El hombre unidimensional (1964). Herbert Marcuse (007)
Y continuamos con la saga de pensadores judíos, en esta ocasión con el alemán Herbert Marcuse, uno de los miembros destacados de la escuela de Frankfurt, formada por intelectuales como Adorno, Horkheimer, Habermas, o Walter Benjamín que intentaron adaptar el marxismo a las ciencias sociales como la sociología, la antropología o la Psicología, más que a la política, uniéndolo a las enseñanzas del psicoanálisis freudiano y dando lugar a lo que se denominó como Teoría Crítica de la Sociología.
El hombre unidimensional, ensayo sobre la ideología en la sociedad industrial avanzada (1964), quizás la obra más reconocida de Marcuse, considera que las sociedades avanzadas del capitalismo dejarán sin capacidad crítica al ser humano. “La sociedad unidimensional integra en sí toda auténtica oposición y absorbe en su seno cualquier alternativa”. Cuando hoy contemplamos sociedades avanzadas del capitalismo como la española, resulta sorprendente el acierto en la predicción de Marcuse, hecho 45 años antes.
El capitalismo avanzado, según nos indica Marcuse ejerce su dominio, su control absoluto sobre la realidad, de un modo sutil, manipulando los deseos y las necesidades de las personas. “No sólo determina las ocupaciones, las habilidades y las actitudes socialmente requeridas, sino también las necesidades y las aspiraciones individuales”. El capitalismo condiciona al ser humano para que sea un miembro integrado de su entramado, hasta convertirlo en un privilegiado miembro de una sociedad que vive en una confortable, tersa, razonable, democrática no libertad
"El individuo unidimensional se caracteriza por su delirio persecutivo, su paranoia interiorizada por medio de los sistemas de comunicación masivos. Es indiscutible hasta la misma noción de alienación porque este hombre unidimensional carece de una dimensión capaz de exigir y de gozar cualquier progreso de su espíritu. Para él, la autonomía y la espontaneidad no tienen sentido en su mundo prefabricado de prejuicios y de opiniones preconcebidas". Así expresa la lógica de dominación.
La filosofía de las sociedades unidimensionales es el positivismo acrítico, que sirve de base a la racionalidad tecnológica y a la lógica del dominio, sin tener rival porque se ha anulado el espacio de la crítica. En los últimos años se ha comprobado que no ha sido la crítica, sino una de sus formas más poderosas, el relativismo de la postmodernidad, la que ha derribado la muralla positivista.
En las sociedades unidimensionales hasta el proletariado ha perdido su impronta revolucionaria, seducido por la confortable vida que le ofrece el consumismo. Por eso Marcuse busca otros actores históricos para protagonizar la gran revolución y lo hace entre los marginados, los inmigrantes, los parados, los estigmatizados y los excluidos del sistema
Es interesante el análisis de las estrategias del capitalismo de Mercado, fundamentadas en la publicidad, la propaganda, y el marketing, para promover en la población los deseos de lo que las grandes corporaciones precisamente necesitan vender.
Aunque Marcuse no concluyó su obra exponiendo como rebelarse contra la opresión más allá de lo que consideraba como un gran rechazo que podría organizarse a largo plazo como una protesta universal, algo que hoy con los medios tecnológicos existentes sería posible en cualquier momento, como ya se han producido algunos ejemplos en cuestiones relacionadas con la paz o el clima. El fenómeno de la globalización, sin embargo, no ha tomado el curso previsto por Marcuse. Aunque en algunos aspectos se puede decir que lo preconcibió, aunque sobre el movimiento social que influyó sin duda fue sobre La Revolución de Mayo de 1968.
Quizás el mayor acierto en este obra de Marcuse, es señalar los peligros del materialismo inherentes al capitalismo, como Karl Popper hizo en "la sociedad abierta y sus enemigos" en referencia a los totalitarismos políticos, y su posesión del Estado en contra de la sociedad y los seres humanos libres.
El hombre unidimensional está considerado por muchos intelectuales el libro más subversivo del siglo XX, lo que le originó críticas por parte de los marxistas ortodoxos y los académicos de varios comités políticos y teóricos. A pesar de este pesimismo, la obra tuvo una gran influencia en la Nueva Izquierda, ya que articuló su creciente desafección con las sociedades capitalistas y comunistas soviéticas.
Referencias
Sobre la obra
El hombre unidimensional
El hombre unidimensional en Archivo Chile
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Herbert Marcuse (español)
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