, y el existencialismo de la sombra de ambos. Sin espacio, asfixiado por todas las creencias e ideologías, el ser humano estaba condenado a sucumbir en la creencia, abjurando de la razón y la libertad.

Pero surge la rebelión, Camus la representa, también Foucault lo hizo, eran los años 50 del siglo pasado. Había que derrumbar el orden, pero no con un nuevo orden, sino con una correcta interpretación de la realidad desde la justicia, la igualdad, y la libertad.

Camus es heredero de los librepensadores franceses desde Voltaire a Proudhom, desde Derrida a Morin. No se deja adherir, prescinde de ser intelectual al servicio de los ideólogos del poder, para servir a la humanidad, a sí mismo. Si soy, somos. Sí, es necesario cambiar, pero hay que superar el nihilismo sin sucumbir en la creencia.

Albert Camus, fue galardonado en 1957 con el Premio Nobel de Literatura.

Disfruten de la lectura de esta magnífica obra

Relaciones


Sobre el autor

Biografía wikipedia

Albert Camus, testigo de nuestro tiempo. José Rubén Sanabria (1985)

Vida y obra de Albert Camus

Sobre la obra

El baúl de Israel Centeno


La relación Sartre-Camus


Libro para descargar

En PDF: quedelibros

quedelibros

Libro en papel

Editorial Losada 18 €

Agapea 10,25 €

Vídeos

Albert Camus

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Biblioteca Cien libros para el Siglo XXI (títulos anteriores)

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El negocio de la política emocional


Cuando José Blanco, Ministro de Fomento del Gobierno de España, fleta cuatro aviones para dar cobertura a los soliviantados pasajeros de la quebrada compañía Air Comet, del Presidente de la CEOE, Díaz Ferrán, está tomando una decisión política que pagamos los españoles. ¿Qué intereses está defendiendo en esos momentos?. En primer lugar los suyos, porque queda bien disparar con pólvora del Pueblo para ayudar al Pueblo; en segundo lugar, los de su partido que lo ha elegido y los de Rodríguez Zapatero que lo ha designado, porque gracias al PSOE unos miles de pasajeros abandonados podrán comer el turrón con sus familias; en tercer lugar, los del Presidente de la CEOE que se ahorra un grave problema y le debe un favor al Gobierno por sacarle las castañas del fuego; en cuarto lugar, los de los pasajeros con pasaje y sin vuelo; en quinto lugar, los de la compañía de seguros que debería abonar las incomodidades ocasionadas, pero ante todo lo que defiende es que las cosas funcionan, porque el actual gobierno es “sensible” a los problema de los ciudadanos, que es el life motiv de la política de la ceja desde su incorporación al gobierno tras los atentados del 11-M y la campaña desaforada del “No a la guerra” que tan bien representaron los cachorros de la escuadra roja.

Lo que está claro es que cada uno, por sí mismo, tiene derecho a creer en lo que le dé la gana, en la existencia de Dios, o en que este Gobierno hace las cosas mejor que otro. La política siempre ha estado dirigida por criterios emocionales, los políticos han sido y son, auténticos traficantes de sueños que aspiran a la heroicidad cívica ante sus electores y detractores. Pero la realidad es que cada acción política cuesta dinero, y cada decisión política favorece a unos y perjudica a otros. En este país la estructura social sigue siendo prácticamente la misma que hace cinco años, pero los ciudadanos tienen la sensación de que se ha avanzado políticamente en igualdad, cuando precisamente ha ocurrido lo contrario: hoy hay más ricos y pobres que hace cinco años, y por lo tanto menos clases medias.

Las sociedades mutan despacio, sin embargo la sociedad española ha cambiado mucho durante los últimos cinco años, en mi opinión para peor, otros dirán que para mejor. Digo que para peor, porque la dependencia social se ha incrementado considerablemente, no porque en España haya más discapacidades, la población haya envejecido de forma acelerada o hayan nacido muchos niños, no, lo que ha ocurrido es que ha habido muchos más aprovechados que se dedican a vivir del sudor ajeno desde la representación de la cosa pública, en partidos políticos, en sindicatos, en colectivos.

La política de los Gobiernos de Rodríguez Zapatero se ha caracterizado por introducir la emocionalidad en sus propósitos, Gustavo Bueno lo denunció hace años en su libro: “Zapatero o el pensamiento Alicia”. Otros periodistas, escritores e intelectuales también lo hicieron. El fenómeno no es exclusivo de España, porque en Estados Unidos ha ocurrido algo parecido con el Presidente Obama al igual que en diversas naciones latinoamericanas, posiblemente también en varias naciones del Este de Europa, incluida Rusia. La diferencia es que en España se ha elaborado con tremenda osadía y una extraordinaria insidia por parte de los aprovechados.

