"Una nación es un resultado, no un propósito" Max Weber
Soy de los que piensa que España
no es algo discutido y discutible, sino algo indefinido, como son las naciones
de verdad, fundamentadas en los hechos; las que no lo son están perfectamente definidas hasta en los más
mínimos detalles, hasta el punto de que aquellos que no encajen en el perfil
previsto por los constructores corren el peligro de ser excomulgados y no salir
en la foto, puesto que son simulacros de nación diseñados por los que se aprovechan del asunto.
Las naciones importantes no se
definen por los políticos, sino por los ciudadanos, algo que resulta coherente
porque quien define es quien tiene potestad para ello y todas las naciones
modernas tienen como soberanos a los ciudadanos. Cuando la soberanía era de los
reyes hace más de dos siglos, ellos también definían la realidad de los ciudadanos, como acontece
ahora con los partidos políticos, esa nueva "aristocracia electoral"; salvo algunas excepciones como Reino
Unido, donde desde lo de Cromwell son los ciudadanos soberanos los que definen la
monarquía. En España también debería ser así, pero hay muchos intereses políticos
para que no sea. Lo habitual es que los partidos políticos, en un acto de
usurpación sin precedentes, traten de representar la soberanía de los
ciudadanos, cuando en realidad sólo tienen potestad legal para representar los intereses generales de los ciudadanos (no los particulares de los partidos políticos), pero no la soberanía. En Francia, sí pueden hacerlo, porque la
soberanía es algo compartido entre el pueblo y la Asamblea desde la Revolución
Francesa y la creación del Estado jacobino que tutela discretamente al pueblo, pero en Estados Unidos no pueden hacerlo, porque lo impide su Constitución, aunque el Presidente tiene
potestad absoluta para representar los intereses generales de todos los
norteamericanos, incluídos los nacionales, si fuera preciso. Pero en España no es así, el único soberano de la nación española es el pueblo español en su totalidad.
Pero lo que está cada día más
claro en este país es que las distintas versiones e interpretaciones de los
partidos políticos poco tienen que ver con los deseos y los intereses de los ciudadanos,
y tan sólo tienen que ver con los intereses de los partidos. Dudo mucho que
España se parezca al invento del PP, un Estado corporativo, o al del PSOE, un
Estado Federal, o al de los nacionalistas, un Estado fragmentado, o el Estado
fantástico de Podemos.
Si ustedes se dan cuenta todos los partidos
políticos buscan convertir a la nación (algo que depende de la soberanía y
libertad de los ciudadanos) en alguna forma de Estado (algo que depende
exclusivamente del poder de los partidos políticos). Reducir la nación al
Estado es una felonía de la misma proporción que la que estableció Fernando VII
cuando no sancionó la Constitución de 1812, y no fue hasta 1820, cuando Riego
le obligó, cuando dijo aquello de: “marchemos, francamente, y yo el primero,
por la senda constitucional”, tres años después, Riego era ahorcado en la Plaza
de la Cebada de Madrid, un 7 de noviembre, y daba comienzo la década ominosa.
El espectáculo que hoy nos han
ofrecido los asistentes a la manifestación de la v de la diada, con medio
millón de independentistas, ha sido muy interesante y divertido, pero nadie les
dirá a los asistentes, porque en este país hay mucha cobardía, que ese medio
millón es tan solo el 6,67 % de los catalanes, y el 1,07 % de los españoles,
esas son las cifras reales de su representación. Creo que es un auténtico
exceso de soberbia y estupidez, pensar que un poco más de uno de cada cien
españoles tiene derecho a decidir por el 99 % restante en relación a la
cuestión de la soberanía nacional de este país.
A veces, los árboles que nos ponen
los medios de comunicación en las narices nos impiden ver el bosque de la
realidad, no es algo que ocurra por casualidad, sino de forma intencionada y
artera, porque hoy los medios de comunicación escritos o audiovisuales no
pueden sobrevivir sin las subvenciones en forma de propaganda institucional que
les ofrecen los distintos gobiernos y por eso se han convertido en siervos de
pesebre.
