Alguien ha dicho con acierto en algún blog, que las próximas Elecciones Europeas en nuestro país son un referéndum, en el que se dirime nuestro futuro, de la misma forma que hace treinta años decidimos dotarnos en este país de una Constitución, que permitiera una convivencia en paz, democracia y libertad.
Ahora estamos a las mismas puertas de la historia, una vez más, las alternativas están sobre la mesa, dos opciones claras se han establecido, que además son mutuamente excluyentes. Una es la opción política, que defienden los partidos, los medios de comunicación, y los que viven del sudor ajeno, haciendo que hacen, y otra es la opción ética, la única que puede conducir nuestra nación al futuro, y alejarnos de la ciénaga en que se ha convertido la política en nuestro país.
Votar a cualquier partido es aceptar que lo que se ofrece es lo único posible, el PSOE de Zapatero, el PP de Mariano Rajoy, la UPyD de Rosa Díez, la IU de Cayo Lara, o los partidos nacionalistas. Es apoyar la misma decadencia, corrupción, y apropiación indebida. Es elevar a quienes se ríen de nuestra Constitución y deciden quién y cómo se administra la justicia en nuestro país. Es votar contra España y la libertad de los españoles, más paro y más miseria para los ciudadanos y más beneficios para los políticos.
Hay otras alternativas más éticas, de sanción a los partidos políticos en su desmesura y oprobio.
La primera es el voto nulo, no me interesa vuestro juego, que os den a todos; la segunda el voto en blanco, aprobando la democracia, pero no a quienes quieren representarla. La tercera es la abstención, no acudir a votar, no participar en el juego de tráficos que han organizado con nuestras voluntades y existencia.
Pero sólo la abstención es insuficiente, porque si acudiera a votar sólo un 10 %, los políticos seguirían repartiendo escaños y echándole la culpa a la meteorología. Es hora de que los ciudadanos de este país seamos más inteligentes, y la forma de conseguirlo es la abstención activa, una acción conjunta de los ciudadanos contra los políticos.
Hay muchas formas de llevarla a la práctica, desde campañas organizadas con reparto de folletos explicativos, hasta la presencia de los ciudadanos que no vamos a votar en la puerta de los ayuntamientos en concentraciones silenciosas, en la jornada de reflexión o el mismo día de las elecciones. Algún día tendremos que acabar con esta representación teatral a la que nos someten con los procesos electorales que sólo sirven a los intereses de los políticos.
Erasmo de Salinas
Ahora estamos a las mismas puertas de la historia, una vez más, las alternativas están sobre la mesa, dos opciones claras se han establecido, que además son mutuamente excluyentes. Una es la opción política, que defienden los partidos, los medios de comunicación, y los que viven del sudor ajeno, haciendo que hacen, y otra es la opción ética, la única que puede conducir nuestra nación al futuro, y alejarnos de la ciénaga en que se ha convertido la política en nuestro país.
Votar a cualquier partido es aceptar que lo que se ofrece es lo único posible, el PSOE de Zapatero, el PP de Mariano Rajoy, la UPyD de Rosa Díez, la IU de Cayo Lara, o los partidos nacionalistas. Es apoyar la misma decadencia, corrupción, y apropiación indebida. Es elevar a quienes se ríen de nuestra Constitución y deciden quién y cómo se administra la justicia en nuestro país. Es votar contra España y la libertad de los españoles, más paro y más miseria para los ciudadanos y más beneficios para los políticos.
Hay otras alternativas más éticas, de sanción a los partidos políticos en su desmesura y oprobio.
La primera es el voto nulo, no me interesa vuestro juego, que os den a todos; la segunda el voto en blanco, aprobando la democracia, pero no a quienes quieren representarla. La tercera es la abstención, no acudir a votar, no participar en el juego de tráficos que han organizado con nuestras voluntades y existencia.