En ningún caso quiere decir que la política esté dispuesta a resolver los problemas que trastornan las emociones de la gente, sino más bien que los políticos están dispuestos a utilizar las emociones de la gente para perpetuarse en el poder, con la bendición de los subvencionados medios de comunicación, las televisiones de los reality show, y los intelectuales del corazón partío. Alguno ha pensado que este movimiento es bueno, como Daniel Innenarity que escribía un artículo en El País titulado: Gobierno Emocional. Podría parecer que la ética se va a instalar al fin en la acción política de los gobernantes y eso va a traer como consecuencia una civilización más humanizada y bondadosa. Pero nada más distante de la realidad.

Lo que está trayendo esta emocionalidad de la política es precisamente una opresión violenta de los valores, principios y criterios que sustentan la identidad de los ciudadanos, porque los partidos gobernantes tienen su propia ideología, y la emocionalidad está restringida a sus códigos morales y doctrinarios, por lo que si antes teníamos un problema con una sociedad políticamente sesgada, ahora tenemos dos, gracias a la solución sesgada del sesgo previo.

Como el único interés cicatero de los gobernantes es abonar sus lechos electorales, en estos momentos tenemos la sociedad española más sectaria y confrontada desde que el franquismo fue sucedido. Los grupos favorecidos por el gobierno y en los que apoya su sustentación tienen unos intereses tan sectarios y fundamentalistas, que se han terminado convirtiendo en un pesado lastre para el avance de la sociedad española, antes que en un estímulo a su crecimiento. Mostrando no sólo el egoismo, sino también la depravación, el odio, la inquina y la envidia que a todos les distingue.

Si hablamos de los sindicatos, CCOO y UGT, ampliamente abonados económicamente desde el poder, por lo único que han manifestado su estupor es porque se realice una reforma laboral, que pudiera reducir su poder adquirido, aunque en este país haya más de cuatro millones de parados y unas expectativas tenebrosas en materia laboral.

Si hablamos de las discriminadas positivamente, la sección feminista del PSOE que ha accedido al poder por cuota, otro tanto de lo mismo, pues han utilizado la política para criminalizar a los ciudadanos y blindar la dependencia de las ciudadanos con la Ley de Violencia de Género y los despropósitos que han ocasionado, todavía pendientes de evaluación como en los grandes desastres bélicos.

Si hablamos de los jóvenes, el haber favorecido a determinadas sectas de apoyo al poder como los antibelicistas de la guerra de Irak pero no de la de Afganistán, la de los ecoteologistas del cambio climático y la erradicación de la fiesta taurina, la de los tarugos que aplauden la burricie como bandera pasando de un 56 % de alumnos que acaban el bachiller a un 39 %. La de los más de 40 % de parados jóvenes, obligados a la dependencia del hogar familiar, y algún curso impartido por sindicatos –gran negocio tienen montado- para que sigan perdiendo el tiempo, pues tampoco es para sentirse orgulloso, a pesar de la implantación de esa asignatura sectaria que es la Educación para la Ciudadanía.

De los nacionalistas, necesarios para que el PSOE continúe en el gobierno, desde el Nunca Mais gallego, el pesebrismo andaluz, la imprescindible independencia catalana, y el asunto vasco con las secuelas de ETA, pues tampoco se puede decir que hayan mirado por otros intereses que no sean los suyos.

Lo único que ha hecho el socialismo en España es sustituir los valores cristianos tradicionales por otros valores de igual dimensión y magnitud, puro sincretismo social para influir la ideología de los ciudadanos en el futuro y arrimarlos a su pesebre electoral. La memoria histórica, la polémica de los crucifijos, el anticlericalismo, y las medidas antirreligiosas de este gobierno, implican que su objetivo es desplazar las creencias antiguas por otras nuevas, para seguir teniendo una población de creyentes permanente, como ocurría en el franquismo. Nada que ver con la liberación política, económica, social o cultural de los ciudadanos, sino todo lo contrario.

La libertad en España se ha reducido en los últimos cinco años, aunque resulte extravagante, porque si hace cinco años había pluralidad social, hoy hay adoctrinamiento y coacción, desde todas las plataformas subvencionadas, sean colectivos, sindicatos, partidos políticos, gobiernos, o medios de comunicación.

La democracia ha desaparecido por completo, porque no se puede considerar democracia la participación política de los ciudadanos exclusivamente en las urnas, ya que todos los mecanismos cívicos de controlo político se han ido desvaneciendo.

