"Desde la aparición del Estado constitucional y más completamente desde
la instauración de la democracia, el demagogo es la figura típica del
líder político en Occidente." Max Weber
Como no permitirá que se cuelguen las admoniciones “Contra la democracia realmente existente en
España” en la puerta principal del Congreso de los Diputados lo hago en ese
blog, al igual que Martín Lutero hizo con sus 95 tesis en la puerta de la
Iglesia del Palacio de Wittemberg el 31 de octubre de 1517, dando lugar a la
Reforma del cristianismo. Por mi parte he elegido la fecha de Navidad, porque entraña el simbolismo de un nacimiento, que ha definido la civilización occidental tal como es actualmente, fundamentada en la creencia y no en la reflexión racional.
En las enseñanzas de mi admirado Voltaire, creo que es necesario poner la democracia española en hora, porque no se puede vivir el futuro si estamos sometidos al pasado de una representación del Antiguo Régimen, adaptada para embaucar a los ciudadanos en nombre de la democracia y a su pesar. Hoy el sufragio es censitario y no universal, porque no hay isocracia, igualdad de posibilidades de ser elegido o elector, pues menos del 1 % de los españoles transformados en políticos (prácticamente, siempre los mismos a lo largo de toda su vida) deciden por más del 99 % de los españoles despojados de su condición política por ellos. En España, parece que existe democracia con unos ciudadanos que nacen para ser elegidos y otros para ser electores.
En las enseñanzas de mi admirado Voltaire, creo que es necesario poner la democracia española en hora, porque no se puede vivir el futuro si estamos sometidos al pasado de una representación del Antiguo Régimen, adaptada para embaucar a los ciudadanos en nombre de la democracia y a su pesar. Hoy el sufragio es censitario y no universal, porque no hay isocracia, igualdad de posibilidades de ser elegido o elector, pues menos del 1 % de los españoles transformados en políticos (prácticamente, siempre los mismos a lo largo de toda su vida) deciden por más del 99 % de los españoles despojados de su condición política por ellos. En España, parece que existe democracia con unos ciudadanos que nacen para ser elegidos y otros para ser electores.
El sistema representativo español
nada tiene que ver con la democracia, es una ficción o una farsa representativa
que debe ser erradicada, y las leyes que amparan este sistema de expolio cívico
deben ser derogadas. La degradación de la representación política debe concluir
de inmediato en nuestro país. Es una exigencia cívica que debemos hacer los
ciudadanos al poder.
A partir de hoy en este artículo
se irán añadiendo todas las cuestiones a resolver en la democracia española,
por lo que se invita a plantearlos en los comentarios a los lectores, así como
a corregir las propuestas, para establecer definitivamente el debate
democrático que este país necesita, que no es en ningún caso los temas de
interés para los partidarios de cualquier partido o la demagogia y propaganda que nos conceden los medios de comunicación a su servicio.
ADMONICIONES CONTRA LA DEMOCRACIA REALMENTE EXISTENTE EN ESPAÑA
ADMONICIÓN PRIMERA
Los partidos políticos son una auténtica enajenación de la democracia en este país. En la Democracia Clásica de la Antigua
Grecia estaban prohibidos. La democracia es un sistema de representación común
de los ciudadanos, no de los ciudadanos divididos desde el poder en partes o
partidos. Los partidarios pueden defender propuestas, pero no puede haber
partidarios que pongan por delante de los intereses de su partido a los intereses comunes de los españoles, como actualmente ocurre en España. Los partidos políticos
en su actual modelo deben ser modificados o erradicados, si queremos tener algún día
democracia en este país.
