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miércoles, 13 de diciembre de 2006

Okupas


Estilos de vida, creo que dijo una ministrilla. Bien, pasemos a repasar estilos ilustres de bípedos en su asalto a nuestra democracia:

Mi primer contacto emocional con la España de la transición fue ver en un cine de mi universidad francesa aquellas imágenes estremecederas de la manifestación de indignación serena y dolorosa, después del asesinato de los abogados laborales por parte de unos okupas fascistas de Cristo rey, quienes entraron en unas oficinas que no eran suyas para cumplir con su estilo de muerte.

Cuántos entierros desde entonces, cuánto dolor de familias inocentes, cuánto crespón negro. Cuánta desolación en la memoria de esposas, padres e hijos, cuyas vidas han sido y para siempre invadidas por los okupas del nacionalismo terrorista y asesino.

También están los listillos okupas de las cloacas del estado. De la mano de la rata Vera, su gusto y atracción por la inmundicia subterránea, el robo, el secuestro, el asesinato y la cal rebajaron el estado de derecho a los niveles del franquismo o de Largo Caballero, con el terrorismo de estado, pero en postmoderno, please.

Y luego vienen a mi memoria los okupas de segunda. No matan, pero hieren, arañan, corroen, desgastan, se ríen, mienten. Y ensucian, dejando una mancha multicolor y variopinta por las paredes de un inmenso squat en ruinas. Los enanos de Pujol, los complejos lingüísticos pero no tan privados de Aznar, los cachorros alimentados con el veneno antiespañol de las aulas taiferas y la ausencia total de autocrítica (histórica y empírica) de una izquierda española pueril e iletrada nos conducen a los lodos de hoy.

Que no quieran verlos y denunciarlos, desde la torre de control Prisa, el empresario exitoso, ya, en tiempos del caudillo y el ex director de los telediarios de Arias Navarro, es hasta cierto punto entendible, pues siempre han estado con el que manda, hasta convertirse, por lo menos eso creen, en los que mandan. Que los alegres muchachos de Génova, tan cándidos como en su preadolescencia, criados sin tensión dialéctica y entre algodones de antiguo régimen, sean incapaces de enfrentarse a la jauría de los enemigos de la democracia liberal (sí, liberal, la única que existe hoy en el mundo), es la historia castiza de siempre: buenas palabras de burgués al navajero de la esquina, que casi siempre terminan en cuchilladas.

Más grave y preocupante es la incapacidad de la ciudadanía a 1-observar y entender, 2-indignarse, 3-reaccionar.

Mientras tanto, la guerra, que nunca ha cesado, sigue en el campo de batalla vasco con las vigilantes miradas de odio hacia los Savater, Gotzone, Díez, San Gil y tantos anónimos concejales y funcionarios, cuyas vidas penden de un hilo, el de la traidora negociación de un gobernante inculto, inconsciente e iluminado: el okupa de la Moncloa.

(Coda:
Artículo 17.- Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella, salvo cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija de modo evidente, y a condición de una justa y previa indemnización.
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 1789)


Dante Pombo de Alvear, Reflexiones liberales

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso si que es una forma de cultura, lamentable, usar la democracia en beneficio del interés de su iluminación providencial. Excelente artículo.

Anónimo dijo...

Excelente, Dante. Ahora os invito a escribir algo sobre la medida del tripartito para expropiar a los pisos que están desocupados.

Seguid denunciando e informando así a la ciudadanía. Estáis haciendo un trabajo absolutamente excepcional.

Un afiliado de Ciutadans.

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