En este país los políticos tienen
tan poca formación que no comprenden que las autonomías son entidades administrativas
en nuestra Constitución, que pueden regular cuestiones relacionadas con el
funcionamiento del Estado en las distintas comunidades, pero nada que competa
ni a derechos fundamentales, ni a cuestiones nacionales. Tal vez el error no
sea sólo suyo, sino también del gobierno del Estado, que ha mostrado su
benevolencia con los escarceos secesionistas para no crear más conflictos, de
los que siempre se acaban beneficiando aquellos que ejercen de víctimas
propiciatorias aunque sean, en realidad, unos opresores despóticos que imponen
la tiranía de su voluntad contra leyes y derechos. Evidentemente si la justicia
no estuviera vendida al poder desde que consiente que sus cúpulas sean elegidas
desde los partidos políticos, las cosas no serían así, pero así son.
Sigo pensando que este sistema es
anacrónico y ya huele a cadáver putrefacto sin enterrar; el cenotafio de la historia está
aguardando su inmolación definitiva, voluntaria o involuntaria, eso es lo de menos. No hay ninguna regeneración posible que pueda provenir del poder político, cuando el poder político es el único responsable de la degeneración política que vivimos en este país. A los criminales no se les permite salvarse por arrepentimiento y redención de sus crímenes, sino por sentencia y condena de los mismos. Algún día se acabarán las tonterías a las que estamos
asistiendo y todos los que han vulnerado la constitución española vigente tendrán
que rendir cuentas de sus crímenes contra la democracia.
Que sea más pronto o más tarde sólo depende de los españoles soberanos, no de los partidos políticos usurpadores e impostores, que han utilizado la democracia en este país para crear indeterminados agujeros negros de corrupción, fraude y sectarismo por los que se han fugado los recursos que correspondían al bienestar de los españoles, y hoy forman parte de cuentas privadas en paraísos fiscales a nombre de los ladrones, que esperan ser juzgados y encerrados en la cárcel. Ya falta menos y lo saben.
Que sea más pronto o más tarde sólo depende de los españoles soberanos, no de los partidos políticos usurpadores e impostores, que han utilizado la democracia en este país para crear indeterminados agujeros negros de corrupción, fraude y sectarismo por los que se han fugado los recursos que correspondían al bienestar de los españoles, y hoy forman parte de cuentas privadas en paraísos fiscales a nombre de los ladrones, que esperan ser juzgados y encerrados en la cárcel. Ya falta menos y lo saben.
Me parece bien que el 1,07 % de los catalanes quieran la independencia de Cataluña, ahora sólo necesitan convencer al 98,93 % de los españoles restante, de que es algo que debemos concederles. Esperamos que lo planteen de forma oficial y así en toda España podamos hacer un referendum para dejar de ser españoles y ser lo que quieran el 1,07 % de los catalanes que hoy han festejado La Diada. Creo que vivimos en una democracia, aunque en realidad sea una demagogia de la que se benefician todos aquellos representantes políticos que en las campañas electorales nos van a llevar al paraiso y poco después, sin que nadie sepa explicarlo, nos dejan tirados en el infierno, para salvarse ellos. Esa sería la forma legítima de resolver este problema, de la que no quieren oir hablar desde las oligarquías del poder político, para poder ofrecernos sus "soluciones": someter a referendum en toda España la viabilidad de la independencia de Cataluña.
Enrique
Suárez
Ciudadanos en la Red: El 1,07 % de los españoles quiere la independencia... http://t.co/W7IuulIPyi
— Enrique Suárez (@biantedepriena) septiembre 11, 2014
7 comentarios:
Enrique, estoy totalmente de acuerdo con todo, excepto con esta frase: “todos los que han vulnerado la constitución española vigente tendrán que rendir cuentas de sus crímenes contra la democracia”. Eso no va a suceder jamás.
Pues deberían rendirlas, fractalio
Vuelvo a estar de acuerdo, pero desgraciadamente se quedará en un eterno desideratum.
Estimado amigo:
Durante los años pasados, los más lúcidos observadores han estado explicando con demostraciones prácticas y detalle de hechos, el núcleo de lo que actualmente se dirime en el mundo. En esencia, es extremadamente sencillo de entender el motor de esta guerra mundial que se degusta en la vida individual de la ciudadanía universal; guerra literal, como abunda el Santo Padre entre otros prohombres. Al tratarse de un conflicto en el que los actuales Amos de la Tierra se juegan su status, si no el pellejo, como nunca antes en la historia, y tanto como sus “esclavos”. Esta evidencia se oculta sistemáticamente para no dar pistas a los verdaderos vencedores históricos del litigio: la millonaria humanidad nacionalmente militante. Todo eso es un inútil, criminal y desesperado afán por mantenerse en el delito público, dirigido a los más ingenuos del género humano, cuando todo el mundo tiene que subsistir a diario por más ignorante que sea.
