Ha llegado la hora de hablar de las elecciones norteamericanas, hasta que no se celebren no se sabe que pasará en este mundo tan intempestivo, y después, tampoco. Abandonen toda esperanza de que la solución, en plan Mr. Jones, inunde Europa, tampoco es probable que Europa unida, reunida, y vuelta a reunir, procure alguna solución mágica a lo que está ocurriendo en los mercados y los estados, en esa distorsionado equilibrio entre el poder económico y el poder político.
Como diría Edgar Morín, la crisis es compleja, inmensamente compleja, por eso hay que abandonar la esperanza de las soluciones simplificadas, que el Estado le presta dinero al sistema de mercado, que el sistema de mercado se lo vuelve a prestar a los contribuyentes y otra vez se pondrá en marcha la noria de la riqueza y de la pobreza, todo es mucho más complejo. Las elecciones norteamericanas también lo son, quien diría cuando se contaban los votos en Florida, que Bush sería presidente para iniciar las guerras de Afganistán e Irak, y para que Al Gore fuera Premio Nóbel de la Paz. Triunfan en la guerra y en la paz, son así.
Como liberal, soy muy escéptico con las intervenciones de los Estados sobre los mercados, pero aún soy más escéptico en el paralelismo que pueda exister entre los políticos norteamericanos y los europeos.
Estados Unidos no es Europa
En Europa, los Estados están dirigidos por políticos que buscan su propio interés que es el de perpetuarse en el poder, que rinden pleitesía a sus partidos y sólo pueden ser candidatos si sus partidos lo autorizan, pero quien en la vida sólo ha alcanzado esa forma de subsistir, demuestra que no ha servido para otra cosa, así que todas las inteligencias de los políticos europeos reunidas alrededor de una mesa, no dan ni para resolver un sudoku, y si va a Zapatero a Washington, ni una sopa de letras.
En Estados Unidos las cosas son diferentes, todo se fundamenta en la competición y para alcanzar la candidatura a la presidencia, hay que ganársela directamente con el apoyo de los ciudadanos, no exclusivamente con el de los partidos políticos, que lo único que hacen es ratificar lo decidido por sus electores. Esto dice mucho a favor de los candidatos norteamericanos.
A lo que vamos, hay elecciones en USA, ese país al que Alexis de Tocqueville admiraba tras haber vivido la Revolución en su país y siendo francés. En realidad, a quien admiraba era al pueblo norteamericano, más fraguado en la libertad que ningún otro en el planeta.
Por eso tengo la certeza de que los norteamericanos van a elegir como futuro presidente a McCain, porque todos sus discursos han sido de incertidumbre, es decir, sinceros, correlacionan con la realidad que estamos viviendo, mientras que los del candidato demócrata, Barack Obama, hablan de certezas, cuando la veleta que indica el futuro económico está en medio de un huracán, luego ha mentido en su campaña, y puede hacerlo por dos motivos: uno porque si dice lo que realmente piensa no triunfa en las elecciones, -ojalá sea así, eso correlaciona con su inteligencia-, y otro, porque realmente crea que lo que piensa es cierto, y estaríamos ante un caso como el de nuestro presidente Zapatero, lo que sería para echarse a temblar. Me decanto por la primera opción, por su trayectoria.
Triunfar en la campaña no da la presidencia
Barack Obama ha triunfado en la campaña, de eso no cabe duda, por su verbo amable y su cosmovisión apacible. En la propaganda es un fenómeno comparable a nuestro cejudo presidente, pero no existe paralelismo alguno cuando se comparan sus trayectorias personales, por mucho que se empeñe José Blanco en repetirlo. Líbreme Dios de los taimados como Zapatero, aunque sea agnóstico; no son de fiar, porque venden a su madre si es preciso, con tal de ganar las elecciones o colocar participaciones de una "subprime". Nada que ver con Obama, que tiene toda la mar detrás de una larga y cansina campaña pública, sólo para ser candidato.
Sí, ya sé que queda bonito un negro en la Casa Blanca, pero no va a ser para esta y si no al tiempo. Las encuestas están artefactadas por la crisis, los norteamericanos en tiempos difíciles siempre votan republicano, aunque sea al dúo McCain-Palin, o Rajoy-Cospedal si se terciase.
