Son los datos que se derivan de
diversos estudios ofrecidos en los últimos tiempos, pero quizás lo más
sorprendente sea que el 10 % de la población planetaria controla el 85 % de lariqueza mundial, esto quiere decir que el 90 % restante tiene que conformarse
con un 15 % de la riqueza existente en
este planeta. En Estados Unidos y Suiza, el 1 % de la población más rica
controla más del 33 % de la riqueza existente en sus respectivos países. En
España la riqueza está más repartida, pues el 1 % más rico controla solamente el
18 % de la riqueza nacional.
En épocas de crisis como la que
estamos viviendo estos datos nos ofrecen una imagen realmente siniestra sobre
la distribución de la riqueza, tanto en el mundo como en los países más
avanzados. Los ricos están ocupando el lugar que la aristocracia dejó en las
revoluciones del pasado, tanto en Rusia, como en Francia. Y al mismo tiempo está
surgiendo una población cada día más numerosa que no tiene recursos siquiera
para sobrevivir, un 50 % de la población del planeta sólo controla un 2 % de
los recursos mundiales.
Independientemente del juicio que
corresponda a esta distribución de la riqueza en el ámbito planetario, quiero
exponer algunas cuestiones que se derivan de estos hechos.
1) Hoy como ayer, el dinero sigue siendo un poderoso caballero que determina el curso de las vidas de las personas más que ninguna otra variable.
2) Los Gobiernos mundiales en un sistema capitalista global no han resuelto la difícilcoyuntura de equilibrar la democracia política con la estructura económica tras más de cien años de democracia en los países más avanzados
3) No hay ninguna ideología que haya servido para realizar una distribución de la riqueza más equitativa entre los seres humanos. Tras muchos años de dictadura socialista o comunista, lo único que se cambian son las élites que controlan los recursos. En Argentina Kirchner, en Venezuela Chávez o en Cuba los Castro, tienen miles de veces más recursos propios que el 50 % más pobre de la población que gobiernan, lo mismo ocurre con los miembros del Partido Comunista chino.
5) Los medios de comunicación participan en la perpetuación del sistema imponiendo censuras cotidianas sobre la realidad, propaganda, intoxicaciones y otras tácticas de manipulación para que la gente no se entere de lo que está ocurriendo.4) El sistema jurídico de los países avanzados, al igual que el de los países emergentes y los de los países pobres, facilita que la desigualdad se perpetúe e incremente, un caso flagrante es el acontecido con los numerosos casos de corrupción política en España o en México, ajenos a cualquier sanción sencillamente por estar protegidos por los partidos que gobiernan y hacen oposición
6) Los políticos de todos los partidos prefieren empobrecer a los ciudadanos que a bancos quebrados o financieros corruptos. El caso del anterior presidente de la CEOE hoy en reclusión por diversas formas de estafa, es paradigmático.
7) Este problema no puede resolverse de ninguna forma como se ha pretendido en Francia o hace años en España, persiguiendo a personajes públicos y famosos para dar ejemplo moral de que nadie se escapa al brazo fiscal del Estado, mientras los políticos no se sometan a sí mismos a un ejercicio similar.
8) Sin duda, el problema de una distribución tan asimétrica de la riqueza en todos los países del mundo no proviene tanto del interés avaricioso de aquellos que coleccionan cada día más riqueza, sino del escaso interés de los políticos por un cambio en esa distribución. En España, tras diversos gobiernos socialistas, la riqueza todavía se incrementó aún más en las grandes fortunas.
9) Es hora de que maduremos y abandonemos todos los motivos para creer que nos han insuflado en la inmersión falaz a que nos han sometido determinadas formaciones políticas en España, porque cuando tuvieron ocasión de cambiar las cosas no lo hicieron, ni siquiera lo intentaron.
10) El problema de España y del mundo, no es que los ricos sean más ricos, como tratan de hacernos ver interesadamente algunos propagandistas a sueldo, sino que los pobres sean cada vez más pobres, con cualquier ideología o política, por mucho que se abandere en lo público, lo social y la igualdad. Si así hubiera sido, más allá de un brindis al sol, las cosas no serían como son actualmente.