La justicia están tan imbricada con la política que cada juez que dictamina o establece una sentencia, rápidamente es asignado a los tirios o a los troyanos. El espectáculo lamentable del Estatut en el Tribunal Constitucional, o la politización del CGPJ son claros ejemplos.
España no está mejor que hace cinco años, ni con las leyes antitabaco, mientras el Estado sigue cobrando impuestos y gracias a la prohibición enmascarada ha incrementado su consumo, ni con todas las medidas que incluyen la injerencia en la vida privada de los ciudadanos. Se han pasado pero mucho, porque en este país los políticos sólo están autorizados para gestionar la vida pública de los ciudadanos, no para secuestrar su vida privada desde el poder.

Y ante este espectáculo goyesco, que recuerda el esperpento de Valle Inclán, un partido en la oposición, el PP de Mariano Rajoy, que ha demostrado su absoluta incapacidad y que ha jugado el papel de la paciencia, y esconder la cabeza como los avestruces, ante los desmanes gubernamentales, de lo que se deduce que tampoco tiene capacidad para sustituir lo existentes, ni siquiera en un estado de desmadre como el acontecido.

El próximo año, el 2010, será un periodo de clarificación de lo existente, el PSOE y las sectas que le acompañan llegarán a la culminación de los despropósitos, el PP y las sectas que le acompañan llegarán al punto de su posible disolución; los nacionalistas tratarán de sacar tajada como sea, y los partidos minoritarios, IU y UPyD, nos brindarán la salvación mesiánica que tanto necesitamos desde la más profunda demagogia que les caracteriza a ambos.

Pero será buena esta debacle política, porque millones de españoles comenzaremos a plantearnos para qué necesitamos a los políticos, existiendo la posibilidad de representarnos a nosotros mismos gracias a las nuevas tecnologías. Porque si los ciudadanos podemos ejercer nuestros derechos directamente, con un gobierno de funcionarios bien preparados, a los que podamos vetar de forma continua si no nos gusta como hacen su trabajo, ¿para qué necesitamos tantos buscavidas de la política que lo único que hacen es crearse fortuna propia mientras nos joden la vida cada día un poquito más?.

Hay que ir pensando en un cambio de sistema, más que de régimen. Las emociones no pueden ser representadas como las ideas lo han sido, es hora de tomar el timón del poder desde la sociedad civil. Reflexionemos sobre esa idea.

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía

Zapatero tiene un plan, los españoles otro



Aunque resulte increíble, el presidente del gobierno de españa (todo en minúsculas) tiene un plan, y si no les gusta, tiene otro, u otro más si no les parece bien. Zapatero es un hombre de grandes planes y pocas ideas. Cuando la historia de este país le juzgue, directamente se olvidará de él, para agradecerle lo que logró en dos legislaturas: remover los cimientos de la sociedad civil española.

Cierto es que su presidencia ocurrió en pleno estallido de la era de las comunicaciones, pero no menos cierto es que todas sus barbaridades juntas soliviantaron a un importante sector de la población española, contribuyendo a la creación de una opinión política colectiva inexistente hasta entonces en España. También hay que reconocerle a Mariano Rajoy, a los nacionalistas, a Rosa Díez y a IU, su aportación imprescindible a la atención persistente por la política de los ciudadanos de este país.

Con Zapatero la política española ha alcanzado el mayor grado de visibilidad en la historia nacional. Se puede decir que la miseria de la gestión pública ha salido del armario, y nunca con tanta claridad se ha contemplado que la política española es un antro de corrupción y miseria, de mezquindad e insidia. Sin alguien tan soberanamente corto como el hombre de las cejas altivas y los hombros encogidos, que mueve las manos como un espantapájaros cuando habla, al igual que si fuera un guardia de tráfico urbano en un atasco, los españoles hubiéramos tardado décadas en salir de nuestra inocencia bondadosa.

Con Zapatero hemos comprobado que los sindicatos son sectas corruptas dispuestas a distorsionar la economía de los españoles con tal de conseguir más liberados y que no se haga nada. Hemos visto a los colectivos de la izquierda tradicional, desaforados, como hordas tomando las calles y apoderándose de las imágenes de los medios de comunicación. La cultura española jamás ha sido tan decadente, tan impropia, tan estúpida, y tan inusitadamente zafia.

Gracias al presidente del gobierno de España hemos observado como indigentes intelectuales pueden ser ministros gracias a su historia política, aunque no tengan ni puñetera idea de la materia de la que trata su ministerio. Pero también hemos visto los cálculos de los nacionalistas, y los socialistas más paletos, el montaje teatral de ETA, las astracanadas del nacionalismo catalán, el odio contra la diferencia de todos los sectarios de la izquierda nacionalista y no nacionalista.

