No sólo se han alzado en la escala social a costa de enajenar
recursos de todos en su propio provecho, también han urdido una estructura
mafiosa de “empoderamiento”, como dicen los modernos, para hacerse con todas las estructuras de poder,
las visibles y las invisibles. Es decir, de "empoderamiento" para ejercer la apropiación indebida de forma inmune e impune.
Las intenciones del PSOE durante los siete años que Zapatero
fue presidente, han consistido en desposeer de autoridad, poder, influencia y
libertad a los mejores de nuestra sociedad, para ofrecerle a los peores las
riendas de nuestro destino. Su cruzada por la igualdad se ha materializado en
empobrecer a todos los españoles, para enriquecer a los socialistas y sus
afines. A esta magnífica experiencia la han denominado justicia social. Sin
embargo hay que recordar que cuando Zapatero llegó al poder, en España había un
19 % de pobres y cuando se fue dejó un 25 %. Si entró en el gobierno con un 0,5
% de superávit, se fue dejando un 11 % de déficit. Cuando formó gobierno, en
España había 2,6 millones de parados, cuando se fue nos dejó 5,3 millones de
parados. No superaba la deuda pública española los 350.000 millones de euros,
siendo una de las más bajas de la Unión Europea –la más baja por habitante-,
pero cuando se fue nos aproximamos a los 800.000 millones de euros de deuda.
Cuando se fue sin dar explicaciones, quiero decir.
Pero lo peor de todo ha sido que durante sus gobiernos la
desigualdad entre los españoles, medida por cohesión en los índices de Gini
autonómicos, se ha incrementado considerablemente. Las consecuencias de su
genialidad política nos han hecho retroceder 10 años en renta per cápita, por
la desaceleración, pero posiblemente varias décadas en bienestar.
Hoy mismo Alfredo Pérez Rubalcaba, que aunque no lo parezca
es el heredero legítimo de Zapatero en el PSOE, nos ha dicho que: "no tiene palabras para describir el drama que viven los españoles”, sin embargo
posiblemente las tenga para explicarnos ¿cómo ha podido ocurrir?, porque desde
que los socialistas abandonaron el poder estamos esperando una explicación y no
acaba de llegar.
Por lo que se refiere al actual gobierno del PP, el otro lado
de la casta, si bien su responsabilidad en la crisis que atravesamos es
considerablemente menor que la del PSOE, no debemos olvidar que si el PSOE pudo
hacer lo que hizo fue precisamente porque el PP hizo no-oposición durante ocho
años, esperando a que los socialistas arruinaran este país para acceder al
poder, independientemente del deterioro que se hubiera organizado y la tierra
quemada que les hubieran dejado.
Pero sin duda, podemos constatar la existencia de una casta
política que comparte más de aquello en lo que discrepa, cuando tras un año de
gobierno han sido incapaces de mostrar a los españoles los desmadres que
ocasionaron sus antecesores, exigiendo responsabilidades por la debacle que
organizaron. Lo primero que hicieron fue homenajear a Zapatero e imponerle una
condecoración. Triste, muy triste.
En cuanto a la política de Rajoy durante este año, más bien
se puede considerar que fue la que no hicieron los socialistas por cuestiones
de imagen y propaganda, pero sin duda, está en la continuidad de los mismos despropósitos
que cometieron. A Rajoy le podemos atribuir que ha sido el presidente que más
ha subido en un año los impuestos en este país, para lograr los resultados más
mediocres que pudieran imaginarse. Ni ha controlado el paro -700.000 parados
más-, ni ha controlado el déficit- que no descenderá del 7 %-, ni ha controlado
la deuda -120.000 millones de euros más se han sumado a lo que ya adeudábamos-,
pero si ha tapado los delitos cometidos en las cajas de ahorros con dinero
público para no tener que ver a algunos de sus compañeros, sindicalistas, empresarios de pesebre, y
miembros de PSOE e IU en la cárcel.