Es importante
que abandonemos el deporte nacional de la envidia auspiciado por aquellos que
viven magníficamente de denunciar aquello que cuando tienen poder no se atreven
ni a tocar. El problema de los españoles no es que un 1 % dispongan del 18 % de
los recursos, sino que el 50 % dispongan de menos del 10 % de los recursos
existentes en este país. De hecho los ricos españoles son menos ricos que los
de la mayoría de los países occidentales, con alguna excepción.
Creo que alguien
trata de tomarnos el pelo, para España debería ser un orgullo que Amancio
Ortega fuera la quinta fortuna del mundo, gracias entre otras cosas al trabajo
de muchos miles de españoles. El problema de España no es Amancio Ortega, ojalá
tuviéramos muchos más, el problema son los políticos inútiles, los
sindicalistas de pesebre, los empresarios que viven al socaire de lo público,
ese es el problema de España que ha hecho que el índice de desarrollo humano de
España haya descendido más que ningún otro país europeo, y amenaza con
llevarnos a la cola de las naciones del mundo en cuanto a las oportunidades que
los distintos gobiernos autonómicos, municipales o nacionales ofrecen a sus
ciudadanos.
Que Amancio
Ortega fuera más pobre de lo que es, posiblemente redundaría en que muchos miles
de españoles perdieran su trabajo, sin embargo, tener políticos mejor formados,
más responsables y rigurosos, menos charlatanes y delirantes, sería motivo
suficiente para que muchos españoles salieran del paro y la pobreza. No
permitamos que desvíen la atención de los ciudadanos, los responsables de la
crisis en España no son los ricos, sino los ambiciosos políticos que han
pretendido hacerse ricos a costa de lo público, aunque para ello arrojaran a la
mitad del país a la pobreza, independientemente de la ideología que les haya permitido acceder al poder.
Enrique Suárez
8 comentarios:
Según Borja Semper responsable del PP de Guipuezcoa BILDU no es ETA, y hay que admitir que gobiernen. Hay que ser moderno y dominar a las tripas. Yo creo que quien no domina a las tripas es Semper que con tal de seguir llenando la andorga en el machito del politiqueo hace lo que sea menester y traiciona a quien se tercie. País de siervos sin remedio...
http://youtu.be/DzdDf9hKfJw
Hermosa balada antigua Bretona de quienes combaten a los "enemigos de la Nación"
http://youtu.be/ne2LzSG8bic
Un excelente retrato
http://vozpopuli.com/nacional/19515-mision-imposible-en-zarzuela-o-como-recuperar-en-37-dias-el-prestigio-dilapidado-en-37-anos
Enrique, no acabo de entender por qué comienzas el post hablando de un problema que al final acabas defendiendo. Mientras no tengamos claro que los verdaderos enemigos de la sociedad mundial son los acumuladores salvajes de capitales, será imposible combatirlos. Seguimos viendo a la casta política como nuestros enemigos, cuando no son más que unos peleles analfabetos sin escrúpulos, cuya única misión es hacer de cortina para impedir que veamos a sus amos (que son los nuestros). Para ello sólo tienen que legislar para blindar el sistema económico actual, que es la aberración y estafa más absurda y cruel que se pueda imaginar. Baratísimo les sale a esos salvajes acumuladores de capitales mantener ahí a esos parásitos que se turnan cada ocho años para crear el forofismo necesario que les avala cada cuatro, porque entre otras cosas, también los pagamos nosotros. Ellos ya se encargan de amenazar a jueces y fiscales, si es que no son capaces de comprarlos con la pasta o con el reforzamiento de su ego, cosa bastante dudosa.
Y mientras, estos dueños de todos, ahí, de rositas, respetados y admirados los cabezas visibles, y bien ocultos los jefes, acumulando y acumulando, llegando al absurdo punto al que hemos llegado de producir más de lo que somos capaces de consumir. Y todo ello inoculado en vena a través de la vía que nos han instalado: los mass media.
fractalio, la cuestión no es la acumulación de la riqueza en pocas manos, sino la acumulación de la pobreza en muchas.