Pero sólo la abstención es insuficiente, porque si acudiera a votar sólo un 10 %, los políticos seguirían repartiendo escaños y echándole la culpa a la meteorología. Es hora de que los ciudadanos de este país seamos más inteligentes, y la forma de conseguirlo es la abstención activa, una acción conjunta de los ciudadanos contra los políticos.
Hay muchas formas de llevarla a la práctica, desde campañas organizadas con reparto de folletos explicativos, hasta la presencia de los ciudadanos que no vamos a votar en la puerta de los ayuntamientos en concentraciones silenciosas, en la jornada de reflexión o el mismo día de las elecciones. Algún día tendremos que acabar con esta representación teatral a la que nos someten con los procesos electorales que sólo sirven a los intereses de los políticos.
Erasmo de Salinas
7 comentarios:
Parece que estan Uds en sintonía
Abstención esperanzada
Quedan suspendidos y desafectados:
dioses, vírgenes, santos, salvadores; abstenciones, milagros, esperanzas.
Recen sólo a la:
GUERRA REVOLUCIONARIA DE INDEPENDENCIA NACIONAL ESPAÑOLA.
@(Nihil Obstat by Olimpus Montain)
Publicado
31 de octubre de 2008 23:28:00 CET
(...)
A lo que hacen los políticos, sean del gobierno o de la llamada oposición genuflexa y postrada, se le pude poner el nombre que se quiera: socialismo, estatismo… ismos varios, pero la “cosa” es que quieren RESETEAR a la humanidad, destruir la Historia y su cortejo civilizatorio, y empezar de “cero”, como si eso fuese posible. La destrucción del museo Nacional de Bagdad fue simbólica al respecto. Esta epidemia se extiende por el mundo y el Sr. Obama está infectado del neolenguaje relativista y confuso cuyo mayor exponente universal lo tenemos en España con el místico Zapatero.
Los actuales caricatos gobernantes aplican un “programa” no ya obsceno moralmente, inútil políticamente, letal socialmente e imposible materialmente, constituye asimismo el desesperado intento de unos moribundos que no tienen otra salida para sobrevivir como jefes de la tribu social. El discurso ideológico -si es que se puede hablar en esos términos de los argumentos y políticas de estos mequetrefes-, consiste en arrasar todo sustento material y espiritual que las sociedades llamadas occidentales han alcanzado en siglos de modernidad. El encono, la saña y obsesión que muestran en sus delirios, se explica por los “interfaces” encaramados en la política cuales son unos personajes sin formación ni escrúpulos ni moral excepto la del delito general y con el solo soporte de su permanencia en los puestos de mando, que es decir a la fuerza sin ningún anclaje de otra índole; a eso está reducido estas excrecencias aupadas por el capitalismo decadente y moribundo que ha hecho del interés usurero y parasitario el modus vivendi de su póstuma existencia y de la mentira pública, el robo y el absurdo político, su exclusiva ley.
En efecto, la Humanidad ha alcanzado un punto de no retorno como lo alcanzó con el advenimiento del capitalismo a sistema mundial dominante. La clase de la burguesía, los propietarios privados de los medios productivos de los hombres, arguyó para su triunfo en el medievo tardío un conjunto de ideas, valores e ideologías que ha penetrado en el alma social durante siglos. Pero la burguesía como clase dominante en el planeta ha concluido su ciclo, la humanidad no puede continuar su andadura sin sacudirse a esos propietarios que tienen en sus manos la riqueza, que desertan cuando llegan los problemas, y que son incapaces de domeñar al monstruo de la caótica economía gestada bajo su reino.
Es por esta razón que la ideología “dominante”, todos sus discursos e ideas actuales, suenan tan disparatadamente, pues no se corresponden con los hechos observables y muchísimo menos con los acuciantes problemas que los humanos tienen que solucionar de forma urgente. La vida no puede estar sometida a una supuesta “democracia”, a unos “derechos” desigualdadores y a unas decisiones “electorales” donde los ricos viven cada vez mejor en detrimento del grueso social y a expensa de más miseria, muerte y desesperanza de la mayoría.