Al fin y al cabo, tienen la certeza de que los republicanos son lo que son y no aparentan que son otra cosa, mientras que los demócratas varían según las circunstancias, se adaptan a los tiempos. Son de los que piensan que en época tormentosa, mejor el barco anclado en puerto conocido que a la deriva de las veleidades del capitán, por muy negro que sea en un país que quiere quitarse el racismo de encima desde hace doscientos años y tras la acusación latente de la cabaña del Tío Tom.
Los norteamericanos saben lo que son y no quieren ser otra cosa, es decir, creen en sí mismos, no como los españoles que pensamos que el Estado protector nos va a resolver todos los problemas. La campaña de McCain ha sido inteligente, sutil, penetrante, está dejando que hable Obama, que prometa Obama, que se moje Obama, y el sólo tiene que decir: "ojalá tuviera razón, pero se equivoca", lleva haciéndolo toda la campaña, y esto ha desgastado a Obama, mucho más que si le dijera que estaba en el limbo, directamente. Rajoy y Arriola, deberían aprender de los norteamericanos haciendo campañas.
Los progresistas norteamericanos están moviendo todos sus recursos organizados para llevar por primera vez un negro a la Casa Blanca, y eximirse de muchas cosas, pero ese acontecimiento puede esperar, aunque quede bien, y sea deseable, porque el problema ahora es como se resuelven las dificultades económicas de su país, y al contrario de esta última España en la que vivimos, que se acojona ante las amenazas de los terroristas y anhela una propuesta política que exima de responsabilidades a sus ciudadanos, los norteamericanos, que no tienen duda de lo que son, con todas las consecuencias, votarán primero por lo mejor para su país, y en segundo lugar por su imagen ante el mundo, que realmente les importa un carajo. Vamos que no votarán a Obama por ser negro, muy al contrario, votarán a McCain por ser blanco.
Y los sueños..., sueños son
Han inventado la fábrica de sueños de Hoolliwood, para vender al resto del mundo como funcionan en Estados Unidos, cuando en realidad eso sí que es propaganda. Los norteamericanos sólo se hacen autocrítica en el cine, pero aún así, sus mitos permanecen subliminales, si no recuerden todas las películas de vaqueros e indios, a ver si haciendo memoria hubo algún protagonista que fuera negro, yo no recuerdo ninguna; el héroe norteamericano siempre es blanco, como John Wayne, y los Estados Unidos, que son los que más autocrítica se hacen en el cine, en política se siguen considerando la primera potencia mundial, y cuando tienen que votar no lo hacen con el corazón, sino fundamentándose en los mitos en los que creen.
Así que lamento darle un disgusto a José Blanco, pero el negro puede esperar para llegar a la Casa Blanca, porque en Estados Unidos ya es suficientemente negro el futuro que les espera como para reafirmarlo eligiendo a Obama.
Y estoy seguro de que Obama sería mejor presidente que McCain -aunque se haya pasado la campaña en plan ecuánime y zapateril-, tiene buenas condiciones y es el primer senador negro de los Estados Unidos, eso dice mucho a su favor, porque nadie le ha regalado nada.
Yo también votaría por Obama, pero no por lo que se ha visto en campaña, ni por ese paralelismo que se empeñan en encontrarle José Blanco y los progresistas de El País, con Zapatero, sino por sus demostradas cualidades personales, primero para ser senador por Illinois, y segundo para alcanzar la candidatura demócrata a la presidencia enfrentándose a Hillary Clinton, la esposa del último presidente demócrata y sus conocidas contradicciones. Eso dice mucho a su favor, y a Zapatero lo han colocado en su partido por la tercera vía, para no molestar ni a González, ni a Guerra.
La campaña no ha concluído y ya verán cuando los estrategas de McCain saquen "El Álamo", y los norteamericanos se vean rodeados por los mejicanos -que representan en esta ocasión al resto del mundo-, como cambian las cosas. Esta semana, sin ir más lejos.
No son tiempos para llorar con "El color púrpura", por qué en esta ocasión hay motivos suficientes para que broten las lágrimas sin tener que ir al cine; los electores votarán primero por quien les prometa continuar con "el sueño americano", que por quien amenace con despertarles de repente y convertirlos en unos ciudadanos más de todos los que habitamos este planeta, por eso votarán por McCain, aunque les mienta, Obama perderá las elecciones, aunque les haya dicho la verdad: que los norteamericanos ya no son lo que eran y buena prueba de ello es que él pueda ser presidente de los Estados Unidos de América . ¿Ven como las cosas son complejas?, y en la política norteamericana mucho más, porque en la patria de George Washington votan con mucho sentido común.
