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lunes, 12 de septiembre de 2011

Presentismo y Adanismo: los males de nuestro tiempo


Cada época tiene sus elementos definitorios, la nuestra se caracteriza por el impacto de los avances tecnológicos y su desarrollo acelerado, que han permitido acortar el tiempo de las comunicaciones, hasta la instantaneidad, pero también ampliar el espacio de relación a todo el mundo con la globalización. Esta representación ampliada de nuestro mundo de relaciones, está produciendo en las generaciones más jóvenes una transición desde un modelo fundamentado en la evolución de las cosas a lo largo del tiempo y el espacio, a una representación alienada de la existencia.

En realidad, los seres humanos cada día somos menos autónomos e independientes, estamos sometidos a numerosos “encadenamientos liberadores” y en sociedades amnésicas, como la nuestra, en la que hemos olvidado, prácticamente, que la libertad se conquista cada día y que el poder, en todas sus formas, tanto económicas, como políticas o culturales, trata de recortarla sin interrupción, se está produciendo un conflicto de proporciones incontroladas.

Hoy no importa tanto lo que ocurrió en el pasado o lo que ocurrirá en el futuro, como lo que está ocurriendo en el presente. El acceso inmediato a la información, ha relajado la costumbre del conocimiento. La gente piensa que todo lo que debe conocer está en google o la Wikipedia, y al mismo tiempo que nadie puede saber más por sí mismo, que alguien que tenga a su disposición un ordenador conectado a la red. Pero sin duda esto es una falacia de nuestro tiempo, porque por muchos recursos que se ofrezcan en la red, no se ofrecen los criterios fundamentados en los procesos que permiten obtener resultados con ellos. Sin embargo, esta representación del conocimiento asequible, está confundiendo a mucha gente, pensando que el acceso al conocimiento es conocimiento, cuando en realidad nada tiene que ver, por la misma razón que acceder a una piscina no nos convierte de forma inmediata en nadadores, evidentemente sin piscina o un medio acuático disponible, sería difícil aprender a nadar, pero no por acceder a los medios acuáticos se aprende a nadar, tampoco por tener un coche se sabe conducir, o por tener un procesador de textos se escriben novelas.

Pero en una época de presentismo, surgen tentaciones de adanismo, que en realidad es una disposición a pensar que no existe otra realidad que la que se vive y todo lo vivido con anterioridad por otros carece de importancia, por lo tanto sólo se puede aprender de la experiencia propia y no de la ajena. La cultura se ha reducido a comunicación sincrónica, inmediata y global, intrageneracional, y se ha olvidado la comunicación diacrónica, mediada e histórica, intergeneracional, porque en un alarde de relativismo se niega que pueda haber otros recursos para resolver nuestros problemas que los que provengan del presente. Se ha dejado de creer en todo lo que proviene del pasado para resolver los problemas del presente, porque a alguien se le ha ocurrido abogar por una realidad que ha cambiado tanto que no admite recursos que no provengan de esa misma realidad, algo que es exactamente una creencia errónea, y la humanidad ha pasado de un mundo fundamentado en la razón y la ciencia explicativa a una ciencia inductiva e irracional, que más que ocuparse de las causas de lo que ocurre se ocupa de las consecuencias, de la etiología hemos pasado a la teleología, pero de forma irresponsable, porque para que existan consecuencias, primero han de existir causas. Y de la teleología, sin duda pasaremos de nuevo a alguna forma de teología, donde creer, será más importante que crear.

Sin duda, presentismo y adanismo, nos conducen a un retroceso, porque hemos sustituido el logos por el nuevo mito de que solo lo actual existe y tiene importancia, una fenomenología del presente, existencialista, como consecuencia de la presión relativista. Volvemos a creer y nos estamos olvidando de crear y de crecer. Estamos a punto de redescubrir la magia en pleno siglo XXI, porque todavía nos sorprende el poder que nos ofrece la técnica, y pensamos que por cambiar de canal en el mando a distancia de la tele, dominamos el mundo que sale por la pantalla, al igual que pensamos que por tener acceso a un ordenador, tenemos más poder que cualquier gran hombre o mujer del pasado pudiera haber soñado. Sin embargo, no nos damos cuenta de que mientras nuestros antepasados lograron crear sus propios recursos y aprendieron a utilizarlos, nosotros sólo sabemos consumirlos, por lo que nuestra dependencia es mucho mayor que la que ellos tuvieron, aunque nuestras condiciones de vida son evidentemente mejores y la vida se haya hecho más fácil.

