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lunes, 23 de agosto de 2010

Iberoamérica: desarrollo humano y corrupción



Las tablas nos muestran las posiciones de los paises iberoamericanos a escala global, en orden decreciente, así en 2009 el número 1 de corrupción iberoamericana era Venezuela en el puesto 162 del mundo, y el número 1 en Desarrollo Humano era España en el puesto 15 mundial.

La relación entre desarrollo humano y corrupción es singular y esquiva, no es fácil establecer un patrón que nos indique si la corrupción es buena o mala para el desarrollo. Sin embargo se pueden extraer algunas conclusiones siempre provisionales sobre la relación entre ambas variables. Hay casos en que se observa una evolución ordenada, mientras que en otros se producen auténticas barbaridades. Parece ser que los países que más se desarrollan según el IDH de la ONU son los que más se corrompen, mientras que los que controlan mejor la corrupción disminuyen en su desarrollo, al menos considerando el IDH de la ONU. La ONU debería incluir una evaluación propia de la corrupción como un factor negativo en su Índice de Desarrollo Humano, no puede entenderse como puede valorar el desarrollo humano sin contemplar la evolución de la corrupción.

En el análisis que se realiza a continuación se valoran dos indicadores sociopolíticos muy interesantes: el índice de Desarrollo Humano establecido por la ONU y el índice de corrupción percibida establecido por Transparency International, el ámbito de estudio son los países que conforman la comunidad iberoamericana y el periodo el comprendido entre los años 2000 y 2009, es decir, durante la última década Iberoamérica ha sido una de las regiones del mundo que ha sufrido más el impacto del socialismo, en sus formas más avanzadas en países como España, Portugal y Chile y en sus formas más revolucionarias como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Si se considera que la corrupción es un indicador de las actividades mercantiles ilegales y la desorganización estatal de su control, se puede decir que la corrupción se ha incrementado de forma importante en estos años en Iberoamérica. Si se considera que el Desarrollo Humano es un indicador del bienestar de los ciudadanos se debe considerar que el Desarrollo Humano se ha mantenido prácticamente igual en el conjunto de los países iberoamericanos.

Los países iberoamericanos tenían en el año 2000 un IDH medio de 71,05 y en el 2009 un IDH medio de 71,45, prácticamente lo mismo. Sin embargo la corrupción había crecido de forma extravagante, pasando de un CI medio de 58,42 en el año 2000 a un 84,95 de CI medio en 2009. En la última década en el conjunto de países iberoamericanos ha crecido extraordinariamente la corrupción, mientras que el desarrollo humano es prácticamente el mismo. En el año 2000 sólo un país pasaba del puesto 100 en corrupción, en el 2009 son 7 y uno más está el 99. En cuanto al desarrollo humano en el año 2000, cinco países bajaban del puesto 100, mientras que en el 2009 son 6 los que lo hacen. ¡Que sorpresa!, ¿alguien esperaba otra cosa?

Pero lo más patético es que los lugares donde más ha crecido la corrupción es en los países que conforman el ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América) que dirige Hugo Chávez, organización formada por Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela entre los países iberoamericanos, más Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente y Granadinas. En lo que concierne a los países iberoamericanos del ALBA, si en 2000 tenían un IDH medio de 88,4 (30 puntos por debajo del conjunto con otros países), han logrado un indiscutible éxito porque en el 2009 han logrado un 85,2 de IDH medio, recordar que el conjunto de países iberoamericanos estaba en una media de 71,45. Sin embargo el ALBA por lo que se caracteriza es por el crecimiento de la corrupción, puesto que la posición por su I Medio del año 2000 era para los cinco países de 69,4 (más de once puntos más elevada que el conjunto de países, pero en el año 2009 la banda de Hugo Chávez logró un CI medio de 123,8, casi 45puestos perdidos de media en corrupción para la honesta Revolución Bolivariana.

En España y Portugal, prácticamente ha ocurrido lo mismo, puesto que en ambos se ha retrocedido doce puestos en el índice de corrupción a lo largo de la década, y si bien España ha avanzado de forma importante en su IDH pasando del puesto 21 en 2000 al 15 en 2009, lo que se explica por el despilfarro acontecido durante los últimos años, habrá que esperar al impacto de la crisis y los cinco millones de parados para observar el fuerte descenso que vamos a sufrir, tras las operaciones de maquillaje; no ha ocurrido lo mismo con Portugal que ha pasado del puesto 28 al 34 retrocediendo seis lugares.

En cuanto a otros países, los países del Cono Sur, Argentina, Chile y Uruguay han retrocedido en el desarrollo humano a nivel mundial al menos diez puestos en su conjunto, mientras que en corrupción se distingue la evolución diferente de Argentina, cada día más llena de corrupción, de la de Uruguay y Chile, que en el caso del primero ha logrado incluso reducirla, mientras que Chile ha perdido algún puesto.

Por lo que se refiere al resto de los países han tenido una evolución prácticamente homogénea con un desarrollo mantenido y un crecimiento importante de la corrupción, llamando la atención el caso del Brasil de Lula que ha pasado del puesto 29 en el año 2000 al 75 en el año 2009. Paraguay ha descendido aún 30 puestos más, ocupando el puesto 154, Perú y Méjico han descendido más de 30 puestos y Colombia, la mitad.

Los pequeños países centroamericanos restantes, con la excepción de Costa Rica que ha perdido ligeramente su posición privilegiada, se han desfondado tanto en pérdida de desarrollo como en incremento de la corrupción, partiendo de unas cifras pésimas.

La realidad de Iberoamérica es la de siempre, a pesar de lo que pregona la propaganda socialista, con la excepción de la férrea dictadura cubana que ha sacrificado por completo la libertad de sus ciudadanos, para mantenerse en una posición intermedia tanto en desarrollo como en corrupción, todos los demás países han perdido diez años, fundamentalmente los del ALBA, porque el precio que han tenido que pagar para avanzar discretamente en su desarrollo, ha sido elevar de forma exagerada la corrupción, a cifras jamás alcanzadas con todas las dictaduras anteriores, demostrando que la Revolución Bolivariana es una pantomima que para lo único que sirve es para que sus dirigentes socialistas se sigan forrando a costa de sus maltrechos pueblos.

Biante de Priena

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