Erasmo de Salinas
Como diría Edgar Morín, la crisis es compleja, inmensamente compleja, por eso hay que abandonar la esperanza de las soluciones simplificadas, que el Estado le presta dinero al sistema de mercado, que el sistema de mercado se lo vuelve a prestar a los contribuyentes y otra vez se pondrá en marcha la noria de la riqueza y de la pobreza, todo es mucho más complejo. Las elecciones norteamericanas también lo son, quien diría cuando se contaban los votos en Florida, que Bush sería presidente para iniciar las guerras de Afganistán e Irak, y para que Al Gore fuera Premio Nóbel de la Paz. Triunfan en la guerra y en la paz, son así.
Como liberal, soy muy escéptico con las intervenciones de los Estados sobre los mercados, pero aún soy más escéptico en el paralelismo que pueda exister entre los políticos norteamericanos y los europeos.
Estados Unidos no es Europa
En Europa, los Estados están dirigidos por políticos que buscan su propio interés que es el de perpetuarse en el poder, que rinden pleitesía a sus partidos y sólo pueden ser candidatos si sus partidos lo autorizan, pero quien en la vida sólo ha alcanzado esa forma de subsistir, demuestra que no ha servido para otra cosa, así que todas las inteligencias de los políticos europeos reunidas alrededor de una mesa, no dan ni para resolver un sudoku, y si va a Zapatero a Washington, ni una sopa de letras.
En Estados Unidos las cosas son diferentes, todo se fundamenta en la competición y para alcanzar la candidatura a la presidencia, hay que ganársela directamente con el apoyo de los ciudadanos, no exclusivamente con el de los partidos políticos, que lo único que hacen es ratificar lo decidido por sus electores. Esto dice mucho a favor de los candidatos norteamericanos.
A lo que vamos, hay elecciones en USA, ese país al que Alexis de Tocqueville admiraba tras haber vivido la Revolución en su país y siendo francés. En realidad, a quien admiraba era al pueblo norteamericano, más fraguado en la libertad que ningún otro en el planeta.
Por eso tengo la certeza de que los norteamericanos van a elegir como futuro presidente a McCain, porque todos sus discursos han sido de incertidumbre, es decir, sinceros, correlacionan con la realidad que estamos viviendo, mientras que los del candidato demócrata, Barack Obama, hablan de certezas, cuando la veleta que indica el futuro económico está en medio de un huracán, luego ha mentido en su campaña, y puede hacerlo por dos motivos: uno porque si dice lo que realmente piensa no triunfa en las elecciones, -ojalá sea así, eso correlaciona con su inteligencia-, y otro, porque realmente crea que lo que piensa es cierto, y estaríamos ante un caso como el de nuestro presidente Zapatero, lo que sería para echarse a temblar. Me decanto por la primera opción, por su trayectoria.
Triunfar en la campaña no da la presidencia
Barack Obama ha triunfado en la campaña, de eso no cabe duda, por su verbo amable y su cosmovisión apacible. En la propaganda es un fenómeno comparable a nuestro cejudo presidente, pero no existe paralelismo alguno cuando se comparan sus trayectorias personales, por mucho que se empeñe José Blanco en repetirlo. Líbreme Dios de los taimados como Zapatero, aunque sea agnóstico; no son de fiar, porque venden a su madre si es preciso, con tal de ganar las elecciones o colocar participaciones de una "subprime". Nada que ver con Obama, que tiene toda la mar detrás de una larga y cansina campaña pública, sólo para ser candidato.
Sí, ya sé que queda bonito un negro en la Casa Blanca, pero no va a ser para esta y si no al tiempo. Las encuestas están artefactadas por la crisis, los norteamericanos en tiempos difíciles siempre votan republicano, aunque sea al dúo McCain-Palin, o Rajoy-Cospedal si se terciase.
Al fin y al cabo, tienen la certeza de que los republicanos son lo que son y no aparentan que son otra cosa, mientras que los demócratas varían según las circunstancias, se adaptan a los tiempos. Son de los que piensan que en época tormentosa, mejor el barco anclado en puerto conocido que a la deriva de las veleidades del capitán, por muy negro que sea en un país que quiere quitarse el racismo de encima desde hace doscientos años y tras la acusación latente de la cabaña del Tío Tom.