Y de paso hemos visto que la oposición al régimen poco tiene que decir con ese Mariano Rajoy indescriptible en su divina ausencia, reunido con todos los herederos del despropósito que le acompañan y que tampoco tienen idea, ni por activa, ni por pasiva, de cómo reaccionar ante la mendacidad suprema.

Tras tres años de seguimiento y acción continuada de provocación a la conciencia de los españoles sobre lo que estaba ocurriendo, puedo decirles queridos amigos que Zapatero, la corte de la ceja, los aplaudidores y los no aplaudidores están en plena decadencia: ya no engañan a nadie que no quiera ser engañado. Porque hoy hay miles de críticos cuando hace tan solo tres años –se puede constatar consultando la hemeroteca o la historia de este u otros blogs-, la inmensa mayoría de los españoles estaba mirando a la luna de Valencia y la red social española estaba dominada exclusivamente por los propagandistas a sueldo de los diferentes partidos.

Pero las cosas han cambiado, todavía no se sabe muy bien que ocurrirá en este par de años que quedan de legislatura, posiblemente se producirá un cambio de actitud en el PSOE, que no sería de extrañar que ante la debacle que se le avecina cambiara de cartel. Los nacionalistas presionarán más, y directamente serán enviados a la carbonera de la política española, que es el lugar que les corresponde. Los conservadores del PP tratarán de tomar el timón, pero tampoco serán admitidos. Y los minúsculos como IU y Rosa Díez, se quedarán nuevamente en posiciones ridículas.

Algo ha cambiado en España gracias a Rodríguez Zapatero y el elenco que le acompaña en la representación pública, y es algo muy importante, extraordinariamente imprescindible para encauzar el futuro de este país: la credulidad de los ciudadanos españoles en sus representantes políticos atraviesa sus horas más bajas. Esto tiene que traer un cambio revulsivo, posiblemente el próximo presidente del Gobierno de España todavía no haya dicho ni esta boca es mía, y seguramente no será de ninguno de los partidos conocidos hasta ahora.

Quedan un par de años hasta las próximas elecciones generales y en ese tiempo van a pasar muchas cosas en España, pero la más importante es que la representación política va a dar un vuelco que no va a reconocerla ni la madre que la parió. Suele ocurrir, cuando se toca fondo, la historia rebota, por eso he titulado este artículo Zapatero tiene un plan, los españoles otro, porque es así, Zapatero ya no representa los intereses de los españoles, representa otros intereses: los de su partido, los de los sindicatos CCOO y UGT, los de los colectivos sectarios que le apoyan, es decir, los de su familia política, pero no representa los intereses de los españoles. Rajoy y los nacionalistas tampoco, por supuesto.

Posiblemente, a partir de ahora, los intereses de los españoles sean representados por los españoles, porque cada español se puede representar a sí mismo y no necesita de pastores que guíen el rebaño desde el adoctrinamiento; eso tenemos que agradecerle al adefesio cejado, y no es poco para comenzar un nuevo año.

Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía.

martes, 22 de diciembre de 2009

Toros, cultura y democracia


La ofensiva contra la fiesta nacional española se ha materializado en Cataluña, como no podía ser de otra forma. Sin embargo, será difícil que lo haga en el País Vasco o Navarra, porque su relación con los toros forma parte de su ancestral cultura, al igual que en otros muchos lugares de España. Hasta los nacionalismos son diferentes con los toros.

Los toros siempre han querido prohibirse en España, lográndose en alguna ocasión durante poco tiempo. En el año 2004, Barcelona se declaró ciudad antitaurina y en 2007, se celebró la manifestación antitaurina más multitudinaria de la historia en esta ciudad a la que asistieron ¡5.000 personas!. Ese mismo año se publicó un artículo en este blog titulado “Ecoteología” en el que se exponen con claridad las razones ocultas de los movimientos antitaurinos, por lo que no se repetirá lo expuesto.

Sólo cabe añadir algunas cosas, la tauromaquia es un hecho cultural singular, una tradición ancestral que proviene de la Grecia Clásica. La cultura minoica estaba fundamentada en el culto al toro, el mito del Minotauro es la representación simbólica del enfrentamiento del ser humano contra la bestia externa ante los miedos internos, representado por el héroe Teseo. Teseo se disputa con Heracles el origen antiguo de la tauromaquia. En Egipto se adoraba al buey Apis, que posteriormente pasó a ser Serapis, un sincretismo de Osiris y Apis, que formaba parte como deidad del panteón funerario egipcio, y su culto se relacionaba con la curación y la adivinación de los sueños. En Babilonia los toros androcéfalos alados presidían las entradas de los palacios. En Roma se realizaban espectáculos con uros en los circos. Pero para encontrar la relación del hombre con los bóvidos tendríamos que remontarnos a la prehistoria. Los toros de las cuevas de Lascaux o los bisontes de las cuevas de Altamira, son ejemplos de la relación cultural simbólica de los seres humanos con esta familia de animales.