Quizás todas estas cosas expliquen también la ausencia de iniciativa de la gente, en muchas ocasiones condenados a vivir en los canales en los que son instalados en su nacimiento y sin posibilidad alguna de cambiar de camino y por tanto de destino. Por eso surgen movimientos sociales como los indignados que pretenden que las circunstancias que rigen su existencia cambien por sus protestas y demandas, como si eso hubiera ocurrido alguna vez a lo largo de la historia.

Hay un componente de servidumbre tan incrustado en la mentalidad de la gente, que son numerosos los que piensan que con pedir pan se lo van a dar gratis, sin trabajar ni esforzarse para conseguirlo y que si eso no ocurre el mundo será culpable de su desgracia y la injusticia que con ellos se ha cometido. Esas nuevas generaciones piensan que la harina con que se hace el pan llega a los supermercados surgida de la nada, y no de los chinos que cobran 50 euros al mes por trabajar de sol a sol, para que comamos en Occidente, mientras ellos viven una existencia que para nosotros sería insoportable e injusta.

Las reglas de la globalización se han impuesto, y mientras en los países avanzados estamos condenados a consumir sin interrupción, en los no avanzados están condenados a producir sin interrupción para poder comer todos los días. La consecuencia es que se ha producido un dumping social de mano de obra barata en los países no avanzados, que ha desplazado de su trabajo a la mano de obra menos cualificada de los países avanzados, pero también a todos los ciudadanos, porque los más débiles en recursos han dejado de consumir, mientras que los que disponen de más recursos también lo han hecho por miedo al futuro. Pero el efecto de la reducción de la demanda, ha de verse reflejado en una reducción de la oferta, que no puede reducirse sin grandes cambios sociales en los países productores.

El incremento de “estocaje” de recursos hará que los precios se abaraten, pero eso no logrará incrementar el consumo, al menos en nuestro país, porque un 50 % de la población está viviendo en economía de supervivencia y el otro 50 % con mucha cautela al decidir su consumo. España, es posiblemente uno de los países más afectados por la crisis, porque nos ha pillado, como a Portugal, Grecia, o Irlanda y los países del Este de Europa, a medio camino entre la riqueza y la pobreza, pero también con una población subsumida en la confusión adanista y presentista que se ha patrocinado desde un Estado Providencia ficticio, mientras que algunos se divertían creando Alianzas de Civilizaciones y mostrándole al mundo su absoluta inanidad, eso sí, mientras se dilapidaban los recursos que ahora se necesitan y ya no se tienen.

Enrique Suárez

13 comentarios:

fractalio dijo...

Enrique, me parece una muy buena e interesante reflexión, con la que estoy bastante de acuerdo. Siempre he dicho que el futuro es el reflejo del pasado en el espejo del hoy. Y que, desgraciadamente, sólo somos capaces de establecer una relación causa-efecto cuando los beneficios o perjuicios de un hecho se producen a corto plazo, pero cuando las consecuencias se hacen esperar se produce una distorsión, debida a la pérdida de perspectiva, de tal forma que nos hace incapaces de reconocer qué causa/s ha/n producido tal/es efecto/s. Y difícilmente podremos controlar los efectos si desconocemos las causas, tanto para lo bueno como para lo malo.

Pero también mantengo y mantendré la defensa de los jóvenes, pues se han encontrado de frente algo que no han creado ellos pero que se les viene encima de forma irremediable, y van a pagar las consecuencias de la cagada de toda una generación que no hemos querido “tener tiempo” para detener la vorágine que nosotros mismos estábamos creando, o al menos colaborando con su mantenimiento. Yo al menos me considero responsable, aún habiéndome puesto manos a la obra para intentar enfrentarme a este terrorífico sistema estafador y mafioso donde los haya. Y cuanta más formación hayan tenido los miembros de dicha generación, mayor responsabilidad, por mucho que se quiera eludir.