(…)
Publicado
31 de octubre de 2008 23:28:00 CET
http://ciudadanosenlared.blogspot.com/2007/08/el-voto-es-un-mito.html
LUNES 20 DE AGOSTO DE 2007
El voto es un mito
Categorías: Ciudadanos y Política, Firmas Invitadas
La inutilidad del sistema democrático en España es un hecho consuetudinario. A la escandalosa incredulidad de las palabras y discursos de los políticos, degradando e inutilizando el orden constitucional, se añade la creciente visión de la farsa que supone hoy en la nación, la participación electoral ciudadana. El desentendimiento de la ciudadanía por estos procesos “oficiales” de soberanía en la vida pública, no hace sino crecer de forma ostensible. Los referéndums de Cataluña y Andalucía en sendas renovaciones estatutarias, sacan a la luz la realidad de una sociedad que percibe la mentira política y el escaparate electoral a modo de truco con el que las castas de todo lugar quieren presentar ante la opinión pública la “voluntad” de un pueblo “soberano”. Pero el pueblo español rechaza mayoritariamente el contrabando de este curso político, donde se muestra con toda crudeza la intención de presentar como democrático, lo que sólo es perfidia encubridora de intereses contrarios a la nación. ¿De qué sirven los presupuestos nacionales si luego tienen acuerdos bilaterales entre las taifas?
Se profundiza así el deterioro de una democracia que nunca cuajó en nuestro país, se recrea un pasado con nuevos caciques en una estructura heredada, se continúa un juego perverso donde jerifaltes dan a entender que el ciudadano manda, se consuma la inmadurez general para entrar definitivamente en la modernidad y se pretende contradecir la evidencia con una cáscara teatral que tiende a la comedia en su primer acto preludiando conocidas tragedias de nuestro pasado nacional.
La inconsecuencia y la arrogancia con la que los actores políticos tratan tanto la vigente Constitución como a los titulares de la soberanía nacional los ciudadanos, se muestra en el desprecio que hacen de la voluntad popular expresada en las urnas: ni respetan lo votado, ni tienen ningún escrúpulo en introducir políticas que no constaban en sus programas cuando los presentaron al juicio electoral de los ciudadanos. Todo son cambalaches de directores partidarios, completamente al margen y aún en contra de los mandatos sociales.
En esta situación, cifrar esperanzas exclusivamente en elecciones es un mal negocio, porque además de saber de antemano las intenciones de los partidos políticos, sabemos que el deterioro de la democracia es de tal grado que sus propios mecanismos autorreguladores precisan recambios ausentes en el mercado mundial. Napoleón Bonaparte aprendió esa lección que olvidan nuestros políticos, pero que se aplicó a la perfección en nuestro vecino país: una cosa es el Estado y otra la Nación. El emperador creyó que España era Francia y bastaba con secuestrar a Fernando VII para dominar el país.
La podredumbre política española y su imparable cáncer, no hallará en el voto su terapia definitiva porque la metástasis afecta a las urnas. Es necesario un tratamiento global que diseñe de nuevo su arquitectura pública porque la actual no hace sino incrementar el daño.
Ramón Benavides
PUBLICADO POR CIUDADANO EN LA RED EL LUNES, AGOSTO 20, 2007
Benavides, Benavides, que bien ves las lides, jajajajaja
Campaña sobre el voto al Parlamento europeo: 'Terror a la abstención'. Vídeo: campaña publicitaria. 59''
http://www.diariocritico.com/tv/video/5749/campana-voto-parlamento-europeo.html
¿habéis entendido el vídeo?
Terror a la hora de votar...
siempre hay tiempo para votar.
Sino, la culpa la tendrá el mal tiempo... sino, tiempo al tiempo.
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