En la mayoría de las culturas con presencia de bóvidos, se han domesticado y juegan un papel importante en su organización social y economía. En la India, las vacas son sagradas, en los Estados Unidos los toros se cabalgan en los rodeos. Los búfalos alimentaron a las tribus aborígenes de América. Pero la tauromaquia es una fiesta ancestral de origen español que se remonta a la Edad Media, al siglo XII, y que se practica de forma habitual en diversos países: Portugal, España, Francia, México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Panamá y Bolivia. Como exhibición se han realizado corridas de toros en China, Estados Unidos, Filipinas y Cuba. Eso molesta a los antiespañoles, tanto como a los antitaurinos.

La tauromaquia está imbricada con la cultura española, ha sido motivo de estudio y análisis por numerosos investigadores culturales, ensalzada por poetas, relatada por escritores hispanos y foráneos, ha sido tradición inductora de géneros musicales como el pasodoble, recogida en numerosas expresiones plásticas o escultóricas. El toreo dispone, como todos los hechos culturales consolidados, de códigos específicos, rituales y mitología; procurando afición entre sus seguidores y desdén entre sus detractores.

Pero la cuestión que se debe analizar no es la existencia del arte de Cúchares como un hecho cultural fundamental de la cultura hispana, que se ha conservado hasta nuestros días. La cuestión relevante es si la política, su uso y abuso, tiene derecho a desincrustar de nuestro acervo cultural una tradición festiva que ha perdurado durante ocho siglos. Aunque la pregunta en nuestro país es de respuesta obvia cuando el Estado pretende reglamentar la organización convivencial de los ciudadanos y ciudadanas, la reproducción establecida por decreto y regulada por ley, lo que pueden y no puede comer los españoles, si pueden o no pueden fumar, si pueden o no pueden beber, o si tienen que consumir obligatoriamente lo que se determine, según tengan trabajo o no lo tengan, porque el trabajo si es un factor limitante para la vida, aunque lo importante para algunos sea acabar con los toros.

Sólo desde el materialismo más voraz del socialismo adoctrinador y la animadversión contra lo hispano de los nacionalismos se puede entender la cruzada contra los toros en nuestro país, despreciando todas las connotaciones semióticas y semánticas de un arquetipo biológico y cultural que milagrosamente ha llegado hasta la actualidad. Porque el Toro de Lidia es el descendiente más próximo al uro, el bóvido extinguido que dio lugar a todas las subespecies conocidas. La prohibición de la fiesta nacional posiblemente concluyera con la subespecie.

La ignorancia suprema guía los pasos de los que pretenden acabar con los votos, con lo que no han podido concluir los siglos. Pero en la tauromaquia se reúnen todas las abominaciones de la nueva fe: es una práctica habitualmente masculina –que subleva a las feministas y que en esta ocasión están por la exterminación más que por la igualdad de género-, representa la masculinidad –algo incompatible con el modelo andrógino que se impone desde el pensamiento políticamente correcto-, es un espectáculo de sangre –algo que no pueden soportar los vegetarianos, pacifistas, y bondadosos animalistas-, es categóricamente español –algo que solivianta a los nacionalistas-, y supone señas de identidad para un pueblo que se ha llevado al matadero de la historia por intereses políticos -algo necesario en los planes de los gobernantes, para implantar su nuevo orden-. Sólo hay que contemplar lo que le han hecho en varias ocasiones al último toro de Osborne que había en Cataluña, para comprobar el odio que le tienen algunos catalanistas a España y a lo español.

Pero fundamentalmente lo que más molesta a toda esta legión sectaria reunida es que no se respeten "los derechos de los animales" como si fueran humanos, como si alguna vez se respetaran los de los pollos, las terneras, los cerdos o las sardinas, pero como no forman parte de la tradición española no les importa demasiado, porque son animales de más baja categoría, hasta para ser animal hay clases en la cárcel mental de los sectarios. Las corridas de toros deben extinguirse, porque son un símbolo de lo español, y para ir contra lo español vale lo mismo los toros que el jamón ibérico -aunque menos, claro, que está muy bueno-. Lo que se busca con la extinción de la fiesta nacional, en realidad es la extinción de la identidad española.