Enrique Suárez dijo...

Pues cierto es que los jóvenes van a pagar el pato, y para nada, creo que les haya hecho culpables de lo dicho fractalio, sino víctimas. Otra cosa es que pretendan ofrecer soluciones de lo más variopinto, a un grave problema que ni llegan a comprender, pero que sufren en sus carnes. Evidentemente los efectos son de unas causas, y en esas causas hay unos responsables, vamos, que ésto no ocurrió, se produjo porque algunos ni supieron, ni quisieron, ni entendieron que el sueldo que estaban cobrando era para que no se produjera, es decir, que nos han estafado. En el caso de España, vale para Gobierno y oposición.

fractalio dijo...

Estoy de acuerdo en que la responsabilidad de los políticos vale para los del gobierno y para los de la oposición, pero hay algo muy claro: los políticos no han llovido del cielo, están ahí porque una vez visto el fraude, millones y millones de votos siguieron entrando en las urnas, y esos votos los han metido ahí la gente de mi generación (que es la suya), incapaces de ver los lodos que vendrían de aquellos barros, por puro egoísmo y comodidad. Y por seguir subidos al tren del consumismo absurdo, salvaje y cruel que estaba claro que traería lo que estamos viendo y lo que está por ver. Dígame una cosa, por curiosidad: ¿usted no se siente responsable?

Enrique Suárez dijo...

Posiblemente menos que usted, y otros cuantos millones de españoles, fractalio, entre otras cosas porque he dedicado buena parte de mi tiempo libre durante estos últimos cinco años a denunciar lo que estaba ocurriendo, mientras algunos venían a decirme que estaba equivocado, como usted, por cierto, con aquellos textos fuera de contexto así, con el pretexto de desviar las conversaciones que se estaban manteniendo (17/4/2011, por ejemplo); así que cada palo aguante su vela, la suya parece que se ha quemado, no sabe cuanto lo siento.

Anónimo dijo...

Publicado en Rebelión.. el XI-IX-MMXI

El conocimiento nos mantendrá libres.
En los tiempos de revolución, una “cosa” y su contraria es la esencia de la realidad, y a la vez, esa existencia, sumamente provisional en el tiempo, está preñada simultáneamente de un sentido y su opuesto. Precisamente la revolución viene a solucionar lo que en si mismo es contradictorio, en ese dilema tiene su cuna, en ese conflicto reside la razón de su presencia, de ese embrollo brota su razón de ser.
Considerar los conceptos sociales de forma “estática” o clásica, como se aparecen en los tiempos de paz social, es inviable por insuficiente en etapas temporales de cambios veloces. ¿Cómo considerar el estado del agua cuando se encuentra a cien grados centígrados? ¿Cómo conceptuar la guerra con los criterios empleados en la paz?¿Cómo averiguar el preciso color de un rayo de luz traspasando un prisma de vidrio?. He aquí la dialéctica hegeliana, superadora de la lógica formal cuando el contexto lo exige, he ahí el cálculo infinitesimal cuando la aritmética pedestre no llega ni sirve, he allí la solución teórica cuando la política bulle como en nuestra época.

Es necesario revisar a los clásicos, es prioritario comprender esta fase del proceso histórico para discernir someramente los acontecimientos actuales. No es exacto hablar de una Nación como un todo cuando los desgarros pugnan en su seno, es insuficiente calificar como unidad a la clase dominante de nuestro tiempo porque es diversa y contraria internamente, y es ingenuo concebir para tiempos convulsos, criterios válidos en los tranquilos y estables. Los hechos visibles claman y exigen un tratamiento distinto en su continuo devenir, alboroto, mezcla y locura, como se presencia actualmente.
El microscopio se inventó para ver lo que hay debajo de la superficie de las cosas y el pensamiento político concibió en su tiempo los recursos intelectuales con los cuales deben mirarse los procesos revolucionarios, procesos que tienen además cursos aleccionadores surgidos anteriormente en la historia humana de los cuales ha aprendido el pensamiento social. Sin establecer esas premisas y sin disponer de esos elementos científicos, es imposible ahondar en la explicación del actual acontecer mundial.

