Creo que poco a poco vamos cambiando en este país, aunque nos
cuesta demasiado. La mayoría de los españoles somos hoy una colección extraña
de no representados, muchos nos atrevemos a decir que no nos representan ni las
ideas políticas, ni los partidos que las promueven, ni los políticos que las
representan. Sin embargo, al mismo tiempo, cada día somos más los partidarios
de las reflexiones acertadas, ¿quiere decir esto que avanzamos del mythos al
logos, de las creencias a la razón?, no me atrevo a asegurarlo, pero pudiera
ser posible.
Creo que en este país cada día somos más los ciudadanos que
contemplamos la política como un espectáculo y el poder como una realidad, que
poco tienen que ver entre sí. La política es una representación del poder
ficticia, pura farsa teatral para los menos informados o para los más
intoxicados sean reclutados, la gente mira la luna que les señala el dedo del
poder, pero no se fija de donde proviene el dedo. No debemos permitir que nos representen ideas, partidos o personas, sino conductas adecuadas, reflexiones correctas y comportamientos éticos.
Como en su día nos relató Gustavo Bueno, en este país no
vivimos en algo que pueda denominarse como democracia, sino en una idea
extravagante de la democracia que no reúne las condiciones y requisitos para
ser considerada como democracia.
En la realidad el poder no deja nada fuera de su control para
imponer su obra a los ciudadanos, aunque sea secuestrando estrafalariamente la
democracia. En la Grecia Clásica los partidos políticos estaban prohibidos,
porque los consideraban un antídoto de la democracia. No se puede considerar
que hay democracia cuando la elección de los candidatos se hace por las cúpulas
de los partidos políticos y los ciudadanos sólo pueden decidir apoyar a una
candidatura u otra o no hacerlo, candidaturas que han sido elegidas desde el
poder, a dedo, y por los méritos y condiciones más extravagantes, caerle bien
al líder, ser un lameculos o estar ahí siempre para hacer los tratos sucios o
las corrupciones necesarias.
Quiere esto decir que en la “democracia” (entre comillas) que
hay actualmente en España no elegimos representantes de los ciudadanos, sino
representantes de los partidos elegidos a dedo por sus mandatarios. De esta
forma se conculca el espíritu de isocracia que debe contener toda democracia,
sólo se puede elegir entre lo que otros han decidido, se vote al partido que se
vote. Es curioso que en todos los partidos, incluido el novedoso Podemos con su
líder recién elegido por tantos mil asentidores, funciona exactamente igual. La
gente vota por alguien y ese alguien decide quien le acompaña en el poder y en
la representación política, los ciudadanos sólo pueden escoger (que no es lo
mismo que elegir) entre unos u otros, que otros han elegido.
Por eso quiero pensar que estamos en un cambio de era, en la
que la gente ya no acepta que le representen aquellos que otros eligen, porque
para eso mejor que no le represente nadie. A pesar de las cosas que nos cuentan
las encuestas, que nunca relatan cuantos van a acudir a las urnas, sino sólo
los que van a salir elegidos, dependiendo de quien pague el estudio, los
españoles hemos cambiado de actitud en las últimas convocatorias a urnas, en
las europeas los que no votamos a nadie fuimos el 58 % y en la pantomima del referéndum
sobre la independencia de Cataluña, sólo acudieron a votar 1/3 de catalanes, a
pesar de la presión frentista que se había establecido como clima previo.
Sin duda la crisis del sistema político español es una crisis
de representación, la gente ya no quiere ser representada por quien decida
Rajoy, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez o Artur Mas. Y eso anuncia una nueva era,
la de la superación del embaucamiento ideológico, la envolvente partidaria y la
farsa política, creo que a los españoles a partir de ahora nos van a
representar cada día más las reflexiones acertadas y los comportamientos
correctos, que realmente representen nuestros intereses y no los de los
partidos o miembros de los partidos. Si es así, para algo habrá servido tanto
desasosiego y la democracia estará más cerca cada día
Enrique Suárez
3 comentarios:
A mí me representa una justicia independiente y un uso de los recursos públicos riguroso, ¡ah! y unos impuestos correspondientes a la eficacia de la gestión política de los mismos, desde luego, darle dinero a estos mequetrefes para que sigan viviendo en la orgía multicolor me duele como puñalada. Saludos
Puede que la gente empiece a abrir los ojos...Y puede que de una vez por todas decida abandonar el CAMINO DE SERVIDUMBRE...
Mi pronóstico se mantiene. Cambios aparentes para que todo siga igual. Y seguir todo igual significa ir a peor. Los que manipulan todo a su antojo van a seguir haciéndolo, y llevándose los réditos. Lo tienen muy fácil con la táctica del divide y vencerás, para después aleccionar a los forofos de ambos bandos y que se maten entre ellos. Se extiende la sensación de miedo vía televisión, para después esparcir unas dosis de buenismo y conformismo, y ¡zas!, otra vuelta de tuerca mayor que las anteriores.
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