Y habrá algún inocente, buena persona, que se siente español sin problemas, que absolutamente manipulado por intereses que desconoce, pensará que es un espectáculo horrible porque los pobres animales sufren y se hace un a orgía de sangre con ellos, cuando en realidad si la subespecie bóvida de los toros de lidia existe es gracias a la fiesta nacional, porque si no se hubiera extinguido hace mucho tiempo, como ocurrió con el uro. En África, desde que se han privatizado los elefantes, ha comenzado a incrementarse su reproducción. Los toros de la Camarga y Les Landes, son venerados por los habitantes del país vecino sin grandes injerencias de los antitaurinos franceses.

En mi opinión, hay algo más profundo en el movimiento antitaurino que responde a cuestiones arcanas, y es la tanatofobia de las nuevas generaciones que no soportan la contemplación de la muerte en directo, habitualmente del toro, pero también del torero en ocasiones, aunque virtualmente desarrollen más violencia que todas las generaciones anteriores reunidas y se hayan cargado lo inimaginable ante una pantalla, bien de forma pasiva o activa. Hay algún grupo en Facebook con miles de seguidores en el que se celebra la muerte del torero por la bestia, lo que indica la ralea de los participantes.

La estética social del presente, fundamentada en el hedonismo, la dependencia, el pacifismo, el gregarismo por adherencia, y la doctrina del pensamiento único desdeña la fiesta taurina, considerándola impropia de una civilización buenista; una generación que no soporta la exposición a la violencia, aunque los soldados españoles se dejen la vida en Afganistán, eso sí, ayudando a establecer una democracia en un país en la que la mayoría de sus habitantes desconocen lo que es tal cosa, y por supuesto, que nada tiene que ver con morir en Irak por la misma causa, como ha dejado bien claro el gobierno y la ONU-Dios.

La meliflua y andrógina juventud española educada en la solidaridad, el pacifismo, la cooperación y la alianza de civilizaciones está siendo condenada a la esclavitud futura por sus gobernantes, porque mientras en nuestro país se aboga por el silencio de los corderos, en otros no lejanos se estimula el bramido de los cabrones, y a la larga los corderos y los cabrones están condenados a disputar su lugar en el mundo.

La mejor forma de mantener la paz es prepararse para la guerra, tanto a nivel individual, cuando los miembros de las nuevas cohortes tengan que conseguir un trabajo disputando sus méritos con los aportados por el sobrino enchufado de un sindicalista o un político, como cuando como colectivo. tengan que enfrentarse con otros colectivos –nacionales o extranjeros- para obtener una posición que al menos le procure recursos para vivir de forma independiente.

Los toreros saben de antemano y nos recuerdan, que la muerte nos acecha cada día, a la vuelta de cada esquina, porque la peor de las muertes es una vida miserable, por eso los toreros se enfrentan a la parca en la arena del albero, para vencer al final su miedo con la destreza y el engaño, para que la razón humana prevalezca sobre la irracionalidad de las bestias y la prosodia de los iluminados.

¿Han ido pensando los prohibicionistas en las butifarras vegetales?, pues deberían hacerlo antes de enconar más a los ciudadanos de este país con sus gilipolleces. Quizás detrás de la extinción de la tauromaquia venga la imposición de que los españoles nos alimentemos de productos exclusivamente catalanes. Y seguro que en el Gobierno de España, si sigue Rodríguez Zapatero de Presidente, lo toma en consideración y acepta que sólo la mitad de productos catalanes nada más, por aquello de la "cosoberanía" y el Estatut.


Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía

domingo, 20 de diciembre de 2009

¿Vamos a permitir que los catalanistas definan España?


Hay un problema de fondo en el penoso espectáculo que nos está deparando la pantomima nacionalista a los españoles, porque lo que comenzó siendo una concesión a las minorías y sus supuestas diferencias idiosincrásicas, se ha terminado convirtiendo en un secuestro de la identidad propia, legitimada por la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país.

España nunca podrá avanzar mientras no resuelva de forma categórica el problema de los nacionalismos, que al fin y al cabo, es un problema exclusivamente político que proviene de la usurpación económica sectaria del erario público por quienes democráticamente acceden al poder, algo que los nacionalistas comparten con el socialismo que representa Rodríguez Zapatero y con los conservadores que representa Mariano Rajoy. Porque realmente existen diversos blindajes legales y una ausencia de controles exhaustivos, para impedir que los políticos puedan adueñarse de lo común, de lo que pertenece legítimamente a los españoles.