El contexto no suscita ninguna incógnita científica, porque el desarrollo de los acontecimientos revela permanentemente lo previsto, diagnosticado y descrito desde hace tiempo. (ciudadanosenlared.blogspot.com/2008/03/poder-ciudadano.html)
Pero llama poderosamente la atención que los más reconocidos artistas y/o pensadores, del huerto patrio, no alcancen a entender en toda su plenitud y consecuencia la naturaleza última de nuestros males. Y así, los más feroces críticos de este estado de cosas, permanecen en un estadio mental corto para calibrar en su justa medida el alcance de esta realidad mundial y por ende nacional. Abundan los ejemplos y brillan sus autores: conspicuos dramaturgos, artistas y politiquillos de saldo, reiteran la cobardía de nuestros asustados desgobernantuchos, cuando la realidad muestra día a día desde hace tiempo, el protagonismo y la responsabilidad directa de los mismos en los actuales crímenes sociales, pretendiendo confundir, involuntariamente los más de ellos, a una opinión pública que ya no admite la desidia como explicación de estos asesinatos. También avezados comentaristas de prestigio admiten pereza, ignorancia o inmovilismo de figurantes, lo que la vida señala luminosamente como autoría directa e intencionada de inéditas salvajadas, incivilización a destajo y fechorías sin límites, adredemente concebidas detrás de tanta parafernalia pública y oficial, para no descubrir a la población lo que a todas luces es una tentativa del exterminio de humanos.
El espionaje, la represión y el miedo contribuyen a tanta ineptitud de estos voceros, aunque, todo hay que decirlo, el verdadero pánico cotidiano es exclusiva del enemigo nacional.
Estos intelectuales prestigiados en el pasado y veloces perdedores de prestigio en el presente, deberán abonar sus carencias como tantos otros lo han venido haciendo. La mayoría de ellos vive del dinero público y lo tendrán que devolver por no cumplir con sus obligaciones y con el contrato social por el que cobran y viven a expensas del resto de sus semejantes.
(continua)
(Continuacion y fin)
Y su buena fe, mochila hoy en día escuchimizada, sólo les servirá de atenuante en un tiempo venidero cada día más perentorio. En su favor cuenta que esta novedosa etapa histórica del género humano, ha sido imposible de sintonizar por el pensamiento añejo, para no achacarlo a las supersticiones, aunque muy fácil de percibir y sufrir por las multitudes, que son las auténticas triunfadoras del presente y el futuro; y, sobretodo, porque la solución a este tiempo que nos atrapa no es más que la expulsión radical de cualquier amo de vidas y haciendas ajenas. El género humano deberá regirse en lo sucesivo por si mismo y por nadie más. Por eso, si los protestones de cara al público siguen clamando por restituir un pasado “ideal” y continúan estáticos y despistados conforme a la realidad de la vida, se les señalará públicamente como siervos, como esclavos en su fuero íntimo, como seres desprovistos de libertad, como guiñapos de la especie sin amplitud de miras, carentes del conocimiento necesario y, en última instancia, de humanidad, que es la frontera determinante contra los enemigos de la vida.
Cordial saludo de los patriotas.
Todo muy bien, de acuerdo Sr. Suarez, pero como dice Fractalio no pasa de ser un desideratum o el sueño de una noche de verano. Aquí los que mandan, los Amos, aunque sean sólo nuestros empleados, aunque anden ahora a la greña preferirán hundiro todo antes que apearse del chiringuito que ven peligrar. Utilizarán toda su maldad y malas mañas, cueste lo que cueste para no perder su peana. Nos podemos ir preparando porque son implacables y morirán matando. Además lo tienen fácil con un pueblo de analfabetos aborregados como el español, hooligans a muerte de los "suyos" hagan ko que hagan
"Un peuple qui élit des corrompus, des renégats, des imposteurs, des voleurs et des traîtres n'est pas victime, il est complice".
George Orwell
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