Aunque lo parezca, no son problemas estrictamente relacionados, aunque si tienen relación, lo expongo: si un pobre se hacer rico, disminuye la pobreza, si un rico se hace pobre, aumenta la pobreza. Nos conviene que los pobres se hagan ricos, no que los ricos se hagan pobres.
Para mí es bastante evidente que la acumulación de la riqueza en pocas manos es la causa de la ruina absoluta de otros muchísimos. Sólo la riqueza extrema es capaz de doblegar a los legisladores para legislar a favor de los acumuladores, y de comprar, amenazar o chantajear a jueces y gobiernos para mirar a otro lado bajo pena de barrerlos del mapa. Y es ese sistema el que ha ido esquilmando a diestro y siniestro. Su voracidad es ilimitada, pero la riqueza no lo es, así que la tienen que robar. No ha existido, ni existe, ni existirá nadie que por muy genio que haya sido, sea o vaya a ser, merezca poseer más fortuna que la que suponga la riqueza media por habitante multiplicada por un número razonable de veces. Y ese número puede ser diez, cien, o mil, pero no mucho más, porque el número real es lo que nos ha llevado a la situación actual, que por reducción al absurdo, no tiene marcha atrás dentro de este sistema.
fractalio, esa es una teoría, hay otras. Personalmente creo que las variables que producen riqueza, poco tienen que ver con aquellas que producen pobreza. Eso de que haya más pobres porque haya ricos o los ricos sean más ricos, no lo tengo muy claro. Por otra parte, esa concepción de la riqueza como algo limitado, es la que lleva precisamente a pensar que si hay pobres es porque hay ricos, cuanto más crece el PIB de un país, hay menos pobres, y los ricos no están precisamente porque no crezca. Creo que va siendo hora de salir de los "lugares comunes" que ha impuesto en nuestras cabezas el socialismo.
Convéncete, Enrique, los únicos lugares comunes son los impuestos por las mafias, y éstas no entienden de ideologías ni distinguen entre lo público y lo privado, porque necesita de ambos ámbitos para extender sus metástasis.
¿Es cierto o no que los que parten el bacalao en el mundo son los grandes lobbies? ¿Es cierto o no que los gobiernos mundiales están sometidos a su control? ¿Es cierto o no que esos lobbies acumulan sus capitales salvajes vendiendo “bienes y servicios” al común de los mortales gracias a los anestesiantes cerebrales inoculados vía mass media? ¿Es cierto o no que un gran porcentaje del común de los mortales consume compulsivamente sin preguntarse dónde y para qué va el dinero que paga por los “bienes y servicios” que adquiere y para qué le sirven realmente? ¿Es cierto o no que hay otro gran porcentaje del común de los mortales que no puede consumir ni siquiera los bienes y servicios (esta vez sin comillas) mínimos imprescindibles para una vida digna? ¿Qué pasa, que éstos últimos son gilipollas o se lo hacen? ¿Qué pasa, que los que tenemos para consumir “bienes y servicios” somos más listos o nos lo hacemos? ¿Hay alguna diferencia entre ideologías en cuanto al ataque o defensa real de este sistema mafioso, o más bien todas ellas están de hecho a su servicio? ¿Es realmente libre el tan cacareado “libre mercado”? ¿Es cierta la ley de la oferta y la demanda, o es más bien la ley de la producción innecesaria y la demanda artificial y obligada? ¿Hay alguna diferencia entre la mafia pública y la mafia privada, o forman una simbiosis imprescindible?
Lo que ha imperado siempre ha sido la trampa y los listillos de turno en todos los ámbitos, y sus efectos han sido siempre proporcionales al tamaño del entorno en el que han operado. Y resulta que ahora el tamaño es el global, queramos o no, de ahí el tamaño de las consecuencias. Y siguiendo sus dictámenes, seguimos masacrándonos entre nosotros, y facilitándoles la labor. Realmente, estamos locos.
Y no te engañes: cuanto más crece el PIB de unos países, más decrece el PIB de otros. Lo que yo vendo es porque otros lo compran debido a que no lo pueden producir mejor o más barato. Si pudieran, no sólo no me lo comprarían a mí, sino que me venderían a mí lo suyo, con lo que estaríamos igual pero al revés.
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