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sábado, 18 de agosto de 2007

Ahora, España

Los españoles hemos asistido durante los últimos treinta años, entre la perplejidad y el desconcierto, a la construcción de un régimen político paralelo, al establecido desde el consenso constitucional entre políticos y ciudadanos.

Hoy se puede decir, tras la observación precisa de nuestra reciente historia, que el Estado español se ha instituido y se sigue instituyendo, desde este régimen político suplantador, contra la legitimidad y la legalidad determinadas en la Constitución Española de 1979.
El Tribunal Constitucional ha sido excesivamente tolerante y condescendiente con las veleidades impuestas por los nacionalismos, y los partidos nacionales han preferido defender sus cuotas de poder, antes que los valores fundamentales de nuestra Constitución, que determina claramente la igualdad jurídica de todos los españoles, como cota máxima de su posible libertad.

Ninguna libertad en España puede superar la igualdad jurídica entre los españoles, porque en ese instante el Estado estará favoreciendo las diferencias entre los ciudadanos españoles, y por lo tanto se habrá convertido en una herramienta genuina para la configuración de particulares privilegios, que nos conducirán a diversas representaciones del sectarismo.

Abierta la compuerta de la diferencia jurídica, la disgregación es cosa de tiempo, y la desigualdad jurídica surge con la promoción de nuevos estatutos territoriales, que en vez de desarrollar la Constitución Española, se contraponen claramente a sus determinaciones.

Contra los sectarismos, unión

Ha llegado la hora de plantar cara a los sectarismos políticos, ideológicos, o territoriales que invaden nuestro país.

España es una realidad, no una idea, una imagen, o una elucubración. España existe como nación, y es derecho y deber de los españoles, exigir su reconocimiento y sancionar su negación, especialmente cuando los que debieran guiar este proceso, los políticos de este país, se muestran renuentes o confusos a la hora de definirse, por intereses partidistas.

Es hora de organizarse para hacer frente a los rentistas de la confrontación, de avanzar hacia un futuro homogéneo que incorpore la heterogeneidad realmente existente, pero no la generada al interés de los que se benefician, en mayor o menor grado, de la disolución del concepto de nación en nuestro país.

Los partidos nacionalistas, desde los más moderados a los más radicales, solo tienen un propósito en sus programas fundamentales, la creación de nuevos privilegios en sus territorios, extraídos de sus mitologías particulares.

El PSOE siempre ha considerado a nuestra nación como un instrumento, y no como un fundamento. Antes socialistas que españoles, y en su fuero interno consideran que la búsqueda de la igualdad no admite fronteras.

El PP, que aparentemente sostiene buena parte de su discurso sobre la defensa de la nación española, ha mostrado en numerosas ocasiones que ante el reparto de poder, se olvida de sus principios y está dispuesto a pactar gobiernos con CIU, estatutos con el PSOE, o soluciones de continuidad con quien se tercie.

Más allá de los políticos

Los ciudadanos estamos llamados a tomar el relevo de los políticos, porque ellos no están interesados en defender nuestra igualdad jurídica, y sin igualdad jurídica, es imposible que se alcance la igualdad política y menos la utopía de la igualdad social.

Los políticos se han empeñado en diferenciarnos, y no precisamente por la defensa de nuestras libertades, sino por la promoción de nuestra desigualdad.

A los ciudadanos nos interesa que se mantenga un sistema equitativo y equilibrado en la distribución de los recursos del Estado, con prioridad y prominencia sobre cualquier otro sistema de redistribución.

Recientes acontecimientos como el problema de las infraestructuras en Cataluña, o algunos de larga evolución, como el tema del agua, la organización de los servicios, las políticas sobre migraciones, o las barbaridades ocurridas con el tema de la vivienda, requieren un imprescindible registro estatal en su configuración.

Pero los políticos instrumentalizan el uso del poder en función de sus intereses partidistas, y los ciudadanos se convierten en una consecuencia de sus acciones, antes que en una causa de las mismas. Es hora de que cambien las tornas, es hora de que los ciudadanos recuperen paulatinamente la cuota de poder que han concedido a sus representantes.

Desde hace años se está fraguando un movimiento ciudadano, primero con asociaciones políticas, y más tarde con partidos políticos como Ciutadans, o el próximo partido nacional configurado en torno a organizaciones establecidas contra los desmanes de los nacionalismos, como Basta Ya. Esta es la única alternativa para reconducir la deriva de nuestro país de nuevo a la única realidad posible, la Constitución de 1979, más allá de la arbitrariedad, los juegos de poder, y los caciquismos.

Es necesario “reconstitucionalizarnos plenamente”, antes de plantearnos cualquier revisión o desarrollo novedoso. Es imprescindible que antes de permitir que nos redefinan, los ciudadanos nos actualicemos como españoles, con los mismos derechos y deberes ante la ley. Y eso solo se puede lograr de una forma, superando el modelo existente, con la incorporación de ciudadanos a la política, que actúen como ciudadanos, con intereses ciudadanos, y no como políticos, con intereses partidistas.

Ciudadanos españoles, para superar el modelo configurado por los políticos que solo defienden los intereses de sus partidos, incluso contra las promesas hechas a sus electores.

Es hora de que la democracia desplace definitivamente a la partitocracia que secuestra nuestro bienestar, que ha de fundamentarse en la convivencia sin confrontaciones, ni desigualdades.

España, no es una herramienta al servicio de la política, es una característica que nos confiere una identidad determinada, y que nos permite una condición ciudadana concreta, con unos derechos y deberes establecidos en nuestra Constitución.

España no es diferente, es la igualdad entre todos nosotros, al mismo tiempo que la diferencia entre nosotros, y los demás. Nosotros somos iguales ante la ley, y al mismo tiempo diferentes en muchas cosas, pero España, nuestra nación, sigue siendo la misma, a pesar de los que llevan años secuestrándola.