¿Porqué los grupos de inversores compran deuda pública sabiendo de antemano que no se podrá pagar dado el estado de ruina mundial? Con los criterios prevalecientes en épocas “tranquilas”, eso no se haría, pero en tiempos donde los ricos claman por “donar” parte de su dinero eso es lo más lógico que pueden hacer, entre otras cosas, porque nada más pueden hacer. ¿Porqué ese constante clima de desmentidos públicos, de digo y de diegos, de renuncias institucionales, de peleas y de absurdos políticos? Porque la casta mandarina no sabe qué hacer y porque no puede hacer otra cosa, y porque se enfrentan entre sí mismos en pos de sus respectivos haces de intereses; intereses de rapiña, desnudos y sin fundamentos legales, sociales, económicos, políticos, constitucionales o de derecho internacional. Sólo se mantienen provisionalmente unidos en su afán por el despojo social, en su apariencia formal a duras penas, por la inercia residual o por el miedo común a las poblaciones nacionales; en todo lo demás andan a la greña como corresponde exactamente a la situación de su clase en tanto que dominadora del planeta, aunque ya desprovista del negocio común o del casino ruinoso, por quiebra total de su empresa. La economía internacional de costumbre ha pasado a mejor vida.

Anónimo (y 2) dijo...

...
El Grupo de Estudios Internacionales adelantó oportunamente los grandes rasgos explicativos de la actualidad mundial. La vigente Guerra se libra entre los nacionales contra sus vampiros; entre los esclavos milenarios contra los amos tradicionales, entre las muchedumbres planetarias contra los usurpadores de los medios de vida de la civilización humana. El desarrollo de este proceso confirma desde hace años la certeza de ese diagnóstico a pesar de su ocultación mediática y las mentiras por parte de los poderosos. Pero es igual que lo hagan y están en su obligación de hacerlo cuando saben que sus días están contados. Y es visible que la humanidad está venciendo sin tan siquiera espabilarse hasta la fecha. Pero cuando se despierte y desperece del todo, se erigirá como un voraz gigante, porque la vida Social en nuestro milenio es sobradamente poderosa para soportar por más tiempo a unos auténticos e insignificantes parásitos públicos.
(Diego L. Peña y Pablo Sánchez son miembros del CGEI)

Larouche dijo...

12 de septiembre de 2011 — En la cumbre de Marsella de este fin de semana parece que se produjo una especie de parálisis provocada por el pánico entre los ministros de finanzas y sus equipos ante el próximo nuevo derrumbe financiero. Los ministros no pudieron ponerse de acuerdo en nada, ni siquiera en lo que habían discutido. Dieron a conocer unos "términos de referencia"de carácter no obligatorios con unas pocas frases generales, en vez de un comunicado. El ministro de finanzas de Japón declaró públicamente que la cumbre había "aprobado" las intervenciones monetarias que viene haciendo Japón, y los participantes europeos le dijeron a los periodistas que el tema ni siquiera se había mencionado! El "efecto Rashomon" del pánico financiero.

Más...

http://spanish.larouchepac.com/news/2011/09/12/caos-antes-del-crac-en-la-cumbre-de-ministros-de-finanzas-de.html

fractalio dijo...

Enrique, me he limitado a hacerle una simple y sencilla pregunta, la cual hago a todos los de mi generación. Hasta ahora, ninguno se ha molestado ni se ha picado por ello. Así que le diría que el que se pica, ajos come, y que si le molesta, pues cómprese una orquesta. Por otra parte, ya que deduce usted solito que es menos responsable que yo porque lleva cinco años dedicado a denunciar lo que estaba ocurriendo, le diré que puestos a utilizar su regla de medir, sería usted bastante más responsable que yo, por varias razones: una, porque yo llevo 18 ó 19 años haciéndolo, y no conforme con el tiempo libre, pues no lo tenía, comencé denunciando las irracionalidades que impedían que tuviera ese tiempo libre, lo cual me llevó a “molestar” a determinadas empresas y a sus “clientes”, por lo que tuve que enfrentarme a mi profesión y renunciar a ella (y a sus buenos salarios) por no “tragar” con las condiciones que me pretendían imponer. Otra, porque desde entonces he practicado la coherencia y no me he contradicho en ninguno de mis planteamientos, no como “otros” que van de boquilla arremetiendo contra los votantes después de haber estado votando y estar dispuesto a seguir haciéndolo, y contra todos los políticos excepto uno, al que defiende a capa y espada aún estando dentro del putrefacto sistema que según usted viene denunciando en sus “ratos libres” desde hace cinco años. Eso sí, sin renunciar a un solo euro de sus emolumentos obtenidos dentro del mencionado sistema, y alardeando de no sé cuántas profesiones (el que mucho abarca, ya se sabe que poco aprieta). Continúa...

fractalio dijo...

