En este país parece que las cosas comienzan a cambiar,
mientras a Mariano Rajoy no le hacen caso en Estados Unidos y a Rubalcaba no le
hacen caso en Cataluña, somos muchos los que hacemos caso a los vecinos de
Gamonal. El Gamonal es un explosivo cívico, cuya onda expansiva se difunde por
la conciencia de los españoles hartos de soportar sobre su destino la insidia
de la casta, la mezquindad de los poderosos, la fatalidad de habernos conocido.
Arrepentidos de acudir a las urnas para elevar a auténticos miserables a la condición
de privilegiados impunes en la corrupción e inmunes a la justicia.
El régimen de impostura atraviesa sus horas más bajas, se ha
visto en Burgos y otras ciudades españolas, pero ésto sólo es el comienzo. Los
políticos de la casta, los del PSOE negando cualquier equivocación en habernos
hundido, los del PP expoliándonos sin descanso para mantenernos hundidos, los
nacionalistas torpedeando sin cesar nuestra posible reflotación, y los demás
camaradas de la casta acompañándoles en la faena a ver si algún día pillan cacho. En este país estamos hartos de los partidos políticos que piensan más en
los intereses de sus miembros que en los de sus votantes, porque a los que no
les han votado les desprecian como si fueran piojos, los muy demócratas.
Pero los españoles no estamos hartos de todo, sólo de algunas
cosas, estamos hartos del poder detentado por unos mafiosos, que utilizan las
urnas como trampolín de su mezquindad, estamos hartos de una Corona que se
desmorona, estamos hartos de los sindicatos que han secuestrado a los
trabajadores en el paro para luego venderles cursos y hacer negocio, estamos
hartos de los empresarios que aprovechan la crisis para pagar uno por lo que
vale dos, estamos hartos de los medios de comunicación que no cuestionan tanta
miseria y sólo se ocupan de cuantificar si es más la de unos o la de otros
ordenando el pensamiento colectivo en una propaganda inmisericorde, estamos
hartos de la justicia que se ha vendido al poder político al precio de admitir
políticos con la carrera de derecho en su más elevada jerarquía, estamos hartos
de que todos estos indigentes morales se empeñen en mostrarnos que el mundo que
a ellos les privilegia y a los demás nos perjudica es el mejor mundo de los
posibles.
Estamos hartos de no saber dónde están los 300.000 millones
de euros desfalcados en las Cajas de Ahorros, estamos hartos de que haya seis
millones de parados, estamos hartos de que la deuda pública está a punto de
superar el PIB de todo un año de este país, de que el déficit público no
disminuya porque tengamos medio millón de colocaos por la casta sin otro oficio
que jodernos a los demás para mantener su salario, estamos hartos de la
desmoralización permanente a que nos someten por ser unos auténticos inútiles,
de su baja estopa intelectual, de su escasa formación, de su tremenda
impostura.
Estamos hartos de que los servicios públicos degeneren sin fin,
de que las carreteras cada día resulten más peligrosas, de que haya gente
pasando hambre y revolviendo en los contendores de basura para comer, de que
nos mientan sin interrupción, de que nos ignoren y nos desprecien. Estamos
hartos de su farsa, de la representación teatral que le conceden a nuestras
vidas sin habérsela reclamado, de que nos ofrezcan oscuridad cuando queremos
ver la luz al final del túnel.
En realidad, creo que los españoles sólo estamos hartos de
ellos, de los miembros de la casta política que han convertido en despotismo
esta ignominiosa democracia en la que nos obligan a vivir aquellos que se
salvan a sí mismos a costa de joder la vida a todos los demás.
No creo que logren detener su derribo, han asfixiado
demasiado la libertad, la equidad, la justicia y el sentido común para poder
seguir haciéndolo sin que ocurra su desventura. En estos momentos los partidos
políticos con representación en este país son los principales enemigos públicos
de los españoles, del futuro de España y de nuestro bienestar, es algo, que
para su desgracia, cada día que pasa compartimos más españoles de los que en
tres meses serán llamados a las urnas para que ratifiquen el régimen de impostura
en el que nos hacen vivir y acusarnos de no ser demócratas si no nos brindamos
para apoyar la dictadura deleznable en la que pretenden que sigamos viviendo.
No estamos hartos de todo, sólo de la casta, que es la causa
fundamental de nuestro hartazgo y desconsuelo. En este país no sobra nada más
que esa patulea de miserables para que podamos avanzar hacia la normalidad y la
salida de la crisis, porque ellos son la madre y el padre de todas las crisis.
Enrique Suárez
2 comentarios:
Es el camino a seguir, es lo que nos queda, hay 6 mll de parados, 7 mll jubilados y 17 mll de currantes, de los que más de 10 son miluristas, imaginar solo la mitad del total, que se manifestará, la calle debe ser ocupada, pero no guiada por esa impresentable izd, si no por todos los ciudadanos y expontaneamente, hay que derribar este sistema
¡Pero qué bien se lo tiene montado el enemigo, para que no lo veamos con nitidez!:
www.youtube.com/watch?v=nWGS7u5da4w
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