Los norteamericanos saben lo que son y no quieren ser otra cosa, es decir, creen en sí mismos, no como los españoles que pensamos que el Estado protector nos va a resolver todos los problemas. La campaña de McCain ha sido inteligente, sutil, penetrante, está dejando que hable Obama, que prometa Obama, que se moje Obama, y el sólo tiene que decir: "ojalá tuviera razón, pero se equivoca", lleva haciéndolo toda la campaña, y esto ha desgastado a Obama, mucho más que si le dijera que estaba en el limbo, directamente. Rajoy y Arriola, deberían aprender de los norteamericanos haciendo campañas.
Los progresistas norteamericanos están moviendo todos sus recursos organizados para llevar por primera vez un negro a la Casa Blanca, y eximirse de muchas cosas, pero ese acontecimiento puede esperar, aunque quede bien, y sea deseable, porque el problema ahora es como se resuelven las dificultades económicas de su país, y al contrario de esta última España en la que vivimos, que se acojona ante las amenazas de los terroristas y anhela una propuesta política que exima de responsabilidades a sus ciudadanos, los norteamericanos, que no tienen duda de lo que son, con todas las consecuencias, votarán primero por lo mejor para su país, y en segundo lugar por su imagen ante el mundo, que realmente les importa un carajo. Vamos que no votarán a Obama por ser negro, muy al contrario, votarán a McCain por ser blanco.
Y los sueños..., sueños son
Han inventado la fábrica de sueños de Hoolliwood, para vender al resto del mundo como funcionan en Estados Unidos, cuando en realidad eso sí que es propaganda. Los norteamericanos sólo se hacen autocrítica en el cine, pero aún así, sus mitos permanecen subliminales, si no recuerden todas las películas de vaqueros e indios, a ver si haciendo memoria hubo algún protagonista que fuera negro, yo no recuerdo ninguna; el héroe norteamericano siempre es blanco, como John Wayne, y los Estados Unidos, que son los que más autocrítica se hacen en el cine, en política se siguen considerando la primera potencia mundial, y cuando tienen que votar no lo hacen con el corazón, sino fundamentándose en los mitos en los que creen.
Así que lamento darle un disgusto a José Blanco, pero el negro puede esperar para llegar a la Casa Blanca, porque en Estados Unidos ya es suficientemente negro el futuro que les espera como para reafirmarlo eligiendo a Obama.
Y estoy seguro de que Obama sería mejor presidente que McCain -aunque se haya pasado la campaña en plan ecuánime y zapateril-, tiene buenas condiciones y es el primer senador negro de los Estados Unidos, eso dice mucho a su favor, porque nadie le ha regalado nada.
Yo también votaría por Obama, pero no por lo que se ha visto en campaña, ni por ese paralelismo que se empeñan en encontrarle José Blanco y los progresistas de El País, con Zapatero, sino por sus demostradas cualidades personales, primero para ser senador por Illinois, y segundo para alcanzar la candidatura demócrata a la presidencia enfrentándose a Hillary Clinton, la esposa del último presidente demócrata y sus conocidas contradicciones. Eso dice mucho a su favor, y a Zapatero lo han colocado en su partido por la tercera vía, para no molestar ni a González, ni a Guerra.
La campaña no ha concluído y ya verán cuando los estrategas de McCain saquen "El Álamo", y los norteamericanos se vean rodeados por los mejicanos -que representan en esta ocasión al resto del mundo-, como cambian las cosas. Esta semana, sin ir más lejos.
No son tiempos para llorar con "El color púrpura", por qué en esta ocasión hay motivos suficientes para que broten las lágrimas sin tener que ir al cine; los electores votarán primero por quien les prometa continuar con "el sueño americano", que por quien amenace con despertarles de repente y convertirlos en unos ciudadanos más de todos los que habitamos este planeta, por eso votarán por McCain, aunque les mienta, Obama perderá las elecciones, aunque les haya dicho la verdad: que los norteamericanos ya no son lo que eran y buena prueba de ello es que él pueda ser presidente de los Estados Unidos de América . ¿Ven como las cosas son complejas?, y en la política norteamericana mucho más, porque en la patria de George Washington votan con mucho sentido común.
Erasmo de Salinas
No hay comentarios:
Publicar un comentario