ADMONICIÓN SEGUNDA
Los partidos políticos en España no representan los intereses de los ciudadanos, sino los de sus cúpulas respectivas. La perversión democrática del sistema representativo español
obliga a que los candidatos sean elegidos y aprobados por las cúpulas de los
partidos, los ciudadanos sólo tienen poder en las urnas para ratificar la
elección de otros, no la suya. Es por tanto una democracia castrada de origen,
cuando un ciudadano vota, no vota por un candidato que le represente, vota por un partido, porque
el candidato le debe al partido y no al ciudadano su nombramiento, y por tanto representa el interés del partido y no de los ciudadanos
ADMONICIÓN TERCERA
Los partidos políticos en España no son democráticos, no cumplen la Constitución, ni la Ley de Partidos. En su estructura se ejerce la verticalidad en el reclutamiento, siendo los de arriba los que eligen los que suben y no los de abajo los que deciden a quien alzar. Todo es un simulacro de democracia, una filfa, una farsa y un fraude. Los partidos políticos españoles, que se presentan como democráticos, en realidad son tiranías encubiertas.
ADMONICIÓN CUARTA
En una democracia no se representan ideas, políticas, propuestas, fundamentadas en las creencias, sino conductas, reflexiones y actitudes fundamentadas en los hechos. La representación de ideas, políticas o propuestas es algo que incumbe al poder para embaucar a los ciudadanos, que deben exigir a sus representantes, comportamientos adecuados, reflexiones correctas, responsabilidades por sus errores y una estricta ética de servicio público, no de utilizar lo público como un servicio
ADMONICIÓN QUINTA
España es el país con más aforados del mundo en una democracia, más de diez mil personas son juzgadas en caso de delito por prácticas específicas. Mientras que todos aquellos que se enfrentan al poder, en alguna de sus formas, son juzgados por prácticas comunes. Los códigos legales no se cumplen de igual forma con los políticos y con los ciudadanos, por tanto no existe igualdad ante la ley, isonomia, una de las cuestiones ineludibles en una democracia
ADMONICIÓN SEXTA
En España no existe separación real de poderes, el poder judicial está sometido a las decisiones de los partidos políticos, con la elección de Tribunal Constitucional, Fiscal General del Estado, Tribunal de Cuentas y Consejo General del Poder Judicial. Con la elección de jefaturas en magistraturas y fiscalías. Las decisiones de los magistrados y fiscales vienen contaminadas por la política partidaria desde las más altas instancias. La frase de Platón se podría aplicar a la justicia española, la mayor injusticia es una apariencia de justicia
ADMONICIÓN TERCERA
Los partidos políticos en España no son democráticos, no cumplen la Constitución, ni la Ley de Partidos. En su estructura se ejerce la verticalidad en el reclutamiento, siendo los de arriba los que eligen los que suben y no los de abajo los que deciden a quien alzar. Todo es un simulacro de democracia, una filfa, una farsa y un fraude. Los partidos políticos españoles, que se presentan como democráticos, en realidad son tiranías encubiertas.
ADMONICIÓN CUARTA
En una democracia no se representan ideas, políticas, propuestas, fundamentadas en las creencias, sino conductas, reflexiones y actitudes fundamentadas en los hechos. La representación de ideas, políticas o propuestas es algo que incumbe al poder para embaucar a los ciudadanos, que deben exigir a sus representantes, comportamientos adecuados, reflexiones correctas, responsabilidades por sus errores y una estricta ética de servicio público, no de utilizar lo público como un servicio
ADMONICIÓN QUINTA
España es el país con más aforados del mundo en una democracia, más de diez mil personas son juzgadas en caso de delito por prácticas específicas. Mientras que todos aquellos que se enfrentan al poder, en alguna de sus formas, son juzgados por prácticas comunes. Los códigos legales no se cumplen de igual forma con los políticos y con los ciudadanos, por tanto no existe igualdad ante la ley, isonomia, una de las cuestiones ineludibles en una democracia
ADMONICIÓN SEXTA
En España no existe separación real de poderes, el poder judicial está sometido a las decisiones de los partidos políticos, con la elección de Tribunal Constitucional, Fiscal General del Estado, Tribunal de Cuentas y Consejo General del Poder Judicial. Con la elección de jefaturas en magistraturas y fiscalías. Las decisiones de los magistrados y fiscales vienen contaminadas por la política partidaria desde las más altas instancias. La frase de Platón se podría aplicar a la justicia española, la mayor injusticia es una apariencia de justicia
(continuará)
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