Bibiana Bene: "aquella que vive bien"

Etimológicamente Bibiana es un nombre que proviene del latín Vivianus, que significa: “aquel que vive”.

Dice el santoral cristiano:

Santa Bibiana, virgen y mártir. Bibiana nace en una familia ilustre romana y cristiana durante el gobierno del emperador Juliano El Apostata. Martirizada por seguir fiel a su fe, muere por defender sus creencias. Se construye una Iglesia Santa Bibiana de Roma (1624-1626) en su honor sobre el solar donde se asentaba la casa paterna, gracias al papa Simplicio. Patrona de los bebedores y epilépticos; también es invocada contra el dolor de cabeza y convulsiones. Hubo otra Santa Bibiana de Hampai, que solo fue mártir. El día de celebración es el 26 diciembre.


A sus 31 años ha sido nombrada ministra de igualdad por el privilegio que le confiere formar parte de la élite socialista andaluza, porque entre los méritos de la chica se encuentra el de ser licenciada en ADE por la Universidad de Cádiz, ser hija de un alcalde socialista histórico y haber sido directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, uno de esos lugares que se ha inventado Chaves para colocar a quienes están en espera de mejor puesto.

Con la llegada de la ministra Aído, creadora del Observatorio para estudiar lo “jondo” del Flamenco, ha llegado la alegría andaluza al Consejo de Ministros, pero también la neología de la juventud educada a golpe de SMS y Mesenger. Pero también el progresismo feminista en su máximo esplendor, que comparten con la chica el Presidente Zapatero y la Vicepresidenta De la Vega.

Su debut ha sido glorioso, con el nuevo vocablo aportado al acervo del castellano: “miembra”. Ni más, ni menos. No es la primera coz que las mujeres del socialismo español le asestan al diccionario. La mujer de Felipe González, Carmen Romero inauguró la senda analfabeta con aquel famoso: “jóvenes y jóvenas”. Pero luego siguió aquella ministra de cultura de cuyo nombre no quiero acordarme.

En vez de reconocer su error, la chica de Alcalá de los Gazules se ha dedicado a huir hacia delante, primero diciendo que venía de El Salvador donde “se dice mucho” lo de “miembras”, que por cierto como se comenta en La Vanguardia es absolutamente falso, para a continuación invocar a la Real Academia de la Lengua para que incluyera el término en el castellano.

Le ha respondido Gregorio Salvador diciendo que siempre hay locos que dicen tonterías, o algo así. Y medio país que se ha sorprendido de cuan grande es la ignorancia inconsciente.

Si tuviera vergüenza, que no la tiene, pediría disculpas a los salvadoreños por haberlos utilizado para menoscabarlos a la medida de su ignorancia, precisamente a los iberoamericanos que mantienen exquisito cuidado en la utilización del castellano. Y más tarde a todos los españoles y extranjeros, que se esfuerzan cada día por aprender correctamente el idioma español para que lo destroce con sus coces, pero no lo hará. La soberbia de hija de papá socialista se lo impide, y los 621 millones de euros que le han asignado para “jugar al ferminismo”, no lo permiten. Va a manejar mucho más presupuesto que el que tiene la Real Academia de la Lengua en varios años. ¡Qué vergüenza de sectarios!.

Pero personalmente, lo que me peor me ha parecido de su breve vida política es que tenga la caradura de hablar desde un Ministerio de Igualdad al que ha accedido por el exclusivo privilegio, que no mérito, de ser miembro de la casta socialista andaluza, la mejor fuente de electricidad contínua de este país. Es una aberración tan grande como si Alemania hubiera nombrado a Hitler ministro de relaciones con los judíos, o un país árabe o España, a Osama Ben Laden como embajador de la paz.

Bibiana bene, “aquella que vive bien”. Esta chica tiene un "algo" oriental en sus facciones, que hace juego con su apellido japonés. Y nos quiere engañar como a chinos o mongoles con sus palabros. Y los transportistas de huelga. ¡Viva Manchuria!

Erasmo de Salinas