Una de las mayores barbaridades que ha cometido el sucesor de
Zapatero es la de no reducir las administraciones públicas, actualmente hay en
España 3,2 millones de empleados públicos, durante los últimos diez años se ha
incrementado el empleo público un 25 % en España, mientras la tasa de parados
supera hoy el 26 %. La conclusión es sencilla, el empleo público, donde se colocan habitualmente los partidarios detodos los partidos se ha incrementado, mientras el paro ha ascendido hasta los 6 millones de españoles, seguramente sin carnet de ningún partido de la casta.
Durante este año ha comenzado a aflorar la corrupción
existente en este país, posiblemente sea menos del 10 % de la total y los
españoles ya están abrumados, considerando según datos de una encuesta de El
País, que el 95 % de los encuestados piensan que los partidos políticos ocultan
la corrupción de sus miembros en vez de perseguirla y un 92 % considera que los
delitos de los políticos son inmunes a la justicia ordinaria, no es para estar
orgullosos de la confianza de los españoles en sus representantes políticos.
Mariano Rajoy no sabe que está sentado sobre un volcán social
a punto de entrar en erupción y lo único que se le ocurre en estas
circunstancias es decirle a Ángela Merkel que Alemania debe ponerse peor para
que España se pueda poner mejor, exigiendo solidaridad a los socios europeos,
sin haber realizado la reforma que este país necesita y que consiste, básicamente, en apartar del erario público a
la caterva de ineptos que lo han colonizado, para impedir cualquier movimiento
que pueda apartarlos del pesebre público, aunque por ello lleguemos a los diez
millones de parados.
Rosa Díez le ha preguntado a Mariano Rajoy que si es cierto
que 68 asesores de los 578 que sostienen su solvencia no tienen siquiera elgraduado escolar, a lo que los del PP han respondido que la mayoría son
funcionarios de carrera. Si en este país no hubiera seis millones de parados
tal arbitrariedad podría ser considerada una broma, pero en las circunstancias
que vivimos es una afrenta insoportable.
En España nunca saldremos de la crisis mientras un señor o
señora con carnet de un partido o sindicato, pueda acceder a un cargo a dedo al
que no llegaría un ciudadano con seis carreras y dos doctorados en su miserable
vida. Tenemos el país que nos merecemos, unos tarugos mandando y otros tarugos
obedeciendo.
Si alguien, que no sea de la casta política que mantiene este país en la miseria, cree que podemos salir de esta crisis sin perder el tren del futuro y sin grandes daños, le quedaría realmente agradecido por explicarme ¿cómo?. No veo que tengamos la más mínima posibilidad, salvo que la casta política sea erradicada del poder en España para siempre.
Enrique Suárez
5 comentarios:
"si es cierto que 68 asesores de los 578 que sostienen su solvencia no tienen siquiera elgraduado escolar, a lo que los del PP han respondido que la mayoría son funcionarios de carrera"
¿Sin Graduado Escolar funcionario de carrera?
mmm conserjes
SIN graduado escolar funcionario:
conserje y personal subalterno:
mmm digamos que son el de las fotocopias, el que abre y cierra las puertas de los centros ...
Las señoras de limpieza no cuenta, son de contrato laboral.
¿A qué van a ser familiares de alguien?
Se podrá decir más alto pero no más claro
http://blogs.elconfidencial.com/espana/disparate-economico/2013/01/28/estado-corrupto-de-exaccion-7984
Enrique, es imposible salir de un colapso (seguimos llamándolo crisis y seguimos pensando en cómo salir de ella y restaurar un sistema difunto y en descomposición). Sólo queda comenzar en otro sistema, a menos que nos dé lo mismo que se extienda la peste y acabe con todos.
Por otro lado, la casta política no puede ser erradicada del poder, porque no tiene el más mínimo poder. De ahí que los que de verdad tienen el poder los coloquen ahí, porque son unas nulidades incapaces de ejercerlo, ya que si lo hicieran se les enfrentarían y les crearían problemas.
No hay solución desde dentro de sí mismo para un sistema fallido, es de cajón. Salgamos de una vez, diseñemos otro y saltemos a él lo antes posible, dejando fuera, por supuesto, a todos los artífices y mamporreros del sistema difunto, y exigiendo a los nuevos gestores transparencia absoluta en ambos sentidos, sencillez, cordura y tajantes limitaciones en la acaparación de lo que sea.
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