La aceptación sin modificaciones del Estatut, como una opción legítima que expresa la voluntad de un pueblo supone, “de iure” y “de facto, la asunción a un régimen corrupto sobrevenido, que vulnera los principios fundamentales sobre los que asienta la legitimidad constitucional que soporta el Estado de Derecho en el que vivimos los españoles. Un Estatut que no respeta la igualdad del artículo 14 de la CE de 1978, es un torpedo saduceo a nuestro orden vigente, porque dinamita la equidad, la libertad, la justicia y la democracia en nuestro país, que junto con la nación española son las fuentes fundamentales de nuestra legitimación política.

Es lamentable reconocer que la única finalidad política de cualquier ideología vigente y su interpretación de la realidad social, es el manejo de las cuentas del Estado, sea a nivel central, autonómico, o local, desde una perspectiva pública pero con una finalidad privada. Eludir los controles sobre la cuestión financiera, es precisamente la justificación para promover el imperio de cualquier ideología sobre la legitimidad inherente a nuestro Estado de Derecho establecido en la Constitución de 1978, y avalado por el pueblo español en referéndum.

Hay un problema de fondo del que debemos zaherirnos los españoles cuanto antes, porque de otra manera estos impresentables representantes políticos que sufrimos, nos conducirán a la ruina y la inexorable confrontación que deviene en consecuencia. Todavía no se acaban de enterar nuestros representantes públicos, porque no les conviene, que la democracia no les permite hacer lo que les dé la gana, sino exclusivamente lo que está permitido por el marco constitucional. Cualquier acción fuera del marco constitucional es ilegal. Que el Tribunal Constitucional no se haya manifestado al respecto de forma inmediata, sencillamente es una manifestación más del estado totalitario en el que estamos viviendo, donde la política anega la justicia de despropósitos, al igual que todos los ámbitos de la sociedad y la cultura.

Confundir el campo semántico y jurídico de una entidad administrativa del Estado como es una autonomía –o una nacionalidad-, con el fundamento nacional, legítimo, constitucional, aceptado por la inmensa mayoría de la cohorte constituyente, al aprobar la Constitución con su voto, es una solemne estupidez; no entenderlo así, es una prevaricación para los que están sujetos a decidir por su responsabilidad. Basta ya de tomaduras de pelo, porque ni Montilla, ni Carod, ni Rodríguez Zapatero, ni Mariano Rajoy, ni siquiera el Parlamento español o el Tribunal Constitucional, tienen potestad para definirnos, ni siquiera para interpretarnos, y mucho menos para revocar a los españoles como soberanos de nuestra nación que es España. Sólo la incultura manifiesta de una legión de ignorantes sobrealzados por el destino a la representación política, puede procurar la osadía de convertir en criterio delimitador de lo que somos o no somos los españoles, a las barbaridades novedosas de los promotores del aborto político, contra la voluntad de un pueblo soberano, constituido y legitimado.

¿Quién define Cataluña?

El primer problema que nos procura el asunto catalán es saber quien tiene legitimidad para definir lo que es Cataluña, porque algunos pretenden aplicar los códigos de la escisión de un municipio en dos corporaciones locales, a una cuestión nacional. España es una unidad indivisible, la Constitución Española se legítima sobre el Artículo 2 de la CE 1978, sin unidad indivisible, sin nación única, la Constitución queda derogada de forma inmediata. No hay nada que se asemeje al Estado Plurinacional o la Nación de Ciudadanos en nuestra Constitución, que al respecto deja bien claro y delimitado lo que es Nación y lo que no lo es.

Los nacionalistas son unos creacionistas de la política que pretenden volver a introducir órdenes inefables y absolutos en la legitimación de nuestra condición soberana, la de los españoles, convirtiéndonos en ciudadanos al servicio de sus intereses. Tanto crimen hay en los partidarios del diseño inteligente de la nación catalana, como en los que niegan la selección natural en la Teoría de la Evolución de Darwin. Los nacionalistas pretenden que cada ciudadano es soberano por sí mismo -y no en reunión con todos los demás- como una consecuencia de su libertad, cuando en realidad es una usurpación violenta y taimada de la soberanía de los españoles conformados como pueblo español, único sujeto colectivo con derecho a decidir, porque la soberanía nacional es una condición que proviene de ser una parte de una unidad, no una unidad aparte.

Todos los argumentos esgrimidos por los nacionalistas catalanes han sido refutados por la historia, la justicia, y el sentido común; porque por las razones que aducen los nacionalistas catalanes no hay una sola comunidad autonómica española exenta de criterios suficientes para declararse nación. Los catalanes sólo pueden definir Cataluña como españoles, pues como ciudadanos españoles tienen derechos para administrarse políticamente pero no para definirse unilateralmente como una nación. ¿De qué orden no escrito más que en las partituras de los delirios de los iluminados proviene ese derecho?.