Mientras, alguno por ahí, como el tal fractalio, ese tipo tan molesto porque dice las cosas como son, y porque no dice amén a todo lo que afirma el sabio, leído, manipulador de datos y de realidades, le metía el dedo en el ojo por sus propias contradicciones a don Enrique, las cuales ahí están escritas, y usted mismo ha puesto un ejemplo (17/04/11) que puede releerse con detenimiento cuando quiera. En ese ejemplo están expuestos algunos de los intentos de manipulación más zafios y baratos que he podido ver en mucho tiempo. Don Enrique, si mi palo parece quemado, el suyo está podrido, de ahí que no pueda aguantar ni su propia vela.

Y para ahorrarle la tentación (porque es usted más transparente de lo que se imagina) de arremeter contra mí como un resentido social, le aclaro que desde que me enfrenté a mi profesión he conseguido la paz mental, una tranquilidad que para usted la quisiera y que creo imposible que se la imagine, y una independencia absoluta de nada ni de nadie, como ya le he expuesto en otras ocasiones. Le puedo asegurar que colaboro con el sistema lo mínimo imprescindible para la subsistencia. Y aún así tengo la vergüenza torera suficiente como para considerarme responsable en la parte que me corresponde de la mierda de legado que mi generación está dejando a la siguiente. Porque creo que es lo mínimo que se puede tener si no se es un inconsciente. Y animo a esa siguiente generación a que pidan responsabilidades a la mía, incluyéndome a mí, y por supuesto a los Cascos de turno y a sus adalides, que encima tienen la cara dura de decir que denuncian lo que están defendiendo.

yougurazo dijo...

Zozobra el griego

http://estaticos03.cache.el-mundo.net/elmundo/imagenes/2011/09/13/portada/1315781834_extras_portada_4.jpg

Enrique Suárez dijo...

fractalio, pues de ajos va usted bien servido, jejejeje. Verá usted, cuando alguien se permite juzgar a los demás como usted hace, una de dos, es un sabio o es un necio. Sobre sabiduría mucho no he visto, sencillamente le he respondido -como a usted no le ha gustado- a lo que me ha preguntado, y por respuesta, me ofrece usted un panegírico en dos tiempos, en el que se permite volver a recordarnos que sólo hay un criterio correcto bajo el sol y la luna, que es el suyo, porque el resto de los pobres humanos estamos equivocados. Hala fractalio, hasta más ver, un poquito menos de soberbia y tal vez le crea lo de la paz y el amor con los que trata de presentarse

fractalio dijo...

Enrique, pronto se le acaban los argumentos, ¿eh? Normal, con todas sus ocupaciones, siempre le ha faltado tiempo para pensar por usted mismo, ha tenido que mamar de pensamientos ajenos, y actuar bajo control remoto.

Manuman dijo...

En España no ha habido nunca libertad colectiva, elecciones representativas ni separación de poderes en origen. Ni en la 2ª República ni mucho menos ahora. Por ello, aunque se votara, no se elegía. El sistema proporcional de listas es antidemocrático, favorece a la oligocracia que nos somete desde la muerte de Franco y por la que, en vez de un dictador, tenemos un turno de dos dictadores. No elegimos representantes, votamos partidos y su cuota de poder. No hay responsabilidades políticas porque no hay manera de exigirlas. Por lo tanto, quien lo denuncia, se rebela y no vota, está contribuyendo a la caída de este régimen de partidos. Por coherencia, no se puede participar más en esta farsa. No debemos votar y denunciar por todos los medios esta corrupción.

Felicitaciones, Enrique, por tu labor.

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