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miércoles, 6 de agosto de 2014

La corrupción, el fraude y los partidos políticos como causas del paro y la crisis económica .

 

Tal vez pase desapercibida para la mayoría de los lectores la cuestión más importante de la que nos informa el CIS a lo largo del tiempo: una extraordinaria estabilidad de los datos.

El CIS mide la preocupación de una muestra de españoles representativa sobre las cuestiones que más interesan a los ciudadanos. Los temas que más preocupan a los españoles durante los últimos siete meses son los siguientes:


Paro:   76,8 -  82,3 %

Corrupción y Fraude:   35,7 – 44,2

Economía: 28 – 30,5

Partidos Políticos: 24,2 – 28
Como se ha expuesto, llama la atención la estabilidad de las evaluaciones durante los últimos siete meses. Sin embargo, algo que pasa desapercibido para la mayoría de los lectores es una cuestión importante, que entre las cuatro preocupaciones de los españoles, dos se sitúan en el ámbito de las causas y dos en el ámbito de las consecuencias. El día que los encuestados se den cuenta, creo que los datos cambiarán de forma significativa.

Evidentemente los problemas del paro y la economía, tienen como causa aquellos relacionados con la corrupción y el fraude y los partidos políticos. Que haya más paro o mayor crisis económica no produce corrupción, fraude o fallo de representación política, sino más bien al contrario.

Quizás no sea una forma muy precisa de demostrar el origen de la crisis en este país, pero nos puede servir de estimación, sobre lo que está pasando, si el paro y la crisis económica son el origen de la mayoría de los problemas sociales y económicos, está claro que las causas están relacionadas con la corrupción, el fraude, y la impostura de los partidos políticos. La estabilidad en los datos a lo largo del tiempo, indica que los españoles han llegado a la conclusión o están a punto de hacerlo, que los problemas económicos y sociales de este país tienen como única causa la impostura de los partidos políticos, su corrupción y su fraude. Deberían tomar buena nota aquellos que viven de decirnos que nos van a arreglar la existencia y al mismo tiempo no dejan de destrozárnosla. 

La inmensa mayoría de los españoles está a punto de darse cuenta de que todo lo relacionado con la política no es solución a sus problemas sociales y económicos, sino el origen de todos ellos. 

Un incendio no se apaga con gasolina y una crisis no se acaba usando el dinero público para que algunos utilicen la democracia para el fraude y la corrupción. En este país, lo acontecido con el señor Jordi Pujol durante los últimos treinta años no es una rareza, es la costumbre, el hábito de los representantes públicos de todos los partidos con los recursos procurados por los ciudadanos para mantener el sistema, por eso los políticos de todos los partidos permanecen mudos tratando de pasar desapercibidos, no vaya a ser que alguien les pida a ellos cuentas de lo que se han llevado con sus cuentos. Ese silencio cómplice con lo acontecido en el caso Pujol, es la mayor prueba incriminatoria de su connivencia, complicidad y latrocinio.  

Enrique Suárez

6 comentarios:

luciano hernandez dijo...

Querido amigo: seguimos anestesiados como pueblo en general. ¿que coño tiene que pasar para que este país despierte y mande a la porra a estos bichos? se necesitan mas gente como tu, que haga ruido, por eso tienes mi apoyo.

Enrique Suárez dijo...

Gracias Luciano. Un saludo

fractalio dijo...

Enrique, sigo pensando que toda la corrupción y el fraude de los políticos no es más que la comisión que cobran a modo de bonus en función de objetivos por facilitar el auténtico y verdadero latrocinio y expolio de sus jefes. Si extrapoláramos en dos pasos, los pelos de punta se nos pondrían del resultado final. Primero, pensemos qué porcentaje representa el fraude perpetrado por los cabezas de turco que han salido a la luz sobre el total del cometido por todos los políticos. Ya empieza uno a ponerse nervioso de pensar la cifra estafada. Pero si pensamos que esta nueva cifra es un pequeñísimo porcentaje de lo que acumulan los expoliadores profesionales universales sin el más mínimo escrúpulo y con el mayor cinismo imaginable, y encima siendo aplaudidos, admirados e imitados por los expoliados, entonces ya no es miedo lo que se siente, sino lástima y vergüenza por la falta de límites de la estupidez humana.

Enrique Suárez dijo...

fractalio, esa es la cuestión que se denuncia, la corrupción no es lo extravagante, sino lo normal. La gente comienza a comprender el juego que se traen

Anónimo dijo...

Miremos el lado positivo de la cosa. Resulta que ahora de repente salta a la palestra con gran estruendo de traca final el pufo Pujol que todo Dios sabía desde tiempo inmemorial y callaba, incluída la policía y la Agencia Tributaria. ¿de verdad alguien de los poderes públicos no lo sabía? A mí este estruendo me suena a que andan todos con dodotis. Eso de te dejo para que me dejes, parte o me chivo parece ser que hace aguas. Vamos que los chiringuitos partitocráticos trincones diversos se están yendo al garete. Lo de que la gente se quite la venda es harina de otro costal. Todo el mundo tiene en España tortícolis a fuerza de mirar para otro lado. Pero habrá que agradecer a D. Enrique Suarez su empeño que no ceja en abrir los ojos a la gente. Ardua tarea Vive Dios en Celtiberia con gente tan sumisa y doblegada con tanta madera de siervo.

fractalio dijo...

Enrique y Anónimo, estoy totalmente de acuerdo con vosotros, por supuesto que lo que hay que hacer es denunciar, y ya que no podemos hacerlo en los tribunales, por lo menos gritarlo a los cuatro costados. Lo que pasa es que mi denuncia va más allá de los títeres -que por supuesto habría que erradicarla de un plumazo-, va hacia arriba, hacia los titiriteros, que estando clarísimo quiénes son y cómo actúan, parece ser que no hay forma de que se les quiera ver. Y son el auténtico enemigo, el que paga y protege a los políticos para que legislen única y exclusivamente a su favor. Se llaman multinacionales, tan sencillo como eso. Y se agrupan en unas pocas macromafias mundiales que se reparten en mundo entre ellos. Su gasolina es nuestro consumo, pero parece que no queremos entenderlo, a juzgar por los llamamientos continuados desde todas las estancias políticas, económicas y mediáticas a esa gran falacia y engañifa del crecimiento continuado y creciente. Si nos quedamos en los títeres, jamás conseguiremos nada de nada, salvo nuestra propia destrucción.

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