No se puede aceptar que un catalán, porque sí, pueda decidir lo que es un español, como es un español, o lo que no es un español. Puede decidir, como español, que tipo de español es, nada más, no que tipo de español no es. Lo común está definido por todos y el margen para lo particular también, alguien debe dejar claro de una vez por todas, que los catalanes no pueden ser no españoles, por mucho que se empeñen y enajenen en el asunto, porque la Constitución Española sólo les permite ser españoles, catalanes por supuesto, pero españoles siempre. ¿Se imaginan ustedes que los catalanes se quisieran declarar no europeos y se empeñaran en hacerse africanos o asiáticos?

Hace unos días, el profesor Mikel Buesa, catedrático de economía, escribía en su blog que si Cataluña se hiciera independiente se convertiría en la nación más deficitaria del mundo, y conociendo el apego que los catalanes tienen por la contabilidad, creo que están siendo burlados por los cantamañanas que les empujan a la sedición. Pues en la cuestión política ocurre algo parecido, a los catalanes se les está timando con que el Estatut les va a proporcionar riqueza, cuando en realidad les va a procurar cada vez más pobreza y desasosiego, algo que pretenden los catalanistas extremos, porque así depurarán de españoles su nación ya que los españoles y los hijos de los españoles terminarán emigrando, y de esa forma procurarán la limpieza étnica que tanto anhelan. Van a convertir Cataluña en algo parecido a Albania.

Si Cataluña es peculiar culturalmente, es precisamente por formar parte de España, no por ser distinta de España. Esta locura a la que estamos asistiendo, es una fiebre balcánica que los radicales del nacionalismo extremo, han procurado para sobrealzarse con el poder, algo de lo que tendrá que rendir cuentas el PSC tarde o temprano, junto con CIU, el PP, y ICV. Tremenda barbaridad supone decir que los catalanes quieren la independencia, cuando ni siquiera un 25 % de los residentes en Cataluña han aprobado el Estatut, tanto como que España es un estado confesional cristiano o un país de conejos, como nos definían los romanos.


¿Quién define España?

La legitimidad de una nación no la puede procurar el juego sucio, ladino y sinuoso de unos políticos que promueven la independencia para seguir aferrados al poder, manipulando la situación económica que abona la secta que defienden a costa de todos los demás. No acaban de enterarse de que una cosa es el dominio y otra su uso desde el poder. Quien domina una lengua puede usarla o no, no está obligado a usarla, salvo que algún político imbécil le obligue como se obligaba a los alemanes a alzar la mano en gesto fascista con Hitler, o a los españoles hace cuarenta años a hacer lo mismo con Franco.

La única finalidad política del Estatut inadmisible es la de procurar más beneficios para Cataluña a costa de los demás españoles, lo que hace que Cataluña se distancie cada vez más del común; muchos españoles estamos hartos de que se envíen ingentes cantidades de dinero público a Cataluña desde Madrid, y también hartos de tener que consumir productos catalanes porque Cataluña forma parte de España, gracias al arancel de compatriotas, que compartimos los españoles. España es un país en el que todos somos igual de diferentes, como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia o Italia, pero los nacionalistas no quieren asumirlo porque se consideran mejores, distintos, privilegiados por cuestión de nacimiento, herederos de la tierra de sus antepasados y de los derechos no escritos.

Es inadmisible que un 10 % de los españoles que se consideran no españoles, es decir, todos los nacionalistas de este país, se estén beneficiando de perjudicar al 90 % de los españoles restantes. Si estamos en una democracia, que se ejerza el poder de la mayoría, porque en su defecto la minoría ejercerá, como está ocurriendo, una tiranía con la inmensa mayoría, gracias a los representantes políticos que tenemos que dicen defender los intereses de todos los españoles, cuando defienden exclusivamente los suyos.

Ni Cataluña se puede definir desde Cataluña, ni España se puede definir desde Cataluña. ¿Entonces a qué viene tanto cuento y delirio con “la cuestión catalana”?. ¿No hay problemas más importantes como la crisis, el paro, nuestra situación internacional, la pobreza, la crisis educativa, la crisis de la justicia, la crisis sanitaria, la corrupción política y económica, que deberían atraer todo nuestro esfuerzo?. ¿Acaso no son los políticos españoles los únicos que tienen un problema con Cataluña porque les interesa?.

Enrique Suarez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía

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