"No estamos ante una situación de emergencia", dice la experta sanitaria Trinidad Jiménez

¿Cómo se puede ser tan inepta en cuestiones de salud y haber llegado a ministra de sanidad?, es fácil, el Gobierno que negó la existencia de la crisis económica más importante en la historia de la humanidad, es capaz de decir a los ciudadanos que el sol no existe con tal de tenerlos apaciguados en el sueño de los justos.

En estos momentos parece que España es ya el segundo o tercer destino de la gripe mal denominada porcina, y sin embargo no estamos en una situación de emergencia. El primer lugar de Europa en el que se ha detectado un caso constatado de la letal “gripe norteamericana” y todo el mundo debe quedarse tranquilo, porque lo dice la señora ministra. Si no sabe de que va la cosa, por lo menos tenga la decencia de callarse y no complicar las cosas más.

Ni ha procurado una solución para el aislamiento en origen de los casos, ni ha previsto la detección precoz en las puertas de entrada, ni ha hecho recomendaciones generales, porque no tiene ni puta idea de lo que se trae entre manos.

Como primera autoridad sanitaria de este país, y sabiendo de las relaciones fluidas que los ciudadanos españoles mantienen con Mejico, usted debería haber aconsejado un cambio de destino para quienes desde nuestro país emprendían viaje hacia la nación azteca, o al menos una profilaxis con antiviricos.

Ahora hay en España 38 posibles casos de gripe norteamericana, en 10 comunidades españolas, mañana habrá más de 100 casos, pasado mañana nos acercaremos a los mil, y el próximo fin de semana, estaremos en una situación de emergencia nacional, entre los que son y los que no son, que bloqueará el sistema sanitario público español. Habremos perdido un tiempo precioso para informar a la población y que no cunda el pánico, pero no, para eso habría que tener criterios epidemiológicos, y usted carece de ellos y de la humildad suficiente para dejar su sillón a alguien que los tenga en una situación como la actual. Están ustedes jugando con nuestras vidas, como quien juega con una videoconsola, que es lo que hacen siempre, pero ahora se puede observar con claridad

Es usted tan negligente como su mentor de La Moncloa, no tiene usted la formación profesional necesaria –es usted abogada, experta en cooperación internacional-, para tomar las decisiones que corresponden a un Ministro de Sanidad de un país de elevado riesgo de contagio por los lazos fraternales que nos unen con el principal foco de expansión de la epidemia. Y gracias a usted, y su extravagante conducta, algunos españoles estarán en estos momentos rezando por volver de Méjico y acordándose de su familia por no haberles advertido del peligro, mejor dicho, por decirles expresamente que no había peligro. Al igual que decir que en España no hay situación de emergencia sanitaria con casi media centena de casos posibles y uno confirmado.

Con usted, - como con su predecesora remota, la musa del régimen, Elena Salgado, hoy ministra de Economía, que se permite dar consejos sobre salud siendo ingeniero y economista, en estos precisos momentos -, se confirma la criminal impostura del comité de charlatanes con la salud, el bienestar y la seguridad de los ciudadanos españoles que ustedes forman. A lo que la Vicepresidenta de Género ha aportado su inestimable criterio de que todo está atado y bien atado, como en la crisis económica que nunca existió. Tiene la cosa delito, sin duda.

Será usted responsable de numerosos contagios, por no haber organizado la respuesta correcta a la amenaza de una epidemia que va a devastar nuestro país. Está usted ocupando en su impostura el puesto que no le corresponde en justicia, ni con un mínimo criterio racional, y gracias a esa decisión de querer anular desde la política los criterios de los que realmente saben sobre la cuestión, está contribuyendo a que el problema se nos vaya de las manos ahora que aún estamos a tiempo.

Es usted tan mema, como el idiota que la ha colocado de Ministra de Sanidad por los favores recibidos para ser secretario general del PSOE, y lo peor, es que lo vamos a pagar todos los españoles.




Erasmo de Salinas