Biante de Priena

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A los políticos no les interesa España, y a los ciudadanos... ¿qué les interesa a los ciudadanos?.

Anónimo dijo...

Publicado en Terra.es


Carod ve ahora interesante empezar ya a reflexionar para mejorar financiación


El presidente en funciones de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, ha dicho hoy que 'parece interesante empezar ya a reflexionar con visión de futuro para tener una financiación mejor de la que tenemos en estos momentos'.

En declaraciones a los medios tras su paseo por las fiestas del barrio de Gracia (Barcelona), Carod ha señalado que 'no es incompatible' desplegar el Estatut y plantear ir más allá del texto catalán en materia de financiación, puesto que 'se debe desplegar el Estatut y a la vez se debe hacer la reflexión'.

En este sentido, el presidente de ERC ha explicado que deben tener la 'responsabilidad' de imaginar la Cataluña de los próximos quince años y la financiación que necesitará.

Con estas declaraciones, Carod ha matizado el planteamiento que ofreció esta mañana en declaraciones a TV3 en el que marcó distancias respecto al anuncio que ayer hizo el secretario general de ERC, Joan Puigcercós, de que este curso plantearía en el seno del gobierno catalán la conveniencia de definir un nuevo modelo de financiación que supere el previsto por el Estatut.

Así, Carod aseguró que los debates 'siempre son buenos', pero que es hora de 'resolver problemas' y no de 'mítines' o de 'discursos'.

Por otra parte, el presidente en funciones de la Generalitat ha reclamado 'justicia' con Cataluña al Gobierno central en los Presupuestos, puesto que 'el Estado no funciona en Cataluña' y 'la paciencia del pueblo catalán tiene un límite'.

Asimismo, Carod ha lamentado que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desaprovechara la oportunidad de dar un vuelco en el Ministerio de Fomento en la última remodelación que hizo Zapatero, y ha señalado que éste 'hubiera sido positivo' para dejar atrás prácticas y tradiciones centralistas.

El presidente de ERC ha lamentado que España no dé nunca prioridad a Cataluña pese a que ésta ha destinado su mayor energía a tener una buena relación con el resto de España y pese a los impuestos que paga.

Carod ha alabado la Fiesta Mayor de Gracia y la ha puesto como ejemplo de autoestima y de que cuando se actúa juntos para unos mismos objetivos, se consigue un resultado enormemente positivo.

Anónimo dijo...

Con la paliza que dieron con el estatuto estafador y ahora vuelven a decir que no les vale, que hay que superarlo.

Más rateros no se conoce en el mundo, ni más traidor que ZP, permitiendo que los nacionalistas de todas partes salten la Ley como si fuese una loseta.

Hay que echarlos ya.

Anónimo dijo...

El Ahora, España de Arcadi Espada

viernes 10 de agosto de 2007
Ahora España, por Arcadi Espada (El Mundo)

ZOOM

Los socialistas han redactado después de grandes retrasos la nueva Constitución de Radiotelevisión Española. El diario El País publicaba ayer el borrador, que ya está en manos de los grupos parlamentarios. Se comprende que hayan tardado. El texto es un ejemplo extraordinario de la espeluznante fraseología que maneja el partido gobernante y un backup revelador de todos sus complejos ideológicos, políticos y culturales.

Como corresponde al caso, su gramática es abyecta. La incapacidad de la actual dirigencia política, 100 veces probada, para redactar textos legales claros, concisos y eficaces resume su gestión. Esta nueva Constitución mediática tiene, además, el valor de anticipar los contenidos de la Educación para la Ciudadanía, la asignatura instructora, que no instructiva. La coincidencia no ha de extrañar a nadie que conozca la formación intelectual de la dirigencia: escuela y medios son eslabones de lo que el obvio y desdichado Althusser llamaba los Aparatos Ideológicos del Estado. Respecto a ellos el discurso socialista es claro. No basta con que Escuela y Medios provean de experiencia: ¡qué cosa vacua sería la experiencia sin (nuestra) ideología!

El fatuo dirigismo y la ridícula cosmoambición de una dirigencia que aprovecharía el manual de funcionamiento de la nevera para establecer el imperativo categórico, cristaliza en la propuesta del citado borrador de que los medios de comunicación públicos contribuyan a la construcción de la identidad de España. El redactado textual es enormemente gracioso, porque añade en seguida que se trata de la identidad de España «como país», y no como rinoceronte. Por supuesto yo no tengo siquiera una idea mínima de lo que sea la identidad de España. Aunque no soy ejemplo, porque yo, cada mañana, me levanto y me palpo. Pero lo que me asombra del valiente redactor es que declare, primero, que él sí lo sabe, que sabe que está por construir y que se va a poner de inmediato a la tarea, alistando a un tropel de guionistas. Y todo ello en el marco de un documento cuyo máximo enfatismo inútil habría de ser el acatamiento a las leyes vigentes.

Como tantas otras veces, deslumbra el adanismo. A los perezosos, por cierto, se les llama adanes. Tras haber ganado la guerra civil, impuesta la ruptura y resuelta la lucha contra el terrorismo ahora van, televisión mediante, a por el problema de España. Sin saber que son ellos.

(Coda: «La Corporación RTVE asume [sic] el objetivo y la obligación, como [sic] servicio público, de contribuir a la construcción de la identidad y la vertebración de España como [sic] país, asumiendo [sic] la existencia de las diversas nacionalidades y regiones que la integran y que constituyen las Autonomías reconocidas por la Constitución Española». Borrador del primer Mandato-Marco de RTVE, presentado por el Partido Socialista. Sic nuestros.)

© Mundinteractivos, S.A.

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