Acudí a una comunidad gitana hace unos años, invitado por una agente social, para dar una charla sobre educación y sexualidad. La reunión, a la que sólo acudieron mujeres gitanas, se celebraba en un centro social de una zona afectada por reconversiones industriales. Tras las presentaciones y risas correspondientes, traté de establecer un diálogo más o menos riguroso con la audiencia.
Mi propósito era averiguar si había alguna diferencia en las conductas sexuales entre los gitanos y los “payos”; el de ellas, informarse sobre métodos anticonceptivos, depurar algunas mitologías, y echarse unas risas. Establecimos así, un debate agradable sobre un tema ciertamente complicado. A medida que la charla se fue normalizando, comenzaron a surgir algunas cuestiones interesantes, de las que destaco una: el 90 % de las asistentes (20 mujeres menores de 30 añoses) eran analfabetas.
El tiempo restante me lo pasé discutiendo con ellas sobre la necesidad de que si querían sentirse bien consigo mismas algún día, lo mejor que podían hacer era asistir a clase para aprender a leer y escribir. Algunas no estaban de acuerdo, decían que su vida era diferente a la de otras mujeres, porque de pequeñas se habían quedado en su familia para cuidar de sus hermanos más chicos y eso les había impedido acudir a la escuela, más tarde, se casaron muy jóvenes y tuvieron que cuidar de sus propios hijos, por tanto, no había quedado tiempo para formarse.
El ejemplo viene a cuenta por una sencilla cuestión: ¿cómo se va a hablar de sexualidad humana con alguien analfabeto?, evidentemente, de lo que hay que hablar es de cultura, de marginación, de libertad, de dignidad, y resueltos problemas mayores ya se hablará de sexo, o de los extraterrestres.
Ayer, leí una información del CIS que dice que más del 60 % de los españoles conocen poco o nada la Constitución, pero la mitad quieren reformarla. Sólo un 11 % dicen conocerla bien, casi un 30 % dicen conocerla por encima. Y estos resultados se producen con treinta años de gobiernos conservadores y socialistas por medio.
Verán ustedes, las cosas no están para bromas, así que no voy a andarme por las ramas. En la España progresista en la que vivimos, vamos camino del 2,6 % de analfabetos – más de un millón de personas – con derecho a voto.
Y en cuestiones fundamentales, como el conocimiento de la Constitución, el analfabetismo alcanza el 60 % de la población, –excluyendo los niños- alrededor de 24 millones de personas . Eso ha formado parte de una política activa de exclusión política de los ciudadanos, de marginación organizada e institucionalizada, porque en un país en el que la educación es obligatoria hasta los 16 años, no se puede consentir tanta desidia.
Esto es una prueba irrefutable del fracaso del sistema educativo español, en todas sus dimensiones, porque si la ciudadanía que nos diferencia y distingue, es anulada, nos convertimos en una masa informe de seres deshumanizados propicia a cualquier pastor y cualquier motivo para creer.
Quien desconoce sus libertades y derechos difícilmente va a saber cuando se están vulnerando por parte del Estado o el Gobierno, difícilmente va a tener criterio para discernir entre lo que le conviene y lo que no, más allá de la propaganda que le regalan desde los medios de comunicación, de las mentiras que les inoculan.
Y para atenazar más la cuestión, se inventan una asignatura a la que denominan Educación para la Ciudadanía, con la intención de ofrecer una versión arbitraria de la realidad social y política de este país, con la intención de idiotizar aún más a la población desde la intoxicación organizada con el propósito de perpetuarse en el poder a costa de la ignorancia de los súbditos.
Con más de media España secuestrada intelectualmente, encarcelada políticamente: ¿que se puede esperar en nuestro país para el futuro inmediato?.
Como decía un amigo mío, en Africa no hay grandes filósofos porque la gente está ocupada en buscarse algo para comer todos los días. En Brasil, se presentaron en las últimas municipales 280 candidatos analfabetos. En Cuba, saben leer y escribir, pero sólo pueden leer lo que favorece al régimen de Castro. En Venezuela y Bolivia, me gustaría saber cuantos analfabetos apoyan a Chavez y Morales, respectivamente.
El problema fundamental de este país no es político, es social, y consiste en la inmensa incultura y la terrible ignorancia ciudadana en la que hemos caído, gracias al interés de los políticos en tener una masa aborregada a la que poder venderle los mundos de colores que bien les parezca. Tan responsable es el PP como el PSOE de este dislate.
Y como decía al principio, acudí a dar una charla a un grupo de gitanas, tratando de averiguar diferencias antropológicas y lo único que constaté fue una diferencia culturales básica con sus homólogas “payas”: el 90 % eran analfabetas. ¿Cuánta marginación cabe en el analfabetismo?.
La medida de nuestra salud política no está en el respeto a la Constitución, sino en su conocimiento. Y ante esta cuestión surge una pregunta: ¿qué calidad democrática se puede esperar de un país en el que el 60 % de los electores no conocen el marco de juego, pero aún así, un 50 % están dispuestos a cambiarlo -supongo que por iluminación con bombillas de bajo consumo-?.
En un país democrático la cultura se administra desde los Gobiernos: nacional, autonómicos o municipales; si no se conoce la Constitución, es porque hay gente que decide que no se conozca. Ahí radica la perversión del juego. Esto es más propio de un régimen fascista que de una democracia avanzada. Y por supuesto, nadie es, ha sido o será, responsable de lo ocurrido.
En un país que desconoce su Constitución, los políticos son algo similiar a dioses y los ciudadanos fieles acomplejados que les veneran. Eso es lo que hay, y lo que no se cambiará jamás, para que puedan seguir mandando los mismos de siempre: la casta política.
El 60 % de los españoles, la mayoría que puede dar el poder a unos u a otros, que pueden decidir sobre lo que se hace y se deshace, son unos marginados políticos, gracias al interés de los partidos políticos en que sigan en su estado, y como son mayoría, hacen que los 45 millones de ciudadanos de este país también seamos unos marginados, gracias a su política social y educativa.
Y Alfonso Guerra diciendo que hay que cambiar la Constitución para quitar poder a los nacionalismos, ahora lo dice, ahora que ya no se puede hacer nada más que contemplar el desastre. Hay que tener la cara muy dura para hacer esas afirmaciones, cuando su partido, el PSOE, es el principal responsable de lo que está ocurriendo.
Erasmo de Salinas
Mi propósito era averiguar si había alguna diferencia en las conductas sexuales entre los gitanos y los “payos”; el de ellas, informarse sobre métodos anticonceptivos, depurar algunas mitologías, y echarse unas risas. Establecimos así, un debate agradable sobre un tema ciertamente complicado. A medida que la charla se fue normalizando, comenzaron a surgir algunas cuestiones interesantes, de las que destaco una: el 90 % de las asistentes (20 mujeres menores de 30 añoses) eran analfabetas.
El tiempo restante me lo pasé discutiendo con ellas sobre la necesidad de que si querían sentirse bien consigo mismas algún día, lo mejor que podían hacer era asistir a clase para aprender a leer y escribir. Algunas no estaban de acuerdo, decían que su vida era diferente a la de otras mujeres, porque de pequeñas se habían quedado en su familia para cuidar de sus hermanos más chicos y eso les había impedido acudir a la escuela, más tarde, se casaron muy jóvenes y tuvieron que cuidar de sus propios hijos, por tanto, no había quedado tiempo para formarse.
El ejemplo viene a cuenta por una sencilla cuestión: ¿cómo se va a hablar de sexualidad humana con alguien analfabeto?, evidentemente, de lo que hay que hablar es de cultura, de marginación, de libertad, de dignidad, y resueltos problemas mayores ya se hablará de sexo, o de los extraterrestres.
Ayer, leí una información del CIS que dice que más del 60 % de los españoles conocen poco o nada la Constitución, pero la mitad quieren reformarla. Sólo un 11 % dicen conocerla bien, casi un 30 % dicen conocerla por encima. Y estos resultados se producen con treinta años de gobiernos conservadores y socialistas por medio.
Verán ustedes, las cosas no están para bromas, así que no voy a andarme por las ramas. En la España progresista en la que vivimos, vamos camino del 2,6 % de analfabetos – más de un millón de personas – con derecho a voto.
Y en cuestiones fundamentales, como el conocimiento de la Constitución, el analfabetismo alcanza el 60 % de la población, –excluyendo los niños- alrededor de 24 millones de personas . Eso ha formado parte de una política activa de exclusión política de los ciudadanos, de marginación organizada e institucionalizada, porque en un país en el que la educación es obligatoria hasta los 16 años, no se puede consentir tanta desidia.
Esto es una prueba irrefutable del fracaso del sistema educativo español, en todas sus dimensiones, porque si la ciudadanía que nos diferencia y distingue, es anulada, nos convertimos en una masa informe de seres deshumanizados propicia a cualquier pastor y cualquier motivo para creer.
Quien desconoce sus libertades y derechos difícilmente va a saber cuando se están vulnerando por parte del Estado o el Gobierno, difícilmente va a tener criterio para discernir entre lo que le conviene y lo que no, más allá de la propaganda que le regalan desde los medios de comunicación, de las mentiras que les inoculan.
Y para atenazar más la cuestión, se inventan una asignatura a la que denominan Educación para la Ciudadanía, con la intención de ofrecer una versión arbitraria de la realidad social y política de este país, con la intención de idiotizar aún más a la población desde la intoxicación organizada con el propósito de perpetuarse en el poder a costa de la ignorancia de los súbditos.
Con más de media España secuestrada intelectualmente, encarcelada políticamente: ¿que se puede esperar en nuestro país para el futuro inmediato?.
Como decía un amigo mío, en Africa no hay grandes filósofos porque la gente está ocupada en buscarse algo para comer todos los días. En Brasil, se presentaron en las últimas municipales 280 candidatos analfabetos. En Cuba, saben leer y escribir, pero sólo pueden leer lo que favorece al régimen de Castro. En Venezuela y Bolivia, me gustaría saber cuantos analfabetos apoyan a Chavez y Morales, respectivamente.
El problema fundamental de este país no es político, es social, y consiste en la inmensa incultura y la terrible ignorancia ciudadana en la que hemos caído, gracias al interés de los políticos en tener una masa aborregada a la que poder venderle los mundos de colores que bien les parezca. Tan responsable es el PP como el PSOE de este dislate.
Y como decía al principio, acudí a dar una charla a un grupo de gitanas, tratando de averiguar diferencias antropológicas y lo único que constaté fue una diferencia culturales básica con sus homólogas “payas”: el 90 % eran analfabetas. ¿Cuánta marginación cabe en el analfabetismo?.
La medida de nuestra salud política no está en el respeto a la Constitución, sino en su conocimiento. Y ante esta cuestión surge una pregunta: ¿qué calidad democrática se puede esperar de un país en el que el 60 % de los electores no conocen el marco de juego, pero aún así, un 50 % están dispuestos a cambiarlo -supongo que por iluminación con bombillas de bajo consumo-?.
En un país democrático la cultura se administra desde los Gobiernos: nacional, autonómicos o municipales; si no se conoce la Constitución, es porque hay gente que decide que no se conozca. Ahí radica la perversión del juego. Esto es más propio de un régimen fascista que de una democracia avanzada. Y por supuesto, nadie es, ha sido o será, responsable de lo ocurrido.
En un país que desconoce su Constitución, los políticos son algo similiar a dioses y los ciudadanos fieles acomplejados que les veneran. Eso es lo que hay, y lo que no se cambiará jamás, para que puedan seguir mandando los mismos de siempre: la casta política.
El 60 % de los españoles, la mayoría que puede dar el poder a unos u a otros, que pueden decidir sobre lo que se hace y se deshace, son unos marginados políticos, gracias al interés de los partidos políticos en que sigan en su estado, y como son mayoría, hacen que los 45 millones de ciudadanos de este país también seamos unos marginados, gracias a su política social y educativa.
Y Alfonso Guerra diciendo que hay que cambiar la Constitución para quitar poder a los nacionalismos, ahora lo dice, ahora que ya no se puede hacer nada más que contemplar el desastre. Hay que tener la cara muy dura para hacer esas afirmaciones, cuando su partido, el PSOE, es el principal responsable de lo que está ocurriendo.
Erasmo de Salinas
8 comentarios:
no conocerán la constitución pero no son tontos, algún día los españoles nos levantaremos contra el zégimen, y no me refiero solo a la gestión de zp...
¡¡¡UNIDAD CONTRA LO ENEMIGOS DE LA NACIÓN!!!
Sr. Erasmo, no sabe la gente para qué tenemos estudiosos de la sociedad.
Pero vamos a ver Sr. Ternero de Amsterdam, ¿cuantos alfabetizados tenía Cronwell, Robespierre, Lenin, Washintong, Garibaldi, Napoleón...?
¿Es que no hay manera de opinar sin mirarse el ombligo ni sin estudiar la História...?.
ABAJO LA MONARQUÍA CRIMINAL
ya que es usted de baja calidad humana, erasmo, no me estraña que cuando le inviten a dar unas charlas usted lo que quiere es hacer antropologia para su propio uso, cosa que, como ya se sabe, puede ir hasta el extremo de pasar por encima de las tumbas de victimas inocentes.
es usted incluso fascinante, pero ¿nunca se le ha ocurrido que es usted mismo parte de esa incultura que deplora?
visto todo desde fuera, a mi me parece mucho que lo es, y que en definitiva lo ignora. cosa que es muy conclusiva.
berenger
berenger,
Ser detractor, he ahí la cuestión. El detractor, detrae y distrae, como usted, devalúa e increpa, como usted. Nunca aporta nada, pero siempre está dispuesto a quitar la razón a todos, para demostrar su excelso criterio. Voluntarioso, siempre voluntarioso.
Verá usted, cuando en la Edad Media los verdugos encendían la llama del embrujado, algunos de los asistentes se ocupaban de echar leña al fuego, unos envíados por los jueces-nobles-reyes y otros por volunta propia. Otros siguen jugando a cartas en Azpeitia mientras le matan al compañero. Hay calaños y hay calañas, y la suya es abyecta, siempre y en cualquier circunstancia.
Saludos Liberales
Erasmo
oh, sí! yo, verdugo! cuando ya no hay argumentos, victimismo.
ahora si que se ha vuelto usted desespereado.
berenger
berenger,
¿argumentos?, ¿qué es eso para usted?, ¿las comas, los puntos o los acentos?.
Es usted una corista del argumento
Saludos Liberales
Erasmo
b-b lo tiene claro: usar argumentos aqui es como echar perlas a los cerdos.
b.
los ANTIESPAÑOLES TRAIDORES Y CRIMINALES se apoyan mutuamente...
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